NOVENA CONSAGRADA AL CULTO Y
VENERACIÓN DEL NEGRO SANTO, NOBILÍSIMO ESCLAVO Y SIERVO FIEL DEL SEÑOR, SAN
BENITO DE PALERMO Ó DE FILADELFIA
Dispuesta
por el RP. Fr. José Fco. Valdés.
Religioso
de la Provincia Descalza de San Diego de México.
Puebla
de los Ángeles
Oficina
de D. Pedro de la Rosa, 1822.
ACTO
DE CONTRICION
Jesús
mío, dueño amado de mi alma, cuándo acabaré de saber que no hay para ti cosa
que te desagrade, sino el pecado. Qué no hay inocencia y la virtud. Qué error,
que' engaño tan perjudicial para mi haber hecho lo contrario, poniendo los
afectos de mi corazón en bienes temporales; me avergüenzo, Señor y estuviera
pronto a derramar toda la sangre de mis venas, si con ello pudiera borrar las
ofensas que te he hecho. Perdona Jesús mío, y has que resplandezca tu infinita
bondad al perdonar a un pecador que merecía el infierno y que se acoge a la
Llaga de tu Santísimo Costado, a beber de la sangre que derramaste para sanar
de sus pecados a todo el mundo.
ORACION
PARA TODOS LOS DIAS.
Benito
gloriosísimo, morador bendito de la ciudad Santa de Jerusalén, y noble
republicano de aquella corte. ¿Qué bien te vengaste de la naturaleza por el
poco favor que te hizo en el color de tu rostro: te negaste enteramente a sus
inclinaciones y apetitos, y dejando burlados sus conatos, supiste hermosear tu
alma con bellezas mejores de la gracia, dichoso tú, mil veces que te hiciste
agradable a los ojos de Dios y todo tu anhelo fué la práctica de las virtudes,
dale conmigo a Dios gracias por su sabia Omnipotencia, pues reservando para sí,
la fábrica natural de los cuerpos y dejó a nuestro cuidado y voluntad la
hermosura o la fealdad de nuestras almas, repítele conmigo sus sabias
disposiciones por la bondad que usó contigo de darte los socorros necesarios de
su gracia, para que tú adornases tu alma con tan heroicas virtudes. Pero
acuérdate que una de ellas fué la misericordia y compasión de los necesitados,
y que nadie más necesitado que yo. Dile a Dios nuestro Señor que estoy bajo tu
protección y que no alego otra cosa que la Sangre de su Santísimo Hijo
derramada por mí.
-Se
repite 3 veces en honor de la Santísima Trinidad:
Santo,
Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra
de la Majestad y grandeza de tu gloria.
PRIMER
DIA
Benito
gloriosísimo dechado de humildad y espejo del propio conocimiento. Qué
agradecido estoy a Dios el haberme dado a conocer el alto grado de gloria a que
te sublimó tu humildad y conocer cuán agradable es a su Divina Majestad esa
virtud; qué lejos estoy yo de ella, cuando no es otro el espíritu que anima mis
pasos y mis sentimientos, sino el orgullo y la soberbia. Alcanzadme de Dios
Nuestro Señor, que, así como tú huiste del desierto para vivir desconocido de
los hombres y dedicado solo en conocerte a ti y a la grandeza de su Divina
majestad, así yo, trate de conocerme a mí y a mi indignidad, para humillarme
delante de aquel Señor, que sabe bien cuán merecido tenía el infierno por mis
maldades imponme en mi corazón ese conocimiento para que así me haga digno del
perdón y me concedas la petición que deseo, si es para gracia de Dios y bien de
mi alma. Amen
-Se
hace la petición.
-Tres
Padrenuestro y tres Ave María.
SEGUNDO
DIA
Benito
gloriosísimo, que huyendo a la soledad para oír en quietud las voces del
Espíritu Santo, lograste fijar tu habitación en una cueva inmediata a la que
fué habitación dichosa de Santa Rosalía de Palermo. Disponiéndolo Dios así,
para que los que habían nacido en un mismo país, vivido en un mismo monte y
ejercitándose en un mismo temor de vida penitente, subiesen a ser compañeros de
una misma felicidad en el cielo. Sea para bien y gozar por toda la eternidad,
feliz penitencia (dirás con tu paisana Santa Rosalía), que me granjeo' tanta
gloria. Inspira a mi corazón, tan santos pensamientos y borra de él, el horror
a la carne, me haga digno de ti y de tu paisana Rosalía, en la gloria.
TERCER
DIA
Benito
purísimo, ángel en carne y espíritu limpio y puro entre los groseros lodos del
cuerpo: ¡qué gustoso has dado para comprar la joya de la pureza, todo el caudal
de mortificaciones y penitencias! Te has crucificado con Jesucristo, y a fuerza
de negarte a ti mismo, has logrado empadronarte entre los ángeles y gozar de su
correspondencia y compañía, ayudándote ellos en los empleos y ejercicios a que
te destinaba la obediencia. Te pagan amantes, el amor que le tienes a la
pureza, y no se apartan de ti ni en el desierto, ni en la celda, ni en los
caminos: ¡dichoso tú que lograste esa fortuna!, pero mucho más dichoso por
habértela sabido merecer. Alcánzame de Dios Nuestro Señor, joya tan apreciable
y lo que yo no merezco por mí, merézcalo la belleza de esa virtud que tanto
amaste, y que tanto deseabas verla amada y acogida en cl pecho dc todos los
mortales. Amen.
