OFICIO
PARVO AL DULCÍSIMO NIÑO JESÚS DE PRAGA
Tomado
del manual de Piedad
Por
el H. P. Benito Vélez
SS.CC.
-En
el nombre del Padre…
L/:
Divino Niño Jesús de Praga
R/:
Bendíceme
ORACIÓN
PREPARATORIA
¡Oh
Divino y pequeño rey Jesús! Yo me uno a los coros celestiales y angélicos, para
alabaros, bendeciros y daros gracias. Desearía estar animado de los
sentimientos del Corazón purísimo de vuestra augusta Madre, para cantar vuestras
alabanzas. Me asocio a todos los que en la tierra recitan el Oficio divino
para suplicaros os dignéis aceptar mis pobres homenajes y el deseo vehemente
que tengo de veros amado y glorificado. Desde ahora rechazo todas las
distracciones que puedan venirme. ¡Sed amada y glorificada por todos los
hombres ¡oh Grandeza divina anonadada! Entren los pueblos que yacen en las
tinieblas y en la sombra de la muerte, en vuestro rebaño, y vuelvan los que se
han apartado de él. Otorgad a los pecadores la gracia del perdón, santa muerte
a los agonizantes y descanso eterno a las ánimas del Purgatorio; consolad a los
afligidos y socorred a los pobres; bendecid a mis padres, parientes y
bienhechores: sed el amparo y el asilo de la niñez; salvad a la Iglesia y
devolved a nuestra querida patria su antigua fe. Amén.
-MAITINES-
INVITATORIO
-Al
nombre de Jesús, dóblese toda rodilla, en el cielo, en la tierra y en el infierno,
y toda lengua confiese la gracia, poder y gloria de este Santísimo Nombre.
-Padre nuestro, Avemaría
y Credo.
L/: Abrid, oh dulcísimo Jesús, mis labios.
R/: Y mi lengua pronunciará vuestras alabanzas.
L/: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/: Como era al principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
HIMNO
¡Oh soberana grandeza!
Por mi amor tan humillada,
Cuánto consuelo y delicia
Cerca de ti siente alma!
En un piélago Insondable
De dichas y de esperanza,
Sumergido y regalado.
Vive el pecho que te ama.
¡Quién no amará tu terneza
Que a los mismos cielos pasma,
Pues se abajó tan humilde
Hasta el hombre anonadada!
¡Oh Verbo Eterno hecho niño!
Tesoro de amor y gracias,
Concédenos tus favores
Para salvar nuestras almas.
L/:
Ocultó Dios su gloria.
R/:
Y se hizo semejante a un esclavo.
ORACIÓN:
¡Oh Rey del universo! Cuyo incomparable amor a nosotros os ha reducido a la
pequeñez de un niño, dignaos otorgarnos la inteligencia de ese mismo amor, para
que, amándoos en este mundo, merezcamos amaros y glorificaros eternamente en el
cielo.
R/:
Amén.
-LAUDES-
-Dios
te salve, María, etc.
L/:
Dulcísimo Jesús, acudid en mi defensa.
R/:
Apresuraos, Señor, a socorrerme.
L/:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/:
Como era al principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
¡Oh mi Jesús! Tu recuerdo
¡Llena el alma de alegría!
Más tu presencia adorable
Tiene dulzura infinita.
Ni el más melodioso canto,
Ni la más dulce armonía
Nunca igualan de tu nombre
A la suavidad divina.
Si del pecho que te busca
Eres consuelo y delicia,
Cómo serás para el alma
Que tu amor cautiva.
¡Oh dulce y amable Niño!
Lleno de gracia infinita
Concédenos tus favores
Y las eternales dichas.
L/:
Ya recibido por nombre el más hermoso de todos
R/:
Manantial de confianza y de perdón para el pecador.
-La
oración igual a la de Maitines.
-PRIMA-
-Dios
te salve, María,» etc.
L/:
Dulcísimo Jesús, acudid en mi defensa.
R/:
Apresuraos, Señor, a socorrerme
L/:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/:
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
¡Qué bueno es
Dios! Desciende
Al mundo
corrompido,
Y abate su
grandeza
Para volverse
niño.
Y sobre si
tomando
Del hombre y
los delitos,
Al Padre se
presenta
Cual criminal
indigno.
A El, pues,
confiado acuda
El triste y
afligido,
Y aquél a
quien oprime
La carga de
los vicios.
¡Oh Jesús,
tierno infante!
Benigno y compasivo
Concédenos tu gracia
Tu amor y el paraíso.
L/:
El Niño Jesús te trae en pos de si ¡Oh pecador!
R/:
Con los vínculos de la caridad.
-TERCIA-
-Dios
te salve, María,» etc.
L/:
Dulcísimo Jesús, acudid en mi defensa.
R/:
Apresuraos, Señor, a socorrerme
L/:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/:
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Al mundo te
presentas
Cual débil
pequeñuelo,
Siendo Tú,
Niño hermoso,
El Rey del universo.
