MANO DE
DIOS
PODEROSA, PRONTA, LIBERAL Y BENIGNA PARA LOS QUE SE VALIERAN DE LA INTERCESIÓN DE SUS CINCO GLORIOSOS DEDOS JESÚS, MARÍA, JOSÉ, JOAQUÍN Y ANA
Cuya
novena, eficaz para encender la devoción, un devoto de estos Santísimos Señores
Reimpresa
en la Puebla, en la Oficina de D. Pedro de la Rosa
Año de
1803
ADVERTENCIA
PARA HACER LA NOVENA
El día
propio para comenzar esta novena, será el veinticuatro de diciembre, para
terminar el uno de enero, por ser el día en que el Señor recibió el santísimo y
venerabilísimo Nombre de Jesús, y también podrá hacerse nueve días antes de las
fiestas precedentes, que son la de María Santísima, Señor San José, Señor San
Joaquín y Señora Santa Ana. Los días que en ellos se podrá comulgar, serán los
que hallaré convenientes el Padre espiritual, a quien en todo deberá sujetarse
el devoto que la hiciere.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Postrados a vuestras sagradas plantas, dulcísimo Jesús mío, y reconocido por vuestra luz y misericordia de mis muchas y graves culpas, adorando vuestro santísimo Nombre, y vuestras llagas santísimas, vengo a pediros perdón de mis pecados y yerros. Yo bien se los muchos y tan justos títulos que os asisten para que, enojada contra mí la justicia, cerréis los oídos a mis súplicas, y des a mis peticiones una ignominiosa repulsa; pero, Señor, si cuando vuestro Padre está airado contra los pecadores ingratos, vos sois el que mitigáis sus enojos, y el que contenéis su ira, mostrándole vuestras llagas, recibidas con tanto amor para nuestra salud y remedio, con eso me enseñáis cos los alegatos que os puede hacer mi ignorancia, para que templéis vuestra ira. Señor, poned Vos también los ojos en vuestra Madre, María, y acordaos de las virginales entrañas que os sirvieron de Sagrario en vuestra entrada en el mundo, y de los soberanos pechos que amorosos os franquearon purísima y celestial leche, para alimento y vida. Poned los ojos en el castísimo José, vuestro Padre y acordaos que sus manos fueron vuestro mayorazgo y el de vuestra Madre Purísima, no perdonando trabajo para dar a los dos con el precioso sustento. Poned los ojos en los pacientísimos Joaquín y Ana, vuestros dichosísimos abuelos, acordaos que son la concha benignísima de la Margarita más pura, la Santísima Virgen María, Tálamo regaladísimo de vuestros dulces descansos, y el adorno más precioso de vuestro Trono magnífico. Acordaos pues, Señor, que esta ilustre ascendencia es dignísima de que todas las generaciones la alaben, y de que Cielo y tierra la honren por componerse de tan Soberanas Personas, que su caudal es la piedad, su heredad es la clemencia, sus bienes la misericordia, y su mayorazgo la compasión ¿Cómo es dudable, pues, que yo experimente otros efectos de vuestra mano benigna, mas que misericordia, compasiones, clemencia y piedad? Ea pues, benigno Jesús, por los méritos de tan Soberanos y Santísimas Personas, unidos al admirable acto de caridad que vos hicisteis, al punto que tomasteis carne humana en las entrañas de vuestra Madre María, para entrar en el número de tan Soberana Familia, os suplico el perdón de mis muchas culpas, gracia para serviros y amaros, alivio en mis aflicciones, remedio en mis necesidades, acierto en mis empresas, feliz éxito en mis negocios, amparo en las tribulaciones, luz en todas mis dudas, salud en las enfermedades, seguridad en los peligros, resignación en los trabajos, y en fin, os suplico y pido, que desde el monte de vuestro poder, liberalidad y misericordia, y desde las alturas de vuestro saber, amor y providencia, me envíes los bienes corporales y espirituales con los temporales y eternos que más nos convengan a la mayor honra y gloria vuestra, y bien mío. Amén.
DÍA
PRIMERO
ORACIÓN
Altísimo Dios y Señor de Cielo y Tierra, que, para Madre de Jesús, vuestro Unigénito Hijo, predestinasteis y elegisteis a la Santísima Virgen María, Hija de San Joaquín y Santa Ana y Esposa de San José: os ofrezco los méritos y virtudes de esta Sagrada Familia vuestra, y juntamente os alabo y bendigo por las incomprensibles gracias y privilegios con que enriquecisteis y honrasteis a tan nobles y santísimas personas, y especialmente os reverencio y adoro, por la plenitud de la gracia que comunicasteis a la Soberana Virgen María en el instante de su Concepción Purísima, en que milagrosamente preservada por vuestra poderosa diestra, y prevenida para Tálamo, Trono y Solio de vuestro Unigénito y Redentor nuestro, anunciaste tan cercana la venida del Sol Divino, que desterró las tinieblas de la tierra, formando en el vientre de Ana, el Candelero de oro puro en que se colocó la Eterna Luz que alumbró a los miserables, y comenzaste a encuadernas el incomprensible libro en que se imprimió vuestra Palabra Eterna, para que pudiese leerla el mundo. Yo os pido Señor, por la incomparable e inmensa gracia de la Santísima Madre del Divino Hijo, me concedáis el que elija, antes de perder mil vidas que vivir un solo instante sin vuestra amistad, y que, a pesar del infierno, del mundo, y de mis pasiones, viva en adelante ajustado a mis obligaciones, sin desmerecer en lo espiritual y corporal las especiales asistencias de vuestro favor y auxilios. Amén.
