NOVENA EN HONRA DE NTRA. SRA. DE LOS DOLORES QUE CON EL RENOMBRE
DE LAS AGUAS
Se venera el religiosísimo Convento de Jesús María de esta Ciudad de México, en donde un singular milagro dió motivo a esta advocación.
DISPUESTA POR EL
R. P. Mtro, JOSE JULIAN PARREÑO,
de la S. Compañía de Jesús,
A devoción y súplica de la M. María Agustina de Señor San José, religiosa profesa de coro y velo negro en el mismo convento.
MÉXICO
IMPRENTA DE LA SANTA CRUZ,
Calle del Correo Mayor núm. 8.
Año de 1903.
RELACIÓN DEL MILAGRO PARA EXCITAR LA DEVOCIÓN DE LOS FIELES Á HACER LA NOVENA
Domingo, día primero de Julio, en la octava de San Juan Bautista, víspera de la Visitación de María Señora a la casa de Santa Isabel su prima, y madre del Bautista, en el convento de Jesús Maria, en el año de 1714, se observó un singular milagro de la Madre de Dios, y Señora de los Dolores, que veneraban sus amadas hijas en el coro bajo de su convento, y fué: que siendo la Señora de bulto, adornada con una túnica encarnada de carmesí, y con un manto azul de saya-sava, se observó en el dia y año expresado, que tenía las vestiduras mojadas, la túnica por todo el ruedo más de una cuarta hacia arriba, y el manto lo mismo por el lado izquierdo.
Hicieron exquisitas y prolijas diligencias para averiguar por dónde ó cómo pudo mojarse la sagrada imágen, entrando el agua a humedecer su vestido, y no se halló en lo natural ocasión alguna, ni resquicio interior que aquella agua fuese natural.
Para mayor averiguación hubo señora
religiosa que por la parte superior donde el vestido no se había humedecido, lo mojó y empapó en agua natural y después de tres cuartos de hora fué a reconocer, y notó esta diferencia, que la parte superior del vestido que ella había mojado con bastante agua y despacio, ya estaba seca y enjuta, y que no había quedado mancha alguna, y señal de la humedad, más la parte inferior que antes estaba mojada y húmeda, por extraordinario modo así la observaron húmeda y manchada aún después de varios días, y lo más es, que en un mismo dia el notario que reconocía el prodigio, de orden del Sr. Provisor, registrando y tocando con sus mismas manos el vestido húmedo, por dos veces con alguna interrupción, lo observó la segunda vez más húmedo que la primera. Y por desengañarse de si aquella humedad procedía de alguna causa natural, hizo un examen el olfato, y no se le percibía olor alguno; como no se percibe de la agua.
En el archivo de dicho convento se conservan los instrumentos jurídicos, exámenes é informaciones exactas, que para declarar milagros previene el derecho; el sentir del promotor fiscal, que declaró milagro lo sucedido, y con testimonio jurídico lo confirmó el Sr. Provisor Dr. D. Carlos Bermudez de Castro, Prebendado entonces de esta Iglesia de México, y después Arzobispo de Manila, à seis días del mes de Julio de 1714, mandando: que se publicase el milagro, se celebrase y solemnizase con alegres repiques y misa de gracias a dicha Santa Imagen, que se sacó para este fin á la Iglesia, y desde entonces es venerada sobre el título de la Señora de los Dolores, con el de la Señora de las Aguas.
Siendo pues, el fin de esta novena el recuerdo y agradecimiento a tan singular favor; que es el medio más seguro para conseguir otros nuevos y mayores, y hacer cara á la ingratitud olvidadiza, la cual seca la perenne fuente y manantial de las gracias del cielo, que son las aguas que fecundan nuestras almas para destruir las espinas de los viejos, y fructificar con las flores al mismo tiempo los frutos de las virtudes: por tanto, bajo del glorioso renombre de Señora de las Aguas hemos de invocar y reverenciar a nuestra Madre de Dios Dolorosa en estos nueve días, sacando del portentoso milagro para cada dia una flor de afecto, con un fruto de obra santa, á influjo de las aguas milagrosas de Maria Señora, quien dice por boca del Espíritu Santo: Flores mei fructus honoris & honestatis. Mis flores no solo consisten en los verdores de la esperanza de frutos, y en la exterior hermosura de su color, señal de los afectos que insinúan nuestros labios y brota el corazón para cumplir en lo futuro, sino que al mismo tiempo son frutos sazonados de obras santas y virtudes heroicas practicadas.
Y como la agua de la devoción baja á nuestras almas por medio de la oración, así mental como vocal, de una y otra nos valdremos todos los días, proponiendo para cada dia una consideración, en la cual, cavando con el entendimiento, sacaremos el agua que deseamos; y gustaremos su dulzura por medio de la oración vocal. Ya se vé, que esta agua purísima no entra en vasos inmundos; y así la primera diligencia para comenzar la novena, ha de ser limpiar tu alma por medio de la penitencia, y llegar á la fuente de aguas vivas de la Eucaristía, según la dirección del Padre espiritual, en el tiempo de la novena.
Si me preguntas ¿cuál será el tiempo
para comenzar? Te respondo: que aquel te obliga alguna necesidad temporal o espiritual; propia ó del prójimo, privada ó pública. Más si se atiende á las circunstancias del milagro, parece que es el más proporcionado para comenzar el día veintitrés de Junio, víspera del sagrado Precursor de Cristo, Hijo adoptivo, y el prımero de la Madre de Dios: tomándolo por intercesor y abogado para con su Madre y Madre nuestra, por toda la octava del Santo, para acabar la novena el dia primero de Julio, que es la octava del mismo Santo, víspera de la festividad de la Visitación de la Madre de Dios a su prima Santa Isabel, madre del Bautista, a quien llenó del Espíritu Santo con su presencia, como también al mismo S. Juan, á quien la Madre de Dios con su visita le anticipó el uso de la razón: lo santificó en el vientre de su madre, desterrando de su alma al demonio y al pecado original; le dió el don de profecía, con otro río caudaloso de gracias y virtudes; de manera, que daba saltos de placer en el vientre de su madre, la cual quedó también inundada de gracias singulares.
En este día fue en el que se observó tan singular prodigio, continuandose, el mismo día de la Visitación, parece que en este se ha de celebrar a Nuestra Señora de las Aguas. Y si en gracia y utilidad de Isabel y de Juan fue la visita de la Madre de Dios, reflejo que Isabel de la Cruz, esclava de dicho convento a quien dejó su ama la madre Juana, también de la Cruz, fué la que el día sábado en la noche, dia treinta de Junio y víspera del milagro, poniéndole unos ramilletes a la Santísima Virgen, le dijo con agradable, sencillez: Señora, estos ramilletes le pongo para que no vengan los gatos emporcarte: y ella la que tenía el cuidado de cerrar y abrir las puertas del coro bajo. También la madre religiosa, que tenía cuidado de la Señora de los Dolores, y la que, cuidaba de juntar limosna de las otras religiosas (concurriendo con su medio real para velas y culto de la sagrada imagen) se llamaba la madre Juana Teresa de San José. Este reparo se hizo con la Señora de los Remedios, que tanto favoreció al cacique llamado Juan de Tobar. El mismo con la Señora de Guadalupe, que tanto favoreció al que se llamaba Juan Diego; sanando a su tío, que se llamaba Juan Bernardino; en tiempo que gobernaba la iglesia mexicana un Obispo que se llamaba Juan de Zumárraga. Y siendo así que el Oficio antiguo de la Señora, por ser su fiesta a doce de Diciembre, tenía otro Evangelio, en el que nuevamente concedió la iglesia, por medio de un jesuita llamado Juan, el Sumo Pontífice inspirado de Dios, aplicó el Evangelio de la Visitación de Maria Señora, á la madre de Juan Bautista, dejando el de su Concepción y el que comúnmente se aplica á las festividades de la Señora. De tal suerte, que los reparos en el nombre de Juan, con la Señora de Guadalupe, que parecían de poco momento con el Evangelio de la Visitación, quedaron dignos de la más prudente veneración.