Mi gratitud
mostrarte
Por tanto
amor anhelo;
Desde que a ti rendido
Me entrego
todo entero.
En la mañana
y tarde
Te invocará
mi ruego.
Y tu querer,
sumiso
Aceptará mi
pecho.
¡Oh Jesús,
tierno Niño!
Del universo
dueño,
Impera en
nuestras almas,
Venga a nos él
tu reino.
L/:
Todos los hijos de Adán te amen.
R/:
A Vos que sois el más hermoso y amable.
-SEXTA-
-Dios
te salve, María,» etc.
L/:
Dulcísimo Jesús, acudid en mi defensa.
R/:
Apresuraos, Señor, a socorrerme
L/:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/:
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Oh Jesús cuyo rostro
Alegra el universo,
Y los pesares calma
Del abatido pecho.
¡Quién que tus ojos, mira
No siente arder el fuego
De la divina llama
Que enciende amor eterno!
Permite ¡oh Rey divino!
Que te esconda en mi seno
Y te estreche en mis brazos
Llorando de consuelo.
¡Oh Niño blanco, hermoso,
Más bello que los cielos,
Concede a nuestras almas
Tu amor puro y eterno.
L/: Porque Vos sois la misma belleza y amabilidad.
R/: Os amaré sobre todas las cosas.
-NONA-
-Dios
te salve, María,» etc.
L/:
Dulcísimo Jesús, acudid en mi defensa.
R/:
Apresuraos, Señor, a socorrerme
L/:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/:
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
¿Por qué, Jesús divino,
Derramas tiernas lágrimas?
¡Ah! Ya lo entiendo, expías
Mis crímenes y faltas.
¡Cómo al mirar tu rostro,
No se confunde mi alma!
¡Cómo al sentir tu llanto
Mi corazón no estalla!
Pues, que no soy de mármol,
Tu llanto me anonada:
Lavar quiero mis culpas
Con lágrimas amargas.
¡Oh Jesús amoroso!
Recíbeme en tu gracia,
Perdón e indulgencia
Concede a nuestras almas.
L/:
Cordero de Dios, borrad nuestros pecados.
R/:
Unid nuestros corazones al vuestro con lazo de vuestro amor.
-VÍSPERAS-
-Dios
te salve, María,» etc.
L/:
Dulcísimo Jesús, acudid en mi defensa.
R/:
Apresuraos, Señor, a socorrerme
L/:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/:
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
¡Oh Celestial Viajero!
Sin techo y sin abrigo
Por mi viniste al mundo
Desnudo y desvalido.
Ven a abrigar yo quiero
Tu tierno cuerpecillo,
En mi amoroso pecho
Ven a posar benigno.
No, ni la muerte misma,
Ni el mundo fementido
Podrán nunca apartarme
De Ti, dulce bien mío.
Divino pequeñuelo,
Del alma dulce hechizo,
Grabad en nuestros pechos
Tu amor puro encendido.
L/:
No quiero la muerte del pecador.
R/:
Sino su conversión, dice el Divino Niño.
-VÍSPERAS-
-Dios
te salve, María,» etc.
L/:
Dulcísimo Jesús, acudid en mi defensa.
R/:
Apresuraos, Señor, a socorrerme
L/:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/:
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Si de nuevo el pecado
Con su poder me abruma,
Invocaré al instante
Tu protección y ayuda.
Si el infortunio fiero
Mi corazón conturba
¿a quién clamaré entonces
Sino a Ti, bondad suma?
Acércame a tu pecho,
Jesús, vida y dulzura,
Vivir contigo unido
Es mi mayor fortuna.
Y en el momento triste
De la última amargura,
Protege a nuestras almas
Y olvida nuestras culpas.
L/:
Fueron más delicias en la tierra.
R/:
Estar
con los hijos de los hombres.
-La
oración como la de Maitines.
ORACIÓN
FINAL
¡Oh
Divino Niño Jesús de Praga! Acabo de invocar vuestra bondad y de ensalzar vuestra misericordia, dignaos aceptar mis pobres
alabanzas y recibid, ¡bondadoso Rey! La consagración que os hago de mi alma y
de mi cuerpo. Vos, en cambio, dadme vuestro dulcísimo Corazón, Concededme que
yo os pertenezca siempre, y que vuestro Corazón sea mío para siempre. Amén.
-Récese
en seguida EL ROSARITO DEL NIÑO JESÚS DE PRAGA, que consta de tres
Padrenuestros, en honor de Jesús, María y José, y doce Avemarías en memoria de
los doce años de la infancia del Salvador.
-Antes de cada uno
de los Padrenuestros se dice:
“El
Verbo se hizo carne”
-Y
antes de la primera Avemaría:
"El
Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros".
-Su
Santidad Pío IX concedió el 9 de agosto de 1855, 500 días de indulgencia al que
rezare esta pequeña corona.
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