jueves, 15 de abril de 2021

MES A LOS DOCE APÓSTOLES


MES DEVOTO

A HONRA DE LOS DOCE AMADOS DISCÍPULOS DE CRISTO NUESTRO SEÑOR

LOS SANTO APÓSTOLES

 

PRÍNCIPES Y FUNDAMENTOS DE LA CATÓLICA IGLESIA

 

Devoción muy útil y provechosa para alcanzar salud de alma y cuerpo, y socorro en nuestras necesidades.

Dispuesto por D. José Casimiro Gutiérrez de Huesca

 

Reimpresa en la Puebla de los Ángeles

Por los Herederos de la Viuda de Miguel de Ortega, en el portal de las flores. Año de 1776

 

ORDEN Y MÉTODO

Puede hacerse en cualquier época del año, según lo pida la necesidad de los devotos, para cuyo remedio se recurre al patrocinio apostólico, pero más a propósito, parece comenzarlo el día primero de cada mes y acabarlo el ultimo del mismo, confesando y comulgando el día en que se diere principio a esta devoción y el día que se finalizare, o más, a dirección del Padre espiritual. Este mes se reduce a tres oraciones, que son: el acto de contrición, luego se rezarán los credos (como se verá más adelante) los que acabados se reza la deprecación a María Santísima, y acabándose esta se reza todos los días una salve y se hace la petición, acabada se dice la de los Santos Apóstoles, que es con la que se da fin. Pero los devotos que quisieran pueden rezar los gozos, para con ellos obligar a mas a nuestros santos, a que interpongan sus ruegos con Dios nuestro Señor, para alcanzar el socorro de la necesidad con que recurrimos.

Puestos de rodillas delante de la imagen de Cristo, o de los Doce Apóstoles, después de haberse signado, se dice lo siguiente:


ACTO DE CONTRICIÓN

Omnipotente, Sabio, Poderoso, Misericordioso y Providentísimo Dios, Criador de todas las cosas, que las riges y gobiernas con providencia inescrutable, humildemente postrado ante el real acatamiento de tu Majestad Soberana, te pido y ruego por la Sangre preciosísima de tu Hijo Santísimo, por la Pasión y Muerte que por mi padeció, por los méritos de su vida y los de la Santísima Virgen María, mi Señora, te dignes de concederme un dolor verdadero de mis culpas, para que, arrepintiéndome de mis culpas, para que arrepintiéndome de todas ellas, quede mi alma limpia y sea estimulada al candor de la inocencia y libre de la fealdad del pecado, para que de ese modo viva siempre en gracia y como quien ha de morir. También te pido que te dignes de concederme el favor que en esta devoción pretendo, por la intercesión de los Santos Apóstoles, tus queridos y amados Discípulos, a quienes suplico enderecen mi petición a lo que sea más del agrado de tu Majestad Divina, bien y aprovechamiento de mi alma. Amén.

Aquí se reza el primer día un Credo, el segundo dos, el tercero tres, y así se van aumentando hasta rezar tantos cuantos son los días del mes, y acabado el credo del día correspondiente se dice lo siguiente:

 

 

ORACIÓN

¡Oh Emperatriz Soberana! Reina y Señora del Universo, Madre del Redentor de las almas, refugio y asilo de los desamparados, a quien la Majestad Divina se ha dignado de dotar de tantas prerrogativas, cuales no ha gozado ni gozará jamás criatura alguna: te ruego, Señora mía, por todas ellas que te dignes de mirarme con los benignísimos de Madre, intercediendo por mí con tu Hijo Santísimo, especialmente en el trance riguroso de la muerte, y en esta aflicción con que vengo al amparo de tu majestad: halle Señora, el consuelo que necesito, si conviene a la mayor gloria de Dios nuestro Señor, tuya y bien de mi alma. Amén.

Se reza una Salve a la Santísima Virgen María, y luego se hace la petición, pidiendo cada uno con humildad profunda lo que se desea, y luego la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Gloriosísimo Apostolado de Cristo nuestro Señor! sagrados héroes de la gracia, Príncipes y fundamentos de la Iglesia Santa, ministros idóneos de su Evangelio, fidelísimos pensadores de los soberanos misterios y sacramentos con que enriqueció la Iglesia que adquirió con su Sangre preciosísima, arcas en quienes Dios depositó el remedio de los necesitados de cuerpo y alma, a vuestro patrocinio llego confiado, en que intercederéis por todos los que en vuestro honor hacemos este mes, para que esta necesidad con que recurrimos a vuestro amparo sea socorrida, y que a la hora de nuestra muerte no nos desamparéis, para que en el instante en que se aparten nuestras almas de nuestros cuerpos, sean por vuestras manos presentadas en el Tribunal de la Santísima Trinidad, y que así logremos entrar en la posesión de la Gloria, en donde en vuestra compañía, alabemos a Dios nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

GOZOS

Pues vuestros sacros honores

Resuena el metro sonoro:

Sacro Apostólico Coro

Rogad por los pecadores.

 

En vuestra virtud constante

Se afianza y asegura

La fábrica y hermosura

De la Iglesia Militante,

Siempre quedará triunfante

Del infierno y sus horrores:

 

Con vuestra sangre vertida

Se fecunda hermosa planta

Y viña la Iglesia Santa,

Siempre abundante y crecida

Con tal riego enriquecida

Se conserva en sus verdores:

 

Sois príncipes eminentes

Capitanes esforzados,

Del cielo, invictos soldados,

De la Iglesia Presidentes,

Sois sus Astros refulgentes

Y luminarias mayores:

 

Con vuestra luz se ilumina

De la verdad la columna,

Como el sol la luna,

Brilla con vuestra doctrina,

A todo el mundo encamina

Y lo preserva de errores:

 

Jesús os formó Corderos,

Y como fuertes leones

Vencisteis los escuadrones,

De los lobos carniceros,

De los tiranos más fieros

Quebrantasteis los furores:

 

Por los jueces os ha nombrado

El Sumo Rey de los Reyes

Para ejecutar sus leyes

En el supremo juzgado,

En todo os ha confiado

La gloria de sus honores:

 

Abrís las puertas del Cielo

A todos los hombres dignos,

Y las cierra a los indignos

El ardor de vuestro celo,

Seguro tiene el consuelo

Quien logra vuestros favores:

 

Con la obediencia debida

Se rinden luego veloces,

De vuestro imperio a las voces

El mal, salud, muerte y vida,

Tanto prodigio convida

A esperar bienes mayores:

 

Pues estas sacras memorias

Exaltan vuestros blasones,

Moved nuestros corazones

Para seguir vuestras glorias,

Vuestras sagradas victorias

Alientan nuestros temores:

 

Y pues de tantos loores

Es digno vuestro decoro:

Sacro Apostólico Coro

Rogad por los pecadores.

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