jueves, 11 de enero de 2024

MES DE ENERO AL SANTO NIÑO DE PRAGA


 

DÍA DÉCIMO PRIMERO

EL NIÑO JESÚS DE PRAFA FUNDAMENTO DE TODAS LAS VERDADES DE NUESTRA FE

Este fundamento, como señala San Pablo en su carta a los Hebreos, es creer que hay Dios, o sea creer y entender con su firmeza que hay más allá de este mundo visible que vemos, un espíritu visible que no vemos; un ser supremo, infinito, principio y fin de todas las cosas, y el cual con su omnipotencia las creó y con su sabiduría las gobierna, ordena y dirige a sí mismo como a último fin. Para que entendamos bien y pronto esta verdad (en muy pocos de la antigüedad pagana llegaron a conocer, y eso, como enseña Santa Tomás de Aquino después de mucho tiempo y (con la negra mezcla de muchos errores), además la resplandeciente lumbre de la fe ha estampado en el fondo íntimo de nuestra lama esa otra lumbrera natural, que como dijo el Real Profeta en el salmo 188, es lumbre y resplandor que sale del rostro de Dios. ¡Oh mi amante Jesús de Praga, qué consuelo para mi pobre alma el pensar que cuanto a ti te imploro a todo un Dios, que por amor de los hombres se hizo niño, hermoso y encantador, en el seno de la Virgen sin mancha! Abre, Niño divino, tú que eres Dios y hombre al mismo tiempo, abre los ojos interiores de nuestra alma, para que se contenten con ver las cosas temporales que se perciben los sentidos, sino que suban a contemplar las eternas que se ven, y con ellas a ti, Dios de amor que eres y estás sobre todas, a quien toda honra y alabanza por los infinitos de los siglos. Amén.

 

COMIENZAN DE NUEVO LOS MILAGROS

El hallazgo de la imagen del Niño Jesús de Praga, como se dijo el día VII, tuvo lugar en circunstancias difíciles para los ciudadanos de Praga, pues envalentonados los herejes con una importante victoria que había obtenido sobre las armas imperiales, avanzando con rapidez sobre dicha ciudad, de la que tardaron en apoderarse. Ya que en posesión ella, tuvo lugar el hallazgo de la milagrosa imagen del Niño, y así que ésta fue colocada como queda dicho, en el coro y los religiosos allí reunidos le suplicaron defendiera a su devota ciudad y diera el triunfo a la causa católica, el enemigo, con administración de todos levantó el sitio. Juntamente con este milagro hizo el de socorrer abundantemente a los Carmelitas para que, sin ser molestos a nadie, pudiesen en adelante vivir con relativa holgura. Lo mismo de día que de noche, no sabían los Carmelitas separarse de sus Niño adorado, rogándole y suplicándole por las necesidades de la Iglesia y del imperio y la conversión de los herejes. Una de las noches en que el V.P. Cirilo oraba con más fervor, el Niño Jesús dejó oír su voz diciendo: Tened piedad de mí y yo la tendré de ustedes; devuélveme mis manos que me rompieron los herejes, y yo os daré la paz. Cuanto más me honréis más os favoreceré". A estos dos prodigios de socorres a la comunidad y librar de sus enemigos a la ciudad, siguieron otros muchos, dándose con ellos principio a una nueva era en el culto ferviente y devoto al Niño Milagroso de Praga.

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