lunes, 24 de mayo de 2021

NOVENA DE LA VISITACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA A SU PRIMA SANTA ISABEL


NOVENA DE LA VISITACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA A SU PRIMA SANTA ISABEL

Compuesta por un amante de la Santa

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios de infinito poder, sabiduría y amor, en cuya Divina Presencia fue siempre celosa la pureza de alma y cuerpo, y por eso escogiste por Madre del Verbo a la más pura Virgen, revelándole que su Santa Prima Isabel, había concedido en su ancianidad, y alentándola para que fuese a visitarla a las ásperas montañas y Ciudad de Hebrón: yo os suplico, me deis en cuerpo y alma tanta pureza, que jamás os ofenda con la más leve palabra, pensamiento u obra impura, y así mismo, que por los méritos de vuestra Santísima Pasión y Muerte, y de los de están tan amadas primas, me concedáis lo que os pido en esta novena, si es para gloria de Dios y honor vuestro, y bien de mi alma. Amén.

 

 

DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Dios te salve, Preciosísima e Inmaculada Virgen María, que, estando recogida en altísima contemplación de la venida del Mesías prometido en la ley, viste al celestial Paraninfo San Gabriel, que te anunció ser Tú, la escogida para Madre, asegurándote que tu prima Santa Isabel, estéril tantos años, había concebido en su ancianidad un niño, que sería la admiración de las gentes: por esta dicha te suplico, que me alcances de tu Santísimo Hijo, el don de la oración, para unirme perfectamente a él. Amén.

Un Ave María y Gloria Patri y la siguiente:

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Santísima e Inmaculada Virgen María, cuyo corazón y espíritu los considero llenos de celestial gozo, por la embajada que te dio el celestial mensajero, y porque en tu querida prima Santa Isabel, considerabas el júbilo inexplicable que abría, y las gracias que por ello estaría dando a su Dios, motivos porque te determinaste a ir a congratularte con ella: yo te pido, que uniendo con su amada prima las súplicas, me alcancéis de mi Dios, un gozo espiritual, en el cual persevere hasta que llegue a gozarle. Amén.

 

 

GOZOS

María, vuestra lealtad,

anega en divinas calmas:

R/: Visitad pues nuestras almas,

Madre de la caridad.

 

Ángeles que visteis ya

prodigios en Nazaret,

hoy os convido, corred,

a los montes de Judá,

presto que la Virgen va

con rara velocidad:

 

Ya pues que en Judá os contemplo,

en casa de Zacarías

entrad, que allí va el Mesías,

dentro el más sagrado Templo,

allí veréis un ejemplo,

un asombro de humildad.

 

Alegraos con razón,

Zacarías e Isabel,

que os leva la Virgen fiel

tesoros de bendición,

Más que el Arca de Obedeón

os dará prosperidad.

 

La recogida en tarima,

viendo a Dios en sus entrañas,

va de prisa a las montañas,

a visitar a su Prima,

como el santo amor le anima

rompe toda austeridad.

 

De su retrete salida

esta cándida Paloma,

dado el vuelo se desploma

al hombro de su querida,

jamás vieron tal venida

ni el amor, ni afinidad.

 

Viendo la Virgen consigo,

a la que tanto deseó,

abrazándola exclamó,

santa paz sea contigo,

dinos de tan dulce abrigo

Isabel la novedad.

 

Responde Isabel a María,

Bienaventurada tu eres

entre todas las mujeres,

y el fruto que en ti se cría,

a tan rara cortesía

calle toda urbanidad.

 

De donde yo merecí,

dice Isabel, tal favor,

que la Madre del Señor

de los cielos, venga a mí,

Ay Señora, solo a ti,

se debe tanta bondad.

 

Esta visita tan alta,

da a Isabel tal regocijo,

que experimenta que su hijo

de gozo en su vientre salta,

Si, que el Niño Dios le exalta

a timbres de Santidad.

 

A la luz, que la sobrevino

canta elogios Isabel,

y la Virgen grande, y fiel

el Magníficat divino,

Canto dulce y peregrino

admirable a la verdad.

 

Aquí, María engrandece,

las obras de su Señor,

poder, justicia y amor,

que en todo el orbe aparece,

y al Padre Eterno agradece

a Israel la libertad.

 

Sois sagrada Filomena,

María, por vuestro canto,

pues el Espíritu Santo

de toda su gracia os llena,

¡Ay! que la más cruel sirena,

no tiene captividad.

 

Por fin quedose María,

exaltando y exaltada,

a ser humilde criada

de tan justa compañía,

Oh que prodigio sería

ver tal Majestad.

 

Felicidad verdadera

es Isabel para Vos,

ver a la Madre de Dios

que en obsequiaros se esmera,

vista al cielo placentera

fue tanta curiosidad.

 

A vos virgen, suplicamos

como a Madre espiritual,

que socorréis nuestro mal,

pues de culpas enfermamos,

No permitas que muramos

en tan triste enfermedad.

