TRIDUO
Para obtener alguna gracia por medio de San José, que se venera bajo el título de "Consuelo de atribulados"
Por la señal, etc.
L/: Señor, abrid mis labios.
R/: Y mi lengua cantará tus alabanzas.
Gloria al Padre, etc.
DÍA PRIMERO
SÚPLICA
¡Oh amabilísimo santo y poderosísimo
protector mío, glorioso Patriarca S. José! Mirándote en el cielo tan cercano á Jesús y tan querido de Él, de quien fuiste Padre putativo, y tan cerca también de María, tu Immaculada Esposa, siento que nace en mi corazón una gran confianza de recurrir en la presente necesidad á tu valiosísimo Patrocinio, del cual tantas veces he experimentado sus benéficos efectos y los he palpado en los devotos que ocurren á Tí con fé. Por tanto ruega por mí, y como siempre, dígnate en esta vez consolarme, alcanzándome de Dios, en cuyas manos están todas las gracias (si fuese por la salud de un enfermo, se dirá: en cuyas manos están la enfermedad y la salud, la vida y la muerte), lo que ahora tan ardientemente solicito.
¡Oh José! nuestro refugio,
Consuelo de atribulados,
Alcánzame por María
Salir de esta angustia mía
Y el perdón de mis pecados.
-Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Se repite tres veces.
Se concluye con la primera oración que está al final, si es para obtener alguna gracia, ó con la segunda, si es para obtener la salud de algún enfermo.
DÍA SEGUNDO
SÚPLICA
¡Oh piadosísimo protector mío, Señor San José! Bien sabes la particular confianza que me ha traído delante de Ti, y las gracias que por tu intercesión deseo alcanzar. Consuela, por tanto, á este tu devoto, obteniéndole de la divina Bondad este favor, que será una nueva señal de haberme recibido bajo tu tutela. Sea, pues, esta gracia, uno de los eslabones de aquella cadena de gracias que esperamos obtener por tu intercesión, y que nos una á Tí con indisoluble nudo de gratitud en el tiempo y en la eternidad.
-Se concluye como el primer día.
DÍA TERCERO
SÚPLICA
¡Oh glorioso Patriarca San José! Conociendo que no sé, por mi ignorancia, lo que pido, comprendo por ello que debo plenamente sujetarme á la divina voluntad de Dios, y por esto concluyo mi plegaria como nos enseñó nuestro Divino Maestro, diciendo: Padre mío, no se haga mi voluntad, sino la tuya. Por esto, si fuere voluntad de Dios no concederme esta gracia, sea en todo siempre bendito. Mas tú, santo mío, en este caso, no ceses de rogar; antes bien, redobla tus súplicas, á fin de que no desmaye mi fé, ni languidezca mi esperanza, ni se enfríe mi caridad; para que limpio mi corazón y encendido en el fuego santo de la tribulación, eleve hacia Dios una llama más pura y más ardiente, para que así recompense la pérdida temporal con la ganancia eterna.
-Se concluye como el primer día.
ORACIÓN PRIMERA
¡Oh Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir al bienaventurado José para Esposo de tu Santísima Madre! te rogamos que al que veneramos como protector en la tierra, lo tengamos como intercesor en el cielo. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
L/: San José, consuelo de atribulados.
R/: Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
ORACIÓN SECUNDA
(Si la gracia que se pide es la salud de un enfermo, en lugar de la anterior se rezará la siguente):
¡Omnipotente y eterno Dios, salud eterna de los creyentes! oye la súplica que te dirigimos por tu siervo enfermo, en favor del cual imploramos el auxilio de tu misericordia; para que, obtenida la salud, pueda en la Iglesia cantar en honor tuyo un himno de acción de gracias. Por Cristo Señor nuestro. Amén.
L/: San José, consuelo de atribulados.
R/: Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
-Tomado del Manual de Nuestra Señora del Consuelo.
Colaboración de Iván Arellano.
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