PIADOSO TRIDUO DEDICADO A NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO BAJO LA ADVOCACIÓN DE EL SEÑOR DEL VENENO
Que se venera en la Iglesia de Porta Coeli
y la Santa Iglesia Catedral Primada de México
1915
ACTO DE CONTRICCIÓN
¡Misericordioso
Dios humanado en carne para la redención de todo el mundo! Aquí tienes postrado
ante tus plantas a un miserable pecador, que trae el corazón envenenado por sus
innumerables yerros, tanto veniales como mortales. Pero Señor, tu clemencia es
infinita y tu misericordia no tiene límites. En esto me fundo, Dios mío, para
que laves mi corazón de toda mancha, extrayendo de el cuanto veneno pueda dañar
mi conciencia. Quiero entregarme todo a ti, pensar solo en ti, observar una
vida eternamente cristiana, para que cuando llegue el trance de mi muerte, pase
a la mansión de los bienaventurados, para alabarte y bendecirte por toda una
eternidad. Amén.
DÍA PRIMERO
Pues sois tan clemente y bueno
Tened de mí compasión
No permitas que el veneno
Penetre en mi corazón.
ORACIÓN
Poderosísima
y milagrosa Imagen de Nuestro Señor Jesucristo, que bajo la advocación del
Señor del Veneno eres venerada. Yo te ruego, que, así como le salvaste la vida
a su Señoría Ilustrísima, cuando por medio de tu Sacratísimo Cuerpo trataron de
envenenarlo, al ir a besar tus divinos pies, así te suplico, oh mi adorado Señor,
que el ponzoñoso veneno del pecado no penetre más en mi corazón, haz que se
purifique, ejercitando en todas las obras que sean de tu agrado. Es lo que te
pido en este primer día, en honor de tu admirable transfiguración con lo que
manifiestas lo grande de tu poder.
Tres
Credos, tres Padres nuestros y Aves Marías.
SEGUNDO DÍA
¡Oh mi Señor del Veneno!
Por tu infinito poder,
Haz que ame todo lo bueno
Y no te vuelva a ofender.
ORACIÓN
Señor
mío Jesucristo, yo te amo con todo mi corazón, haciéndome el firme propósito de
no volver a ofenderte. Mi alma se halla ennegrecida con las horribles manchas
del pecado, deseo llevarla y dejarla tan pura como la de los Ángeles y Santos,
para disfrutar del Reino de los Cielos, yo Jesús mío, imploro tu misericordia
infinita, rogándote a la vez, me concedas lo que te pido en este triduo que te
dedico, para mayor honra y gloria de Dios. Amén.
DÍA TERCERO
Tus
bondades ensalcemos,
Y
en tu dulce y místico coro
Todas
tus glorias cantemos
ORACIÓN
Señor
y Dios mío, estoy en alto grado arrepentido de todas las ofensas que te he
hecho con mis horribles pecados, tiemblo y me estremezco al considerar que en
mi corazón he abrigado por mucho tiempo toda clase de yerros, obscureciendo con
esto la luz de mi inteligencia, pero, repito Señor, que retroceda desde este
momento del tenebroso abismo en que estoy expuesto a caer. Toma ese negro velo
que cubre mis ojos, para ver la excelsitud de tus bondades, no permitas que mi
alma se envenene con las fatales tentaciones del demonio. Es lo que te pido en
este Triduo, para hacerme digno ante la presencia de su Divina Majestad. Amén.
Sea para siempre alabado,
¡Oh mi Señor del Veneno!
Pues por nosotros, crucificado
Expiraste en un madero.
TIERNAS ALABANZAS
DEDICADAS AL SEÑOR DEL VENENO
Sea para siempre alabado,
¡Oh mi Señor del Veneno!
Pues por nosotros, crucificado
Expiraste en un madero.
Des el uno al otro polo,
Tus bondades ensalcemos,
Y en tu dulce y místico coro
Todas tus glorias cantemos.
Por un milagro supremo
Salvaste a nuestro Prelado,
Que con activo veneno
Muerto allí hubiera quedado.
Ten de tus siervos piedad,
¡Oh mi Señor adorado!
No permitas que el pecado,
Nuestra alma envenene más.
En fin, Jesús Redentor,
Por tu Transfiguración,
Vista en el Monte Tabor,
Imploramos tu perdón.
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