domingo, 14 de enero de 2024

MES DE ENERO AL NIÑO JESÚS DE PRAGA


 DÍA DÉCIMO CUARTO
EL NIÑO JESÚS DE PRAGA Y LA UNIDAD DE DIOS
El Padre es Dios, el hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios. Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo y único Dios con una sola esencia y divinidad; y porque tanto, que solo hay un primer principio y un último fin de todas las cosas, sin ser posible la pluralidad de dioses, como falsamente enseñaban los sabios del paganismo. Dios, como dice Santo Tomás, de tal manera es único, y sumo bien, que no le puede faltar ninguno porque si uno solo le faltara, tendría que mendigarlo de otros dioses, sería un Dios imperfecto, y por lo tanto no sería Dios. Ese Dios, Uno, es a la vez Señor y único gobernador de todas las criaturas a quien, como dice Job, todas les están sujetas y a cuya voluntad eficaz ninguna puede resistir. La misma paz y concierto que tienen las criaturas, como se ven en los elementos de los cielos, y en los mismos animales, declara como escribe Fr. Luis de León, que por sola una voluntad están regidos y gobernados. ¡Oh infante dulcísimo y Rey de los corazones, Jesús de Praga! Mi alma te ensalza y alaba por su Dios y Señor. No permitas que me separe de ti. Haz Señor que mediante una buena y cristiana conducta, yo trabaje día y noche sobre las pasiones, a fin de que siempre verdad que yo soy siervo fiel tuyo y obediente a tus mandamientos.

EL NIÑO JESÚS EN FILIPINAS
Una piadosa dama que nos protegía en nuestro tiempo de prueba, tuvo la bondad de hacernos conocer la devoción del Niño Jesús de Praga, proporcionándonos su interesante mensajero. Nos encomendamos al milagroso Niño y fueron escuchadas nuestras humildes suplicas por completo. Al ver nuestra aflicción el Santo Niño, se dignó a tomar en sus poderosas manos los intereses de mi familia, muy probada por la mala voluntad de algunas personas que habían jurado nuestra perdición moral y material. El Niño Jesús es quien nos sacó a flote en este peligro, en que estuvimos a medio metro de la suma pobreza, justamente con el descrédito. (Testimonio de Manuel Urrutia)

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