Ahora
se rezan cinco Padres nuestros, Aves Marías y Glorias, y se hace la petición.
ORACIÓN
FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Alabemos
a Jesús, que para la salud y bien del mundo, nació de la Santísima Virgen
María, Esposa de San José, Hija de San Joaquín y Santa Ana. Alabemos a los
santísimos matrimonios de Ana y Joaquín, de María y José, que, con su poderoso
fruto, trajeron la paz al mundo y llenaron de gozo el cielo. Alabemos a tan
alta y soberana Familia Jesús, María, José, Joaquín y Ana, por sus virtudes, gracia,
valimiento y poder, y por el gran deseo que tienen de favorecernos y
socorrernos en todas nuestras necesidades. Alabemos el mutuo amor con que,
estas Santísimas Personas se aman, y el que tienes a todos sus verdaderos
devotos. Todas las generaciones la bendigan, todas las gentes las engrandezcan,
todas las criaturas las honren, y el cielo y la tierra las alaben y adoren, por
lo mucho que les deben y por la inmensa gloria que tienen por todos los siglos
de los siglos. Amén.
DÍA
SEGUNDO
ORACIÓN
Altísimo
Dios y Señor del Cielo y de la Tierra, que para Madre de Jesús, vuestro
Unigénito Hijo, predeterminaste y elegisteis a la Santísima Virgen María, Hija
de San Joaquín y Santa Ana, y esposa de San José: yo os ofrezco los méritos y
virtudes de esta Sagrada Familia vuestra, y juntamente os alabo y bendigo por
las incomprensibles gracias y privilegios con que enriquecisteis y honrasteis a
tan nobles y santísimas Personas, y especialmente os reverencio y adoro, por
las singulares finezas y dotes que comunicasteis a la Soberana Virgen María en
los nueve meses que estuvo en el bienaventurado vientre de la fidelísima Ana,
del cual hizo oratorio y templo para ofreceros sacrificios sobremanera
agradables, haciendo juntamente Altar de sus pechos, para ofreceros por victima
su Corazón tierno y amante, abrazando gustosamente aquella estrecha prisión en
que fue depositado tal Erario de vuestras riquezas y centro de vuestras
delicias, allí descansó en vos, se gozó en vos, os poseyó a vos y se recreó en
vos, siendo mayores los incendios de su amor que los del más abrasado Serafín.
Yo os pido Señor, que por incomprensible amor con que María os comienza a amar,
así que empieza a vivir, pongáis mi corazón solo en vos, y que, a pesar del
infierno, del mundo y de mis pasiones, viva en adelante ajustado a mis
obligaciones, sin desmerecer en lo espiritual y corporal las especiales
asistencias de vuestro favor y auxilio. Amén.
DÍA
TERCERO
ORACIÓN
Altísimo
Dios y Señor del Cielo y de la Tierra, que para Madre de Jesús, vuestro
Unigénito Hijo, predeterminaste y elegisteis a la Santísima Virgen María, Hija
de San Joaquín y Santa Ana, y esposa de San José: yo os ofrezco los méritos y
virtudes de esta Sagrada Familia vuestra, y juntamente os alabo y bendigo por
las incomprensibles gracias y privilegios con que enriquecisteis y honrasteis a
tan nobles y santísimas Personas, y especialmente os reverencio y adoro por el
glorioso nacimiento de la Soberana Virgen María, en que trocando vuestras
antiguas iras en largas misericordias, te dignasteis visitar desde lo alto,
nuestra miserable tierra, iluminándola con esta celestial Aurora, que nació
para poblar el cielo y tierra de luces, franqueándonos en ella una segura y
maravillosa escala, por donde vos bajáis a la tierra y el hombre sube a los
cielos, constituyéndola libertadora de los hijos de Adán, que reprime a los
demonios, para que no nos dañen, manda a los Ángeles que no nos dejen, y
refrena los apetitos para que no nos arrastren, eligiéndola Despensera en la gracia,
y nos admita a la Gloria. Y os pido Señor, por el nacimiento de esta Niña
tierna, sumamente poderosa, que esforcéis mi flaqueza, deis constancia a mi
corazón para morir nuevamente al mundo, y nacer de nuevo en vos, y que, a pesar
del infierno, del mundo y de mis pasiones, viva en adelante ajustado a mis
obligaciones, en desmerecer en lo espiritual y corporal las especiales asistencias
de vuestro favor y auxilio. Amén.
