miércoles, 31 de marzo de 2021

CORONA A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD


CORONA DOLOROSA DEDICADA A NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD DE MEXICO

Para todos los viernes del año y en particular para los de Cuaresma.

 

Imprenta de A. Vanegas. Calle Santa Teresa No. 1, México, año 1914.

 

 

CORONA DOLOROSA

 

Hecha la señal de la cruz se dirá el acto de contrición.

 

PRIMER DOLOR

Se ha de considerar cuando le anuncio el sacerdote Simeón que su corazón purísimo había de ser el blanco de la pasión de su querido Hijo.

 

Virgen y Madre de Dios

De agudos dolores llena,

Para que mi alma se salve

Tomadla por vuestra cuenta.

 

Un Padre nuestro y siete Ave Marías con Gloria Patri.

 

SEGUNDO DOLOR

Se ha de considerar la huida y destierro a Egipto.

 

         Virgen y Madre, etc.

 

TERCER DOLOR

Se ha de considerar la pérdida por tres días de su Santísimo Hijo en Jerusalén.

 

         Virgen y Madre, etc.

 

CUARTO DOLOR

Se ha de considerar cuando vio a su Santísimo Hijo con la cruz a cuestas.

 

         Virgen y Madre, etc.

 

QUINTO DOLOR

Se ha de considerar cuando vio morir a su Santísimo Hijo en la cruz.

 

         Virgen y Madre, etc.

 

SEXTO DOLOR

Se ha de considerar cuando recibió en sus brazos el Santísimo Cuerpo de su Hijo difunto.

 

         Virgen y Madre, etc.

 

SÉPTIMO DOLOR

Se ha de considerar su amarga Soledad después de sepultado su Hijo.

 

         Virgen y Madre, etc.

 

Padrenuestro, tres Ave Marías con Gloria Patri y Salve.

 

 

EL STABAT MATER

 

CANTICO PARA LOS DIAS DE PASION

Triste y llorosa la Madre

Al pie de la Cruz estaba,

Donde pendiente se hallaba

El Hijo de su dolor

Y su corazón ardiente

Contristado y dolorido,

Entre el agudo gemido

Dura espada traspasó.

 

¡Oh! Cuánta congoja y pena

Para la Reina escogida

En tanto pesar sumida,

Siendo la Madre de Dios!

Melancólica y doliente,

Y en confuso desaliento,

Del Hijo Excelso el tormento

Conturbada lamentó,

 

¿Quién será el hombre que pueda

Ver sin llorar tanto duelo

La Madre del Rey del cielo

En suplicio tan atroz?

¿Quién no tiembla contemplando

Una Madre tan piadosa

Cerca de la Cruz llorosa,

Y expirando el Redentor?

 

Mira a Jesús azotado,

Y en aquél trance violento,

Por los pecados sin cuento

De su infiel generación:

Y mira a tan dulce Hijo,

Desolado y moribundo,

Espectáculo del mundo

Causa de tanto baldón.

 

Fuente de amor, Madre mía,

Haced que yo experimente

Ese dolor tan vehemente

Y logre llorar con Vos:

Y que mi pecho se inunde

En fervorosos amores,

Sirviendo con mis dolores

A Cristo, mi bienhechor.

 

Haced que con las sangrientas

Llagas del Crucificado

Quede igualmente sellado

Mi rebelde corazón.

Partid conmigo las penas

De un Hijo tan eminente,

Que impecable e inocente,

Sufrir por mí se dignó

 

Haced que mientras viviese

Os acompañe en el llanto,

Y con la de Cristo Santo

Se confunda mi aflicción.

Al pie de la Cruz contigo

Quiero vivir, Madre mía,

Y haceros fiel compañía

En tanta desolación.

 

Virgen pura, sobre todas

Las vírgenes; tu indulgencia

Me alcance la preeminencia

De llorar junto a tu amor.

Haced que lleve conmigo

De Jesucristo la muerte,

Y que comparta la suerte

Y angustias de su Pasión.

 

Haced que con sus heridas

Me sienta yo vulnerado,

Y que en su Cruz embriagado

Encuentre la salvación.

Que de tanto amor en premio,

Lleno de fe y esperanza,

El día de la venganza

Me valga tu mediación.

 

La Cruz y muerte de Cristo

Me sirva de escudo y guía:

Dándome su valentía

La gracia del Salvador.

Y cuando el cuerpo reciba

La ley mortal que le oprime

Que mi alma se sublime

Al Dios remunerador.

 

Letanía Lauretana.

 

Una súplica a María Santísima por intención de la persona que arregló este himno


 Colaboración de Carlos Villaman.

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