NOVENA EN HONOR A LA VIRGEN DE
LAS NIEVES
L/: Oh Dios mío ven en mi ayuda!
R/: Señor, apresúrate a socórrenos.
L/: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
R/: Como era en un principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos, amén.
I.
Oh
Reina de las Vírgenes, Oh María, Reina qué bien te queda y cuánto mereces el
título de Señora de las Nieves, siendo este símbolo de tu virginal candor y de
tu elevada pureza. Nosotros, arrodillados ante tus pies, con júbilo y alegría
de ánimo te invocamos con este bello nombre, confiados de obtener de ti la
pureza de mente y cuerpo en todos nuestros pensamientos y acciones.
-
Padre Nuestro, Ave María, Gloria…
Obtenednos Reina
ejemplar
De tu Hijo Jesús y de
Dios
De arribar un día con
Vos
A su gloria contemplar.
L/: Virgen de las Nieves
R/: Ruega por nosotros
II.
Oh
María, limpísima fuente de pureza y de belleza, Tú que, en medio del más
ardiente calor estival, hiciste caer sobre el monte Esquilino prodigiosa nieve,
en el calor más fuerte de nuestras pasiones, haz llover sobre nuestras cabezas
abundante rocío celeste, para que, reavivados en el espíritu, podamos
libremente caminar por la vía de la santa y divina ley.
-
Padre Nuestro, Ave María, Gloria…
III.
Oh
María, lirio admirable de castidad, que, en la noche del 5 de agosto, te
complaciste en aparecértele en sueños al papa Liberio y a los dos viejos nobles
romanos Juan y su esposa, indicándoles edificarte un templo en el lugar donde
había caído nieve; humildemente te suplicamos que permanezcas siempre cerca de
nosotros para enseñarnos el camino recto en la oscura noche de este mundo, a
fin de que, viviendo siempre en gracia, seamos nosotros puros templos vivientes
de nuestro Dios.
-
Padre Nuestro, Ave María, Gloria…
IV.
Oh María, Madre
amabilísima, tu que por medio de la nieve caída diste a Juan, noble romano, y a
su esposa, una clara señal de agradar y aceptar su herencia, desde el trono
donde te sientas gloriosa a la derecha del Hijo, vuelve piadosa tus ojos sobre
nosotros, hijos tuyos, y acepta nuestras suplicas que, con corazón humilde y
contrito, en este valle de lágrimas, te elevamos.
-
Padre Nuestro, Ave María, Gloria…
V.
Oh
María, Madre purísima, que en el templo a ti consagrado bajo el título de
Nuestra Señora de las Nieves, has obrado y obras a toda hora tantos milagros a
favor del pueblo cristiano, nosotros mismos, que rogamos a tus pies, te
honramos con el mismo bello título, confiados de obtener de ti el milagro entre
todos los milagros: la conservación de la fe en nuestros corazones y la
acrecentacion de la verdadera virtud cristiana.
-
Padre Nuestro, Ave María, Gloria…
OREMOS: Oh María, potentísima Reina del cielo y de la tierra, por cuanto tú has concedido una particular protección sobre aquellos que te honramos con el bello nombre de Señora de las Nieves, acoge bajo tu protección y potente Patrocinio a todos los que con este nombre te invocamos. Defiéndenos de todos los males, de todos los peligros, de todas las desgracias de esta tierra y de todas las gracias engañosas del mundo. Pero sobre todo defiéndenos de la corrupción del corazón y de los asaltos del Demonio en la hora de nuestra muerte, de lo cual depende nuestra eternidad. Virgen amabilísima y potentísima, en ti son depositadas todas nuestras esperanzas. No ceses jamás de defendernos, para que todos podamos llegar salvos al Cielo donde podamos felices de verte cantar tus misericordias. Por los siglos de los siglos. Amén.
-Colaboracion de Carlos Villaman
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