DÍA
CUARTO
ORACIÓN
Altísimo
Dios y Señor del Cielo y de la Tierra, que, para Madre de Jesús, vuestro
Unigénito Hijo, predeterminaste y elegisteis a la Santísima Virgen María, Hija
de San Joaquín y Santa Ana, y esposa de San José: yo os ofrezco los méritos y
virtudes de esta Sagrada Familia vuestra, y juntamente os alabo y bendigo por las
incomprensibles gracias y privilegios con que enriquecisteis y honrasteis a tan
nobles y santísimas Personas, y especialmente os reverencio y adoro, por haber
sacado del Joyel de vuestra Deidad, el Augustísimo Nombre de María, tan
celestial y admirable, que llenan los cielos de júbilo, de suavidades la
tierra, y de confusión el infierno, dejando a los demonios asombrados y
estremecidos: Haced Señor, que resuene en el espacio del mundo este dulcísimo
Nombre, y que poblado el aire de sus inefables acentos, le adoren todas las
criaturas, y dadme que se esculpa en mi corazón, con rayos de veneración y con
incendios de amor, y que por su virtud y eficacia, a pesar del infierno, del
mundo y de mis pasiones, viva en adelante ajustado a mis obligaciones, sin desmerecer
en lo espiritual y corporal, las especiales asistencias de vuestro favor y
auxilio. Amén.
DÍA
QUINTO
ORACIÓN
Altísimo
Dios y Señor del Cielo y de la Tierra, que, para Madre de Jesús, vuestro
Unigénito Hijo, predeterminaste y elegisteis a la Santísima Virgen María, Hija
de San Joaquín y Santa Ana, y esposa de San José: yo os ofrezco los méritos y
virtudes de esta Sagrada Familia vuestra, y juntamente os alabo y bendigo por
las incomprensibles gracias y privilegios con que enriquecisteis y honrasteis a
tan nobles y santísimas Personas, y especialmente os reverencio y adoro, por
los incendios de amor que comunicasteis a la Santísima Virgen María, para que
se presentase a Vos en el Templo a los tres años de su edad, en donde como
árbol nobilísimo y generoso, fue trasplantado en más fértil y frondosa tierra,
dejando el suelo materno por la tierra santa de vuestra sagrada casa,
floreciendo en ella son singulares virtudes, sirviendo de maestra a los
sacerdotes y doncellas, consolándolas, ayudándolas, sirviéndolas y sufriéndolas
con sencillez amorosa, comenzando a descubrir en tan dolida niñez, que era el
Templo humilde, animado y vivo en que vos habías de colocar vuestro Trono: os pido
Señor, vuestra gracia, para saberme presentar y ponerme en manos de tan
admirable Reina, para que ella me presente a Vos, entregándoos por sus
santísimas manos, mi memoria, entendimiento y voluntad, con mi corazón y
sentidos, y que a pesar del infierno, del mundo y de mis pasiones, viva en
adelante ajustado a mis obligaciones, sin desmerecer lo espiritual y corporal
las especiales asistencias de vuestro favor y auxilio. Amén.
DÍA
SEXTO
ORACIÓN
Altísimo
Dios y Señor del Cielo y de la Tierra, que, para Madre de Jesús, vuestro
Unigénito Hijo, predeterminaste y elegisteis a la Santísima Virgen María, Hija
de San Joaquín y Santa Ana, y esposa de San José: yo os ofrezco los méritos y
virtudes de esta Sagrada Familia vuestra, y juntamente os alabo y bendigo por
las incomprensibles gracias y privilegios con que enriquecisteis y honrasteis a
tan nobles y santísimas Personas, y especialmente reverencio y adoro vuestra
inefable providencia en los sacratísimos Desposorios de la Soberana Virgen
María, por haberle dador por compañero y custodio y fiel testigo de su Pureza
virginal al Castísimo José, ilustrando a estos gloriosísimos desposados con su
sangre real y generosa, y con riquísimos tesoros de gracia y merecimientos, haciéndolos
concordes en las voluntades y semejantes en las virtudes, como azucenas
purísimas y hermosísimas, cuya blancura y fragancia os sirvió a vos de recreo y
emulación gloriosa a la más subida pureza de los angélicos coros. Y os suplico
Señor, por estos misteriosos Desposorios, que desposéis mi alma, perfectamente
con Vos, y que a pesar del Infierno del mundo y de mis pasiones, viva en
adelante ajustado a mis obligaciones, sin desmerecer en lo espiritual y
corporal las especiales asistencias de vuestro favor y auxilio. Amén.
