sábado, 16 de octubre de 2021

NOVENA POR LAS ALMAS DE LOS SACERDOTES



 

NOVENA PARA ROGAR A DIOS POR LAS ALMAS DE LOS SACERDOTES

 

Dispuesta por el reverendo padre Fray José Francisco Valdez religioso de San Diego.

 

México 1840

Imprenta de Luis Abadiano y Valdés, calle de Santo Domingo, número 12.

 

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Jesús mío dulce dueño de mi alma, qué Corazón de piedra es el mío, Pues no sé enternece al oírte desde la cruz en que estás clavado, y agonizando a la fuerza de tus Dolores, pedir a tu padre eterno por los que te están crucificando, y disculpar los Con qué no saben lo que hacen. Soy sin duda de piedra pues no me mueve tanta indecible bondad. Yo he sido Jesús mío, quién te ha clavado en la cruz y mis pecados han sido los clavos que te han atravesado pies y manos, y después de todo clamas a tu padre eterno me perdone, porque no sabía lo que hacía. Así es dulce dueño mío amantísimo, no sabía lo que hacía cuándo tan ciegamente me arrojaba a ofenderte, no lo sabía, porque, aunque la luz de la fe me alumbraba, yo cerraba los ojos para no ver y me hacías sordo a las voces de tus inspiraciones, ya lo conozco ahora, ya me arrepiento con todas las veras del corazón, Pues has tenido la bondad de aguardarme, continúa tus bondades, haciendo que borré con lágrimas de contrición perfecta las manchas de mi torpe ingratitud. Eres mi Dios y espero de tu infinita misericordia el perdón que no merezco. No merezco el perdón, pero, ¿Cuándo han aguardado tus piedades que merezcamos el beneficio para hacerlo? Lo espero solo de tu piedad y misericordia.  amén

 

 

DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Jesús mío amantísimo: Si uno de los mayores beneficios que nos has hecho, ha sido el de habernos traído al seno de tu iglesia católica, cómo no hemos demostrarnos agradecidos a aquellas manos de que tú quisiste servirte para abrirnos la puerta por medio del santo Sacramento del bautismo. A ti señor, Cómo autor de tanto beneficio, te damos las gracias, pero al mismo tiempo te pedimos humildemente, que compadecido de aquellos ministros tuyos que después de habernos bañado a nosotros con esas aguas saludables, Ellos están acrisolándose en el fuego del purgatorio, les alivies sus penas, y que uniendo nuestras oraciones a las agonías mortales y congojas que te hicieron sudar sangre en el huerto de Getsemaní, las apliques a estas benditas almas, les des franca la puerta de la gloria. Amén.

 

-Se rezan tres Padres nuestros, tres Aves Marías, con Gloria Patri y se dice lo siguiente:

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

amado Redentor mío Jesús: Qué sabias son tus disposiciones, qué justificados tus juicios, tú escogiste de entre los fieles hijos de tu iglesia algunos hombres, para qué vestidos del carácter sacerdotal, mantuviese nene ya el culto del verdadero Dios y Administrasen a los demás los sacratísimos misterios de La Reconciliación y santificación de las almas, tú les franqueasteis toda la autoridad que para esto necesitaban, lo llenaste de los honores, prerrogativas y excelencias, pero no los exime de ir a la cárcel del Terrible purgatorio, apagar el reato de las penas merecidas por las culpas que hubiesen cometido por la humana fragilidad. allí los tiene detenidos tu justicia, hasta que, purificado de la escoria, puedan entrar en ese Palacio tuyo donde no se admite mancha alguna, aunque sea de la más ligera imperfección. Yo adoro tus juicios y los venero, pero fiado en que es mayor el deseo que tú tienes de que vayan a gozarte, que el que ellos hacen de liberarse de aquella llamas, qué juntando mis oraciones y súplicas a tus infinitos méritos y a los de tu madre santísima y mía la Virgen María, te apiades de estas benditas almas de los sacerdotes, qué la sangre preciosa que derramaste en la cruz, qué las lágrimas que derramó María santísima, les sirva de refrigerio en sus ardores, de baño con que se purifiquen, y de satisfacción a la divina justicia, para qué vayan a gozar de tu eterna gloria. Amén.

 

Se rezan tres Aves Marías de la forma siguiente:

 

-Dios te salve María santísima hija de Dios padre virgen antes del parto. Ave María.

 

-Dios te salve María santísima madre de Dios hijo virgen en el parto. Ave María.

 

-Dios te salve María santísima castísima esposa de Dios espíritu santo virgen después del parto. Ave María.

