NOVENA
A LA PURIFICACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
CON
EL TÍTULO DE
NUESTRA
SEÑORA DE CANDELARIA
Compuesta
por D. Ramón Muñoz y Andrade
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Señora
y Madre mía, desde hoy me ofrezco a vuestro santo servicio, para ser sumiso
esclavo u vuestro verdadero devoto. Recibidme en el dichosísimo numero de
vuestros queridos y predilectos hijos, tratadme como el más pequeño de ellos. Yo
corro a vuestra piedad y misericordia: ofrezco cuanto de bueno hiciere,
confiado en vuestra poderosa protección. Acogedme bajo vuestro amparo y seré
feliz. Así lo espero de vuestro amoroso y tiernísimo corazón, y para mejor
conseguirlo, os recuerdo el misterio gozoso de vuestra Purificación cuando
presentaste a vuestro Santísimo Hijo en el templo, anunciándoos el anciano
Simeón que una penetrante espada traspasaría vuestro Corazón. Yo os ofrezco
este corto tributo de mi gratitud, dignaos recibirle y dispensadme vuestra
amorosa y maternal predilección. Amén.
DÍA
PRIMERO
ORACIÓN
¡Oh
Virgen dulcísima, espejo sin mancha y ejemplar de toda virtud! Que cumplidos los
cuarenta días de vuestro sagrado parto, quistéis presentaros en el templo para ser
purificada según la ley, sin embargo, de ser la más pura de todas las vírgenes:
haced que, a vuestra imitación, conservemos nosotros el corazón puro de toda
culpa, para que merezcamos ser algún día, presentados en el templo de la gloria.
Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh
Virgen Santísima María! Fuente de pureza, concebida sin pecado original, en el
instante primero de tu ser natural, habiéndole Dios formado más pura y más limpia
que los cielos, y más santa que los santos, para templo vivo donde se había de
ofrecer el Unigénito Hijo del Eterno Padre en sacrificio para nuestra mayor
enseñanza siendo libre de la ley, Madre del Supremo Legislador, a los cuarenta
días de tu dichoso parto, cumplisteis con la ley de la purificación, nosotros
te suplicamos, por tu singular pureza, nos alcances de tu Santísimo Hijo,
gracia para lavar y purificar nuestras almas en las fuentes de los santos
sacramentos, para que limpios de toda culpa, en brazos de tu misericordia, en
la hora de la muerte sea nuestra alma presentada en el templo de tu gloria. Amén.
GOZOS
Pue
s sois nuestra protección
María
Purificada,
R/:
Alcanzadnos abogada
pureza
en el corazón.
Cuarenta
días cumplieron
Que
de un Dios nos alumbrasteis,
Y
al templo con el pasasteis
Donde
de humildad os vieron,
Cumplir
con la obligación
De
que estabais preservada.
En
esta acción gran Señora,
A
vuestro Hijo imitado
Que
el traje disimulado
Vino
con forma pecadora,
De
obediente dais lección
Siendo
siempre Inmaculada.
Para
que arda cual lucero
En
cera de humanidad
A
Jesús vuestra piedad,
Símbolo
del Candelero,
Ofreció
con devoción
De
santo Celo inflamada.
Cual
paloma que el olivo
Al
Arca vino a traer,
A
Jesús fuiste a ofrecer
De
la Paz anuncio vivo,
Donde
vuestra mediación,
Se
conoció acreditada.
Abrahán
por Isaac su hijo
Ofreció
a Dios un cordero,
De
Dios el más verdadero
Por
el pecado produjo,
Ofreció
vuestra atención
De
los hombres lastimada.
A
Jesús simbolizado
En
el racimo ofrecisteis,
Cuyo
fruto conocisteis
Medicina
del pecado,
Y
de amor divino Don
Esta
gracia penetrada.
Dos
palomas ofrecisteis
Símbolo
de inocencia,
Como
pobre en excelencia
Por
culpa en que no incurristeis,
Y
pues tan humilde acción
Os
dejó más exaltada.
