DÍA XXX
MEDITACIÓN. EL CAMINITO
Imitatores mei estote Sicut et ego Christ. (Ad Cori.
IV. 16.)
Sed mis imitadores como yo lo soy de Cristo.
Los Santos, según los divinos designios,
son para nosotros vivientes modelos que, con sus ejemplos nos estimulan n la
práctica de las virtudes que tal grado de gloria les merecieron. Revestidos de
la misma flaca sustancia, acosados por los mismos enemigos y contando con las
mismas dificultades, pudieron, con la Gracia del Señor, hacerse fuertes en su
debilidad, superiores a sus enemigos y triunfadores de todas las dificultades.
El gran corazón de Agustín se
esforzaba a la práctica de la virtud y mirando a los Santos se decía: «Lo que
este y aquel pudieron ¿no lo podrás tú también?
Ciertamente que sí, después de haber
considerado las virtudes infantiles de Santa Teresita del Niño. Jesús. Ella nos
dice que su misión es la de enseñar a amar a Dios como ella le amó. «Presiento que
mi misión va a empezar, mi misión e hacer amar a Dios como yo le amo... de
enseñar mi caminito a las almas. QUIERO PASAR Ml CIELO HACIENDO BIEN EN LA
TIERRA. Esto no es imposible; resto que, en el seno mismo de la visión beatífica,
los ángeles velan por nosotros. NO, no podré tener ningún descanso hasta el fin
del mundo. Mas cuando el ángel haya dicho que ya no habrá más tiempo. (Apoc. X,
6), «entonces descansaré y podré gozar. porque el número de los escogidos
estará ya completo. Y el caminito que nos ensena es camino de la infancia
espiritual. el camino de la con. fianza y del abandono total. Quiero Indicarles
los medios sencillos y fáciles que a ml me han dado resultado excelente y
decirles que tan sólo una cosa debe hacerse, acá abajo: ¡Obsequiar a Jesús con las
flores de los pequeños sacrificios, ganarle con caricias! ¡Así es cómo yo le he
conquistado, por eso seré allá tan bien recibida!
«Si con mi caminito de amor las
indujese a error — les decía a sus novicias, — no teman que se lo deje seguir
por mucho tiempo. Pronto me aparecería para decirles que tomen otro camino;
pero si no vuelvo, crean en la verdad de mis palabras: Jamás se tiene demasiada
con onza en Dios tan potente y misericordioso. ¡Se obtiene de Él todo cuanto de
Él se espera Y cómo habla de engañarse ni engañarnos siguiendo al divino modelo
en la práctica de las virtudes infantiles! Al florecer en el huerto cerrado del
Carmelo esta candorosísima doncella, dice Su Santidad Pío XI (Homilía en el día
de la Canonización) y asociar a su nombre el del Niño Jesús reprodujo en sí tan
al vivo la imagen de éste, que cuántos se precien de venerarla, por necesidad hayan de venerar
y alabar a la par al divino modelo que en sí misma ella ha copiado. Así, pues
concebimos la esperanza de que nacer; entre los fieles un santo anhelo de
aspirar a esta infancia espiritual, consistente en sentir y hacer por ejercicio
de virtud lo que el niño tiene y ejecuta por naturaleza, pues como los niños,
ni cegados por sombra alguna de culpa ni mancillados por los atractivos de las
pasiones, descansan seguros en la posesión de su Inocencia y, completamente
libres con sinceridad de engaño y disimulo, cuando patentizan sus pensamientos
y obran con rectitud, se manifiestan al exterior cual realmente son; así Teresita
más bien pareció poseer una naturaleza angélica que humana, armonizando la
sencillez infantil con las leyes de la verdad y de la justicia. Porque grabadas
profundamente en su memoria aquellas invitaciones y promesas del divino Esposo:
Si alguno es pequeño que venga a mí: seréis conducidos en mis brazos y sobre
mis rodillas os acariciaré. Como la madre acaricia a su hijo, así yo os
consolaré, la virgen Lexoviense, con plena conciencia de su debilidad, se
entregó completa y confiadamente a la divina Providencia, para conseguir,
confiada tan sólo en el auxilio de Dios, por entre las asperezas de la vida, la
santidad de vida a la que había determinado arribar con plena y plácida
abdicación de su voluntad.
«Por tanto, venerables Hermanos,
amados Hijos, deseamos ardientemente que todos los cristianos se hagan dignos
de participar estas abundantísimas gracias por intercesión de Teresita; pero
todavía anhelamos con más ardor que pongan todo su conato en imitarla,
haciéndose como niños, pues si no fueren tales, según la sentencia de Cristo,
se verán rechazados del reino de los cielos.
Si todos entran por este camino de infancia
espiritual, quien se ve cuán fácilmente se obtendrá la reforma de la sociedad
humana, que, desde el principio de Nuestro Pontificado, y más al promulgar el
Año Santo, Nos hemos dado por programa. Hacernos, pues, nuestra, la oración con
que la nueva Santa, Teresita del Niño Jesús, cierra el precioso libro de su
vida: Te suplicamos, oh buen Jesús, que fijes tus ojos en todas las almas
pequeñitas y te escojas en este mundo una legión dc victimas pequeñas dignas de
tu amor. Amén.
EJEMPLO
UN LIBRO MISTERIOSO. RENOVACIÓN ESPIRITUAL
X. (Indre et Loire), diciembre 1913.
Hace unos tres años encontré en mi
to un libro cubierto con papel obscuro; creyendo que alguna de mis hermanas
habría olvidado y absorta en otras obras, no lo abrí.
Un día miré el título: era Historia
de un alma. Había Oído hablar de ella y, por curiosidad, recorrí sus páginas,
causándome la impresión de una autobiografía pueril, aunque su autor me pareció
una Santa dulce y consoladora.
Cuando quise devolver la obra no
pude hacerlo. pues ignoraba quién había traído el libro. No di entonces a ello
mucha Importancia. pero ahora me inclino a creer que fue depositado en ml casa
por la indulgente Taumaturga.
Hace dos meses sufrí una crisis aguda de sufrimientos morales,
aumentados por el deplorable estado de mi salud. Abrí entonces por segunda vez
la Historia de un alma y al leerla de nuevo, me encontré poseída de admiración
y extrañeza. ¿Cómo habla podido no comprender... Cada página era para mí una
revelación a la par que un consuelo del cual no podía privarme.
En adelante, cuando la prueba es muy
pesada. al instante abro el libro y encuentro al punto la paz y aun la alegría.
Comienzo entonces a vivir verdadera vida de unión con mi Santita. Un día la sentí
cerca de mí y la vi con los ojos del alma, llevándome a loa brazos
misericordiosos del Salvador. Fue una gracia verdaderamente divina en sus
efectos, porque desde ese momento mi alma ha entrado en un camino nuevo en el
que ml querida hermanita me lleva de su mano enseñándome la cl abandono y el amor.
Jaculatoria: ¡Oh regalada Esposa de Jesús! haz nacer en nosotros
el deseo de imitar como tú las virtudes de Jesús infante.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh queridísima y venerada Santita! que mereciste por tus infantiles ' virtudes la gloria de ser maestra en el camino de Infancia espiritual; yo te ruego humildemente que hagas en mí el bien de conocer y practicar el caminito de Infancia, sembrándolo de la lluvia de rosas de tus inefables protecciones, a fin de que tenga la dicha de imitar tus virtudes y la de adorar y bendecir eternalmente en compañía tuya a Jesús mi único tesoro a quien me entrego, no deseando otra dicha que la de hacerle sonreír; y para más obligarte te recordamos tus inefables promesas en favor de tus devotos con las siguientes:
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