PARA
LA VISITA DOMICILIARIA DE LA DIVINA PASTDRA
ORACIÓN
QUE SE DIRÁ A LA RECIBIR LA VISITA DE LA DIVINA PASTORA
¡Oh gloriosísima Pastora de nuestras almas: bienvenida seáis a este rinconcito de vuestro redil donde os esperan estas ovejitas Vuestras que sólo viven de vuestro amor! ¡Oh Señora, séaos grata la estancia en esta morada en nuestra compañía! ¡Quiera el cielo que no encontréis en ella cosa alguna que ofenda vuestros purísimos ojos: pues tan honrados nos sentimos en teneros a nuestro lado! Sí, Divina Pastora, la alegría inunda nuestras almas al poder obsequiaros este día con lo poco que podemos. Pequeño es el don, pero Vos con él os contentáis. Y si queréis más, mandad a vuestras ovejas y nosotros obedeceremos. Vuestra voluntad es la nuestra. Vuestro gusto es el nuestro. No ansiamos otra cosa que complaceros. Bendecidnos y vuestra bendición traiga sobre esta casa la gracia del Señor en tanta abundancia, que destierre de ella el pecado para siempre, la haga florecer en todas las virtudes y la asemeje a la casita de Nazareth. En fin. Pastora amada, haced que seamos todos los que nos hallamos a vuestros pies dignos de Vos y de vuestro Hijo Jesús. Amén.
ORACIÓN
QUE SE DIRÁ AL DESPEDIR LA VISITA DE LA DIVINA PASTORA
¡Gloriosísima
Pastora de nuestras almas! ¡Qué rápidas han pasado las horas que nos habéis acompañado!
A l tener que despedirnos de Vos, porque os reclaman otras amadas ovejas vuestras,
nuestro corazón solamente halla consuelo pensando en que para otro mes
volveréis a visitarnos. Mientras llega ese venturoso día procuraremos
aprovecharnos de vuestros ejemplos y de las gracias que habéis derramado sobre esta
morada. No os olvidéis, Pastora amada, de ninguno de nosotros, ni de nuestros
queridos difuntos. Ya conocéis el buen recibimiento que os hemos hecho y lo
mucho que se os quiere en esta casa. Nosotros tampoco nos olvidaremos de Vos;
antes bien, trabajaremos por hacernos más dignos dé Vos y porque se
multipliquen estos coros de la Visita Domiciliaria de vuestra santa imagen.
También os prometemos amar con toda la intensidad de nuestro corazón al Buen
Pastor, vuestro santísimo Hijo. Adiós, Divina Pastora. Dadnos la última
bendición para que con ella merezcamos obsequiaros muchas veces en la vida y
reinar con Vos en el cielo después de la muerte. Amén.
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