martes, 19 de enero de 2021

NOVENA DE LA GRACIA A SAN JUAN GRANDE


NOVENA DE GRACIA

AL SERAFÍN HOSPITALARIO Y MÁRTIR DE LA CARIDAD

SAN JUAN GRANDE

DE LA ORDEN DE SAN JUAN DE DIOS, ABOGADO DE LAS ENFERMEDADES CONTAGIOSAS Y MENTALES.

 

Con licencia de la Autoridad Eclesiástica

 

Por la señal…

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Glorioso San Juan Grande, taumaturgo en favor de los pobres y miserables, que, ofreciéndoos hostia de propiciación e inmolándoos victima de caridad en la asistencia de los apestados, entrelazasteis admirablemente, con el lirio de vuestra inocencia, la laureada palma de mártir. Ved aquí a vuestro devoto que viene a suplicaros, interpongáis vuestros ruegos delante de nuestro dulce Jesús, para que me conceda las gracias que necesito a fin de imitar a vuestras virtudes, y así alcanzar la perseverancia final y el favor especial que vengo a suplicaros, si me ha de servir para mi eterna salvación.

(Pida la gracia) ¡Oh tiernísimo abogado mío!... ya que fuisteis tan caritativo, que os hicisteis todo para todos, ved mis necesidades y remediadlas. Todo lo espero de vuestra intercesión y mis esperanzas no sean fallidas. Amén.

 

Ahora, se dirán tres veces la jaculatoria correspondiente a cada día, alternándola con tres Padres nuestros y Aves Marías, meditando por algún tiempo la virtud del Santo que se propone cada día.

 

 

JACULATORIAS Y VIRTUDES A MEDITAR PARA CADA DÍA DE LA NOVENA

 

DÍA I.

Paciencia y Pureza.

Jaculatoria: Candidísimo Juan, por aquella purísima inocencia que conservasteis desde vuestra infancia hasta la muerte, alcanzadme que sea digno de contemplar eternamente la Divina Bondad.

 

DÍA II

Fé.

Jaculatoria: Oh fervientísimo Juan, por vuestro don singularísimo de fé y devoción al Santísimo Sacramento, alcanzadme que, recibiéndole dignamente en esta vida, sea mi refugio y fortaleza.

 

DÍA III.

Devoción.

Jaculatoria: Varón extático y tiernísimo abogado mío, por vuestra acendrada devoción a María, al amado discípulo y a la Virgen Santa Inés, alcanzadme que, con tales abogados, vena los ataques del mundo, demonio y carne.

 

DÍA IV.

Humildad.

Jaculatoria: Por vuestra humildad profunda, oh bienaventurado Juan Grande, alcanzadme que no me avergüence de la Cruz de Jesucristo, antes bien, a vuestra imitación, me abrace gustoso con ella.

 

DÍA V.

Obediencia.

Jaculatoria: Haced, oh rendidísimo Juan Grande, que, a ejemplo vuestro, obedezca, no solamente a Dios, sino también a mis superiores, lugartenientes de la Divina Autoridad sobre la tierra.

 

DÍA VI.

Paciencia.

Jaculatoria: Oh pacientísimo Juan, por vuestra resignación en tantas injurias, alcanzadme que, con mis impaciencias, no desmerezca ni deshonre el glorioso nombre de cristiano, antes bien lo exalte.

 

DÍA VII.

Amor de Dios.

Jaculatoria: Oh serafín en el amor divino, por la gloria que siempre procurasteis a la Santísima Trinidad, alcanzadme os imite en vuestro encendidísimo amor y un intenso dolor de mis pecados.

 

DÍA VIII.

Oración.

Jaculatoria: Oh San Juan Grande, que todo lo podíais con vuestra continua y fervorosa oración, alcanzadme que, enamorado de esta santa práctica, forme mis mayores delicias y parte de mi ser.

 

DÍA XI.

Caridad.

Jaculatoria: Oh mártir de la caridad, que habéis dado la vida por vuestros hermanos, alcanzadme que, siguiendo vuestro ejemplo, me haga digno de la divina invitación: “Venid, benditos de mi Padre, a poseer el reino de los cielos.”

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Amantísimo Protector mío, confundido por mi gran flaqueza, al considerar cuan lejos estoy de imitar vuestras heróicas virtudes y admirándome de lo bien que habéis sabido copiar en vuestra alma las del Santísimo Corazón de Jesús, especialmente en vuestra angelical pureza, profunda humildad y ardentísima caridad. Viendo tanto mérito y el poder de que gozáis delante de Dios, me atrevo a reiterar mis súplicas, para que presentéis mi demanda ante la Beatísima Trinidad, a quien tanto glorificasteis a los pies de María Inmaculada, dulce objeto de vuestras delicias, y delante de todos los santos, mis protectores y vuestros celestiales hermanos. Amén.

 

 

GOZOS

Ya que en celeste eminencia

Lleno estáis de resplandor:

R/: Contra la peste y demencia

Dadnos Juan vuestro favor.

 

Humilde cuna Carmona,

A vuestros albores dio

De virtud rica corona

Luego en vos resplandeció,

Desde vuestra tierna edad

Fuisteis, ángel de candor.

 

Impulsado de gran celo,

De exaltar la ley divina,

Solo a las sendas del cielo

Vuestro conato camina

Bajo cuyo influjo ardéis

Por la gloria del Señor.

 

El mundo y su vanidad

Al momento conocisteis

Y con cándida ansiedad

Por el claustro os resolvisteis,

De San Juan de Dios regla

Profesáis con gran fervor.

 

Cual serafín abrasado

Y ávido de persecución

Habéis el nombre trocado

Con humilde corazón,

Y en vez de Grande nombraros

Solo os llamáis pecador.

 

Para poder ayudar

A la orfandad afligida

Se os vió elevado cruzar

Las aguas de una avenida

Por cuanto hasta los dementes

Lograron salud mayor.

 

Con el más grande cuidado

Con cariño y con desvelo

A un infeliz apestado,

Disteis socorro y consuelo

Y habéis del mal sucumbido

Victima de vuestro amor.

 

Contra una cruz abrazado

Los sepultureros hallaron

Vuestro cuerpo inanimado,

Que con garfios sepultaron

Por evitar el contagio

Cual previsteis, el rigor.

 

Vuestros méritos corona

Al fin de vuestra jornada

El Señor que os galardona

En la celestial morada

En donde por toda gracia

Sois un grande intercesor.

 

Patentes son muy convincente

De vuestra virtud sincera

Los milagros que el Potente

Vos intercediendo hiciera

Pues no hay dolor ni quebranto

Que resista a vuestro ardor.

 

Compiten vuestros devotos,

en daros la mayor gloria

Y acoge todos sus votos

Vuestra piedad notoria

Su patrón sois elegido

Con festivo clamor.

 

Ya que en celeste eminencia

Lleno estáis de resplandor:

R/: Contra la peste y demencia

Dadnos Juan vuestro favor.

 

L/: El Señor conduce al Justo por camino recto.

R/: Y le muestra el reino de Dios.

 

ORACIÓN: ¡Dios mío! por los merecimientos del Bienaventurado Juan, que sostenido por el ardor de tu caridad se inmoló a ti cual víctima, concédenos propicio que ayudados con su patrocinio y dirigidos constantemente por las obras de misericordia, merezcamos obtener también el premio prometido a los misericordiosos. Por nuestro Señor Jesucristo Amen.

 

 


 

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