miércoles, 14 de junio de 2023

GOZOS A NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO


 GOZOS A NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO


Una vez Constantinopla

toma la morisca atroz,

el viento impío que sopla

para el devoto, es feroz.

La mediterránea isla

invade el turco infiel

y el católico se aisla,

huyendo en débil bajel.


R/: Del Perpetuo Socorro

déjame participar:

¡Virgen mía! a ti me acojo

fiando me has de ayudar.


Si yendo de Creta a Roma

va un rico mercader,

y tu poder olas doma

evitando el perecer,

y calmas las tempestades

del enfurecido mar...

conociendo tus bondades

debo en tí, Virgen, confiar.


Entre el templo de María

y el de San Juan de Letrán

te instalan, ¡oh Madre pía!

Y allá los devotos van.

En pos de la Imagen Santa

en ferviente procesión,

multitud enorme canta,

entre incienso y oración.


Con triste pesar y asombro,

el templo de San Mateo

queda reducido a escombro,

por intenso bombardeo.

Después de trescientos años

de culto y adoración,

por intereses extraños

lo eclipsa Napoleón.


El famoso Cuadro oculto

medio siglo, en un rincón,

sin templo, altar, ni culto,

queda sin veneración,

Le adoran devotamente,

guardado bajo dosel,

Fray Orsetti solamente

y el lazarillo Miguel.


Y los Padres Agustinos

buscando al Cuadro un altar,

van recorriendo caminos

hasta encontrarle un hogar.

No tienen un lugar previo

y lo llevan con afán

al templo de San Eusebio,

con permiso del Deán.


Según dicen los cronistas,

a instancia de Fray Maurón,

a Padres Redentoristas

da Pio Nono posesión

del Cuadro, que en oratorio

se le da gran devoción

y en el templo de Ligorio

crece la veneración.


El culto empezado en Roma

ya no es devoción local,

pues por Patrona te toma

una gran parte mundial.

Si perpetuamente ayudas

quien te invoca con fervor,

para tus fieles, no hay dudas,

que atenderás su clamor.


Postrados con fe a tus plantas

escucha nuestra oración

y tủ qué das gracias tantas,

mándanos tu bendición,

siendo nuestra bienhechora

hasta la hora final,

empujándonos, Señora,

a la Gloria Celestial.


Del Perpetuo Socorro

déjame participar:

¡Virgen mía! a ti me acojo

fiando me has de ayudar.


L/: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios

R/: Para que seamos dignos de las promesas de nuestro Señor Jesucristo.


ORACIÓN

Señor Jesucristo, que nos has dado por Madre pronta siempre a socorrernos, a tu Madre María, cuya imagen insigne veneramos; te rogamos que, implorando sin cesar su ayuda maternal, merezcamos experimentar perpetuamente los frutos de tu redención. Por Jesucristo Nuestro Señor.


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