MEMORIA
TIERNA Y DEVOTA DE LOS CINCO PRINCIPALES DOLORES, QUE DESDE EL INSTANTE MISMO
DE SU ENCARNACIÓN PADECIÓ EL DULCÍSIMO CORAZÓN DE JESÚS EN LOS TREINTA Y TRES
AÑOS DE SU VIDA PASIBLE
Tomado
del Triclinio Doloroso, impreso con las licencias necesarias.
Montevideo,
Uruguay.
Año
de 1835
Y
les daré el Corazón para que me conozcan, y sepan que yo soy el Señor, y serán
mi pueblo, y yo les seré su Dios: porque se convertirán a mí de todo su corazón.
Mírate
con desapego
En
mi amante Corazón,
Traslada
tu imitación
Cruz,
Dolores, llagas, fuego.
ACTOS
DE FE, ESPERANZA, CARIDAD, Y PENITENCIA
¡Oh mi buen Jesús, mi Señor y mi Dios! En vos creo para siempre veros; en vos espero para siempre poseeros; y a vos amo para siempre gozaros en el Cielo. Me duelo de corazón, y me angustio por haberos ofendido, jurándote solemnemente con David guardar siempre en adelante tus santísimos mandamientos. Por las setenta y dos angustias de vuestro amorosísimo Corazón, y especialmente por los cinco principales Dolores que en el padeciste desde el momento mismo de tu divina encarnación, te suplico humilde, y ruego confiado, que hagas pronto verdadero, y constante el dolor de mis pecados. Ellos sin duda abrieron en tu blando Corazón, cinco profundas interiores llagas, que causaron los cinco exteriores de tu cuerpo, con las cuales abogas por mi ante vuestro Padre Eterno, Haz, pues Señor, que su memoria taladre y breche en tal manera mi duro corazón, que no solo quede llagado en su interior, como el vuestro, sino que también broten de el al exterior como de una roca animada, copiosos raudales de edificante penitencia, con los cuales obtenga ahora en la tierra por misericordia vuestra gracia, y después en el Cielo por justicia vuestra gloria. Amén.
Adoramos
Dios de amor
Tu
divino Corazón,
Y
lloramos los dolores
De
tu santa Encarnación.
Si,
te adoramos Señor,
Y
con tierna compasión,
Los
dolores contemplamos,
De
tu triste Corazón.
PRIMER
DOLOR
El
primer dolor del Corazón Santísimo de Jesús, fue, cuando desde el primer
instante de su Encarnación, previo todos los dolores y tormentos, que su divino
Corazón había de padecer por el espacio de treinta y tres años, los
cuales habían de terminar en una dolorosa y afrentosa Pasión.
SAETA
Si
en ti Jesús no hubo instante
Sin
padecer por mi amor;
¿Como
ha esperado hasta ahora,
A
amarte mi corazón?
Gloria
al Padre, gloria al Hijo
Gloria
al espíritu consolador:
Gloria
al Corazón de Jesús,
Dolorido
por mi amor,
¡Oh
Corazón de Jesús
De
mi amor abrasado
Y
por mis culpas herido!
En
ti solo esperare
Para
no ser confundido
COLOQUIO
Oh
Corazón Dolorosísimo de Jesús, centro de toda su Pasión interior, más acerba
que la exterior; yo te suplico por el dolor que sentiste en el instante mismo de
la Encarnación, cuando previo toda la universidad de penas, que, en el alma, y en
el cuerpo había de padecer en el dilatado curso de treinta y tres años, que seas
para mí una celestial escuela, o universidad, donde estudie, y aprenda todas tus
virtudes, especialmente las de la mansedumbre y humildad, y por estas el amor de
Dios, y del prójimo, en que consiste la divina ley, grabándola como David con estos
caracteres en medio de mi corazón. Amén.
SEGUNDO
DOLOR
El segundo dolor del Corazón Santísimo de Jesús, fue cuando desde el primer instante de su Encarnación, previo la septena espada de dolores, y angustias., que según Simeón babia de atravesar el ternísimo Corazón de su amabilísima Madre María Santísima, quien después de su Eterno Padre era la prenda mas amada de su divino Corazón.
SAETA
O
buen hijo de tal madre,
Si
es tanta tu estimación;
Dadme
amor tierno a María
Dolorosa
en tu Pasión.
Gloria
al Padre, gloria al Hijo
Gloria
al espíritu consolador:
Gloria
al Corazón de Jesús
Herido
por nuestro amor,
Y
al Corazón de María
Traspasado
de dolor.
Oh
Corazón de Jesús
De
mi amor abrasado,
Y
por mis culpas herido,
En
ti solo esperare
Para
no ser contundido.
Alabad
María a Dios
En
todo tiempo
No
permitas que yo ofenda
A
un Dios tan bueno.
COLOQUIO
Oh
Corazón dolorosísimo de Jesús, víctima de una mortal tristeza, tedio, y pavor;
yo te ruego por el dolor, que sentiste en el instante misino de la Encarnación,
cuando previo la septena espada de Dolores, que había de traspasar el tiernísimo
Corazón de vuestra Madre María Santísima sintiéndolos más que ella misma: que
seas para mí un ejemplar vivo de piedad, y compasión, de modo que, imitándoos,
sienta y llore los siete Dolores del Corazón de María, como lloro y siento los
cinco dolores vuestros. Amén.
