viernes, 15 de diciembre de 2023

NOVENA AL NIÑO DE ATOCHA


 

NOVENITA AL

SANTO NIÑO DE ATOCHA

 

(Por el Pbro. JESUS BENITO MILLAN)

Este portentoso Niño que se venera en el Santuario de Plateros, cerca de Fresnillo, es milagrosísimo y nadie que lo haya implorado de todo corazón ha dejado de ser socorrido en sus necesidades. És imán de los corazones y el tesoro más rico y hermoso de la Creación; de El pueden esperarse todos los consuelos; los enfermos su alivio, los afligidos su esperanza, guía es de los caminantes y quien a El acude en cualesquiera necesidad complace sus peticiones o cuando menos consuela en su amargura y a sus fieles devotos da una muerte feliz y los recibe en su compañía en el cielo, por toda una Eternidad.

 

Después del Acto de Contrición se rezan tres Padres Nuestro y Tres Aves Marías.

 

ORACIÓN PREPARATORIA:

¡Oh Divino Jesús, Redentor del mundo! postrado a tus plantas soberanas, aunque indigno por mis innumerables infidelidades a la voluntad de nuestro Padre Celestial, deseo y quiero purificarme de todas mis manchas espirituales, para hacerme digno de obtener las gracias que necesito, para serviros, como es vuestra voluntad soberana. Mas mi purificación la espero de vuestra bondad para conmigo, y del dolor de mi pobre corazón, arrepentido de tanta iniquidad contra vos, y ayudado de la divina gracia, obtenida por la poderosa intercesión de vuestra Santísima Madre y Refugio de pecadores a la que me acojo, como un hijo a su madre, para hacer bien esta novena. Amén.                              

 

PRIMER DÍA

Cuando os considero. ¡Oh Niñito de Atocha! en traje de peregrino, buscando las almas redimidas con vuestra preciosísima sangre, mi alma se extasía porque conoce el amor, que le profesáis; amor infinito, pues que es amor de todo un Dios humanado y anonadado hasta tomar la forma de tierno infante. Por los pasos que distes en el mundo, os suplico me concedáis la gracia de aprovecharme de vuestra preciosísima sangre y lo que deseo obtener en esta novena. Amén.

Hágase la petición y récese tres credos.

 

SEGUNDO DÍA

Al contemplaros ¡Divino Jesús! bajo la advocación de "El Niño de Atocha" mi alma con la confianza, que se acerca uno a un niño, acude a vuestros pies, para saludaros cariñosamente y suplicaros que la miréis con ojos de misericordia y de piedad, y compadecido de mis necesidades así espirituales como temporales, le socorráis en todas ellas, en especial en las que motiva esta novena, si ha de ser para su salvación eterna. Amén. (Hágase la Petición, etc.).

 

TERCER DÍA

¡Divino Emmanuel! ¡Niñito de Atocha! Si todos los niños son amables y cariñosos para todos sus semejantes, con mayor razón lo sois vos Divino Jesús, que no por haber tomado la naturaleza humana, dejásteis de ser Dios, sino que sirvió para perfeccionar la misma naturaleza humana, y así vuestra amabilidad y caridad para nosotros fue mayor que en los demás niños; por lo mismo pues acudo con más confianza a vuestras plantas suplicándo el remedio de todas mis necesidades, en especial lo que solicito de vuestro corazón en esta novena, si así consigo mi salvación eterna. Amén.

 

CUARTO DIA

¡Oh Jesús bajo la advocación del Niño de Atocha! yo os adoro y os venero, como mi salvador, que quisísteis haceros párvulo para que más confiados acudiésemos a vos, lleno, pues, de la confianza que vuestra tierna persona inspira, acudo a vuestras plantas soberanas, para suplicaros encarecidamente me remediéis mis necesidades, sobre todo lo que solicito de vuestro infantil corazón en esta novena, si es para mi salud eterna. Amén. 

 

QUINTO DIA

¡Portentoso Niño de Atocha! hermosura sin igual que con vuestro semblante de infante ocultáis vuestra grandeza divina, para que así animado invoque vuestro socorro el mísero mortal. Animado de esta suerte, me atrevo a postrarme ante vuestro acatamiento, para exponeros mis necesidades, confiado que me las despacharéis propicio con especialidad lo que me he propuesto obtener en esta novena, siempre que ceda a mayor gloria vuestra y mi bien espiritual, y si no lo que más me conviniere. Amén.

 

SEXTO DIA

¡Prodigioso Emmanuel! vuestra grandeza superior a toda ponderación, unida a vuestra compasión para el mísero mortal, me mueve a postrarme a vuestras divinas plantas, para implorar misericordia en mis necesidades. Socórreme, pues queréis y podéis hacerlo, en especial en la necesidad, que motiva esta novena, si cede a vuestra honra y gloria y a mi salvación. Amén. 

