CINCO
MINUTOS ANTE JESÚS NAZARENO
Jesús
Nazareno. – No es preciso, hijo mío,
saber mucho para agradarme mucho: basta que me ames con fervor y que la fé
mueva todas tus acciones Háblame con el corazón, como hablarías al más íntimo
de tus amigos, como hablarías a tu madre, a tu hermano. Como no deseché a
ningún pecador ni persona necesitada durante mi carrera mortal, con más razón acogeré
ahora las súplicas y ruegos de todas las almas necesitadas
El
alma. – ¡Jesús amoroso, dulce Maestro y soberano Señor!
Alentado con tan suave invitación, me postro ante vuestra sagrada imagen con la
más absoluta confianza, como se presenta el enfermo delante del médico, esperando
de Vos ser remediado. Estoy enfermo, Jesús mío, de la soberbia, de la sensualidad del egoísmo; por vuestra sagrada Pasión
libradme de estos tres males. Mi fé se debilita; el mundo quiere arrastrarme en
pos de sus escándalos, los peligros de pecar me rodean por todas partes: Jesús
bendito, por el amor inmenso con que sufristeis tantos tormentos, tened compasión
de mí y conservad mi alma siempre en vuestra divina gracia. Mi corazón se encuentra
perturbado, por las decepciones de la vida, por la infidelidad de los
parientes, por la falsedad de los amigos; Jesús mío, mi sumo Bien. dad la paz a
mi alma, el consuelo a mi corazón.
Perdono
a mis enemigos, os encomiendo a mis parientes, os ruego por los desgraciados, hambrientos,
perseguidos, enfermos, agonizantes, y encarcelados, familias mal avenidas y por
los injustamente oprimidos.
Remediad
mis necesidades particulares, de mi familia, de mis parientes, venga vuestra
misericordia sobre mi para el día de hoy; dirigid con vuestra sabiduría mis negocios
y con vuestra providencia encaminadlos al bien espiritual y temporal de vuestro
siervo que en Vos confía.
Jesús
Nazareno. – Vete, hijo mío, fortalecido
con mi Divina gracia y protección, no temas nada; tus ruegos serán oídos; y mañana
vendrás a mí presencia y tendremos la misma conversación. Aquí te espero.
El alma. – Jesús bendito, en vuestra palabra confío; echad vuestra santa bendición a todas las empresas en que me ocupare. para gloria vuestra, felicidad temporal y salvación de mi alma. Amén.
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