Pues si el mismo Dios obró este prodigio de su Madre, y Señora de las Aguas, en la octava de San Juan, en la víspera y día de su Visitación, ¿por quẻ no ha de ser muy digno de reflejarse en los nombres, así de las madres Juana de la Cruz, Juana Teresa, é Isabel de la Cruz: aunque fué una humilde esclava, como Juan Diego un pobre Neófito?
Reflejara alguno: la Señora de las Aguas es la Señora de los Dolores, la cual adoptó por Hijo muy amado á San Juan Evangelista al pie de la Cruz, por encomienda del Hijo de Dios, y ya entonces había muerto S. Juan Bautista, así, aunque este milagro fué en su octava y víspera de la Visitación que hizo á su madre la Madre de Dios, más bien parece que esta novena se ha de hacer los nueve días antes de sus Dolores, tomando por abogado para con la Señora á S. Juan Evangelista, que los nueve días antes de su Visitación, escogiendo por intercesor al sagrado precursor Juan Bautista.
Oye la respuesta. La Señora con el título de los Dolores, adopta por Hijo á S. Juan Evangelista, y en él á todos nosotros, como á varón perfecto, para la Cruz, para el Calvario, para dolores, para tormentos, para que padezca hasta morir: y es tanto lo que Maria siente el que sus hijos padezcan y sufran solo miserias, que si adopta para esto hijos, como á S. Juan Evangelista, es menester especial encargo del Hijo de Dios, para tener tales hijos: Mulier ecce Filius tuus: Mujer, ves ahí a tu Hijo.
Quiere pues, esta misma Madre nuestra de los Dolores, dar muestras de su maternal amor en el convento de Jesús Maria, así a sus hijas las religiosas, como á todos nosotros, y obra el milagro de las aguas, no en el día ú octava de S. Juan Evangelista, que es Hijo de sus Dolores, Hijo afligido y concebido sólo para padecer: ni la víspera ó día de sus Dolores, día funesto y amargo por la muerte de su Hijo Santísimo; porque aunque es Señora de los Dolores, sólo para sí los quiere, no tiene corazón para ver á sus hijos en dolores, como á S. Juan Evangelista al pié de la Cruz: Cum vidisset Jesús Matren stantem juxta crucem, & Discipulum quen diligbit: Varón ya perfecto y apto para padecer. Y así obró este milagro en la octava de S. Juan Bautista, á quien adoptó por Hijo tan tierno y pequeñito, que estaba en el vientre de su Madre. Y ¿qué le conmina? No sus Dolores, no sus penas, sino sus gozos, sus júbilos, sus regocijos, tantos que de puro gozo dá saltos de placer en el vientre de su Madre: Exultavit in gaudio Infans in utero meo.
Pues adoptar hijos para que estos tengan gozos, júbilos y regocijos, eso si lo hace de buena gana: á eso le lleva su genio y benignidad; aun sin entregárselo su Hijo, para adoptar al Bautista, vá a toda prisa á las montañas de Judea: Exurgens: Maria abit in Montana cum festinatione. Pues por eso nuestra Señora de los Dolores, para ser Señora de las Aguas, hace el milagro en la octava del Bautista y en la víspera y día de su Visitación: porque como Señora de las Aguas, nos mira como á hijos tiernos y parvulitos, y sólo pretende gozos y regocijos, favores y gracias, como lo hizo con Juan Bautista en el dia de su Visitación. Es verdad que como Señora de los Dolores también nos adopta por hijos al pie de la Cruz, como a S. Juan Evangelista para padecer trabajos, aflicciones, y acompañarle en sus Dolores como á varones perfectos en el espíritu: pero con dolor y pena de verlos padecer. Por lo cual, para ser hijos adoptivos y fieles, no solo de la Señora de las Aguas, sino también de la Señora de los Dolores, en estos nueve días beberemos con la consideración las aguas dulces de sus favores y gracias, con Juan Bautista, y las aguas amargas de sus dolores y penas con Juan Evangelista: unas veces como el Bautista, alimentaremos el alma con la leche suavisima que destilan sus sacratisimos pechos, como parvulitos y niños en el espíritu: otras veces, como S. Juan Evangelista, fortaleceremos nuestro espíritu en pan de lágrimas, considerando sus penas y sus dolores, como perfectos en el espíritu.
Y así queda satisfecho el reparo que se hizo sobre el tiempo de hacer la novena de la Señora de los Dolores y de las Agua. Puede hacerse en los nueve días que preceden a sus Dolores, como la Señora de los Dolores; que se celebran así en la cuaresma, como en el tercer domingo de Septiembre. Puede hacerse en todas las festividades de la Madre de Dios: pueden ser patronos y abogados en cualquier tiempo los dos Juanes, Bautista y Evangelista: pueden hacerla los niños, en la edad primera y tiernos en el espíritu, como el Bautista: pueden hacerla los perfectos en edad, y robustos en el espíritu, como el Evangelista Juan: que todos somos hijos de la Señora de los Dolores y también de las Aguas.
TODO SEA PARA GLORIA DE DIOS Y DE SU SANTÍSIMA MADRE
En elogio de tan divina imagen se compuso el siguiente:
SONETO
En el momento mismo que naciste,
Dulcísima María, feliz triunfaste,
Y de entonces la culpa sujetaste,
Como que só tus plantas la pusiste.
En el monte Calvario, cuando viste
Morir al Hijo tierno que adoraste,
A tan terrible pena superaste,
Supuesto que después sobreviviste.
Últimamente, en México has logrado
Un lauro muy excelso y distinguido,
Habiendo eon esfuerzo sujetado
El furor de Neptuno embravecido:
Y en prueba de ello, el agua has conservado
Por dos años y aún más, en el vestido.
NOVENA
ACTO DE CONTRICIÓN QUE SE DIRÁ TODOS LOS DÍAS
Señor mío Jesucristo Hijo de Dios vivo y de la Virgen Maria, crucificado y atormentado en la Cruz, á vista de tu dolorosísima Madre: siendo la causa de estos tus tormentos y de los dolores de tu Madre, mis graves culpas y enormes ingratitudes: á mí me pesa de todo corazón de haberlas cometido; porque con ellas ofendí tu infinita bondad, y porque fueron el cuchillo más penetrante que traspasó el alma de vuestra Madre Santísima: propongo firmemente la enmienda, y nunca más pecar con vuestra gracia. Así lo espero de vuestra infinita misericordia, por vuestra sagrada pasión y muerte, y por los Dolores de vuestra Santisima Madre. Y vos, Maria, Madre de Dios, y nuestra; como Señora de los Dolores, alcanzadme un verdadero dolor de haber ofendido á vuestro Hijo Santísimo: y como Señora de las Aguas, abridme la fuente de la gracia, que es el agua que salta hasta la vida eterna, para limpiar mi alma de toda mancha de culpa; y también haced fuente de lágrimas a mis ojos, para llorar mis pecados toda mi vida, lavándome más y más, para asegurar así morir en gracia de tu Hijo, a quien espero por tu medio poseer eternamente. Amén.
