DÍA
VIGÉSIMO OCTAVO
EL
MILAGROSO NIÑO JESÚS Y LOS ENFERMOS NECESITADOS
Cuando
un pobre enfermo y un afligido necesitado de alivio y consuelo se postran de
rodillas ante la Milagrosa imagen del Niño Jesús de Praga, qué consuelo y qué
esperanza sienten en el fondo de sus almas, y qué seguridad de ser socorridos y
remediados en sus dolencias y penas. Y es que la divina providencia, al ver la
falta y necesidad que los hombres tenemos de muchos bienes así corporales como
espirituales, y también la muchedumbre de males a que estamos sujetos así en el
cuerpo como en el alma, ha tomado por instrumento, como dice Santo Tomás (2-2.
q. LXXIII), fácil, eficaz y universalismo, la plegaria y la súplica ferviente,
la oración hecha con fe y confianza. De este instrumento de la oración eficaz,
porque se funda en la misma palabra de Dios que dice: Pedid y recibirás, se
vale el enfermo y el necesitado para acudir un día y otro al altar de Jesús de
Praga con triduos, con novenas, con el mes entero, seguro y cierto que el
Milagroso Niño de los deditos levantados en alto le han de bendecir y conceder
cuanto pidan.
LOS
PADRES CAPUCHINOS DE LEÓN
He
aquí como se expresan en una carta al Director de la revista de El Mensajero
del N. Jesús de Praga. "Habiéndose dedicado este año en esta nuestra
iglesia de León un altar al Niño Jesús de Praga, han sido tantas las gracias
que el bendito Niño ha concedido en los cinco que hace que se da culto, que es
para alabar a Dios. Aquí tienen algunas gracias, todas ellas muy comprobadas. Un
joven de quien su padre se asuntó, sin que nadie supiera su paradero, se
encomendó al Niño Jesús de Praga a fin de poder tener noticias suyas. Pues
bien, al día siguiente recibió una carta muy consoladora de ésta en a que
anunciaban el envío de una cierta cantidad de dinero. Otro niño, tan enfermo
que apenas podía tomar leche y eso a cucharaditas, así que sus padres se
encomendaron ante Niño Jesús y le impusieron la medalla, pudo alimentarse
bastante bien, y pasado algún tiempo, recuperar las fuerzas perdidas.
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