sábado, 16 de octubre de 2021

MES DE SANTA TERESITA - DÍA DIESIÉS


DÍA XVI

MEDITACIÓN. — VIDA DEL CORAZÓN

Qui manet in charitate in Deo manet et Deus in eo (I.

S. Joan. 1','-16.)

El que permanece en caridad, en Dios vive y Dios en él.

 

Para manifestar por medio del lenguaje los sentimientos m s elevados y excelsos de nuestro ser, usamos de un término que, en sí mismo y por el fin a que lo ha ordenado la naturaleza, los expresa con precisión lógica tan exacta, que de seguida nos damos cuenta de ellos. El Corazón. En el orden físico es el primum vivens et ultimum moriens, es lo primero que vive y lo último que mucre. Y en el orden moral lo primero que se siente atraído por la fuerza de la voluntad, informada por la gracia, a obrar el bien, es el corazón, y lo último que fenece en la catástrofe de la tentación por el pecado es el corazón.

En la gran obra de la salvación el corazón es el factor poderoso, él, quien eleva al hombre a la más alta dignidad en el cielo y en la tierra, la santidad, y él. quien le coloca bajo los más detestables enemigos haciéndole siervo, Porque el corazón lo mismo que el espíritu, como su voluntad, está perturbado por un desorden original: sus afectos extravían y. se confunden.

 ¡Cuánto importa, alma piadosa, que vigiles tu corazón! Porque si reina el des. orden en tus afectos, infaliblemente se transmitirá a tu vida. Donde está tu tesoro allí está tu corazón. Todas nuestras   potencias, como obedeciendo a una interior consigna, siguen al corazón, y corren los mismos caminos que él hasta despeñarse en el abismo sin fondo de la maldad, o hasta elevarse al pináculo de la santidad.

Para llenar ese corazón de vida es de absoluta necesidad que le demos a comer el manjar del amor sobrenatural, el amor de Dios. Él es el que contrarresta de admirable y segura manera todos los ímpetus del amor sensitivo y pasional haciéndolos servir al intento sagrado de perfección. Él es el medio poderoso de perfección. 'No conozco más que un medio para llegar a la perfección: EL AMOR. Amemos, puerto que nuestro corazón sólo se hizo ara esto. Algunas veces busco otra palabra para expresar el amor; pero en este mísero destierro, la palabra que principia y tiene fin (San Agustín), es incapaz de expresar las vibraciones del alma; es preciso, pues, atenerse a esta única y simple palabra: AMOR. ¿Pero, a quién prodigará el amor nuestro pobre corazón? ¿Quién será bastante grande para recibir sus tesoros? ¿Sabrá comprenderle un ser humano? Y sobre todo ¿podrá corresponderle? María sólo un Ser existe para comprender e amor; nuestro Jesús; solamente Él puede devolvernos infinitamente más de lo que podemos darle en toda nuestra vida.

Nos devuelve aquella unión santa y perfecta para la que fuimos criados en rectitud y perdimos por el pecado. Nos devuelve aquella paz y felicidad que disfrutaban los primeros padres en el día de so inocencia. Nos devuelve aquella vida que Jesús vino a darnos en la tierra y que la Santita llama «verdadera fusión».

 qué suave es cl camino del amor! Sin duda puede uno tropezar y cometer infidelidades; pero el amor sabe sacar partido de todo aquello que pueda desagradar a Jesús, dejando tan sólo en el fondo del corazón una paz humilde y profunda. Que está siempre, como luz en tinieblas, enseñando al hombre a reconocer donde. está su única grandeza, en el amor de Dios.

¡Oh Amado mío! Comprendo la clase de combates a que me destinas; no es en los campos de batalla donde debo luchar. Soy prisionera de tu amor, libremente remaché la cadena que a ti me une y me aparta para siempre del mundo. Mi espada es el AMOR; con ella arrojaré al extranjero fuera del reino y te haré proclamar Rey de almas.

 

 

EJEMPLO

CONVERSIÓN Y VOCACIÓN DE UNA JOVEN OBRERA

X. (Francia) 9-2-1921

Hija de obreros. Indiferentes que impíos, he sido educada en ignorancia casi completa de la Religión. Siempre en torno mío veía burladas y despreciadas creencias católicas. No obstante, desde el día de mi primera Comunión, desgraciadamente no muy bien preparada. El germen de la fe quedó en mi alma. Dios lo desarrolló en mi alma por el sufrimiento. Prueba tras prueba, fue para mí la más dolorosa la sensación de vacío y tristeza continua que pesaba sobre mi sin que nada pudiera disiparla. Un momento creí encontrar la dicha en amor humano, pero fue de nuevo engañada con mi esperanza, quedando sumida en sombrío desaliento. En fin, me acordé de que hay un Dios que dispone a su gusto nuestro destino, y le supliqué mc volviera la dicha que creía perdida para siempre.

Entre tanto, subiendo un día a Montmartre, mi vista se encontró con una imagen de Sor Teresita. No la conocía aún, pero la expresión angelical de su rostro me impresionó tanto, que compré la Historia de un alma, y a ese libro debo mi salvación. Poco a poco comprendí lo que hasta entonces ignoraba por completo; la gracia no era ya para mi palabra hueca, y entendí también que la dicha existía, aunque no donde yo la había buscado; Dios revelóse a mi alma y la Santita querida, llevando al colmo su bondad para conmigo me obtuvo la gracia de la vocación religiosa. En el Carmen quiero Vivir en adelante, en el amor y agradecimiento.

 

Jaculatoria: ¡Oh qué suave es el camino del amor!

 

ORACIÓN PARA ESTE DÍA

¡Oh corazón abrasado de amor! que sólo ansiabas amar a Jesús con delirio, con locura, y para esto reprimías en ti hasta los afectos más tiernos y sensibles, dando así cabida tan sólo al amor sobrenatural; haz, poderosa intercesora, que mi corazón se vea saturado siempre del amor divino, posponiendo a él todos los de la tierra a fil) de que pueda expirar sellando mis labios con vuestras mismas palabras: ¡Dios mío!... os... amo... Y para más obligarte te recordamos tus inefables promesas en favor de tus devotos con las siguientes:

 


 

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