ORACIÓN QUE SE REPITE TODOS LOS DÍAS
Virgen inocente, llena de amarguras; arca santa en que se liberan los pecadores; guia de todos los que peregrinamos: nube reluciente que refrescas é iluminas: columna sagrada del trono de Dios: vara de Jesé, floreciente en virtudes; divina intercesora de todos los necesitados: mar de gracias y favores, para cuantos te invocan: afligidisima Maria: por tus dolores y desamparo, por tu tristeza y desconsuelo, por la inexplicable pena que sentiste al ver a tu Hijo, mi adorable Jesús, vergonzosamente desnudo, y rasgandosele sus santísimos piés y manos con el peso de su venerable cuerpo, en la santa Cruz, por las tiernas quejas que le oste mezclar entre suspiros, por sus mortales agonías, por el tormento terrible que tuviste viéndolo expirar, por su Sangre y Llagas, por su Cruz, corona y clavos, por el encargo que te hizo antes de morir para que fueras mi Madre, ruégote humildemente, con las más fervientes lágrimas, que tengas lástima de mí, que no me dejes morir sin confesión. ¡Ay Madre mía! ¡cómo me he de quedar sin conocerte! ¡Como se ha de perder en mí el fruto de la Sangre preciosa de tu Hijo! ¡Cómo es posible vida mía que yo me vea eternamente lejos de ti! Mírame compasiva y no permitas que se pierda el que te invoca: se tú mi amparo en la vida, y mi consuelo en la muerte. Amén.
DÍA PRIMERO
CONSIDERACIÓN
Arca ferebatur super aquas. Gen, 7. 18.
El Arca era llevada sobre las aguas.
PUNTO PRIMERO
Considera lo que dice la Escritura, que ahogándose todos los hombres en castigo de sus culpas con el diluvio de las aguas, Noé, varón justo, que halló gracia delante de Dios, con su familia, se salvó dentro del arca: la cual sin hundirse andaba sobre las aguas, humedeciendose solamente la parte que las tocaba. Esta arca de Noé es figura de María Santisima, por cuyo medio se libran los escogidos del diluvio de las culpas y de la ira de Dios, siendo la devoción a la Madre de Dios, señal de predestinación. Por lo cual, para salvarnos, hemos de acogernos a esta arca, y si no hemos perecido, se lo debemos a esta Señora.
JACULATORIAS PARA ESTE DIA
QUE SE REPETIRÁN ALGUNAS VECES
Gracias á Maria Señor, por cuyo medio no hemos perecido.
Bendita sea Maria Señor, de quien es el beneficio.
PUNTO SEGUNDO
Que la arca que andaba sobre las aguas sin hundirse, sea la Señora de las Aguas de Jesús Maria, bien lo da a entender haberse mojado la orilla de su túnica, y manto, por la parte inferior, quedando seco todo el vestido por la parte superior, como si hubiera caminado sobre las mismas aguas. Refleja cuando fué el milagro, y sabrás por instrumento jurídico, que había diez y siete días, que noche y dia dentro de esta ciudad y fuera de ella había llovido con tanta abundancia, que se temió la inundación de México (como en tiempos pasados) por el diluvio de las aguas que todos los de México hubieran perecido. Y la arca de Dios, Maria, Señora de los Dolores, andando sobre las aguas, las contuvo para que no fueran diluvio que nos ahogara. La arca de Noé salvó sólo á una familia de un justo, salvó a los escogidos: la arca de Dios, Maria Señora, salvó a una ciudad tan grande como México; y no solo abrigó á los justos, sino también a los pecadores.
La arca de Noé, aunque salvó á algunos justos, no impidió el que no zozobraran sobre las aguas: la arca de Dios, la Señora de las Aguas, por el dominio que tiene sobre ellas, las contuvo, para que no crecieran hasta ser espantoso diluvio.
FRUTO DEL DIA
Ruega a Dios, por medio de la Señora de las Aguas, por la conversión de herejes, infieles y pecadores, que perecen con el diluvio de tantas culpas. Examina también el diluvio de culpas y faltas que has cometido (aunque en general) todo el tiempo de tu vida, y de que te has librado por medio de la arca Maria: y si acaso domina alguna pasión en tu alma, alguna mala costumbre, afición, no perezcas en tan triste diluvio acude a la Señora de las Aguas que es el arca.
Rece siete Avemarías, para alcanzar esto mismo. Aquí se hace la petición de aquello que pretendes por la novena de la Señora.
ORACIÓN
Oh Virgen Maria de los Dolores, á quien Dios con estupendo prodigio quiso darnos a conocer con el renombre de Señora de las Aguas, por el dominio que te dio para contenerlas: no permitas, Señora, que nuestras culpas provoquen tanto la divina indignación, que las suelte para que perezcamos. A vos, Señora, nos acogemos, como á la arca de salvamento, para que defiendas a esta ciudad del riesgo que le amenaza: y pues la única causa de este castigo sólo son nuestras culpas, haz que aneguemos con un diluvio de lágrimas las innumerables que hemos cometido, y danos gracia para nunca más pecar. Amén Jesús.
JACULATORIA
Arca de Dios misteriosa
Por quien fuimos remediados.
Líbranos de los pecados,
Y de una muerte afrentosa.
SEGUNDO DIA
CONSIDERACIÓN
Ecce arca fœderis Domini omnis terre antecedet vos.
Mirad que la arca de alianza del Señor del universo vaya delante de vosotros.
PUNTO PRIMERO
Considera que María Señora es llamada Fœderis arca, en las Letanías: que quiere decir, arca de alianza o concierto: y esto particularmente conviene a Maria, como la Señora de las Aguas. De aquella arca se sabe que en tiempo del caudillo de Dios Josué, que conducía al pueblo de Dios á la tierra de Promisión, para que no se ahogaran pasando por el caudaloso río Jordán, mandó en nombre de Dios á los sacerdotes que fueran delante de todo el pueblo con la arca sobre sus hombros. Entran en el río, y lo propio fué tocar con sus piés las aguas los sacerdotes que llevaban el arca, y luego ¡oh qué prodigio! ¡Oh, qué dominio del arca sobre las aguas! ¡ó Maria (de quien era sombra la arca) | Señora de las Aguas! se dividieron luego las aguas del río Jordán. Las superiores se pararon en un lugar, é hinchándose como un monte no se movían. Las inferiores corrieron y se sepultaron en el mar muerto. Luego à pié enjuto pasaron los Israelitas por el río, como si no lo fuera, sino sólo una tierra seca. ¡Oh Mexicanos! ¿qué hubiera sido, y que fuera de vosotros, si la arca de la alianza, la Señora de las Aguas, no os precediera, yendo delante de vosotros dividiendo las aguas de México que son las inferiores, de las que envía el cielo con lluvias contínuas, que son las superiores? México se hubiera hundido, ó se hundiera; y nosotros pereceriamos.
FLOR DE ESTE DÍA.
DECIR ENTRE DÍA A LA SEÑORA:
Foederis Arca, ora pro nobis. Arca de la
alianza, ruega por nosotros.
Camina, Señora, delante de nosotros, y no perecerémos. Haz con nosotros lo que la arca con los Israelitas, y nada temeremos.
PUNTO SEGUNDO
Considera que Josué quiere decir, Señor, Salvador, ó Jesús. La arca es Maria Señora: el Jordán, fluvius judicii, río del juicio. Los Israelitas que lo pasaron para ir à la tierra de Promisión, somos los cristianos, que por el Jordán de la muerte caminamos á la gloria. Estando pues para morir, estamos á riesgo de perecer entre dos aguas inferiores y superiores. Las inferiores son los pecados de la vida pasada, los deleites, riquezas y honras, nuestra tierra, parientes, amigos, y todo el mundo que dejamos con dolor, y son olas que nos ahogarán entonces. Las aguas superiores son los desconsueles interiores, por la ira de Dios que tememos, por la cuenta rigorosa, y por la última sentencia de Dios, y también las tentaciones de los demonios. ¡Oh que río tan insondable el de la muerte! Pues ¿qué remedio? Jesús, María. Jesús que es el Josué de la ley de gracia, ha de ser tu capitán, á quién has de seguir en vida y à la hora de la muerte: Maria Señora de las Aguas, sea el arca que vaya delante de tí, dividiendo las aguas, para no ahogarte en la hora de la muerte.
