sábado, 9 de septiembre de 2023

CORONA DEL DULCE NOMBRE DE MARÍA

 


LA CORONA DEL DULCÍSIMO NOMBRE DE MARÍA


Se compone de los cinco salmos siguientes:


Magnificat, etc.

Ad dominum cum tribularer, etc.

Retribue servo tuo, etc.

In convertendo, etc.

Ad te levavi animam meam, etc.


NOTA: Cada inicial de cada uno de los Salmos anteriores en latín, forman el nombre de MARÍA.


Lucas 01, 46–55.

MAGNIFICAT ANIMA MEA DOMINUM, ETC.


Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.

A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.

Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.


Gloria.


Salmo 119 (120)

AD DOMINUM, CUM TRIBULARER, ETC.


Canción de las subidas. Hacia Yahveh, cuando en angustias me encontraba, clamé, y él me respondió.

¡Yahveh, libra mi alma del labio mentiroso, de la lengua tramposa!

Qué te dará y qué te añadirá, lengua tramposa?

Flechas de guerrero afiladas con brasas de retama!

¡Qué desgracia para mí vivir en Mések, morar en las tiendas de Quedar!


Gloria.


Salmo 118 (119)

RETRIBUE SERVO TUO, ETC.


Haz merced a tu siervo y viviré. y guardaré tu palabra.

Abre mis ojos para que contemple las maravillas de tu ley.

Un forastero soy sobre la tierra, tus mandamientos no me ocultes.

Mi alma se consume deseando tus juicios en todo tiempo.

Tú increpas a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos.

Echa lejos de mí oprobio y menosprecio, porque he guardado tus dictámenes.

Aunque los príncipes hablen en sesión contra mí, tu servidor medita en tus preceptos.

Tus dictámenes hacen mis delicias, mis consejeros, tus preceptos.

Mi alma está pegada al polvo, hazme vivir conforme a tu palabra.

Mis caminos expuse, y tú me respondiste, enséñame tus preceptos.

Hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditaré en tus maravillas.

Se va en lágrimas mi alma por el tedio, sosténme conforme a tu palabra.

Aléjame del camino de mentira, y dame la gracia de tu ley,

He escogido el camino de la lealtad, a tus juicios me conformo.

A tus dictámenes me mantengo adherido, no me confundas, tú, Yahveh.

Corro por el camino de tus mandamientos, pues tú mi corazón dilatas.


Gloria.


Salmo 126 (125)

IN CONVERTENDO DOMINUS CAPTIVITATEM, ETC.


Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía estar soñando; nuestra boca se llenaba de risa y nuestra lengua de gritos de alegría. Entonces entre los paganos se decía: "¡Qué grandes cosas no ha hecho el Señor por ellos!"

Sí, grandes cosas ha hecho el Señor por nosotros, rebosábamos de gozo.

Haz que vuelvan, Señor, nuestros cautivos, como riachuelos en tierras áridas.

Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre gritos de alegría.

Se van, se van llorando los que siembran la semilla, pero regresarán cantando trayendo sus gavillas.


Gloria.


Salmo 25 (24)

AD TE, LEVAVI ANIMAM MEAM, ETC.


A ti, Yahveh, levanto mi alma, oh Dios mío.

En ti confío, ¡no sea confundido, no triunfen de mí mis enemigos!

No hay confusión para el que espera en ti, confusión sólo para el que traiciona sin motivo. Muéstrame tus caminos, Yahveh, enséñame tus sendas.

Guíame en tu verdad, enséñame, que tú eres el Dios de mi salvación.

En ti estoy esperando todo el día,

Acuérdate, Yahveh, de tu ternura, y de tu amor, que son de siempre.

De los pecados de mi juventud no te acuerdes, pero según tu amor, acuérdate de mí. por tu bondad, Yahveh.


Gloria.


Se concluye con la Antífona Sub tuum praesidium, etc. el verso Dignare me, etc. y la oración Famulorum tuorum:


Bajo tu protección nos acogemos,

Santa Madre de Dios;

no deseches las súplicas que te dirigimos

en nuestras necesidades;

antes bien, líbranos siempre de todo peligro,

¡oh Virgen gloriosa y bendita!, Amén.


V. Hazme digno de alabarte, Virgen Sagrada.

R. Dame virtudes contra tus enemigos.


OREMOS.

Suplicámoste, Señor, perdones los pecados de tus siervos, para que, ya que con nuestras acciones no podemos agradarte, seamos salvos por la intercesión de la Madre de tu Hijo y Señor Nuestro. El cual siendo Dios vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amen.


(Ob. Cit. “El Jardín Seráfico abierto a todos los fieles, o sea Manual de la Venerable Orden Tercera de Penitencia, fundada por N. S. P. S. Francisco de Asís, que ofrece a los hermanos Terciarios y demás fieles, el R. P. Fr. Francisco Mestres, Franciscano esclaustrado, Comisario-Visitador de la de Barcelona sale a luz a expensas de la misma. / Pág. 406 / Barcelona, Establecimiento Tipográfico de Ramírez, Pasaje de Escudillers, núves /1864/Digitalizacion y adaptacion del texto por el Hno. Felix Becerra O.F.S. año 2020)

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