Tres
Padrenuestro y tres Ave María.
CUARTO
DIA
Benito
gloriosísimo, Maestro Sapientísimo en la Escuela de Jesucristo Señor Nuestro; qué
importa que, como idiota en las letras humanas y ciencias del mundo, eligieras
la profesión de lego humilde, si el Espíritu Santo es maestro tuyo, y aprendes
en la escuela de la oración las verdaderas máximas del cristianismo, y los
puntos más escondidos y dificultosos de la mística. Haz conmigo oficio de
Maestro, y así como enseñaste muchas veces a los hombres doctos que te
consultaban, y les declaraste los misterios de nuestra fé, para acallar sus
dudas; enséñame a mí lo que no conviene hacer, para que con mis obras
correspondan a lo que creo y confieso, y sepa hacer la voluntad de Dios, que es
la verdadera ciencia.
Tres
Padrenuestro y tres Ave María.
QUINTO
DIA
Benito
fidelísimo y catolicísimo, que ardiendo en celo de la honra y gloria de Dios,
llorabas amargamente las desgracias de los gentiles idólatras, que sentados en
las tinieblas de la ignorancia, viven sin conocer al verdadero Dios, y mueren
sin la esperanza de gozarte; pídele a su Majestad Santísima, que se duela de
ellos y los alumbre con la luz del evangelio, pero pídele con especialidad por
los indios, de quienes tanto te compadecías en vida; y pídele que los que le
conocemos y confesamos, lo amemos y sirvamos. Emplea tu celo, ahora que puedes
tanto, en hacer que obre yo como cristiano, puesto que tanto me precio de
serlo. Amen.
Tres
Padrenuestro y tres Ave María.
SEXTO
DIA
Benito
misericordioso, piadoso y caritativo, ¿por qué te has olvidado de este pobre
que está a tus puertas, y que tanto necesita de tu socorro?.• Si viviste en
este mundo, tuviste en tus manos la Omnipotencia de Dios, y multiplicaste
tantas veces el pan para socorrer a los necesitados, ¿por qué no he de esperar
que me socorras ahora y que apliques tus ruegos a Dios Nuestro Señor, a fin de
que socorra mis necesidades espirituales y temporales, multiplicando las
misericordias que ha usado tantas veces conmigo y concediéndome el perdón de
mis pecados?. Este es el pan que te pido, el pan que espero de tu piedad; el
perdón de mis pecados. Amén.
Tres
Padrenuestro y tres Ave María.
SEPTIMO
DIA
Benito
Portentoso, en cuyas manos parece, puso Dios las llaves de la muerte y de la
vida, y cuyo cadáver incorrupto, después de más de dos siglos, es manantial de
beneficios y de favores; yo no te pido otro favor ni otro beneficio, sino que
avives mi fe y exista en mi corazón, una resignación cristiana, una humilde
conformidad con la voluntad divina, para que entienda que los trabajos que su
bondad me envía son para el bien de mi alma. Pues tú tienes en las manos las
llaves de la vida, dispón de mí lo que conviene a la honra y gloria de Dios; yo
me conformo con que pasen por tus manos los sucesos de mi vida, por más amargos
que sean: como mi muerte, para que me asistas con el auxilio de tu gracia.
Tres
Padrenuestro y tres Ave María.
OCTAVO
DIA
Benito
gloriosísimo, tú sí supiste aprovecharte de la Sagrada Pasión de Jesucristo
Señor Nuestro, trayéndola siempre en la memoria de tu amado; pero no solo para
acordarte del beneficio, sino para corresponder a él con las obras de una
continua mortificación, y crucificando tu carne con negarte a todo placer
humano. ¿Qué confusión para mí, querer que me valga la sangre de mi dulcísimo
Redentor, y no querer acompañarlo en sus penas? ¡Querer vivir entre deleites y
comodidades, y aguardar a que en mi muerte me bañe su sangre preciosísima!
Alcánzame de Dios Nuestro Señor, que piense de otra manera, que me reduzca a
padecer, a sufrir incomodidades y hacer de mi parte lo que debo, para lograr
los frutos de la Pasión y Muerte de quien padeció hasta morir por mí, en la
cruz. Amen.
Tres
Padrenuestro y tres Ave María.
NOVENO
DIA
Benito
felicísimo, sea para bien que hayan bajado del ciclo las once mil vírgenes a
hacerte compañía en tu última hora, y a conducirte en el triunfo a la región
celeste que estás ya habitando; gózate en ella por toda la eternidad, pero baja
ahora la vista hacia quienes vivimos desterrados en este valle de lágrimas,
arriesgados a perder a Dios. Une tus súplicas a las de ese coro dc vírgenes
santas, y alcánzame el perdón de mis pecados; ¿De cuánta gloria será para ti
ver entrar a ese palacio celestial y sentarse junto a ti, un alma que debiera
estar en los infiernos, y que por tus ruegos e intercesión ha logrado el
indulto, y se ha hecho, por medio de una perfecta contrición, agradable a los
ojos de Dios, y digna dc gozarle, amarle y verle por toda la eternidad?
Tres
Padrenuestro y tres Ave María.
-Colaboración de Miguel Morales.
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