FRUTO DEL SEGUNDO DÍA
Ruega á Dios por todos los moribundos, y visita si pudieres á alguno: ruega por ellos á Jesús y á Maria. Ponte con la consideración en tu última agonía: mira ¿qué es lo que en la tierra te ha de combatir de culpas ó aflicciones entonces: qué es lo que te hace temerosa la ira de Dios? Y pidele á la Señora de las Aguas que divida estas aguas del Jordán, del rio del juicio. Invoca á Jesús como á la hora de la muerte, que es el Josué que te endereza al cielo. Arroja las aficiones al mar muerto del olvido.
Aquí se rezan las siete Ave Marías, y se hace la petición.
ORACIÓN
Oh Virgen María de los Dolores, que como Señora de las Aguas tienes potestad para dividirlas, para que no perezcamos en medio de ellas: y como la arca de los Israelitas nos abres camino seguro, yendo delante de nosotros, haciendo que se pare el torrente de nuestros vicios, y el de nuestras aficiones terrenas que nos impiden el paso á la tierra de Promisión, que es la gloria, se sepulte en el mar del olvido: camina delante de mí, mientras peregrino en este mundo: no me desampares à la hora de la muerte que es el rio Jordán, rio del juicio: corta las olas impetuosas de la ira de Dios que justamente temo: el verdadero Josué, tu Hijo Jesús, sea mi capitán y guía en vida y en muerte. Y con esto digo desde ahora para la hora de ini muerte, y quiero que sean mis últimas palabras, Jesús, Maria. Jesús me ampare: Maria me favorezca: ahora y en la hora de mi muerte. Amén Jesús, Maria.
JACULATORIA
La terrible inundación
Suspendes con tu presencia:
Maria, Madre de clemencia.
Alcánzanos contrición.
TERCER DÍA
CONSIDERACIÓN PARA EL DÍA TERCERO
Ecce nubecula parva, quasi vestigium hominis ascendebat de mari.
He aquí, que una nubecilla pequeña,
como la huella de un hombre, subia del
mar.
PUNTO PRIMERO
Considera que María como Señora de las Aguas, no sólo tiene poder para sujetarlas, sino también parasoltarlas cuando es menester para beneficio nuestro. ¿Qué otra cosa nos dá á entender lo que refiere la Escritura. de haberse cerrado los cielos, para no llover sobre Samaria, por los pecados de aquella tierra, y principalmente del rey Achab; en tanto grado, que secos los campos, sin dar siquiera hierbas, se morían hasta los brutos? Movido de Dios el Santo Profeta Elías, ruega con muchas instancias para que llueva, y seguro de la petición envía á su criado, para que observe hacia el mar si había alguna señal de agua. Obedeciendo el criado le responde: que no ha visto señal alguna. Instale el Profeta que observe hasta siete veces; y á la séptima
viene el criado diciendo: que ha observado que una nube pequeñita, como la huella de un hombre subía del mar: y al oírlo el Profeta, procura él luego, y aconseja á los otros, que vayan á toda prisa à sus casas, para que no se mojen: y cayó un grande aguacero, que remedió aquella tierra miserable: et facta est pluvia grandis. ¡Oh nube misteriosa, sombra (según los doctores sagrados) de Maria Virgen! ¡Oh Señora de las Aguas, que subes del mar, como lo demuestra la orilla de tu vestido, húmedo, como que has pisado las aguas, sin hundirse en ellas: antes te sirven de trono sobre que pones tus plantas! Tú eres la señal prodigiosa, á quien mirando con fe y devoción los fieles, haces que se abran los cielos, que envien la lluvia que se nos niega por nuestras enormes culpas.
FLOR DE ESTE DIA.
DECIRLE A LA SEÑORA:
¡Oh Señora de las Aguas!
Tú eres la nube del cielo:
Reprimelas si nos ahogan:
Suéltalas para el consuelo.
PUNTO SEGUNDO
Considera que esta tierra seca y estéril, no es otra que nuestra alma, á la cual, en pena de sus tibiezas, pecados é ingratitudes, le niega Dios el rocio y lluvia de sus inspiraciones eficaces, de sus consuelos é ilustraciones, que la fertiliza, para que produzca flores de santos deseos, frutos de heroicas virtudes. Así estaba el mundo todo antes que Cristo viniera: más entre tanta esterilidad, aparece la nubecita pequeña: Maria, en su nacimiento, en el mundo, ó en nuestras almas, con una verdadera devoción: y luego, ¡oh qué lluvia tan grande de celestiales luces, de consuelos divinos! Nuestra alma que gemía como tierra seca y estéril, es un jardín de flores, un paraíso de virtudes. Pero es menester una devoción constante con esta Señora. Ya viste como el criado de Elias observó hasta siete veces, y á la séptima fué cuando vió la nube. En el número siete se te da a entender, que observes a la nubecita Maria, considerando sus siete dolores: y la séptima vez, ó el día séptimo, que es el sábado, lo dediques al culto de María Señora. Con oir que es nube. y que sube del mar, conviene que la invoques, y la reverencies como á Señora de las Aguas.
FRUTO DE ESTE DIA
Ruega a Dios por los buenos temporales y frutos de la tierra. Examina cuál es la pasión ó faltas que han hecho como de bronce al cielo, para llover sobre tu alma; la cual está tan seca (como tú misma experimentas)
sin jugo de devoción, sin aliento para las virtudes, toda llena de abrojos, de malos deseos, de espinas, de aficiones desordenadas: y averiguada, pide á la Señora de las Aguas, que como nube destile el rocío del cielo y las aguas de la devoción sobre tu alma, para que brote virtudes santas.
-Rezarás las siete Ave Marías. y harás la petición.
ORACIÓN
Oh Virgen María de los Dolores, que, como Señora de las Aguas, no sólo tienes poder de refrenarlas, para que no nos ahoguen, sino que también tienes este mismo enviarlas à la tierra, cuando se nos niegan por nuestras culpas: no permitas, Señora, que los campos se esterilicen, y los hombres perezcan con esta necesidad. Como nube del cielo franqueanos el agua, para que la tierra dé el fruto que sirve para nuestro sustento: y lo más principal, fecundiza nuestras almas con las aguas de la devoción, envíanos el rocío del cielo. Mira que mi alma está como la tierra sin agua. De ti la espero, Señora de las Aguas, para producir con ella frutos de vida eterna. Amén Jesús.
JACULATORIA
Nube fecunda del cielo,
Suelta esas aguas, Señora:
¡Oh benigna protectora
Dá á nuestras almas consuelo!
CUARTO DÍA
CONSIDERACIÓN PARA EL CUARTO DÍA
Numquam defuit columna nubis per diem, nec columna ignis per noctem, coram populo.
Nunca le faltó a los Israelitas una columna de nube de día, ni la columna de fuego de noche.
PUNTO PRIMERO
Considera lo que refiere la Escritura: que caminando los Israelitas de Egipto para la tierra de Promisión, el mismo Dios era su capitán y guía, yendo delante de todos, mostrándoles el camino de día, por una columna de nube, de noche por una columna de fuego. Esta columna de nube les hacía sombra de día, y los refrigeraba en los ardores del sol. Esta columna de fuego los alumbraba de noche y los calentaba en la frialdad y vientos húmedos que corren à la media noche. ¡Oh María Señora! si veo tu túnica encarnada, me pareces columna de fuego. Si reflejo en tu manto azul, se me ofrece que eres nube. Si te advierto que encendida en amor de Dios y del prójimo, y abrasada con el fuego de la caridad padeces al pié de la Cruz como Señora de los Dolores, digo que eres columna de fuego, que nos alumbras y enciendes. Si veo tu poder con que refrenas las aguas que nos ahogan, y envías las que nos consuelan, como Señora de las Aguas, digo que eres columna de nube que nos hace sombra y nos refrigeras.