 

SÉPTIMO DIA

¡Poderosísimo Niño Jesús! vuestro poder resplandece de una manera especial, cuando al ver la impotencia de vuestro redimido con vuestra preciosísima sangre, le atendéis en sus necesidades, que os expone por esta razón, acudo a vuestras divinas plantas, suplicando me otorguéis el remedio de mis necesidades, en especial la que os pido en esta novena, siendo para vuestra gloria y mi bien espiritual. Amén.

 

OCTAVO DIA

¡Cariñosísimo Niño de Atocha! en vos todo es grande, todo admirable, por lo que vuestra caridad es inmensa hacia el pobre mortal. Si esa caridad as hizo descender del cielo a la tierra por salvar al hombre, con mayor facilidad le despacháis las demás necesidades. Por esto mismo acudo a vos, pidiéndoos el remedio de mi necesidad, que me he propuesto al rezarle esta novena, siempre que redunde a vuestro gloria y para mi salvación. Amén. 

 

ULTIMO DÍA

¡Amabilisimo Niño de Atocha! con vuestra dulzura sin comparación, expresada en vuestro risueño semblante activáis los corazones de los mortales que os contemplan; así cautivado el mío se postra ante vuestras soberanas plantas, para pediros el remedio de mis aflicciones en especial el socorro de la presente necesidad, que ha motivado el obsequio de esta novena, siempre que sea a mayor gloria vuestra y salvación mía. Amén. 

 

NOTA. Lo que se refiere a las gracias obtenidas no merecen más fe, que la humana, pues como hijo sumiso de nuestra Santa Madre la Iglesia las someto a su fallo autoritario, teniendo presente lo decretado por su Santidad Urbano VII de feliz recordación.

 

A.M.D.G.

 

Con licencia Eclesiástica.

 

Después del Acto de Contricción se rezan tres Padres Nuestro y tres Ave Marías con Gloria Patri, luego se hace la petición y las siguientes oraciones para implorar la protección divina:

 

ORACIÓN

Admirable y agraciadísimo Niño de Atocha que regocijándote en la Compañía de tu Santísima Madre la Sma. Virgen María tuviste que cumplir con la misión que tu Padre te había encomendado y te alejaste del hogar paterno para ir al Santo Templo de Jerusalem a discutir con los doctores y maestros de la Ley sobre el exacto texto de los Libros del Antiguo Testamento, dejándoles perplejos con la lucidez de tus explicaciones y con la sabiduría de tu divina palabra: Vuelve a mí tus ojos, divino Niño, y hazme conocer las dulzuras de tus Divinas enseñanzas para merecer gracia a tus dulcisimos ojos y que me guien por el sendero de la Virtud y Fe; pido también que por los trabajos con que te crió tu purisima Madre me concedas el favor que te imploro en esta hora,  que me des consuelo en lo que solicito, pues que te lo pido humildemente confia do no en mis ningunos merecimientos sino en los muy grandes de tu Santísima Madre que por Tí padeció lo que nadie en el mundo por un Hijo ha padecido; por ello espero que accederás a mi petición, o si no me darás fuerza para sufrir con paciencia mis penalidades y dame una vida virtuosa y una muerte feliz para ir a alabarte en el cielo por los siglos de los siglos. Amén.

 

ALABADO

Niñito de Atocha,

Niñito divino,

sé siempre mi amparo,

cuida mi camino.

 

A los presos sacas

de dura prisión,

haz que no sea preso,

dame protección.

 

Has curado pronto

a los que han herido,

cúrame, Niñito

si me ha sucedido.

 

Si alguna desgracia

me llega a pasar

Oh Niño de Atocha

Tu me has de salvar! !

 

A un enfermo grave

muy pronto lo sanas,

Yo espero me cures

cuando esté en la cama.

 

Los hierros quebrantas

de cualquier prisión,

sé, Niño precioso

mi Consolación.

 

Tu poder infinito

oye al que te implora

y de las criaturas,

eres tú su aurora.

 

Cuando el caminante,

peligro temiendo

te pide tu ayuda,

Tú lo vas cubriendo.

 

En una pobreza

socórreme, Niño,

que eres un portento

de amor y cariño.

 

Del huérfano triste

eres siempre hermano

y acogen tus brazos

todo ser humano.

 

Llévame a tu lado,

Niño Celestial,

y dame consuelo

en el trance fatal.

 

Mitiga mis penas,

mándame alegrías,

y haz que sea yo bueno

en todos los días.

 

Haz que allá en el cielo

te adore rendido

y a tu santo nombre

cante agradecido.

 

Si tú me protejes,

si eres tan amable,

que no oigas mis quejas

eso es improbable.

 

A tu Madre Santa

por siempre bendigo

y que sea mi Madre

con fervor te pido!

 

De ti me despido

Niñito adorado,

todos mis apuros

dejo a tu cuidado.

 

(Transcripción y digitalizacion del texto por el Hno. Félix Becerra  O.F.S. / Con la colaboración de Leo Olguín Calderón, año 2023 )

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...