DÍA
NOVENO
LENGUAJE
DE LOS ÁNGELES
MEDITACIÓN
PUNTO
1º.
Considera, alma mía, que los Ángeles en el cielo no viven aislados ó como
encerrados y concentrados en si mismos, sino que por el contrario, tienen entre
si las relaciones más íntimas y más estrechas que concebirse puedan, porque si
en el mundo visible todos los seres están relacionados entre sí, con mayor
razón en el mundo invisible deben reinar también relaciones y comunicaciones
íntimas y estrechas, y como el bien es comunitario de si mismo, tendiendo
siempre a participar de su perfección a otros seres y aun a reproducirse en
naturalezas semejantes; por esto los Ángeles están en una comunicación
constante los unos con los otros. En virtud de esta ley general que constituye
la armonía de la naturaleza, los espíritus angélicos superiores, fortaleciendo
la virtud intelectiva de los inferiores, hacen patentes a sus inteligencias las
verdades más altas y universales á que no pueden alcanzar por solas sus fuerzas
naturales esto no es otra cosa que iluminarlos, y esta iluminación es locución
o lenguaje de los Ángeles.
Punto
2º. Considera que lo que se verifica en la naturaleza corpórea, no es sino un
símbolo o semejanza de lo que pasa en la naturaleza angélica: en los cuerpos
que nos rodean, vemos, por ejemplo, que los planetas y la luna iluminados por
el sol nos comunican sus luces, y que os cuerpos iluminados por ellos a su vez
iluminan a otros de nuestra tierra. ¿Porque pues los Ángeles superiores de un
modo semejante no han de iluminar a sus inmediatos inferiores y esto a otros,
así sucesivamente hasta llegar a los últimos? Si bien es verdad que todas iluminaciones
es locución; por el contrario, no toda locución es iluminación, porque los Ángeles
inferiores hablan a los superiores, pero no para iluminarlos sino para
consultarles y manifestarles sus particulares voluntades, lo que no es
iluminación sino locución simplemente; del mismo modo hablan con Dios par a
conocer su voluntad y obedecerla. Hablar, pues, en los Ángeles no es otra cosa
que manifestarse o dar a conocer a otro sus propios pensamientos; y este
lenguaje les permite expresarse sin sonidos, sin movimientos ni ruidos. Pueden
hablarse a largas distancias y oírse o, más bien dicho, entenderse sin la
interposición de medios algunos, porque su locución es puramente intelectual;
si el rico avariento desde lo profundo del infierno ha hablado á Abraham que
está en el cielo sin que lo impida la distancia local, mucho menos esta
distancia local puede impedir la locución de un Ángel a otro Isaías refiere que
los Serafines no sólo hablaban unos con otros, sino que clamaban: Clamábant alter
ad alterum. David profetizando en un salmo la entrada triunfante de Jesús
resucitado en el cielo, nos representa a los Ángeles inferiores preguntando a
los superiores ¿quién es este Rey de la gloria? ¿Quis est iste Rex Gloriae? y
ellos respondieron: el mismo Señor de las virtudes, el rey de la gloria. Y San
Pablo dice así: Si hablare el lenguaje de los hombres y de los Ángeles: Si
linguis hominum loquar et angelorum. No
dudemos, pues, que los Ángeles tienen un lenguaje especial por el cual no sólo
hablan entre sí y con Dios, sino que también nos hablan a nosotros, escuchemos
con docilidad sus voces misteriosas, que son las inspiraciones que sentimos
muchas veces en el fondo de nuestras conciencias, reprendiéndonos el mal que
hemos hecho o inclinándonos a la virtud que rehusamos practicar.
JACULATORIA
¡Oh
espíritus bienaventurados, prestadme vuestro lenguaje para que pueda alabar
dignamente a mi Criador y Redentor!
