lunes, 29 de enero de 2024

MES DE ENERO AL NIÑO JESÚS DE PRAGA


 

DÍA VIGÉSIMO NOVENO

EL MILAGROSO NIÑO JESÚS DE PRAGA Y LOS NIÑOS DE LA PRIMERA COMUNIÓN

De los rosados y purísimos labios del Milagroso Niño Jesús de Praga, vemos salir repetidas, de continuo y sin interrupción, aquellas tiernas y sentidas palabras en favor de la candorosa niñez, cuando rodeado de sus apóstoles y de la multitud inmensa, se le oyó decir: "Dejad que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan". Estas mismas palabras ha repetido en estos tiempos, por boca de su Vicario en la tierra, el Papa, llamado al convite eucarístico de la primera Comunión a los niños de siete años, poco más o menos, grabando la conciencia de aquellos padres y educadores de un niño, que de seguro cometen pecado mortal, si tuvieran la desgracia y la osadía de oponerse a la voluntad del Sumo pontífice. Pocas disposiciones del Papa se habrán recibido en el campo cristiano con tanto júbilo como ésta, que tanto satisface los deseos de los conocedores de esos infinitos lazos y peligros en que se encuentran los niños, cuando en ellos comienza a alborear la razón. ¿Que por qué tanto júbilo y alegría? Porque en adelante con esta disposición del Papa, obedecida por todos, podrá entrar Jesus antes que nadie en el alma de los niños, y adueñarse de sus inocentes y castos corazones. De esos niños pequeñitos que son las flores más delicadas, bellas y aromáticas de la Iglesia; de esos niños cuyas almas aún están cubiertas con el divino aliento con que salieron del seno de Dios, y que solo su recuerdo y contacto saben estremecerse; de esos niños, en fin, espejos lucientes en que sin cesar se mira la bondad y majestad de Dios, por no estar aún sombreados por las negruras de su culpa. ¡Oh Niño Jesús de Praga, encanto y embeleso de toso los niños cristianos! Ampara a la niñez, despliega todo su infinito poder a fin de que no se marchiten esas olorosas flores.

 

LA ORACIÓN EN FAMILIA Y LA OFERTA QUE HACE UNA NIÑA DE SIETE AÑOS

Una familia de Carcagente (Valencia) muy devota del Milagros Niño Jesús de Praga, viendo su huerto de naranjos en peligro por la tormenta y el pedrisco de aquel día en que caían los granizos. La señora se acogió a la protección del Divino Niño Jesús que y toda la familia rodeó el altarcito rogando con las manos cruzadas, prometió al Niño Jesús sacar de su hucha una peseta, y la madre cinco, todo para los cultos del Niño Jesús. Cuál sería el asombro de esta cristiana familia, cuando una vez terminadas las súplicas, y hechas las promesas, ven que de repente cesó la tempestad. Pero no paró aquí el prodigio, sino que van al huerto de los naranjos, y con estar arrasados por la tormenta los inmediatos a él, éste no había sufrido deterioro alguno. Desde aquel día pusieron bajo la advocación del Milagroso Niño Jesús de Praga el mencionado huerto, quedando dicha familia, más tiernamente devota del milagroso y divino Infante de Praga

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