TERCER
DOLOR
El
tercer dolor del Corazón Santísimo de Jesús, fue, cuando desde el primer instante
de su Encarnación, previo la condenación eterna de tantas almas., aun del
gremio de su Iglesia, que habían de malograr el precio de su sangre, y su abundante
redención, privándose de la gracia, y de la gloria que venía a traerle.
SAETA
¡Oh
cristianos condenados
Cuantos
y cuantos sois!
Mas
vos corazón divino
Salvadnos
por quien vos sois.
Gloria
al padre, gloria al hijo
Gloria
al espíritu consolador:
Gloria
al corazón de Jesús
Dolorido
por mi amor.
Oh
Corazón de Jesús
De
mi amor abrasado
Y
por mis culpas herido.
En
ti solo esperare
Para
no ser confundido.
COLOQUIO
Oh
Corazón dolorosísimo de Jesús, Ara divina de cruentos sacrificios: yo tu pido
por el dolor, que mentiste en el instante de la Encarnación, cuando previó
la condenación eterna de tantos hombres, aun católicos por el malogro del
valioso precio de vuestra sangre, y abundante redención, que seas para mí
el libro de la vida, en que con letras de oro se escriba mi nombre, como se escribió
el de vuestra cliente Margarita; de suerte que vuestro culto me sea una señal
cierta de mi eterna predestinación, la cual, según la prevención de vuestro apóstol
me dé el consuelo y gozo de que mi nombre se haya escrito en vos, místico
cielo. Amén.
CUARTO
DOLOR
El
cuarto dolor del Corazón Santísimo de Jesús, fue cuando desde el instante mismo
de su Encarnación, previo la traición de Judas, y reprobación de los judíos,
los cuales, habiendo sido el pueblo escogido de Dios, por el Gran pecado del
Deicidio habían de comprar la eterna condenación de sus almas, y la ruina de su
patria, con el precio de poco dinero.
SAETA
Si
el perderse los judíos,
Tanto
mi Jesús te hirió,
¡Ay!
de aquellos que son tuyos
Si
vienen a perdición.
Padre
Nuestro y Ave María
Gloria
al padre, gloria al hijo,
Gloria
al espíritu consolador:
Gloria
al Corazón de Jesús
Dolorido
por mi amor.
Oh
Corazón de Jesús,
De
mi amor abrasado
Y
por mis culpas herido,
En
ti solo esperare
Para
no ser confundido.
COLOQUIO
Oh
Corazón de Jesús, teatro lúgubre de trágicas escenas; yo te suplico por el dolor,
que sentiste en el instante de la Encarnación, cuando previo la reprobación
del pueblo judío, el cual siendo el predilecto de Dios había de cegarse en medio
de la luz, perder su patria, y desconocer a su Mesías; que seas para mí por tus
cinco dolores y llagas de tu cuerpo, aquellos cinco soles misteriosos,
que mostrasteis a vuestra siena Margarita, cuyas luces disipen todas mis
tinieblas, me hagan disfrutar mi patria, y me den la vida eterna que consiste
en conocer al padre celestial, y a su Cristo que envío a este mundo. Amén.
QUINTO
DOLOR
El
quinto dolor del Corazón Santísimo de Jesús, fue cuando vio desde el instante
mismo de su Encarnación con la más viva y tétrica imaginación lo que había de
padecer en todos los viernes y miércoles de su vida mortal, con la memoria del último
viernes, en que había de sufrirla acerba muerte de cruz; y del ultimo miércoles,
en que había de
pronunciarse la sentencia y despedirse de su tiernísima madre, pidiéndole su
licencia y bendición para ir a padecer, y morir por los hombres.
SAETA
Si
el perderse los judíos,
Tanto
mi Jesús te hirió,
¡Ay!
de aquellos que son tuyos
Si
vienen a perdición.
Padre
Nuestro y Ave María
Gloria
al padre, gloria al hijo,
Gloria
al espíritu consolador:
Gloria
al Corazón de Jesús
Dolorido
por mi amor.
Oh
Corazón de Jesús,
De
mi amor abrasado
Y
por mis culpas herido,
En
ti solo esperare
Para
no ser confundido.
COLOQUIO
Oh
Corazón de Jesús, teatro lúgubre de trágicas escenas; yo te suplico por el dolor,
que sentiste en el instante de la Encarnación, cuando previo la reprobación
del pueblo judío, el cual siendo el predilecto de Dios había de cegarse en medio
de la luz, perder su patria, y desconocer a su Mesías; que seas para mí por tus
cinco dolores y llagas de tu cuerpo, aquellos cinco soles misteriosos,
que mostrasteis a vuestra siena Margarita, cuyas luces disipen todas mis
tinieblas, me hagan disfrutar mi patria, y me den la vida eterna que consiste
en conocer al padre celestial, y a su Cristo que envío a este mundo. Amén.
ANTÍFONA
El
Señor nos recibió en su seno y Corazón, acordándose de su misericordia.
aleluya.
L/:
Es la misericordia del Señor de generación en generación
R/:
Para los que le temen
ORACIÓN:
Oh Señor Jesús, haz que nosotros seamos vestidos de las virtudes, e inflamados con
los afectos de tu santísimo Corazón, para que merezcamos ser conformes a la
imagen de tu bondad, y participantes de tu Redención. Amén.
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