AFECTOS
FERVOROSOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CRUCIFICADO Y SACRAMENTADO POR NUESTRO
AMOR
Cuyo
devoto ejercicio se debe hacer principalmente el viernes siguiente al día de la
Octava de Corpus Domini, los tres días de Carnaval y todos los días que la
gratitud de los fieles quiera practicar tan loable devoción.
Dada
a la luz por un devoto, que pide se propague por todo el mundo tan sagrado
ejercicio, para bien de nuestras almas.
Santa
Fé de Bogotá, año de 1826
MODO
DE HACER ESTE EJERCICIO
Puesto
de rodillas delante del Santísimo Sacramento, dirás:
-
¡Oh Corazón amantísimo de Jesús, templo dignísimo del Eterno Padre, asiento del
Verbo Divino, morada regaladísima del Espíritu Santo!
R/:
Con tus Divinas llamas
Mi
corazón inflamas,
En
el divino amor
En
que te abrazas.
-
¡Oh Corazón preciosísimo de Jesús Sagrario de la Santísima Trinidad, centro de
todas las virtudes, fuente de todas las riquezas y gracias!
-
¡Oh Corazón de Jesús, amantísimo de los hombres, afligido y angustiado por
nosotros, injuriado con tantas ingratitudes, herido con nuestras irreverencias!
-
¡Oh Corazón purísimo de Jesús, afligido con el peso de la Cruz, atravesado con
las espinas de nuestras culpas, herido con la lanza de nuestros pecados!
-
¡Oh Corazón tiernísimo de Jesús, refugio de los atribulados, amparo de las
almas que te adoran, delicia de los Santos!
-
¡Oh Corazón pacientísimo de Jesús, sufrido entre tantas injurias, pacientísimo
entre tantos desprecios, liberalísimo entre tantas ingratitudes!
-
¡Oh Corazón de Jesús Sacramentado por nuestro amor, manjar sabroso de las almas
puras, regalo de los escogidos, objeto del amor de los Serafines!
-
¡Oh Corazón Santísimo de Jesús, espejo de todas las virtudes, humilde en los
desprecios, mansísimo en los oprobios, obedientísimo a la voluntad divina,
amador de la castidad y pureza, medio compendioso para llegar a la perfección y
santidad!
¡Oh
Jesús amabilísimo! Que, con singular ternura de vuestro amor, descubristeis al
mundo vuestro Sagrado y Divino Corazón, y para bien de todas las almas, inspirasteis
tan suave y tierna devoción, para que con la luz de tan celestiales llamas conociéramos,
y correspondiéramos agradecidos a tanto amor. Yo, mi buen Jesús, deseoso de ser
agradecido al extremado amor que, en vuestra pasión y muerte, y en el Santísimo
Sacramento del Altar me habéis mostrado, deseoso de no ser más ingrato, antes
si, borrar con mis obsequios las enormes ingratitudes cometidas contra vos, mi
Dios, mi Dueño y mi Señor, desde ahora me entrego y consagro del todo mi
corazón, con todos sus afectos y a mi mismo, cuanto soy eternamente, me deshago
al punto de mi mismo, de todas mis cosas, y del mundo todo, para que sin
estorbo logre la dicha de entrar en vuestro Sagrado Corazón, que con singular
misericordia, me habéis abierto, y habitar en él, con toda mi vida, con
vuestros fieles siervos. Encendido pies, en vuestro amor, ofrezco gustoso, a
este amable y Divino Corazón, todos los méritos que puedo tener en los Santos Sacrificios
de la Misa, oraciones, obras de penitencia y humildad, y de todas las virtudes
que ejercitar por el tiempo de mi vida, hasta dar mi último aliento, entre las
llamas de vuestro Sagrado Corazón. Por vuestro Santísimo y amabilísimo Corazón,
Jesús mío, os pido me enseñéis el modo de agradaros y complaceros, para
conseguir la pureza de vuestro amor. Por vuestras humillaciones, Jesús mío,
dadme la verdadera humildad cristiana para apartarme de toda soberbia, por
vuestra paciencia y mansedumbre, dadme un corazón paciente y manso en las
tribulaciones y agravios, por vuestra pureza divina, apartadme de toda impureza,
y dadme un corazón puro y limpio, por vuestra obediencia y conformidad con la
voluntad Santísima de vuestro Eterno Padre, dadme una rendida obediencia a vuestra
Santísima Ley, y una perfecta conformidad en todos mis trabajos con vuestra
santísima voluntad. Y por tanto amor que me mostráis, dadme vuestro amor,
abrasadme en vehementes deseos de amaros, agradaros y serviros. Quisiera mi
buen Jesús, si posible fuera, animaros tanto, como vos me amáis. Mas ya que no
puedo tanto, aquí postrado en vuestra presencia, vecino a las llamas de vuestro
Sagrado Corazón, atraído de vuestras finezas, quiero meditar los excesos de
vuestro amor, para más amaros: recibid mis buenos deseos, o buen Jesús, mi alma
toda, mi corazón y mi voluntad. Dadme vuestro amor, de cuyo amor, no quiero más
premio que el amaros y serviros. Amén.
ORACIÓN
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
¡Oh Jesús amabilísimo! Que, Sacramentado por nuestro amor, os mostráis patente a nuestros piadosos suspiros, y en esa Sagrada Hostia, salís amoroso al encuentro de las almas, que os esperan para rendiros adoraciones y respetos. Dignaos, por vuestro dulcísimo Corazón, de admitirnos a vuestra amable presencia, abrid los ojos de nuestras almas con un rayo de luz celestial, encended nuestra voluntad con vuestro amor, no miréis Señor, que por nuestras culpas somos indignos de comparecer a vuestra presencia, lo confesamos Señor, es verdad mi Dios, más por la muchedumbre de vuestra misericordia, compadeceos de nuestras miserias y pecados, que nos pesa mi Dios de haberlas cometido, por ser vos quien sois. Derramad en este rato sobre nosotros, vuestras gracias, pues ya prometemos nunca más pecar. Amén.
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