FLOR PARA ESTE DIA
DECIRLE A LA SEÑORA:
¡Oh Señora de las Aguas!
Eres columna de fuego:
Danos luz, danos incendios:
Eres columna de nube:
Sednos sombra y refrigerio.
PUNTO SEGUNDO
Considera que nosotros los cristianos somos los verdaderos Israelitas que caminamos del Egipto del mundo á la tierra prometida, que es la gloria. Cristo, como nuestro capitán y guía, va delante de nosotros con su ejemplo y doctrina, y nos muestra el camino del cielo, por medio de Maria Señora, la cual se hace columna de nube para refrigerarnos en los ardores de nuestras concupiscencias, en los infernales incendios del demonio meridiano, en los rayos de venganza con que por nuestras culpas nos quiere destruir el verdadero Sol de justicia. Y también es Maria Señora columna de fuego, para encender con rayos de amor divino nuestra frialdad en el camino del cielo para alumbrarnos en la noche de la tribulación, en las tinieblas del espíritu. Por último, es Maria Señora columna de fuego que nos alumbra, y calienta en el dia de nuestra vida; es columna de nube que nos refrigera, y hace sombra
en la noche de la muerte.
FRUTO DE ESTE DÍA
Ruega á Dios por medio de Maria por los tentados y atribulados. Examina en qué grado se halla en tu alma la devoción á la Madre de Dios y nuestra. Y si acaso esta te falta, ó te reconoces remiso, mira que estás en peligro de perecer en el camino del cielo: pídele á la misma Señora su amor y devoción: procura alcanzar con estas meditaciones.
-Rezarás las siete Ave Marías, y harás la petición.
ORACIÓN
Oh Virgen Maria, que como Señora de los Dolores, eres columna de fuego, para alumbrar nuestras almas, y encenderlas con llamas de amor divino; y como Señora de las Aguas eres columna de nube que nos refrigeras y haces sombra en los ardores de nuestras concupiscencias. Pues por tu medio quiere nuestro Capitán é hijo tuyo Jesús, conducirnos á la gloria, mostrarnos el camino del cielo, y librarnos de los vicios y del demonio, que nos quiere robar las riquezas de la gracia: desde ahora para toda la vida y para la hora de mi muerte, te escojo por mi columna y defensa: alúmbrame, abrázame, hazme sombra, sé mi refrigerio, dame tu amor y devoción, que con esta prenda tengo firme esperanza de caminar al cielo sin peligro, y asegurar la gloria. Amén.
JACULATORIA.
Columna de nube y fuego
Para la noche y el dia,
Tu eres la luz, tu eres guia:
Danos paz, danos sosiego.
QUINTO DÍA
CONSIDERACIÓN PARA EL QUINTO DÍA
Percutiens virga bis silicem, egrese sunt
aquae largissima, ita ut populus biberet, et jumenta.
Hiriendo Moisés con la vara dos veces
la piedra ó pedernal, salieron aguas con
abundancia.
PUNTO PRIMERO
Considera que caminando los Israelitas por el desierto, les faltó el agua; y no pudiendo sufrir los rigores de la sed, comenzaron a quejarse contra Moisés. Recurre el caudillo de Dios à su Señor, representandole la necesidad. Mándale Dios que vaya delante, y en llegando à la piedra de Horeb, la hiriese con aquella su vara obradora de tantas maravillas, y saldrían de la misma piedra (como se verificó) copiosos raudales de agua, para apagar la sed de aquel inmenso pueblo, y aun de sus jumentos. Y ¿sabes por qué faltó el agua en aquel lugar? Oye lo que dice el texto sagrado, ántes de referir la falta de agua: Mortua que est ibi Maria, et sepulta in eodem loco: Que en aquel lugar les faltó, por haberse muerto y aun enterrado Maria, hermana de Moisés, y figura de Maria Señora, que es la Señora de las Aguas. Pues ¡qué mucho mueran de sed por falta de agua, faltandoles María! Y así dice luego la Escritura: Cumque indigeret aqua populus: Que al pueblo de Dios luego le faltó el agua. Pues ¿qué remedio? Están en aquel lugar los huesos ó reliquias de Maria, y así por su respeto broten agua con abundancia las duras piedras y los mismos pedernales. ¡Oh Maria! ¡Oh Señora de las Aguas! ¿Qué es lo que digo? Tú eres aquella vara de Jesé, y también la misma vara milagrosa con que Moisés sacó el agua de las piedras.
FLOR PARA ESTE DÍA
¡Oh Señora de las Aguas! es tan grande tu poder,
que los mismos pedernales,
si quieres al
agua, se desatan en raudales.
PUNTO SEGUNDO
Refleja lo que dice el Apóstol sobre esta agua milagrosa: et omnes eundem potum spiritualem bibérunt: bibebant autem de spirituali, consequente cos, petra, petra autem erat Cristus. Todos los Israelitas, dice San Pablo, bebieron de esta bebida espiritual (así llama á esta agua); porque bebían de la piedra espiritual que los seguía: más esta piedra es el mismo Cristo. Cristo pues, es la piedra de donde sale para los justos el agua espiritual de celestiales consuelos que los recrea. Cristo es la piedra de donde sale para los pecadores la agua de la penitencia, ó las lágrimas de la contrición para lavar sus almas de las manchas de sus vicios. Pero todo ha de ser por respeto de Maria, o intercediendo María, que es la Señora de las Aguas. Porque si ha muerto Maria en nuestras almas, por no tener su devoción, ó se ha sepultado, por habernos olvidado de la que alguna vez tuvimos: Mortuaque est ibi Maria, et sepulta in eodem loco: luego faltará la agua espiritual de la devoción y consuelo, y la agua de la penitencia: Cumque indigeret aqua populus. Cristo es la fuente de estas aguas espirituales: más si algunas veces en castigo de nuestras faltas o culpas, se muestra como insensible, y duro como la piedra, ordenó Dios a los confesores, predicadores y padres celosos de las almas, como Moisés, que se valgan de la vara milagrosa de María Señora de las Aguas, la cual le traspasa y hiere para que se desate en aguas saludables.
FRUTO DE ESTE DÍA
Ruega a Jesús por medio de María Señora de las Aguas, por los pecadores obstinados y envejecidos en la culpa.
Examina lo que pasa en tu alma. Has pecado muchas veces en tu vida; y no sabes si te has arrepentido con verdadera contrición. Caes frecuentemente, y no te levantas por la penitencia. No tiene tu alma un sentimiento piadoso, ni un pensamiento devoto. Llamas á la piedra Cristo, y te parece insensible; hasta horror tienes á la oración, y de ponerte en su presencia: pues ya sabes el remedio: acude á la vara Maria Señora de las Aguas, pideselas, y verás cómo Cristo arroja raudales.
-Rezarás las siete Ave Marías, y harás la petición.
ORACIÓN
Oh Virgen de los Dolores, que como Señora de las Aguas, haces que el cielo las envíe para nuestro remedio; aunque por nuestras culpas se haya endurecido como piedra; y aun haces que las mismas piedras broten raudales de aguas como vara milagrosa: no pare aquí vuestro poder, haced que la piedra espiritual Cristo Jesús, fuente de aguas vivas, se ablande, para comunicárnoslas, aunque los desmerecemos. Por tu medio, señora, las almas justas sacan de esta piedra la agua de la devoción, para no morir de sed en el camino de la gloria, siendo su refrigerio en las sequedades espirituales; y lo que más es, aun los pecadores obstinados alcanzan por su intercesión raudales de aguas vivas para justificarse, y una fuente de lágrimas á sus ojos para llorar sus pecados. Agua pues, Señora, agua te pido para llorar, para lavarme, para refrigerarme, para no morir de sed en el camino de la gloria. Amén.
