sábado, 6 de enero de 2024

MES DE ENERO AL SANTO NIÑO DE PRAGA


 

DÍA SEXTO

EL MILAGROSO NIÑO JESÚS DE PRAGA UN PUEBLO SIN PIEDAD CRISTIANA

Se nota de ordinario en muchos pueblos que el estar y vivir separados de Jesucristo, obedece más que a falta de fe, a falta de piedad. Sí; no es fe la que de ordinario es falta, por mortecina y apagada que ella esté, pues vemos que de buena gana toman parte en las extraordinarias manifestaciones de sus milagrosas y tradicionales imágenes; vemos que bautizan a sus hijos, que se celebran casamientos por la Iglesia; llaman al sacerdote para sus enfermos, siquiera sea unos minutos antes de expirar estos, y no privan a sus muertos de que el entierro esté presidido por el párroco y la cruz. Lo que falta a estos pueblos es piedad cristiana sólida. Urge, pues Niño Jesús de Praga, que tu culto amable presencia y tu provechoso culto reanime y vivifique la piedad cristiana de tantos pueblos y ciudades; esa piedad que para todo es útil como dice San Pablo; esa piedad que lejos de considerar a Dios como un ser raro y desconocido, a la manera que hacen muchos, le considera, por el contrario, como a Padre, y Padre amoroso, sabio y omnipotente, y como a tal le trata y reverencia; esa piedad, que, como enseña Santa Teresa, encuentra y ve a Dios en todo, hasta en las cosas más humildes y caseras, ayudándonos a trabajar, a sufrir y amar a nuestros semejantes, ya que es de fe que está en todas partes, y que ni la hoja del árbol se mueva sin su permiso. Haz que vuelva oh Divino y Milagroso Niño todo este pueblo a Ti, comenzando por los pequeñuelos y todas las personas que forman tu Archicofradía, a fin de que todas las personas te estén sometidas, obendientes y rendidas, para que derrames abundantes bendiciones sobre ellas.

 

VUELVEN LOS CARMELITAS A PRAGA

Las batallas de los católicos contra los herejes, tan pronto las ganaban, tan pronto las perdían. Por fin, el Emperador de Austria, Fernando II, consiguió, con la poderosa ayuda del Duque de Friedland, ahorrojar de Praga, a todos los sajones, y se firmó la paz el 15 de julio de 1635. Los Carmelitas, cuyo noviciado había sido trasladado a Munich, volvieron a su amado convento pragense. ¡Qué pena cuando, al llegar, se encontraron sin la imagen de su Niño adorado! Aquella lámpara encendida siempre delante de Él, aquel silencioso y recogido oratorio donde tantos consuelos había siempre encontrado su alma; aquel Niño con el globo del mundo en la mano y con los delitos levantados para bendecir, y que tantos alientos infundía con su vista..., todo, todo, había desaparecido. Sin el Milagroso Niño Jesús de Praga, sin su culto simpático y devoto, la Comunidad arrastraba una vida de indigencia y en extremo penosa. No le era fácil el sustraerse a los obligados efectos de la guerra; se encontraba necesitada y pasaba hambre. Pero entre los hijos de Santa Teresa hay quien día y noche clama por la presencia de Niño Jesús, y le dice tiernamente, con San Juan de la Cruz. "¿A dónde te escondiste, amado, Y me dejaste con gemido?" Y el Niño de los milagroso volverá pronto aparecer, para consuelo de afligidos y remedio de necesitados, como así fue.

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