lunes, 18 de octubre de 2021

NOVENA A SAN BENITO DE PALERMO


NOVENA CONSAGRADA AL CULTO Y VENERACIÓN DEL NEGRO SANTO, NOBILÍSIMO ESCLAVO Y SIERVO FIEL DEL SEÑOR, SAN BENITO DE PALERMO Ó DE FILADELFIA

 

Dispuesta por el RP. Fr. José Fco. Valdés.

Religioso de la Provincia Descalza de San Diego de México.

 

Puebla de los Ángeles

Oficina de D. Pedro de la Rosa, 1822.

 

 

ACTO DE CONTRICION

Jesús mío, dueño amado de mi alma, cuándo acabaré de saber que no hay para ti cosa que te desagrade, sino el pecado. Qué no hay inocencia y la virtud. Qué error, que' engaño tan perjudicial para mi haber hecho lo contrario, poniendo los afectos de mi corazón en bienes temporales; me avergüenzo, Señor y estuviera pronto a derramar toda la sangre de mis venas, si con ello pudiera borrar las ofensas que te he hecho. Perdona Jesús mío, y has que resplandezca tu infinita bondad al perdonar a un pecador que merecía el infierno y que se acoge a la Llaga de tu Santísimo Costado, a beber de la sangre que derramaste para sanar de sus pecados a todo el mundo.

 

 

ORACION PARA TODOS LOS DIAS.

Benito gloriosísimo, morador bendito de la ciudad Santa de Jerusalén, y noble republicano de aquella corte. ¿Qué bien te vengaste de la naturaleza por el poco favor que te hizo en el color de tu rostro: te negaste enteramente a sus inclinaciones y apetitos, y dejando burlados sus conatos, supiste hermosear tu alma con bellezas mejores de la gracia, dichoso tú, mil veces que te hiciste agradable a los ojos de Dios y todo tu anhelo fué la práctica de las virtudes, dale conmigo a Dios gracias por su sabia Omnipotencia, pues reservando para sí, la fábrica natural de los cuerpos y dejó a nuestro cuidado y voluntad la hermosura o la fealdad de nuestras almas, repítele conmigo sus sabias disposiciones por la bondad que usó contigo de darte los socorros necesarios de su gracia, para que tú adornases tu alma con tan heroicas virtudes. Pero acuérdate que una de ellas fué la misericordia y compasión de los necesitados, y que nadie más necesitado que yo. Dile a Dios nuestro Señor que estoy bajo tu protección y que no alego otra cosa que la Sangre de su Santísimo Hijo derramada por mí.

 

-Se repite 3 veces en honor de la Santísima Trinidad:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de la Majestad y grandeza de tu gloria.

 

 

PRIMER DIA

Benito gloriosísimo dechado de humildad y espejo del propio conocimiento. Qué agradecido estoy a Dios el haberme dado a conocer el alto grado de gloria a que te sublimó tu humildad y conocer cuán agradable es a su Divina Majestad esa virtud; qué lejos estoy yo de ella, cuando no es otro el espíritu que anima mis pasos y mis sentimientos, sino el orgullo y la soberbia. Alcanzadme de Dios Nuestro Señor, que, así como tú huiste del desierto para vivir desconocido de los hombres y dedicado solo en conocerte a ti y a la grandeza de su Divina majestad, así yo, trate de conocerme a mí y a mi indignidad, para humillarme delante de aquel Señor, que sabe bien cuán merecido tenía el infierno por mis maldades imponme en mi corazón ese conocimiento para que así me haga digno del perdón y me concedas la petición que deseo, si es para gracia de Dios y bien de mi alma. Amen

 

-Se hace la petición.

-Tres Padrenuestro y tres Ave María.

 

 

SEGUNDO DIA

Benito gloriosísimo, que huyendo a la soledad para oír en quietud las voces del Espíritu Santo, lograste fijar tu habitación en una cueva inmediata a la que fué habitación dichosa de Santa Rosalía de Palermo. Disponiéndolo Dios así, para que los que habían nacido en un mismo país, vivido en un mismo monte y ejercitándose en un mismo temor de vida penitente, subiesen a ser compañeros de una misma felicidad en el cielo. Sea para bien y gozar por toda la eternidad, feliz penitencia (dirás con tu paisana Santa Rosalía), que me granjeo' tanta gloria. Inspira a mi corazón, tan santos pensamientos y borra de él, el horror a la carne, me haga digno de ti y de tu paisana Rosalía, en la gloria.

 

 

TERCER DIA

Benito purísimo, ángel en carne y espíritu limpio y puro entre los groseros lodos del cuerpo: ¡qué gustoso has dado para comprar la joya de la pureza, todo el caudal de mortificaciones y penitencias! Te has crucificado con Jesucristo, y a fuerza de negarte a ti mismo, has logrado empadronarte entre los ángeles y gozar de su correspondencia y compañía, ayudándote ellos en los empleos y ejercicios a que te destinaba la obediencia. Te pagan amantes, el amor que le tienes a la pureza, y no se apartan de ti ni en el desierto, ni en la celda, ni en los caminos: ¡dichoso tú que lograste esa fortuna!, pero mucho más dichoso por habértela sabido merecer. Alcánzame de Dios Nuestro Señor, joya tan apreciable y lo que yo no merezco por mí, merézcalo la belleza de esa virtud que tanto amaste, y que tanto deseabas verla amada y acogida en cl pecho dc todos los mortales. Amen.

