DIA CINCO DE CADA MES
EN OBSEQUIO DE SR. SAN EMIGDIO
Obispo de Ascoli en Pisa, Patrono de aquella Santa Iglesia, que fue edificada por Constantino Magno
Compuesto por el Rev. P. Pedro Martínez de Alfaro
México, en la Imprenta de la Calle de San Bernardo
Año de 1784.
ACTO DE CONTRICION
Señor mío Jesucristo, amorosísimo dueño de mi corazón, justísimo juez:
bien conozco, que, con la gravedad de mis innumerables culpas, e irritado tu
divina justicia, y merecía que la tierra se abriera y me ocultara en su seno, y
aun estar ardiendo en cuerpo y alma en el infierno, pero Señor, si no queréis
la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, aquí vengo a postrarme a
tus santísimos pies, a regarlos con mis lágrimas, y a pedirte perdón de cuantas
culpas eh cometido. Usa Señor, conmigo, de tu infinita misericordia, pues si me
aparte de ti, quebrantando tus divinos preceptos con tantos pecados, ya me
arrepiento de todos ellos, ya los detesto mas que a la muerte, y mas que al
infierno, y me pesa sobre todo pesar de haberte ofendido, porque eres infinitamente
bueno y digno de ser amado, y porque eres mi criador, mi Redentor y bienhechor,
y porque debo vivir agradecido a los infinitos beneficios que me has hecho, así
corporales como espirituales, quisiera, dulcísimo Jesús, haber muerto antes que
haberte agraviado, o morir ahora de pura contrición, esta fe te pido con todas
las veras de mi corazón, y para conseguir lo de tu liberalísima mano, me acojo
al patrocinio de María Santísima, al del Patriarca San José y al del Señor San
Emigdio, en cuyo obsequio quiero emplear este día, con propósito firme y eficaz
de no ofenderte, sino ocupar el resto de mi vida en servirte y amarte con todo
mi corazón, esperando de tu infinita misericordia, que me perdonaras y me darás
gracia para cumpliros, y me concederás todo aquello que te pidiere y fuere para
tu mayor honra y gloria, y bien de mi alma. Amen.
ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Soberano Señor, rectísimo Juez, que para que enmendemos nuestras vidas,
nos amenazas con pestes, hambres, guerras, temblores de tierra, terremotos y
otras varias calamidades, y así mismo, no has destinado en el cielo, patronos y
abogados, para que, valiéndonos de su intercesión, imploremos tu infinita
piedad y misericordia, pue al gloriosísimo Señor San Emigdio lo has elegido y
señalado para uno de los mas especiales patronos contra los terremotos y
temblores de la tierra, humildemente te suplicamos por este gloriosísimo Santo,
nos defiendas y libres de semejantes desgracias, no permitiendo que dejemos de
recibir los Santos Sacramentos con la más fervorosa disposición al tiempo de
nuestra muerte, la cual deseamos, y te pedimos que sea de puro amor a tu divina
Majestad, y de puro dolor de haberte ofendido, para que, muriendo en tu
santísima gracia, pasemos a verte, alabarte y bendecirte eternamente en la
gloria. Amen.
-Tres
Padres nuestros, Aves María y Glorias y la siguiente:
¡Oh Sangre de mi Jesús!
¡Oh Remedio Universal!
libranos de todo mal
pues te vertiste en la Cruz.
¡Oh lágrimas de María!
por mis culpas derramada,
con esa sangre mezcladas
amparadme noche y día.
ORACIÓN A SEÑOR SAN EMIGDIO
Invicto, benigno y sagrado mártir de Jesucristo Señor San Emigdio:
humildemente postrados a tus pies, te suplicamos intercedas para con nuestro
amabilísimo Dios y Señor, pidiendo a su Divina Majestad, nos libre de los
temblores de tierra y terremotos con que airada su divina justicia nos amenaza,
no permita tu poderoso patrocinio que experimentemos desgracia alguna, sino que
amparados de tu favor y patrocinio, nos mire con ojos de piedad y misericordia,
y nos conceda vivir sin sobresalto ni congoja, empleando solamente en amar y
servir a Dios nuestro Señor, y ejercitarnos siempre en los mas heroicos actos
de virtud y caridad en tu santo servicio, obsequio tuyo y amor de nuestros
prójimos, para que ejercitando con ellos las obras de piedad y misericordia, la
consigamos de su Divina Majestad, y nos perdone nuestras culpas. Amen.
-Una
salve a María Santísima, nuestra Señora, con la salutación siguiente:
SALUTACIÓN
Dios te salve, reina hermosa
Hija del Eterno Padre,
del Divino Verbo Madre
y del Paráclito Esposa.
Por dignidad tan gloriosa
te suplico Madre mía,
seas mi amparo, luz y guía
pues me acojo a tu sagrado,
y haz que sirva a tu Hijo amado
hasta mi última agonía.
-Un
Padre nuestro y un Ave María a Señor San José, y la siguiente:
JACULATORIA
José justo, Esposo amado
de la gran Madre de Dios,
en vida y en muerte sed vos
nuestro Patrón y abogado.
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