SEPTENARIO
EN
HONRA DE LA ESCLARECIDA VIRGEN Y EMPERATRIZ DE ETIOPÍA
SANTA
IFIGENIA
Para
impetrar por medio de sus méritos, el alivio y socorro en nuestras necesidades
Dispuesto
por D. Juan Fausto de Oca, humilde devoto de la gloriosa Santa
Con licencia eclesiástica en México, por José Bernardo de Hogal, año de 1730 y por su original en Puebla de los Ángeles, año de 1748
MODO DE
HACER EL SEPTENARIO
En todo tiempo como desterrados en este valle de miserias, estamos necesitados a acogernos a la protección de nuestros Santos Patronos, para conseguir el socorro de nuestras aflicciones, y así en cualquier tiempo del año, se puede ejercitar esta devoción, el propio es comenzar el 14 de septiembre, para terminar el veinte, víspera de la gloriosa Santa, que ocurre en el día del glorioso Apóstol San Mateo. El primer día, puedes confesarte y comulgar, para llegar con mayor dignidad a hacer tu súplica, y si no, procurase disponer para que lo hagas el día de la Santa. Cada día procurarás ejercitarte en aquella virtud, que la oración del día insinuare. Todas las noches harás diligente examen de tu conciencia, con gran dolor de haber ofendido a tu Padre Dios, y terminarás con un fervoroso acto de contrición, procurarás dar alguna limosna, al menos a las benditas almas del Purgatorio.
ACTO DE
CONTRICIÓN
Dios y Señor de Eterna Majestad, a quien de justicia debemos adorar, amar y alabar: pésame de todo corazón de haberos ofendido, diera la vida por hacer pecado y la daré por no volveros a ofender. Señor y Dios mío, solo yo he de vivir y así me dedico y ofrezco a serviros este día, como si en el hubiera de morir en cualquier tiempo, Señor, que enviare vuestra Majestad la muerte sobre mí, la abrazaré con todo afecto, como castigo de mis gravísimas culpas, y como amable remedio de no volver a cometerlas, confieso que merezco la muerte, y por ella os adoro y glorifico, dadme Dios mío, vuestro amparo, para agradaros y serviros, dadme también el amparo y socorro de la Reina de los Ángeles, María Santísima, y de la gloriosa Virgen Santa Ifigenia, para cumplir el firme propósito que hago de no ofenderos más, peque Señor, tened misericordia de mí. Amén.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísimo
Jesús mío, Redentor de mi vida, yo os ofrezco mi corazón y con el todas mis
obras, palabras y pensamientos: recibid, dulcísimo Padre mío, este corazón que
os ama y adora, y quisiera amaros, y adoraros con todo el amor que os tienen
las criaturas, angélicas y humanas, yo os suplico, encendáis mi voluntad, en
encendidos deseos de amaros más y más, y por los méritos e intercesión de
vuestra amada esposa la Virgen Santa Ifigenia, me concedáis por las dolorosas
llagas de vuestro Santísimo Cuerpo, los preciosos dones del Divino Espíritu,
principalmente de vuestro Santo Temor, para lo cual pongo también por mediante,
a los siete Gloriosísimos Príncipes, que asisten delante de vuestro excelso
Trono y la gracia que os pido en este septenario, si ha de ser para gloria
vuestra y bien de mi alma. Amén.
Se
rezan tres Padres nuestros, Aves Marías, y Credos a la Santísima Trinidad.
DÍA
PRIMERO
ORACIÓN
Gloriosísima
Emperatriz de Etiopía, hermosísima morena Santa Ifigenia, que por medio del
glorioso Apóstol San Mateo y su predicación, os rendisteis humilde a la fé
Católica, alistando plaza en la bandera de Jesucristo, y poniendo por timbre de
vuestra nobleza la señal de la Santa Cruz, que mandasteis esculpir en vuestras
armas, para hacer notorio al mundo, que vuestra mayor nobleza, era militar en
el número de los escogidos católicos, y que el mayor triunfo que habías
conseguido, era rendiros a la suavidad del Evangelio: rendidamente os suplico,
abogada mía, me alcancéis de nuestro Dios y Señor, me deis gracia para
apartarme de mis muchas culpas, que me hacen indigno del nombre de cristiano, para
que rendido al conocimiento de mi miseria, y marcando con la Cruz de la
penitencia, y mortificación, merezca ser inscrito en el libro de la vida,
alcanzadme este favor y también el que os pido en este septenario, si ha de ser
para gloria y honra de Dios y bien de mi alma. Amén.
DÍA
SEGUNDO
ORACIÓN
Gloriosísima
Emperatriz de Etiopía, bellísima morena Santa Ifigenia, que
movida del fraternal afecto y encendida caridad, a vista de tu difunta hermana,
con devotas peticiones y humildes ruegos, conseguisteis del glorioso San Mateo,
que fuera restaurada la vida, y que a vista de esta maravillosa resurrección,
se convirtieran las gentes a la Ley Evangélica: humildemente os suplico, que interponiendo
vuestros ruegos y méritos, me alcancéis de vuestro Divino Esposo, la gracia
para resucitar por medio de una verdadera, entera y dolorosa confesión, de la
muerte de la culpa, a la vida de la gracia, caridad perfecta para con mi Dios y
Señor, piedad y misericordia para con mis prójimos, y también la gracia y favor
que pretendo y pido en este septenario, si ha de ser para gloria suya y bien de
mi alma. Amén.
