miércoles, 31 de marzo de 2021

SIETE PALABRAS AL SEÑOR DEL BUEN DESPACHO


LAS SIETE PALABRAS DEL SEÑOR DEL BUEN DESPACHO

 

LAS SIETE PALABRAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, CON ALABANZA AL SEÑOR DEL BUEN DESPACHO

 

Imprenta de A. Vanegas Arroyo, Calle de Santa Teresa Núm. 1, México, año 1899.

 

PRIMERA PALABRA

Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.

(LUC., CAP. XXIII, VERS. XLIII.)

 

¡Santo Dios! Al esperar

Pues en aquel estado

Los que te han crucificado

No queden sin perdonar,

A más no pueden llegar

Los extremos de tu amor,

Pues del indulto, Señor,

Que les deseas tan activo,

Das por bastante motivo

La ignorancia de un error.

 

Un Credo.

 

 

SEGUNDA PALABRA

En verdad te digo: Hoy estarás conmigo en el paraíso.

(LUC., CAP. XXIII, VERS. XLIII.)

 

Dimas con conocimiento

De oblación tan singular,

Ve de la cruz al altar

E interpone su memento.

El paraíso en un momento

Alcanza por galardón

Preciando de buen ladrón

Quien después de mal vivir

Cuando está pronto a morir

Sabe robar su perdón.

 

Un Credo.

 

 

TERCERA PALABRA

Ves ahí a tu madre: Ves ahí a tu Hijo;

(JUAN, CAP. XIX, VERS. XXVI.)

 

Hablar el Crucificado

A María y Juan ha podido,

Y en lo que les ha cedido

Resulta Juan mejorado

Pues visto bien con cuidado

Lo que les dona ese día

De Juan a su Madre fía

La fiel acción, la ternura,

Y a Juan otorga a la pura

Maternidad de María.

 

Un Credo.

 

 

CUARTA PALABRA

Dios mío, Dios mío ¿porqué me has desamparado?

(MAT., CAP. XXVII, VERS. XLVI.)

 

Pendiente ¡oh Dios! Del madero,

Alzas la voz compungida,

Al tiempo de estar tu vida

En el instante postrero,

De su clamor lastimero

Es el motivo bien claro,

Pues sientes, según reparo,

En tormento tan infiel,

Más que una muerte cruel,

De tu Padre el desamparo.

 

Un Credo.

 

 

QUINTA PALABRA.

Sed tengo,

(JUAN, CAP. XIX, VERS. XXX.)

 

Como encanecido va

A morir tu corazón,

Pides agua por razón

De lo sediento que está,

Pides agua y hiel te da

Del pueblo el furioso brío;

¡Oh! Si en ardor tan impío

Con que tus labios inflamas

Apagan la sed que clamas,

Que te devora, ¡Dios mío!

 

Un Credo.

 

 

 

SEXTA PALABRA.

Todo acabó,

(JUAN, CAP. XIX, VERS. XXX.)

 

De modo te anonadaste

Que cuando al mundo viniste

En un pesebre naciste,

En una cruz expiraste,

El resto a tu amor echaste

Lleno de Santa aflicción,

Pues con la satisfacción

De ser tu sangre sagrada

La que dejó consumada

La obra de la redención.

 

Un Credo.

 

 

SEPTIMA PALABRA.

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

(LUC., CAP. XXIII, VERS. XLVI.)

 

¡Qué! ¡ya expiras! ¿Quién fuera,

Quién fuera tan venturoso,

Que en ese seno piadoso

Depositado muriera?

No mueras aún… espera…

Dulcísimo Redentor,

Mas ¡ay!, que a tanto dolor

Sin tener ya movimiento,

Rindes el último aliento

En las manos del Señor.

 

Un Credo.

 

 

 

ALABANZAS AL SEÑOR DEL BUEN DESPACHO.

 

¡Oh, del Buen Despacho,

Prodigioso Cristo!

Mil gracias te damos

Por tus beneficios.

 

Tú eres el piloto

Del frágil navío,

Que los mares surca

Sin correr peligro.

 

Los males acaban

Siempre que contritos,

Ansiosos volemos

A buscar tu abrigo.

 

Cualquier epidemia

Cede a los suspiros

De los que te invocan

Con tiernos gemidos.

 

No turbe el reposo

De tus caros hijos,

La discordia fiera

Monstruo del abismo.

 

Tú nos alimentas,

Nos das el vestido,

Por ti nos movemos

Y por ti vivimos.

 

Y pues nos dispensas

Bienes infinitos,

¡Oh, Señor! Escucha

Lo que ahora pedimos.

 

Al pastor supremo

Del cristiano aprisco,

Cubre con las alas

De tu patrocinio.

 

A tu vuelo excelso

Sacerdotes dignos

Se encienden las almas

En tu amor divino.

 

Bajo ellas repose

El gobierno digno,

Que por tus piedades

Nos ha concedido.

 

Y mientras al cielo

Llegamos unidos,

Conduce mis pasos

Por santos caminos.

 

Adiós, Padre Santo,

Dulce compasivo,

Llévanos al puerto

De tus escogidos.

 

Tu piadoso apagas

El rayo encendido

Que por delincuentes

Debía consumirnos.

 

A los caminantes

Protege propicio,

Y a los labradores

Da frutos óptimos.

 

Los reyes, los jueces

Sean al punto escritos

De tu gran clemencia

En el Santo Libro.

 

A los militares

Y demás ministros

Ciñe con laureles

Todos sus sentidos.

 

Conduce las almas

Por un mar tranquilo

Condúcelas siempre

Hasta su destino.

 

A los comerciantes

¡Oh, Jesús divino!

Aumenta su acierto

En el trato y giro.

 

Tu amor y tu gracia

A los fieles vivos,

Y a los difuntos

Tu reino divino.

 

A los artesanos

En trabajos nimios,

Sus brazos fomenta

En últil servicio.

 

Libertad al preso,

Al doliente alivio,

Al huérfano amparo,

Socorro al mendigo.

 

Y estando en la gloria,

Tus amados hijos,

Seremos dichosos

Por todos los siglos.

 

¡Oh del Buen Despacho

Prodigioso Cristo!

Mil gracias te damos

Por tus beneficios.

 

Santo Dios,

Santo Fuerte,

Santo Inmortal,

Líbranos, Señor,

De todo mal.

 

LAUS DEO 


 Colaboración de Carlos Vilaman

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