PRACTICA
Rezad
todos los domingos el Trisagio a la Santísima Trinidad en unión de los
Angélicos Coros. Se rezan tres Padre Nuestros y tres Ave
Marías con Gloria Patri y se ofrecen con la siguiente:
ORACION
Espíritus
soberanos, que con vuestra elocuencia encantadora publicáis en 3 cielo y en la
tierra las glorias del Altísimo; haced que los dulces ecos vuestras suavísimas
voces, resonando en nuestros corazones, nos enseñen el modo más digno de
alabar, bendecir y glorificar a nuestro amable Redentor por toda la eternidad.
Amen.
EJEMPLO
En
el año 304 vivía en Roma una mujer llamada Aglae, noble y rica. que tenía
sesenta y un intendentes para gobernar sus inmensos bienes, cuyo Jefe era un
hombre perverso llamado Bonifacio con quien mantenía un comercio criminal.
Aglae movida a compunción llama un día á Bonifacio y le dice: "Ya ves en
que pecados hemos caído, olvidando que hemos de comparecer un día en el
tribunal de Dios. Oí decir a los cristianos que sirviendo uno a los santos que
pelean por Jesucristo tendrá un día parte en su reino. Acabo también de saber
que varios siervos de Jesucristo sufren por Él grandes tormentos en Oriente, ve
pues y traerme reliquias de san tos mártires, a fin de
que honrándolos y edificándoles oratorios, seamos salvos por su
intercesión." Parte Bonifacio con gran cantidad de oro para procurarse las
reliquias y al marchar dice por chanza: Aglae, ¿si hallo reliquias de santos
las traeré; más si vienen mis reliquias bajo el nombre de mártir, recíbelas.
Déjate de locuras, contesto Aglae, y piensa que vas a buscar reliquias de
santos, que yo pobre pecadora, te aguardo rogando a Dios todopoderoso que envíe
su santo Ángel delante de ti, guie tus pasos y cumpla mis designios sin
acordarse de mis pecados. Marcha Bonifacio, llega a la ciudad de Tarso donde
martirizaban a varios cristianos, los ve en los más horribles tormentos en
número de veinte. Acércase Bonifacio a ellos, y besándolos con respeto exclama:
grande es el Dios de los mártires, os suplico encarecidamente, oh siervos de
Jesucristo, que roguéis por mí, a fin de que entre con vosotros en el combate
que sostenéis contra el demonio." Advirtiólo el Gobernador y dijo
enfadado: "¿Quién es ese que se burla de los dioses y de mí? que le prendan
v presenten a mi tribunal," lo cual hecho ¿Quién eres tú, dice, que así
desprecias el resplandor de mi dignidad? Bonifacio responde: soy cristiano y
desprecio tus falsos dioses. El Juez de nuevo le pregunta: ¿Cómo te llaman?
Bonifacio, contestó: ya te lo he dicho, soy cristiano y si quieres saber mi
nombre, me llaman Bonifacio. Enfurecido entonces el Juez, hizo que le aplicaran
varios tormentos, entre ellos hacerle beber plomo derretido y arrojarle en una
caldera de pez hirviendo, no habiéndole sucedido ningún mal, por lo cual
espantado el Gobernador mandó que le cortaran la cabeza, procurándole así la
corona del martirio. Entre tanto los compañeros buscaban á Bonifacio, y
sabiendo que lo han martirizado rescatan su cuerpo, el cual después de
embalsamado y envuelto en lienzos preciosos lo ponen en una litera y emprenden
su viaje, alabando a Dios por tan feliz suceso. En esos momentos apareció un
Ángel á Aglae y le dijo: "El que era tu esclavo es ahora nuestro hermano;
recíbele como a tu Señor y colócale dignamente: los pecados te serán perdonados
por su intercesión." Levántase ella prontamente, reúne eclesiásticos
piadosos y llevando todos cirios y perfumes, salen al encuentro de las santas
reliquias. Hizo luego edificar un oratorio digno del santo mártir, donde se
obraron muchos milagros; y renunciando Aglae para siempre al mundo, se consagró
enteramente al servicio de Jesucristo hasta su muerte.
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