DÍA
TERCERO
ORACIÓN
Gloriosísima
Emperatriz de Etiopía, bellísima morena Santa Ifigenia, que desengañada por la
predicación de vuestro maestro, el Glorioso Apóstol San Mateo, de lo caduco y
perecedero de las honras, dignidades, riquezas y halagos del mundo,
determinasteis dar de mano a todos por seguir solamente a Cristo Crucificado, y
solo hicisteis aprecio de los bienes espirituales y divinos, humildemente os
suplico, me alcancéis de vuestro amantísimo esposo, gracia y fortaleza, para
renunciar con todo el afecto de mi alma, todo lo vano y engañoso del mundo para
seguir con conciencia pura las huellas de mi amoroso dueño, viviendo crucificado
a mis pasiones, para ser de esta suerte, agradable a su Majestad, y alcanzadme
cambiar el favor que pretendo en este septenario, si ha de ser de honra de Dios
y provecho de mi alma. Amén.
DÍA
CUARTO
ORACIÓN
Gloriosísima
Emperatriz de Etiopía, bellísima morena Santa Ifigenia, que permaneciste en el
desprecio de los honores del siglo, para poder mejor daros a las obras de
piedad y virtud, alentando otras nobles compañeras, determinasteis fundar, y
fundasteis, un monasterio en que poder con menos embarazo, triunfar del demonio
y sus afluencias, desterrar los vicios y ejercitar las virtudes, siendo la primera
monja del mundo, y la que dio principio a la vida regular, vistiendo grosero
paño y viviendo en comunidad y clausura: suplícote humildemente, me alcances de
tu divino esposo Jesús, gracia para resolverme de una vez a seguir el camino de
la vida eterna, ejercitando las virtudes, y dando de mano a los vicios, para
ser así agradable a su Divina Majestad, y alcanzadme también el favor que os
pido en este septenario, si ha de ser para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
DÍA
QUINTO
ORACIÓN
Gloriosísima
Emperatriz de Etiopía, bellísima morena Santa Ifigenia, que perseguida de
Hircano, vuestro hermano, heredero en el imperio, que pretendía sacaros del monasterio
para gozar en agradable inmenso de vuestra hermosura, dándoos la mano de
esposo, para que en su compañía, gozarais de la Corona y reinazgo, resististeis
fuerte a su pretensión, gustando más del retiro, que de todo el Imperio, y
guardando así fidelidad a vuestro amorosísimo Esposo Jesús, con quien os habías
desposado en la solemne profesión, que habías hecho de manos de vuestro maestro
y espiritual Padre, el glorioso Apóstol San Mateo: rendidamente os suplico me alcancéis
de su Majestad Divina, gracia para resistir fuerte a las tentaciones y astucias
del demonio, con que pretende apartar a las almas del camino perfecto de la
virtud, y también el favor y gracia que pretendo en este septenario, si ha de
ser para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
DÍA
SEXTO
ORACIÓN
Gloriosísima
Emperatriz de Etiopía, bellísima morena Santa Ifigenia, que con ánimo varonil y
sereno, resististeis a la terquedad y porfía de Hircano, aun viendo arder el voraz
y violento fuego que pegó a vuestro monasterio, en que atendíais a apagar más
las llamas lascivas y torpes que en su corazón ardían, que las materiales del
convento, que ayudada de vuestro maestro y Padre, el Apóstol San Mateo, apagasteis
saliendo triunfante de este peligro: yo os suplico me alcancéis de vuestro
Divino Esposo, gracia para vencer las tentaciones de la carne, apagando con la
penitencia las voraces llamas de la lascivia, para que viviendo en castidad y
pureza, le acierte a agradar en todas mis acciones, y también me alcancéis os
pido, el favor y gracia que pretendo en este septenario que hago a honra
vuestra, si ha de ser del agrado de Dios y bien de mi alma. Amén.
DÍA SÉPTIMO
Y ÚLTIMO
ORACIÓN
Gloriosísima Emperatriz de Etiopía, bellísima morena Santa Ifigenia, que saliendo triunfante de las persecuciones de Hircano, y de haber vivido como en un paraíso en el retiro de vuestro Monasterio, premió Dios vuestras virtudes y constancia, queriendo que entregaras vuestra bendita alma en sus manos muriendo en el día de vuestro amado maestro y padre el Apóstol San Mateo, yo os suplico rendidamente, me alcancéis de vuestro Divino Esposo, gracia y fortaleza para resistir las astucias del demonio en la última hora de mi vida, para acabar en gracia esta penosa carrera, y por vuestra intercesión ir a descansar en paz, también os pido el remedio para todas las necesidades de la Iglesia, salud al Romano Pontífice, paz y concordia a los reinos cristianos, victoria contra los infieles y herejes, las reducciones de estos al gremio de nuestra Santa Iglesia, la redención de los cautivos, y el alivio de las penas de las benditas almas del Purgatorio, bienes espirituales y temporales a vuestros devotos, y también el favor y gracia que pido en este septenario, que he hecho en honra vuestra, recibid gloriosa Santa y Patrona de mi alma, la contra donación de mi afecto, perdonad mis imperfecciones, y encended en mi corazón afectos de amor, para agradar a Dios en esta visa y después gozar eternamente en vuestra compañía. Amén.
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