DÍA
TERCERO
EL
MILAGROSO NIÑO JESÚS DE PRAGA Y SU PUEBLO
Jesús
amó siempre a su pueblo a pesar de sus defectos e ingratitudes. Si Jesús ve que
el pueblo es inconstante, pues sabe aclamar hoy y maldecir mañana, pero a pesar
de eso lo ama. Jesús conoce que su pueblo es variable, cómo lo es el espacio,
como lo es el mar, y que debido a esto, tan pronto está sereno, tan pronto
tormentoso y feroz; pero no obstante eso, le sigue amando y sabe que esta
haciendo bien. ¿Por qué será esto? Porque Jesús sabe que su pueblo no es malo,
sino que es la predicación de falsos profetas, y el torbenillo de la falsa
revolución impía que le levanta y encrespa primero para derribarle y
estrellarle después. ¿Pruebas de ese amor infinito y divino por su parte de
Jesús? A cientos, a miles, a montones que se encuentran en el Evangelio. Tan
solo con doce años contaba con su existencia de hombre pasible acá en la
tierra. Era un niño, una envidia del cielo, una competencia que le había salido
al sol, con unos ojitos como luceros con su mano como ramilletess de jazmines,
como unos dedos como si fueran unos finísimos nardos. Pues a esa edad amaba ya
tanto a su pueblo, que al ser encontrado en el templo por sus afligidos padres
los hubo al decir; "¿Por qué me buscabais? ¿Acaso no sabéis que debo estar
en las cosas de mi Padre? No otros que las suyas propias. ¿Y cuáles son las
cosas de su Padre? No otras que el bienestar, la salud y la salvación del
pueblo. Así es como ama Jesús a su pueblo. Por eso Él dice, no vengan los sanos
sino los enfermos. No venga los sanos sino los pecadores. Con el bautizo de su
sangre, el Señor redimió a su pueblo.
EJEMPLO
COMIENZAN
LOS PRODIGIOS
Luego
de la colocación de la estatua del Santo Niño de Praga, los Carmelitas
comenzaron a sentir los favores y maravillas tras empezar a honrar a este Santo
Niño quien tiene en su mano izquierda el mundo el cual los sostiene donde lleva
al pueblo junto con todas sus miserias e indigencias. Pero en la mano derecha
levantada para bendecir al mundo con su paz y misericordia. para así
socorrerlos de tantas necesidades. Así fue como un fraile de la comunidad de
Praga. P. Cirilo de la Madre de Dios. conocido como el gran apóstol de su
devoción, todos los días empezó a rezar ante su imagen, y el Niño viendo su
piedad, pidió que le devolviese las manos que le fueron quebradas por los protestantes
que profanaron el Carmelo de Praga. Así fue como ante su insistencia logro
recibir de un alma caritativa el dinero, para costear la restauración de sus
manecitas y así poder devolverle las manos al Niño Jesús que le fueron
mutiladas por los impíos. ¡Bendito sea por siempre el Milagroso Niño Jesús de
Praga!
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