 

 

ORACIÓN

Purísima Virgen María, reina de Ángeles y abogada de los hombres, con cuánta confianza debo acercarme a tu trono a implorar tu intercesión, cuando lo que te pido es que extiendas el brazo de tus misericordias piedades hacia aquellas almas afligidas, que mientras vivieron en este mundo, quisiste tú que fuesen respetadas y veneradas con sumos honores y reverencias. Aplica señora parte de aquel tesoro que tienes en tus manos a las Santas almas de aquellos sacerdotes, que por falta de caudal con que pagar sus deudas están padeciendo terribles penas en la cárcel del purgatorio. Muestra que eres madre, Apiádate de aquellos que sí, tuvieron la desgracia de ofender a tu hijo santísimo, pero se arrepintieron de corazón, lloran sus pecados y se hicieron acreedores a su amistad y gracia, Acuérdate que son tus hijos y que están deseando ir a dar las gracias a Dios nuestro señor por las misericordias que ha obrado con ellos por tu intercesión. Amén.

Se rezan 3 padres nuestros.

 

 

DÍA SEGUNDO

ORACIÓN

Jesús mío amantísimo: Yo venero la sabia Providencia de tu amor, qué para radicar los más en la fe que recibimos en el santo bautismo, instituiste el santo Sacramento de la confirmación, dando facultad a tus ministros para que por la imposición de sus manos añadiesen fortaleza a nuestro espíritu, para no desmayar en la confesión de las verdades católicas. El reconocimiento debido a tanto beneficio nos mueve a suplicarte te apiades de aquellas almas que, adornadas del carácter episcopal, parecen las terribles penas del fuego que las purifica. Une nuestros ruegos a las penas y Dolores que apareciste en la prisión con los golpes, empellones y violencias de aquellos ministros infernales, y en particular al dolor que te causó la traición y alevosía del discípulo que te vendió: Aplica Señor estos méritos tuyos aquellas afligidísimas almas esposas tuyas, y Saca las de la cárcel en que esperan pagar las reliquias de sus deudas con el tesoro inmenso de tu sangre. amén.

 

 

DÍA TERCERO

ORACIÓN

Jesús mío amantísimo: Qué entrañas tan de padres son las tuyas, qué benignidad la de tu corazón, conociendo cuán arriesgado estamos a caer en desgracia tuya por nuestra flaqueza y miseria, pusiste en el Santísimo Sacramento de la penitencia un remedio pronto y eficaz, dando tus ministros facultad para hacer en nombre tuyo las paces y restituir a tu amistad a los que verdaderamente arrepentidos se llegasen a tu tribunal. te damos por esto las más rendidas gracias, y te suplicamos que compadecido de las almas de aquellos sacerdotes que, habiendo desatado a otros de las prisiones del demonio, gimen hora atormentados en las prisiones del fuego del purgatorio, les conceda salir libres a las mansiones de tu gloria. Te lo pedimos señor, por aquellas afrentas, ignominia y desacatos que sufriste, cuándo presentado a los inicuos tribunales de Caifás, Herodes y Pilatos, te mofaron, te burlaron e hirieron tú Divino Rostro con una bofetada cruel, y te trataron como loco. Amén.

 

 

DÍA CUARTO

ORACIÓN

Jesús mío dulcísimo: ¿Qué expresiones eran bastante para significar nuestro agradecimiento a la indecible fineza de habernos preparado en la mesa eucarística el precioso manjar de tu misma carne y el riquísimo licor de tu misma sangre para alimentar nos y regalarnos? Así es Jesús mío, tú misma carne y tú misma sangre comemos y bebemos, y para qué la comamos y bebamos siempre que el hambre no es lá pida, dejaste en tus ministros facultad para hacerte bajar del cielo por medio de las palabras de la consagración. Se pasarían los Ángeles cuando vieron tanta maravilla y que no se les concedía ellos lo que los hombres disfrutamos con tanta facilidad. Seas bendito y glorificado por favor tan singular, pero acuérdate de aquellos ministros tuyos, qué tuvieron el honor de traerte desde el cielo a la Tierra, no se liberaron de entrar en esa cárcel del purgatorio a pagar la deuda que contrajeron con tu justicia por su flaqueza. Oye nuestros clamores, y uniéndolos ala preciosa sangre qué derramaste cuando fuiste cruelmente azotado, concédeles el perdón de esa deuda, Apiádate de ellos, pues, es que uno de sus mayores Dolores es no acabar de salir de allí para ir a unirse contigo, verte y gozarte eternamente. Amén.

 

 

DÍA QUINTO

ORACIÓN

dulcísimo Jesús, que sabías, qué amantes son providencias, conociendo la necesidad que tienen tus fieles a la hora de la muerte, de los auxilios poderosos de la gracia para resistir a los terribles combates del demonio, instituiste El Sacramento de la extremaunción, poniendo en las palabras de tus ministros, virtud y eficacia para fortalecer a los moribundos y limpiarlos de las reliquias del pecado. Por ello te damos las más Humildes Gracias y te pedimos qué, uniendo nuestras súplicas y ruegos a los crueles dolores, inhumanos tratamientos, escarnios y mofas qué padeciste en el aposentillo en que te encerraron la noche de tu pasión, les concedas a las almas de aquellos sacerdotes que administraron este Sacramento, y padecen ahora en el purgatorio, el alivio que desean, ten piedad de ellos y llévalos por tu bondad y benignísimas entrañas, al descanso eterno de la gloria. Amén.

