CONSIDERACION VII.
Era
José, hijo primogénito de Jacob, el pariente más inmediato de la hija heredera
de san Joaquín, y el que, por consecuencia, estaba prevenido por el cielo y
decretado por la ley para contraer con Ella su alianza. Era José también por
las excelentes virtudes que desde su niñez le hicieron grande y distinguido
entre los hebreos, acreedor a los desposorios con su prima; y á El, inspirados
de lo alto, se la concedieron por Esposa los sacerdotes, a cuyo cuidado estaba después
de la muerte de sus padres, que aconteció a los ocho años de la presentación en
el Templo. Todo iba gobernado por el consejo de la Augustísima Trinidad, como
que aquel enlace había de servir para que el misterio de la Encarnación del
Verlo Eterno se ejecutará bajo la sombra de un matrimonio público, y con las
precauciones de la más sabía providencia. Pasaba todo esto en la capital que
era Jerusalén, y en aquel magnífico templo cuyas riquezas, que apenas se pueden
numerar, estaban representando los designios de aquellos desposorios; sin que
el sacerdocio entendiese que aquella resolución, que en el santuario parecía
medirse por las reglas de una providencia común, había de decidir la suerte más
feliz y ventajosa a las naciones, Analizando en el mayor de los prodigios. José
tenía razón de lisonjearse de aquella alianza que el Dios de Abrahán había
dispuesto a su hija, y aunque sus pensamientos no se extendían a las
intenciones de la corte celestial en aquel enlace con la hija y heredera de
Joaquín, verosímilmente percibía en los atractivos de la niña ciertos rasgos
que le anunciaban felicidades y bendiciones. Mas no se le ofreció por entonces que
sus desposorios podían ser el cumplimiento del oráculo de Isaías, cuando
anunció que una Virgen concebiría y daría a luz un hijo cuyo nombre
querría decir Dios con nosotros, y que un joven habitaría con una
Virgen. Refieren los continuadores de Bolando, que el anillo que el señor
san José dió en su matrimonio a la Virgen María, se conserva en Perusa, una de las
ciudades de la Umbría, perteneciente a los dominios de la Iglesia, y que
confina con los estados del gran ducado de Toscana.
ORACION
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