JACULATORIA
Para que el pueblo bebiera,
Tocó Moisés con la vara:
¡Ay Maria, quién te agradara,
Y en llanto se deshiciera.
SEXTO DÍA
CONSIDERACIÓN PARA EL SEXTO DÍA
Et deficiente vino, dixit mater Jesu ad
eum: Vinum non habent.
Faltando el vino en las bodas de Caná, le dijo la Madre de Jesús a su Hijo: No tienen vino.
PUNTO PRIMERO
Refiere San Juan en su Evangelio, que hubo unas bodas en Caná de Galilea, y que asistía a ellas la Madre de Jesús. También asistió como convidado Jesús con sus discípulos. ¿Y qué sucedió? Faltó el vino al mejor tiempo, y entonces la Madre de Jesús, sin ser rogada, sólo porque advirtió la necesidad, le dijo a su Hijo: No tienen vino. ¿Qué nos va á los dos en eso? (le dice Jesús) pues aún no ha venido mi hora. Sin embargo de esta respuesta, desabrida al parecer, dicele María á los que servían á la mesa: Haced lo que os dijere mi Hijo. Dice entonces Jesús: Llenad estas tinajas de agua. Llénanlas hasta lo sumo, que eran seis de piedra: y ¿qué sucede? Que convirtió el Hijo de María las seis tinajas de agua en un vino generoso de especial sabor, como vino milagroso. ¡Oh Maria! Esto sí que es ser Señora de las Aguas. No sólo eres Señora de ellas para reprimirlas; sino también para soltarlas. No sólo para soltarlas, sino para deshacerlas y convertirlas en otra substancia. Tan Señora, que aun cuando tu Hijo se hace como piedra para convertirlas en vino, y dice, que no ha llegado su hora; la Señora de las Aguas lo hiere con sus palabras, y hace que llegue la hora de que las aguas sean tan obedientes á María, que sirven en lugar de vino por quererlo así su Señora.
FLOR PARA ESTE DÍA
¡Oh Señora de las Aguas! Siempre has sido de las Aguas tan Señora,
que te sirven
para todo, y también en cualquiera hora.
PUNTO SEGUNDO
Considera que si Maria Señora es tan compasiva en las necesidades corporales de sus devotos, como lo eran estos desposados que la convidaron la convidaron á sus bodas, y por eso estaba allí la Señora: Et erat mater Jesu ibi: lo es en las necesidades espirituales y que tocan á sus almas. Y así viendo la Señora que sus devotos no tienen el vino espiritual, es á saber, el pecador, el vino de la compunción para desposarse con Cristo por medio de la gracia; el justo, el vino de la devoción que alegra el corazón humano para ejercitar las virtudes: el vino de la oración que dá Cristo á las almas que llama, para embriagarlas en sus celestiales bodas, el vino de la humildad, paciencia, obediencia, castidad y caridad, de que necesita una alma religiosa para cumplir con sus votos; le dice á su Hijo Jesús, que no tienen este vino, y aunque Jesús se haga que no quiere, para castigar nuestra tibieza, y diga que aún no ha llegado su hora, con todo, porque así lo pide y quiere la Señora de las Aguas, convierte las aguas amargas de las tentaciones, adversidades, repugnancias, en vino suavísimo de lágrimas, de castidad, pobreza, obediencia. oración, caridad de Dios y del prójimo, y de todas las virtudes.
FRUTO DE ESTE DÍA
Ruega a Jesús por medio de la Señora de las Aguas por todas las necesidades temporales y espirituales, y remedia las que sabes y puedes. Examina cuáles son las tuyas, así del cuerpo como del alma, y con grande confianza espera de Jesús el remedio, interponiendo los ruegos de su Madre: y cree que si te conviene lo conseguirás, y aunque no sea lo pides, recibirás otra cosa mejor, que será la que que más te conviniere.
-Rezarás las siete Ave Marías y harás la
petición.
ORACIÓN
Oh Virgen de los Dolores, que como Señora de las Aguas haces que tu Hijo las coja por instrumento de su omnipotencia para nuestro bien: conozco ya cuán grande es tu poder y benignidad, para el remedio de todas nuestras miserias. Si en las bodas de Caná, viendo que faltaba el vino, no tanto para sustento, como para regalo, luego haces que tu Hijo con abundancia supla el vino que han menester, ¿cómo no has de hacer lo mismo conmigo en mis verdaderas necesidades, corporales y espirituales? Si allá, sin ser rogada, remedias aquella necesidad, sólo porque la advertiste; (porque no tienes corazón para verla sin remediarla): ¿cómo no has de remediar las mías, y más cuando te lo ruego con todo mi corazón? ¡Ah! que tu Hijo hizo aquel milagro, porque cuando fué a Caná ya estabas allí primero convidada. Te convido pues, Madre y Señora, para que vivas en mi alma y en mi corazón; con eso vendrá à él Jesús, y las aguas de mis tribulaciones las convertirá en vino de devoción, de caridad y de todas
las virtudes, para desposarme con él, y poder celebrar mis bodas, siendo tú mi madrina en el tálamo de la gloria. Amén.
JACULATORIA
Pídele auxilio divino
A Dios, y me lo dará.
Como pediste en Caná,
Y convirtió el agua en vino.
SÉPTIMO DÍA
CONSIDERACIÓN PARA EL SÉPTIMO DÍA
¿Quid mihi, et tibi est mulier? nondum venit hora mea.
¿Qué nos va a mí y a tu mujer? pues
aún no ha llegado mi hora.
PUNTO PRIMERO
Considera la respuesta que dió Jesús a su Madre en las bodas de Caná, diciéndole que no tenían vino: Mujer, ¿qué nos va á los dos en eso? pues aún no ha llegado mi hora. Esta hora de Jesús, que aún no llegaba, dice San Bernardo, que fué la hora de su muerte, en la cual dejó á su Madre por madre de los hombres, en cabeza de San Juan, y à nosotros por sus hijos, diciéndole à María: Mujer, ves ahí á tu Hijo; y à San Juan: Ves ahí á tu Madre. Y esta hora suya en que murió, fue en la que un soldado, abriéndole su costado con una lanza, le sacó junto con la Sangre el Agua. ¡Oh María Señora de las Aguas! Hasta tu Hijo las brota como piedra viva herido con una lanza, como la del desierto con una vara. ¿Esta Sangre y Agua no es la Iglesia? Pues quién no sabe que la Santísima Virgen en la ausencia de Cristo, quedó Señora de la Iglesia, y por consiguiente de la agua, que mezclada con Sangre salió del costado de Cristo? Luego ya la Señora de las Aguas puede pedirle el vino de su Sangre para nuestro remedio, pues ya llegó la hora de Jesús, quien le encargó que cuidara de nosotros como Madre amorosa, y nosotros recurrimos a la Señora de las Aguas con afectos de hijos.
FLOR PARA ESTE DÍA
¡Oh Señora de las Aguas!
¿Qué habrá que tú no consigas,
Si á tu Hijo después de muerto
Muestras fuente de aguas vivas?