En
los brazos de Simeón,
Cisne
de divino canto,
A
Jesús vió vuestro llanto
Con
pena del corazón,
Su
profética atención
Vuestra
alma vió traspasada.
Desde
que le redimiste
Con
cinco siclos Señora,
Para
el hombre protectora,
Otra
vez le recibisteis
Del
Eterno Padre Don
Palabra
por vos comprada.
Los
gentiles este día,
A
sus dioses imploraban
Con
candelas, que alumbraban
Sobre
su ciega porfía,
La
Iglesia con atención,
Os
ruega siempre humillada.
Y
pues nuestra devoción,
Os
proclama Madre amada,
R/:
Alcanzados abogada
Pureza
en el corazón.
OREMOS: Dios
todopoderoso y eterno, en este día en que tu Hijo único fue presentado en el
templo con un cuerpo como el nuestro, te pedimos nos concedas a nosotros poder
ser presentados ante ti, plenamente renovados en nuestro espíritu. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
DÍA
SEGUNDO
ORACIÓN
¡Oh
Virgen obedientísima! Que, a semejanza de las demás mujeres, quisisteis ofrecer
en el templo el sacrificio acostumbrado: haced que, a vuestro santo ejemplo, también
nosotros hagamos al Señor continuo sacrificio de nosotros mismos con la
práctica de todas las virtudes. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
DÍA
TERCERO
ORACIÓN
¡Nobilísima
Virgen! Que, por observar el precepto de la ley, en nada tuvisteis el ser
reputada por inmunda, alcanzadnos la gracia de que, aunque el mundo nos tenga
por culpables, mantengamos siempre puro nuestro corazón de todo pecado. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
DÍA
CUARTO
ORACIÓN
¡Santísima
Virgen! Que, en el acto de presentar a nuestro Jesús al Eterno Padre, vuestro
Divino Hijo, disteis tanto placer a todo el mundo: presentad también a Dios nuestros
corazones, para que con su gracia nos preserve y libre de todo pecado. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
DÍA
QUINTO
ORACIÓN
¡Candidísima
Virgen María! Que entregando a Jesús en los brazos del Santo anciano Simeón,
llenasteis su espíritu de celestial dulzura: ofreced también nuestros corazones
en las manos del Señor, para que los llene de su divino espíritu. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
DÍA
SEXTO
ORACIÓN
¡Divinísima
Virgen! Que, rescatando a Jesús, vuestro querido Hijo, según lo mandaba la ley,
cooperasteis a la redención del género humano: librad nuestro corazón de la esclavitud
del pecado, para que en adelante sea siempre puro y agradable a los divinos
ojos. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
DÍA
SÉPTIMO
ORACIÓN
¡Dulcísima
Virgen! Que oyendo de la boca del Santo Simeón la profecía de vuestras angustias
y dolores, os resignasteis al instante a la voluntad del Altísimo: haced
también que nosotros llevemos con paciencia las tribulaciones y penas de
nuestra vida, resignados totalmente en el divino beneplácito. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
DÍA
OCTAVO
ORACIÓN
¡Gloriosísima
Virgen! Que, llenando por medio de vuestro querido Hijo, a Ana profetiza de
soberana luz, hicisteis que ensalzase la misericordia divina, reconociendo a
Jesús por Redentor del mundo: colmad igualmente nuestro espíritu de celestial
gracia, para que logremos el copioso fruto de nuestra redención. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
DÍA
NOVENO
ORACIÓN
¡Dichosísima
Virgen! Que, al considerar los dolores y afrentas que había de sufrir vuestro
Santísimo Hijo en su sagrada Pasión, sentías atravesado vuestro pecho con una
espada de dolor, y viendo la aflicción de vuestro esposo Señor San José, que experimentaba,
al veros tan afligida, le consolabais con dulces y amorosas palabras: traspasad
Señora, nuestro corazón con un vico dolor de nuestros pecados, para que después
logremos participar de vuestros gozos eternamente en la gloria. Amén.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
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