 

María, vuestra lealtad,

anega en divinas calmas:

R/: Visitad pues nuestras almas,

Madre de la caridad.

 

L/: Bendita eres entre las mujeres.

R/: Y bendito es el fruto de tu vientre.

 

ORACIÓN: Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen María, cuando llevaba en su seno a tu Hijo, el deseo de visitar a su prima Isabel, concédenos, te rogamos, que, dóciles al soplo del Espíritu, podamos, con María, cantar tus maravillas durante toda nuestra vida. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

 

DÍA SEGUNDO

ORACIÓN

Preciosísima e Inmaculada Virgen María, que creyendo al celestial mensajero que os anunciaba que el Verbo Divino, tomaría nuestra naturaleza en vuestro virginal útero, haciéndoos sombra el Espíritu Santo, alegre por el voto de castidad que tenías hecho, porque no se manchaba vuestra pureza, religiosa por el oficio de Madre del mismo Dios, y pronta por el gozo que concibió vuestro espíritu, sabiendo el preñado de vuestra Santa Prima, determinasteis ir a visitarla: yo os suplico, me alcancéis de vuestro Hijo y mi Dios, una prontitud en amarle y servirle, que jamás le deje. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

ORACIÓN

Preciosísima e Inmaculada Virgen María, que, sin temor alguno a las asperezas de las montañas de Judá, hicisteis el viaje, acompañada de vuestro Castísimo y Dulce Esposo José, que ignoraba vuestra preñez, a visitar a vuestra amada Prima Santa Isabel, que habitaba en la Ciudad de Hebrón: yo os suplico dirijas mis pasos, y me llevéis siempre por las sendas rectas del temor y amor de mi Dios, hasta que, por fin de mi vida, logre gozarle. Amén.

 

 

DÍA CUARTO

ORACIÓN

Preciosísima e Inmaculada Virgen María, que entrando en casa de vuestra amada prima Santa Isabel, entre tiernos abrazos la oíste decir: ¿De donde para mi tanta dicha, que venga a visitarme la Madre de mi Señor? Suplícote, que por el gozo que sintió tu alma con estas satas palabras, me alcances de tu Santísimo Hijo, el mayor gozo para abrazarme con tu Santa Ley, y cumplirla tan perfectamente, que a lo último de mi vida le oiga yo decir, que entre en su gozo, para vivir con el eternamente. Amén.

 

 

DÍA QUINTO

ORACIÓN

Preciosísima e Inmaculada Virgen María, que, saludando a vuestra amada Prima Santa Isabel, saltó en su vientre el niño que había concebido, e hincado de rodillas, adoró al Divino Verbo que vos ocultabais en el vuestro: yo os suplico, que, a la hora de mi muerte, tenga el consuelo de estar en vuestra presencia, y en la de vuestro Hijo, para salir de este mundo con vuestras santas bendiciones. Amén.

 

 

DÍA SEXTO

ORACIÓN

Preciosísima e Inmaculada Virgen María, que, ilustrada del Espíritu Divino, conocisteis que el Verbo de Dios, encarnado en vuestro Purísimo Vientre, santificó con su presencia al que había de ser Precursor, clamando delante de el: “Veis aquí al que quita los pecados del mundo” Yo os suplico, me alcancéis del Señor un verdadero conocimiento de mis delitos, para llorarlos, y tener el perdón que su misericordia me ofrece. Amén.

 

 

DÍA SÉPTIMO

ORACIÓN

Preciosísima e Inmaculada Virgen María, que en los dulces y santos coloquios que tuvisteis con vuestra amada Prima Santa Isabel, la oíste bendeciros entre todas las mujeres, que se habían de cumplir en Vos todas las promesas que os había hecho la Divina Majestad: yo os suplico, me deis una lengua tan pura, que nunca cese de bendeciros, y un espíritu tan fervoroso, que nunca cese de alabar las Misericordias de Dios. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

ORACIÓN

Preciosísima e Inmaculada Virgen María, que, habiendo oído a vuestra amada Prima Santa Isabel, entonasteis el misterioso y saludable cántico de la Magníficat, con que nos enseñasteis a alabaros y a pediros seguros de vuestra protección: yo os suplico, que seáis mi protectora en todas mis aflicciones, y que, por esta protección, merezca ser conducido a la eterna felicidad. Amén.

 

 

DÍA NOVENO

ORACIÓN

Preciosísima e Inmaculada Virgen María, que después de estar con vuestra amada Santa Prima Isabel, cerca de tres meses en amorosísimos coloquios, os volvisteis a Nazaret, con imponderable gozo de lo que habías oído: yo os suplico, que seáis mi guía en la carrera de esta vida mortal, para que, acabándola, vaya a gozar vuestra presencia y de la de vuestro Hijo, que con el Padre y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

LAVS DEVS

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