PUNTO SEGUNDO
Considera que abierto el costado de Cristo, y manando sangre y agua, que era lo que Maria Señora le pidió cuando en Caná le dijo: No tienen vino; llegó ya la hora en que Jasús nos remediara, y en que su Madre solicitara nuestro remedio: pues la declaró Madre nuestra y de todos los hombres. Y de aquí ¿qué sucede? Que María como dueña y Señora de la fuente de aguas vivas del costado abierto de Jesús, hace que los gentiles laven y limpien allí sus almas en las aguas del bautismo; consigan lo mismo los pecadores en las aguas de la penitencia; que los justos se purifiquen más y más con las aguas de la devoción, y con el Sacramento de la Eucaristía que de allí salió, y con todos los medios de santificar las almas de que usa la Santa Iglesia, la cual salió del costado de Cristo como Eva de la costilla de Adán; con tan grande misericordia de la Señora de las Aguas, que a nadie excluye; pues aun el mismo soldado que inhumano abrió el costado de Cristo con cruel lanza, siendo ciego, con las aguas del costado limpió sus ojos, así los del cuerpo como los del alma, recibiendo la fe y la gracia divina. No dejes de advertir, que Jesús que le dijo á su Madre en Caná cuando pedía el vino: Mujer, qué tienes que ver con esta necesidad de los hombres; ahora le dice: Mujer, ves ahí a tu Hijo! para que cuide como Madre de todos los hombres, y remedie sus miserias.
FRUTO DE ESTE DÍA
Ruega á Dios que María Señora sea conocida de todos los hombres, y que la invoquen, y tenlos con esto por remediados. Examina muy despacio los beneficios de Dios, así generales como particulares, el de la creación, redención, haber tú nacido de entre cristianos, haber recibido las aguas bautismo, las de la penitencia, las de la devoción, la vocación religiosa; y avivando la consideración advierte, que todo este mar de beneficios lo debes á la Señora de las Aguas, siendo cierto lo que dijo San Bernardo: Nihil Deus nos habere voluit, quod per Marias manus non transiret; Nada que Dios (dice este Santo) que tuviéramos los hombres, así en el cuerpo, como en el alma. asi natural, como espiritual, que no pasau por las manos de Maria, Dale pues, a esta Señora humildes gracias, y conseguirás otras mayores.
-Rezarás las siete Ave Marías, y harás la petición.
ORACIÓN
Oh Virgen de los Dolores, que como Señora de las Aguas al pie de la Cruz, recibiéndonos por hijos a todos los hombres, aun los más indignos, nos franqueas la fuente de aguas vivas en el costado abierto de tu Hijo para remedio de todas nuestras miserias, para el perdón de todas nuestras culpas, para conseguir tesoros de gracias y dones espirituales. Ahora conozco, Señora y Madre mía, que antes que yo naciera ni pudiera rogarte que fueras mi abogada y Madre, declaraste que lo eras mía. Por tus ruegos al pie de la Cruz soy cristiano, y recibí el bautismo, en cuyas aguas limpie mi alma de la culpa quedando hijo de Dios: por tu intercesión me purifico con las aguas de la penitencia y de la Eucaristía: y todo cuanto soy y tengo, à tu intercesión confieso debérselo; y así en lugar de pedirte en este dia alguna gracia, te las doy con todo mi corazón, por las innumerables que he recibido mías. Sólo te pido el que muestres que eres mi Madre, y me des la gracia de ser tu hijo verdadero, que con esto sólo alcanzaré todo lo que he menester en vida y en muerte, para ir á amarte por toda la eternidad en la gloria. Amén Jesús.
JACULATORIA
Por mil peligros camina
Mi alma á una muerte forzosa:
Bañadme madre amorosa
Con esa Sangre divina.
OCTAVO DÍA
CONSIDERACIÓN PARA EL OCTAVO DÍA
Omnia flumina intrant in mare, et mare
non redundat.
Todos los ríos entran en el mar y el
mar nunca rebosa.
PUNTO PRIMERO
Considera que los dolores de Maria Señora al pie de la Cruz con razón se comparan al mar; porque así como entrando en el mar todos los ríos y todas las aguas, el mar nunca rebosa, lo mismo sucede à Maria, cuyo nombre es lo mismo, que mare amarum; mar amargo: todas las angustias, todos los dolores que como otros tantos rios se pueden hallar en todas las criaturas. se hallaron juntos en los dolores de María; porque sufrió más al pie de la Cruz, y mayores tormentos viendo morir á su Hijo, que todas las criaturas han sufrido y pueden sufrir. Las otras criaturas con los ríos de sus tormentos rebosan en suspiros, quejas y lágrimas: y rebosan tanto, que acaban con la vida; pero Maria como Señora de las Aguas y de los ríos, ni suspira ni se queja, ni se dice que llora, ni acaba con la vida debiendo morir mil veces, como el mar no rebosa. Confundete alma delicada, que con cualquiera trabajo prorrumpe en quejas y te ahogas en poca agua. Recurre á la Señora de las Aguas, al mar amargo de sus penas, entra en él con la consideración, y sólo tendrás pena de ver que no la tienes, ni motivo para quejarte.
FLOR DE ESTE DÍA
¡Oh Señora de las Aguas!
Si eres un mar de amarguras
¿Cómo eres para nosotros
Un piélago de dulzuras?
PUNTO SEGUNDO
Considera que fué tanto el dominio que mostró al pie de la Cruz sobre las aguas amargas de sus dolores, la Señora de las Aguas, que es sobre toda admiración. Lloran las hijas de Jerusalén, viendo Jesús va á morir. Al ver que es que expira, el sol se cubre de tinieblas, el velo del templo se rompe, los sepulcros se abren, las piedras insensibles se hacen pedazos de ver morir á su Criador; hasta los mismos obstinados judios hieren sus pechos, sintiendo la muerte del Redentor; y lo que más es, el mismo Jesús, siendo Dios, confiesa por su Profeta: Veni in altitudinem maris: et tempestas de mersit me. Vine à lo más profundo del mar de mi Pasión, y tan furiosa tempestad me sorbió, me ahogó, me quitó la vida: Infixus sum in limo profundi. Me dejó pegado en el cieno de lo más profundo del mar. ¿Y la Señora de las Aguas? Sobre ellas le golpean las olas, le acometen las tempestades y las tormentas, y como mar, aunque amarguísimo, no rebosa, no se queja, no llora, no muere. Pero ¡qué me admiro, que no se hunda en mar tan alborotado, la que como la arca de Noé fué constituida por Dios para asilo y refugio nuestro! Siendo cierto que todos los que se acogieren en el materno seno de María al pie de la Cruz, de la Señora de las Aguas, no se hundirán en el mar amargo de sus tribulaciones: los librará esta arca misteriosa como la de Noé, que salvó en el diluvio formidable á los que se le acogieron, andando con ellos sobre las aguas sin hundirse, como Señora de las Aguas: Aqua ferebatur super aquas.
FRUTO DE ESTE DÍA
Ruega á Dios por todos los navegantes y por la nave de la Santa Iglesia, para que siempre quede exaltada sobre el mar de persecuciones que le combaten; por la extirpación de las herejías y conversión de los infieles; todo sea por medio de la Señora de las Aguas. Examina cuáles son las aguas de tribulaciones y persecuciones que te ahogan: cuáles las pasiones que como crueles verdugos te combaten; para no perecer acógete á la arca de la ley de gracia, á la Señora de las Aguas y no perecerás.
-Rezarás las siete Ave Marías y harás la
petición.
