jueves, 5 de agosto de 2021

NOVENA A SAN EMIGDIO

 

NOVENA DEL GLORIOSO SAN EMIGDIO

ABOGADO ESPECIAL DE LOS TEMBLORES

 

Imprenta de José María Concha.

Lima, Perú. Año 1841.

 

ACTO DE CONTRICION

Dulcísimo Jesús mío, Criador, Redentor y Conservador mío, mi Dios infinitamente bueno, e infinitamente digno de ser amado sobre todas las cosas: postrado delante de vuestra augusta majestad, con el corazón traspasado del más vivo dolor por los graves pecados con que tantas veces os he ofendido, pésame en el alma de haber sido ingrato a los inmensos beneficios que de vuestras liberalísimas manos he recibido: venid en mi socorro para que yo venza al enemigo de mi salvación. Por los méritos de vuestra purísima madre las Virgen María, bañad mis obras con vuestra sangre preciosa. No me desamparéis Señor, Dios mío: no os apartéis de mí, entended en la ayuda mía, Señor Dios de mi salud asistidme con vuestra gracia mediante la cual os prometo serviros y amaros hasta el último instante de mi vida. Amen.

 

San Emigdio, venos aquí implorando tu patrocinio. Amagada esta ciudad por los continuos terremotos, guerras, orfandad, y llantos, nos hallamos tristemente consternados, y conociendo que es en justo castigo de nuestra prevaricación, porque el Señor siempre benigno con los pobres pecadores, por estos medios repite sus llamamientos para despertarnos del profundo letargo en que nos ha sumido la más espantosa impiedad; acudimos a tú Santo glorioso, para que compadecido de las tribulaciones y peligros que nos cercan intercedas con Dios, logrando no se apaguen en nosotros las luces de la fe, ni permita que se pierda la porción escogida de su iglesia, nos conserve y bendiga para que le en el tiempo y en la eternidad. Amen.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria Patri.

 

 

PRIMER DIA

Diligentísimo Emigdio, que, por medio de una oración continua, procuraste guardar en tu corazón y cumplir en toda la voluntad divina, despreciando los honores y grandezas del mundo antes que quebrantarla: te rogamos nos alcances del Señor que nos haga vivir de su vida, iluminando nuestras tinieblas, acercándonos à él para que le sigamos abrazados de la cruz dándonos una perpetua observancia en su santa ley para bendecirlo y amarlo por los siglos de los siglos. Amen.

 

-Avivando la fe en la protección del Santo, pidamos al Señor por su intercesión lo que deseamos en esta novena, honra y gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amen.

 

ANTIFONA. Le adornaste Señor con la estola de la pureza, abrazaste su corazón con el fuego de la caridad y le ceñiste la corona de la justicia. ¡Oh bienaventurado San Emigdio, líbranos del ímpetu del terremoto rogando por nosotros a Nuestro Señor Jesucristo! Amen.

 

 

GOZOS

Por aquel sublime amor

Que a Dios profesaste tanto,

Defiéndenos mártir Santo

Del ímpetu del temblor.

 

Aquella grande prudencia

Que mostraste en tu obispado,

A todos con sumo agrado

Dispensando tu asistencia:

Por esa santa paciencia

Que tuviste á tanto honor.

 

No desdeñe tu bondad

Nuestra humilde petición,

Mira la tribulación

En que se halla esta ciudad:

Por esa gran caridad

Que te hizo tan superior,

 

Magnánimo en la desgracia

De una vida atribulada,

La ley del Señor sagrada

Guardaste con eficacia:

Y pues fuiste por su gracia

Muy ilustre confesor

 

Toda tu gloria cifraste

En la honra y gloria de Dios,

Seguiste su dulce voz

Y la santidad lograste:

Y pues tanto adelantaste

Por tu eminente fervor

 

Tuviste un alma animosa

Para sufrir el tormento,

Recibiendo en un momento

La corona victoriosa:

Y pues tu muerte preciosa

Fue a los ojos del Señor:

 

Por aquel sublime amor

Que a Dios profesaste tanto,

Defiéndenos mártir santo

Del ímpetu del temblor.

 

 

ORACION ÚLTIMA

Reina de los ángeles; María Santísima, Virgen y Madre de Dios, que con entrañable amor favoreciste a tu fiel siervo Emigdio, concede a nosotros, que, imitando sus virtudes, merezcamos ser como él tus verdaderos devotos, y después consigamos por tú la posesión de la bienaventuranza Amen. Concluirá con una salve,

 

 

SEGUNDO DIA

Humildísimo Emigdio, yo bendigo y alabo al humilde Jesús, que puso en tu corazón un amor decidido a esta preciosa virtud que te elevó al más alto grado de santidad: él nos aflige en el cuerpo y en el espíritu, para que le busquemos en justicia y verdad, como el seguro de nuestra dicha y único centro de nuestro, reposo; así suplícale fortalezca nuestra flaqueza, dispensándonos como a tú una alegre resignación en los trabajos de este miserable destierro para que nos acrisolemos en su amor por medio de ellos. Amen.

 

 

TERCER DIA

Santo glorioso, echa una mirada de compasión sobre esta pobre ciudad tan amenazada de temblores que la ponen a peligro de arruinarse. La terrible enfermedad de nuestras culpas que nos tienen tan postrados es la causa de tener irritada la cólera divina: haz pues que el Señor cure nuestras llagas en la saludable fuente de su gracia, que nos acoja en el seno de sus misericordias pues somos tan débiles y miserables: Detén con tus ruegos su diestra formidable armada contra la impiedad de los impíos, vuelvan todos al camino de la verdad, y viviendo conformes a lo que profesamos en el día de nuestra regeneración logremos la vida eterna. Amen.