Tres Padrenuestro y tres Ave María.

 

 

CUARTO DIA

Benito gloriosísimo, Maestro Sapientísimo en la Escuela de Jesucristo Señor Nuestro; qué importa que, como idiota en las letras humanas y ciencias del mundo, eligieras la profesión de lego humilde, si el Espíritu Santo es maestro tuyo, y aprendes en la escuela de la oración las verdaderas máximas del cristianismo, y los puntos más escondidos y dificultosos de la mística. Haz conmigo oficio de Maestro, y así como enseñaste muchas veces a los hombres doctos que te consultaban, y les declaraste los misterios de nuestra fé, para acallar sus dudas; enséñame a mí lo que no conviene hacer, para que con mis obras correspondan a lo que creo y confieso, y sepa hacer la voluntad de Dios, que es la verdadera ciencia.

Tres Padrenuestro y tres Ave María.

 

 

QUINTO DIA

Benito fidelísimo y catolicísimo, que ardiendo en celo de la honra y gloria de Dios, llorabas amargamente las desgracias de los gentiles idólatras, que sentados en las tinieblas de la ignorancia, viven sin conocer al verdadero Dios, y mueren sin la esperanza de gozarte; pídele a su Majestad Santísima, que se duela de ellos y los alumbre con la luz del evangelio, pero pídele con especialidad por los indios, de quienes tanto te compadecías en vida; y pídele que los que le conocemos y confesamos, lo amemos y sirvamos. Emplea tu celo, ahora que puedes tanto, en hacer que obre yo como cristiano, puesto que tanto me precio de serlo. Amen.

Tres Padrenuestro y tres Ave María.

 

 

SEXTO DIA

Benito misericordioso, piadoso y caritativo, ¿por qué te has olvidado de este pobre que está a tus puertas, y que tanto necesita de tu socorro?.• Si viviste en este mundo, tuviste en tus manos la Omnipotencia de Dios, y multiplicaste tantas veces el pan para socorrer a los necesitados, ¿por qué no he de esperar que me socorras ahora y que apliques tus ruegos a Dios Nuestro Señor, a fin de que socorra mis necesidades espirituales y temporales, multiplicando las misericordias que ha usado tantas veces conmigo y concediéndome el perdón de mis pecados?. Este es el pan que te pido, el pan que espero de tu piedad; el perdón de mis pecados. Amén.

Tres Padrenuestro y tres Ave María.

 

 

SEPTIMO DIA

Benito Portentoso, en cuyas manos parece, puso Dios las llaves de la muerte y de la vida, y cuyo cadáver incorrupto, después de más de dos siglos, es manantial de beneficios y de favores; yo no te pido otro favor ni otro beneficio, sino que avives mi fe y exista en mi corazón, una resignación cristiana, una humilde conformidad con la voluntad divina, para que entienda que los trabajos que su bondad me envía son para el bien de mi alma. Pues tú tienes en las manos las llaves de la vida, dispón de mí lo que conviene a la honra y gloria de Dios; yo me conformo con que pasen por tus manos los sucesos de mi vida, por más amargos que sean: como mi muerte, para que me asistas con el auxilio de tu gracia.

Tres Padrenuestro y tres Ave María.

 

 

OCTAVO DIA

Benito gloriosísimo, tú sí supiste aprovecharte de la Sagrada Pasión de Jesucristo Señor Nuestro, trayéndola siempre en la memoria de tu amado; pero no solo para acordarte del beneficio, sino para corresponder a él con las obras de una continua mortificación, y crucificando tu carne con negarte a todo placer humano. ¿Qué confusión para mí, querer que me valga la sangre de mi dulcísimo Redentor, y no querer acompañarlo en sus penas? ¡Querer vivir entre deleites y comodidades, y aguardar a que en mi muerte me bañe su sangre preciosísima! Alcánzame de Dios Nuestro Señor, que piense de otra manera, que me reduzca a padecer, a sufrir incomodidades y hacer de mi parte lo que debo, para lograr los frutos de la Pasión y Muerte de quien padeció hasta morir por mí, en la cruz. Amen.

Tres Padrenuestro y tres Ave María.

 

 

 

NOVENO DIA

Benito felicísimo, sea para bien que hayan bajado del ciclo las once mil vírgenes a hacerte compañía en tu última hora, y a conducirte en el triunfo a la región celeste que estás ya habitando; gózate en ella por toda la eternidad, pero baja ahora la vista hacia quienes vivimos desterrados en este valle de lágrimas, arriesgados a perder a Dios. Une tus súplicas a las de ese coro dc vírgenes santas, y alcánzame el perdón de mis pecados; ¿De cuánta gloria será para ti ver entrar a ese palacio celestial y sentarse junto a ti, un alma que debiera estar en los infiernos, y que por tus ruegos e intercesión ha logrado el indulto, y se ha hecho, por medio de una perfecta contrición, agradable a los ojos de Dios, y digna dc gozarle, amarle y verle por toda la eternidad?

Tres Padrenuestro y tres Ave María.

 

 

 -Colaboración de Miguel Morales.

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