ORACIÓN
Oh Virgen de los Dolores, que en el mar amargo de la pasión de tu Hijo Jesús, como Señora de las Aguas, aun las más amargas, no te hundieron al pie de la Cruz, dándonos ejemplo de invicta paciencia para sufrir las adversidades y trabajos de esta vida. Tú eres la misteriosa arca de Noé que en el diluvio de aguas que anegó á todo el mundo, se mantuvo siempre sobre ellas, levantándose al paso que se aumentaban y crecían, para librar así á los escogidos que tenía dentro de su seno. Al vuestro me acojo, Madre mía, Señora de las Aguas, para no perecer en los ríos de congojas que me rodean. Como ríos me quiere ahogar el torrente impetuoso de mis vicios é inclinaciones, y las tentaciones del demonio, los trabajos y adversidades que hacen olas, y el río de la ira de Dios
para castigarme; temo que á la hora de la muerte los que ahora me parecen ríos, han de formar un mar amargo que me trague, un diluvio que me ahogue; pero de todo espero librarme ¡oh Señora de las Aguas! ¡Oh Madre de pecadores! ¡Oh Arca de los cristianos! si me miras como hijo, si me recoges en tu seno en vida y en muerte: así te lo pido por el mar amargo de tus dolores, por el diluvio incomparable de tus penas, para llegar por tu medio al puerto deseado de la gloria. Amén Jesús.
JACULATORIA
¡Oh tristísima Maria,
Más que todas las criaturas!
Válganos tus amarguras
En la postrera agonía.
NOVENO Y ÚLTIMO DÍA
CONSIDERACIÓN PARA EL ÚLTIMO DÍA
Et venerunt in Mara, nec poterant bibere aquas de Mara, eo quod essent amarae.
Y llegaron á Mara, y no podían beber
las aguas de Mara; porque eran amargas.
PUNTO PRIMERO
Considera lo que les sucedió á los Israelitas: tres días había que caminaban por el desierto, pereciendo de sed; porque no encontraban agua. Llegaron por último a un lugar llamado Mara, y no podían beber las aguas de Mara; porque eran amargas. Y luego, dice el Texto sagrado, que el nombre de Mara le convenía á aquel lugar, y supo muy bien lo que hizo quien lo llamó Mara; id est amaritudo; esto es la misma amargura. ¡Oh María! ¡Oh Señora de las aguas amargas! ¡Oh mar amargo! ¡Qué bien diré si os digo ¡Oh Maria la misma amargura! ¿Y qué decís, devotos de esta Señora, verdaderos Israelitas? No sólo tres días, sino tres veces tres, que son los nueve días de la novena, os he guiado en la devoción y culto de la Señora de las Aguas, y cuando en el último día os debía recrear con la dulzura de las aguas de María, como fruto de vuestra devoción, os brindó con la amargura de sus aguas, y os dejo á la Señora que habíais de llamar dulzura vuestra, que le digáis (y con razón) nuestra amargura, dejándola al pie de la Cruz, para que sea vuestra Madre, como Señora de los Dolores. Os quejais de mí: así se quejaron los Israelitas contra Moisés. Moisés recurrió á Dios el remedio, y lo halló tan oportuno para endulzar las aguas amargas, que él mismo os daré yo también: At ille clamavit ad Dominum, qui ostendit ei lignum: quod cum misisset in aquas, in dulcedinem versae sunt. Clamó Moisés al Señor, quien le mostró un leño, el cual arrojó en las aguas; y las que antes eran amargas, se convirtieron en la misma dulzura. ¡Oh leño de la Cruz! ¡Oh madero vital! ¡Oh Cruz de Jesús! A los que contigo se abrazan se les convierte lo amargo en dulce: los que viven asidos á ti, no se ahogan en el mar amargo de esta vida; y à Maria Dolorosa, á la Señora de las Aguas, en sus mismas amarguras la conocen y experimentan por la misma dulzura.
FLOR PARA ESTE DÍA
¡Oh Señora de las Aguas!
Aunque estas son muy amargas
Y vos la misma amargura,
Danos el leño que tienes,
Y todo será dulzura.
PUNTO SEGUNDO
Considera lo que sobre esta verdad le sucedió à la venerable sierva de Dios Sor Maria Crucifija, en un éxtasis en que elevada el día tres de Mayo de 1632 en que se celebra la invención de la Santa Cruz, vió à la Santísima Virgen María en una claridad tan majestuosa, que le hubiera puesto terror, si no la hubiera animado el tierno amor y filial confianza con que siempre la había tratado, y entonces se veía no poco estimulada á comunicarla. Le pareció pues, que María Señora enarbolaba una gran Cruz con estos motes: En el brazo derecho tenía escrito: Schola perfectionis; Escuela de la perfección. En el siniestro: pretium animarum; precio de las almas. Y en la extremidad de la cabeza: Solatium Dei; consuelo de Dios; Y entendió los grandes é inestimables bienes que se derivan al alma del padecer, figurado en aquella Cruz, la cual se llama Escuela de perfección; porque con la eruz de los trabajos la alma se enseña; é iluminada, aprende y practica todas las virtudes cristianas, caridad de Dios y del prójimo, penitencia, paciencia, humildad, oración, etc. Se llama esta Cruz precio de las almas, porque enriquece el alma de un grande caudal de merecimientos, para impetrar gracias de Dios para sí y para los prójimos: y es el precio con que se compra el cielo, y se libra una alma del purgatorio, redimiendo al corto precio de padecer en esta vida, lo que había de pagar en el purgatorio con gravísimas penas y por mucho tiempo. Se llama Consuelo de Dios; porque Dios tiene sus delicias en una alma atribulada y mortificada; y también estas almas, en medio de su Cruz, experimentan los divinos consuelos, convirtiendo en la misma dulzura las aguas amargas de esta vida. ¡Oh Señora de las Aguas! quiero tus aguas: siempre me valdré del leño de la Cruz que nos muestras para endulzarlas. Quiero ser, para agradarte, como tu Sierva Crucifija crucificada.
FRUTO DE ESTE DÍA
Ruega a Dios por todas las almas religiosas y que aspiran á la perfección, por medio de la Señora de las Aguas, para que les daba entender los tesoros de la cruz de sus trabajos y votos. Examina cuál es tu cruz, por tu estado, por tu oficio, por tus trabajos, así interiores, como exteriores: apréciala como un tesoro, arreglándote á la meditación de este día, la cual repasarás todos los viernes del año, en honra de la Señora de las Aguas, ábquien has de pedir te repita la lección que dió á Sor María Crucifija en orden á llevar la Cruz, hasta que la aprendas; y entonces experimentarás lo que dice el Espíritu Santo: Nonne a ligno indulcata est aqua
a mara? ¿Por ventura no experimentó que el leño de la Cruz endulza el agua amarga de la cruz de mis trabajos?
-Rezarás las siete Ave Marías, y harás la petición.
ORACIÓN
¡Oh Virgen María de los Dolores! ¡Oh Señora de las Aguas! Llegó el día de conseguir el fruto de mis ruegos, porque te voy á pedir lo que quieres que te pida, y estás deseosa de concederme. No deleites, no honra, no salud, no la vida, no que me libres de mis trabajos y angustias interiores, que hasta ahora quería lejos de mí, y era abandonar la Cruz, que es la escuela de la perfección de mi alma: su tesoro y precio el de más valor para adquirir las virtudes, la gracia y el cielo, el gusto de Dios, que se deleita en verme padecer, y el mío que tengo en Dios, llevando por su amor la cruz de mi estado y de todos mis trabajos. Esta doctrina enseñaste á tu hija amada Sor María Crucifija; favorecida por Crucifija: y yo quiero vivir crucificada en lo de adelante, para que me recibas por tu discípula. Crucifico desde hoy mis concupiscencias todas, y aficiones desordenadas, y mi amor propio. Dame Señora, los tres clavos, del Amor de Dios, del temor de su justicia, de la esperanza de su gloria: quiero vivir y morir crucificada con tu Hijo. Espero por tu medio que está mi cruz sea la llave con que abra el cielo; y el leño en que navegando en el mundo, libre de mis enemigos, me conduzca al puerto de la gloria. Amén.
JACULATORIA
Dadme, Señora, la Cruz,
Precio de alta estimación;
Y haz que mi última expresión
Sea: Jesús, Jesús, Jesús.
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