 

CUARTO DIA

Pastor evangélico, que desvelado por el bien de las ovejas que el Señor como a Aarón te confió, enseñándoles con la sana doctrina y santos ejemplos la senda que lleva a la eterna felicidad: suplicamoste nos alcancéis su misericordia, que tengamos un corazón dócil a las impresiones de la gracia, para no descaminarnos, del camino de sus mandamientos mientras estemos en el expatriamiento de esta Babilonia de llanto, y después merezcamos entrar en la Jerusalén celestial. Amen.

 

 

QUINTO DIA

Caritativo San Emigdio, cuyo apacible trato te mereció la estimación y respeto, de todos, siendo con el miserable desvalido un pródigo en beneficios, cumpliendo así con el máximo precepto de la religión santa amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo: recábanos del Señor que tengamos en el corazón muy arraigada esta inestimable virtud, haciendo a nuestros hermanos por su amor todo cuanto bien podamos, perdonando y amando a todos los que nos persiguen y calumnian a imitación de Nuestro Señor Jesucristo, y  por la ardiente caridad con que le amaste, pídele nos conceda, que todo cuanto pensáremos, habláremos, hiciéremos y respiráremos, sea para honra y gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amen.

 

 

SEXTO DÍA

Bendito San Emigdio, compadécete de  nosotros que aun vivimos en este falaz mundo, en donde todos son escollos de un océano borrascoso agitado por las pasiones: la tempestad como la mentida calma son en él igualmente peligrosas: preciso es guardarse de sus acechanzas, sin confiarse de sus halagos: intercede pues con Dios para que no le ofendamos dejándonos seducir de sus prometidos falsos deleites, y para que a el solo sirvamos y amemos con la memoria sin olvido, con el entendimiento sin error, y con la voluntad sin contradicción por los siglos de los siglos. Amen.

 

 

SEPTIMO DIA

Fidelísimo amigo de Dios, que, habitando, en la tierra supiste animoso en las contradicciones que ella promete, hallar la dicha eterna que hoy gozas; dígnate admitir benigno nuestros más fervientes votos, consiguiéndonos del Señor nos comunique un rayo de su luz para que inflamados en su santo servicio lleguemos al término feliz porque anhelamos. Amen.

 

 

OCTAVO DIA

Venerado San Emigdio en quien tanto brilló una resignación total en hacer todas las cosas llevado del celo de la gloria de Dios, distintivo singular de las almas justas por lo cual Nuestro Señor Jesucristo siempre liberal les derramó sus favores, dándoles auxilios especiales, saludables inspiraciones , gracias superabundantes y el precio de los méritos de su poderosísima sangre; por estos dones más preciosos que todos los tesoros del universo, te rogamos intercedas con él para que aumente en nosotros la piedad y el deseo de nuestra salvación. Amen.

 

 

NOVENO DIA

Ilustre confesor de Nuestro Señor Jesucristo que, habiendo despreciado la vida por su amor, mereciste entrar en el coro de los mártires, en donde glorioso has dado tantas pruebas a tus devotos de lo mucho que puedes para con Dios en hacer cesar las calamidades de su pueblo; te pedimos que redobles tus clamores para que consigamos vernos libres de la mayor de ellas que es la culpa, y sirviéndole por tu medio en esta vida logremos gozarle en tu compañía. Amen. 

 

 

ORACION DE BENDICION Sagrada que Nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XIV remitió al Católico Monarca, contra los temblores, y terremotos de tierra, la cual es de SAN ÉMIGDIO Obispo y mártir, abogado especial de los temblores; pues no ha habido ejemplar que se haya experimentado desgracia alguna en la casa donde estuviere puesta la siguiente:

 

ORACION

Dios Nuestro Señor nos bendiga y nos defienda, nos de su auxilio y tenga misericordia de nosotros: vuelva a nosotros su piadoso rostro, y nos dé paz y Dios Nuestro Señor bendiga esta casa y a todos los que en ella estamos y habitamos, y a ella y a nosotros libre del ímpetu del terremoto, en virtud del Dulcísimo Nombre de Jesús. Amen.

 

Jesús Nazareno, Rey de los Judíos, Cristo Señor Nuestro está con nosotros: Confiad en él, esperad en él, y tened seguro el ánimo, OH BIENAVENTURADO SAN EMIGDIO. Ruega por nosotros, y defiéndenos del ímpetu del terremoto en el Nombre de Jesús Nazareno. Amen.

 

 

INDULGENCIAS

El Ilustrísimo Señor Doctor Diego Antonio de Parada, dignísimo Arzobispo de Lima, concedió 80 días de indulgencias a todos los que rezaren un padre nuestro y ave maría a este Glorioso Santo. El Ilustrísimo Señor Doctor Don Francisco Sales de Arrieta, dignísimo Arzobispo de esta Diócesis, concede ochenta días de indulgencias a todos los que rezaren devotamente esta novena, usando de ella en sus oraciones públicas y privadas, pidiendo por la extirpación de las herejías, paz y concordia de los pobres cristianos, conversión de los infieles, herejes y pecadores y demás necesidades de la Iglesia y del Estado. Así mismo, el Ilustrísimo Señor Doctor Don Francisco José Calixto de Orihuela dignísimo Obispo del Cuzco, concede cuarenta días de indulgencias por cada una de las oraciones que contiene esta novena.


-Colaboración de Carlos Villaman

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