 

 

SEXTO DÍA

ORACIÓN

Jesús mío amantísimo: Qué grande es tu bondad, qué admirable es la Providencia con que te manejas en el gobierno de tu iglesia, para que siempre hay en ella un sacrificio con el que demos a tu padre eterno las gracias por los beneficios que nos hace, aplaquemos su indignación por las ofensas que le hacemos, y lo tengamos propicio para las Mercedes que le pedimos, instituiste el orden sacerdotal, autorizando a tus ministros para que en virtud de las palabras de la consagración, hiciesen el prodigio obligarte a bajar del cielo, a ponerte en sus manos, y repetir todos los días el mismo sacrificio que ofreciste en la cruz con qué obraste nuestra redención. Yo te adoro, te venero y te doy las más rendidas Gracias por tanto favor, y te suplico que unas mis oraciones a los gravísimos tormentos que padeciste, cuando cargando con la pesada Cruz en qué te iban a crucificar, caíste en tierra casi desmayado, y sin poder dar un paso por la flaqueza, y lo apliques todo a aquellas benditas almas, qué después de haberse alimentado tantas veces con tu preciosísima sangre, parecen ahora insufribles ardores en el purgatorio. Amén.

 

 

DÍA SÉPTIMO

ORACIÓN

Jesús mío amantísimo: Yo te doy las más rendidas gracias, porque no omitiendo Providencia alguna de cuántas pudieran conducir al bien de tu iglesia, quisiste qué el contrato del matrimonio se eleva hace a la dignidad de Santo Sacramento, y se santifica la unión de tus fieles para la educación cristiana, y crianza de sus hijos, y que se autorizara con la presencia de tus ministros, bendita sea para siempre tu Providencia tan justa y tan provechosa a la humana fragilidad. Vuelve ahora los ojos dulcísimo Jesús, a las almas de aquellos venerable sacerdotes que entre las terribles llamas del purgatorio, padecen algún otro tormento más terrible, cuál es el no acabar de celebrar los celestiales desposorios con tu persona divina. Une nuestras oraciones a los méritos de tu pasión y sangre preciosa, Y acuérdate de aquellos acerbísimos dolores que sufriste cuando enclavaron tus pies y manos en la cruz, lo sufriste por nosotros por librarnos de la muerte terna y por llevarnos a tu gloria: Aplica ahora estos dolores a las almas de los santos sacerdotes, para que con ellos satisfagan a la misma justicia y vayan a darle las gracias de tanto beneficio. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

ORACIÓN

Jesús mío amantísimo: Yo adoro tus sabias disposiciones, y agradezco el cuidado que tienes de qué no falten en tu iglesia ministros, que como maestros sustitutos tuyos nos enseñan y dirigen en el camino de tus divinos mandamientos, y nos instruyen en la evangélica doctrina. Seas por siempre alabado y glorificado, y fiado, por tanto, de tu piedad y benignidad, te pido te duelas de las almas de los sacerdotes que predicaron en la tierra tu Santo Evangelio, y ahora gimen atormentados en el purgatorio. Saca señor del tesoro inmenso de tus merecimientos, el caudal que necesitan ellas para satisfacer a la justicia divina, une a nuestras oraciones aquellos acerbísimos dolores que padeciste en la cruz estando para expirar, atormentado de la sed, escarnecido de los judíos, y mirando cerca a tu madre angustiadísima, y aplica estos tormentos y aflicciones a estas benditas almas, llévalas a gozar el fruto de ellas en el Palacio de la gloria. Amén.

 

 

DÍA NOVENO Y ÚLTIMO

ORACIÓN

Jesús mío amantísimo: Qué consuelo tan grande para mi alma, verte con entrañas tan de padre, y tan sensible a nuestros males. Conoces cuán terribles, cuán espantosas son las penas que padecen las almas en el purgatorio, y para aliviarlas, dejaste en tu iglesia un tesoro infinito, y diste autoridad a los pontífices y obispos sacar de ese cofre inagotable los caudales qué juzgasen convenientes, para rebajar con ellos las deudas de las almas que están pagando en aquellas voraces llamas a la justicia divina. Yo te pido con el más vivo afecto de Piedad y compasión, te duelas de las almas de los sacerdotes que están allí padeciendo, y que uniendo nuestras oraciones a aquel terrible desacato y crueldad injuriosa que padeció tu sacrosanto cuerpo en la lanzada, con qué lo hirieron después de muerto, pila apliques a estas Santas almas, y desates las prisiones que les tiene puestas la rectitud de tus juicios, y la lleve abusar de la libertad que desean, para adorarte y darte las gracias por tus infinitas misericordias. Amén.

 

LAUS DEVS

 

Cada palabra de esta novena, tiene concedidas 200 días de indulgencia por el Ilmo. Y Rmo. Sr. D. Fr. José María de Jesús Belauzarán, dignísimo obispo de Monterrey.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...