CONSIDERACION XXVII.
Después del regreso de Jerusalén á Nazaret, vivió el Señor San José en compañía de la Virgen y de su hijo Jesús hasta que este entró en los treinta años de su edad, según la sentencia de San Gerónimo. De esta vida no tenemos más historia que aquellas dos palabras de San Lucas: subditus Mis, Jesús vivía sujeto a sus padres; pero podemos creer que José crecería en virtudes y méritos delante de Dios, a quien tenía hecho hombre a su lado, logrando sus consejos y ejemplo, y haciéndose más y más digno del tan glorioso dictado de Justo con que le condecora el Evangelio.
ORACION
Oh felicísimo José, que por tantos años lograste la dulce compañía do Jesús, de quien aprendiste perfección altísima, yo te ruego humildemente que me alcances que Jesús sea mi maestro y me dé docilidad y fortaleza para seguir sus enseñanzas. Amén.
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