martes, 4 de mayo de 2021

DEVOCIÓN COTIDIANA AL ALMA DE MARÍA SANTÍSIMA


 

TIERNA Y AFECTUOSA DEVOCIÓN COTIDIANA

EN OBSEQUIO

DEL ALMA DE MARÍA SANTÍSIMA, NUESTRA SEÑORA

Compuesto por D. José Mario Zelar e Hidalgo, clérigo presbítero del Arzobispado de México, y natural de la Ciudad de Querétaro.

Sacada a la luz a devoción de una señora del Real Colegio de Santa Rosa de Viterbo, de la Ciudad de Querétaro.

Reimpresa en Guadalajara, en la oficina de la Viuda de Romiro.

Año de 1825

 

MODO

Puestos de rodillas delante de alguna imagen de María Santísima, se hará lo siguiente:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh Dios y Señor Omnipotente! Criador y Redentor de mi alma, Padre y dueño de mi corazón, a quien tanto eh ofendido sin disculpa, sin juicio y sin temor, ultrajando vuestra augusta Majestad con mis culpas y pecados. ¡Oh Dios de Misericordia! Vedme aquí postrado a vuestros divinos pies, y siempre te has mostrado Padre de las Misericordias, nunca con mayor razón que ahora, que tenéis delante de ti a un monstruo, el más horrible de maldad e ingratitud. Peque Señor contra vos, y me pesa de haberos ofendido. Aparte de ti mi corazón, te volví las espaldas y renové con mis culpas tus heridas, pero de esto me duelo en mi corazón, ¡Oh, si tuviera arrepentimiento tan grande como mi maldad! ¡Oh si pudiera pagar con mis lágrimas todas las ofensas que os he hecho!  Pero ya ves tu Señor, que nada puedo sin ti. Añade pues, a tus infinitas misericordias la de darme un dolor verdadero de mis culpas. Añade pues, a tus infinitas misericordias, la de darme un dolor verdadero de mis culpas. Aumentad mi arrepentimiento. Dadme un odio eficaz de todos mis pecados, pues no quiero pecar más, sino amarte y morir en tu amistad y en tu gracia. Amén.

 

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh Virgen admirable y emperatriz de los cielos, trono de la Divina gracia y esperanza única de los pecadores! A vos recurro, Reina Sacratísima y admirable, portento del Amor Divino, para que hieras el pedernal duro de mi corazón, y hagas con tu patrocinio, que de el broten centellas de fuego de amor de Dios, para que consuman la escoria de mis culpas, destierren mis frialdades y me abrasen todo hasta la muerte, para renacer fénix de amor de mi creador. Haced también, Señora mía, que mis oraciones sean recibidas de vuestro Hijo Divino, de tal suerte, que se hagan agradables a sus divinos ojos, para que, de este modo, alcance yo su amistad, su gracia y su gloria. Amén.

Aquí se rezan tres Aves Marías a nuestra Señora, y luego esta:

 


ORACIÓN

¡Oh Virgen Inmaculada, estrella purísima y luna llena de gracia! cuya alma candidísima fue colmada desde el instante primero de vuestra animación santísima de innumerables dones, gracias y privilegios de que la llenó la Omnipotente diestra del Altísimo, de suerte, que en vos se hallan recopiladas cuantas perfecciones están distribuidas en todas las criaturas. Alégrome Virgen Purísima de vuestra dicha, y le doy al Dios Todopoderoso, infinitas gracias por haber criado vuestra alma santísima tan linda, tan hermosa, llena de gracia y de poder, para servir de consuelo, amparo y protección a los miserables pecadores. Yo te ofrezco, Madre mía, estas tres Aves Marías, pidiéndote, por estos incomparables privilegios, me socorras en la vida con tu maternal amparo, y en la muerte, con una gracia especial, para que, muriendo en ella, pueda bendecir tus misericordias a la Celestial Jerusalén. Amén.

Aquí se reza una Salve.

 


ORACIÓN

¡Oh Virgen Admirable! Salud firmísima de los cristianos y origen de todas las virtudes, a quien el Dios de la Majestad crió toda llena de gracia. Por esta y por vuestra pureza Inmaculada, te pido me libres de la mancha abominable de la culpa, que tan aborrecible me hace a los ojos de mi Dios. Pídote también Señora, por la suprema cabeza de la Iglesia, por la conversión de los infieles y herejes a nuestra Santa Fe, por la paz y concordia entre los príncipes cristianos, por la salud de los pueblos, por la justificación de los pecadores, por la perseverancia de los justos, por el alivio de las benditas almas del purgatorio, y por todas las demás necesidades de la Iglesia, nuestra Madre, y en particular os pido, me asistáis en la última hora de mi vida, para conseguir una muerte dichosa y una gloria sempiterna. Amén.

 

LAVS DEVS

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...