DÍA
SÉPTIMO
ORACIÓN
Altísimo
Dios y Señor del Cielo y de la Tierra, que, para Madre de Jesús, vuestro
Unigénito Hijo, predeterminaste y elegisteis a la Santísima Virgen María, Hija
de San Joaquín y Santa Ana, y esposa de San José: yo os ofrezco los méritos y
virtudes de esta Sagrada Familia vuestra, y juntamente os alabo y bendigo por
las incomprensibles gracias y privilegios con que enriquecisteis y honrasteis a
tan nobles y santísimas Personas, y especialmente os reverencio y adoro por
haber enviado al Arcángel San Gabriel a anunciar a la Soberana Virgen María,
que el Verbo había de bajar de sus reales asientos a vestirse de su purísima
carne, prometiéndola, para serenar sus temores, que el Espíritu Santo, bajaría
a ella y que la virtud del Altísimo te haría sombra, y dando a la Santísima
Virgen su consentimiento en la manera que a tanto misterio convenía, abristeis
los sellos de vuestro celestial secreto, juntando en un suspiro a la naturaleza
divina y humana, hermanando la paz y la justicia, en un dulce ósculo. Yo te
pido Señor, que deje yo de ser lo que fui, puesto que vuestro Unigénito se abate
a lo que no era, y que, a pesar del infierno, del mundo y de mis pasiones, viva
en adelante ajustado a mis obligaciones, sin desmerecer en lo espiritual y
corporal y las especiales asistencias de vuestro favor y auxilio. Amén.
DÍA
OCTAVO
ORACIÓN
Altísimo
Dios y Señor del Cielo y de la Tierra, que, para Madre de Jesús, vuestro
Unigénito Hijo, predeterminaste y elegisteis a la Santísima Virgen María, Hija
de San Joaquín y Santa Ana, y esposa de San José: yo os ofrezco los méritos y
virtudes de esta Sagrada Familia vuestra, y juntamente os alabo y bendigo por
las incomprensibles gracias y privilegios con que enriquecisteis y honrasteis a
tan nobles y santísimas Personas, y especialmente os reverencio y adoro por las
felicidades y dichas que comunicasteis a la casa de Zacarías, en la Visitación
de la Soberana Virgen María a su prima Santa Isabel, haciendo que el Verbo
Eterno, ilustrase y engrandeciese con su presencia a su Soberano Precursor, con
particulares luces y especialísimos dones de gracia, llenando juntamente de
inefable gozo y frutos del cielo a los moradores de aquella venturosa Familia,
que logó la feliz dicha de ser visitada de tan ricos, piadosos y celestiales
huéspedes. Y os suplico Señor, que visteis también mi alma, corazón, potencias
y sentidos, para que, con vuestra vista, me retire totalmente del mundo, y
solamente suspire por vos, y que, a pesar del infierno, del mundo y de mis
pasiones, viva en adelante ajustado a mis obligaciones, sin desmerecer en lo
espiritual y corporal las especiales asistencias de vuestro favor y auxilio. Amén.
DÍA
NOVENO
ORACIÓN
Altísimo Dios y Señor del Cielo y de la Tierra, que, para Madre de Jesús, vuestro Unigénito Hijo, predeterminaste y elegisteis a la Santísima Virgen María, Hija de San Joaquín y Santa Ana, y esposa de San José: yo os ofrezco los méritos y virtudes de esta Sagrada Familia vuestra, y juntamente os alabo y bendigo por las incomprensibles gracias y privilegios con que enriquecisteis y honrasteis a tan nobles y santísimas Personas, y especialmente os reverencio y adoro por el gloriosísimo Nacimiento de vuestro Unigénito humanado en las entrañas de la Soberana Virgen María, en que, para ostentación de vuestra misericordia y bondad, admiraron cielos y tierra en la pobreza de un pesebre y desabrigo de una cueva, al infinito finito, al eterno temporal, al impasible pasible, al inmortal sujeto a la muerte, al rico, pobre y menesteroso, al inmenso pequeñuelo y despreciado, y al Criador de todo, hecho criatura abatida, para curar con su humildad la altivez y soberbia humana, y enseñar a los mortales el camino más seguro de perfección y virtudes con ejemplo y doctrina. Yo te pido Señor, no malogre yo por mi malicia los incomparables frutos de tan divina enseñanza y Soberano Maestro, y que desde los brazos de su Madre Santísima, nos comuniques a todos, las luces que necesitamos para evitar los tropiezos que nos ofrece la peregrinación de esta vida, y que a pesar del infierno, del mundo y de mis pasiones, viva en adelante ajustado a mis obligaciones, sin desmerecer en lo espiritual y corporal las especiales asistencias de vuestro favor y auxilio. Amén.
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