viernes, 24 de mayo de 2024

NOVENA A LA MATER ADMIRABILIS

 


NOVENA A LA MATER ADMIRABILIS

 

Con licencia eclesiástica

Imp. AA. AA. del Sagrado Corazón.

Barcelona, año de 1944.

 

PRIMER DÍA

¡Mater Admirabilis!

Admirable en la Oración

Modesta desconocida, la Virgen recorre los silenciosos atrios del Templo, sube las escaleras que conducen a las tribunas, y allí adora al Altísimo. Su alma tenía necesidad de Dios, hambre sed de verlo, de conversar con El. La oración era el deseo, la ocupación de su corazón; la contemplación y la adoración eran como la esencia de su vida. Cuando el corazón está ausente no hay oración posible; pongamos pues el nuestro en toda oración; que ésta nos acerque a Dios, que nos lo haga presente, que nosuna con El de un modo íntimo su Corazón y el nuestro no encuentre su amor ningún obstáculo.

 

-Madre admirable, que inspiráis el amor de Jesús. R/: Rogad por nosotros.

-Madre admirable, que reveláis a vuestros devotos los secretos del Sagrario.

-Madre admirable, que abrís el camino de la vida interior.

 

SEGUNDO DÍA

¡Mater Admirabilis!

Admirable en el Trabajo

Sale, tranquila e inadvertida, del mundo interior donde acaba de conversar con Dios. Contemplemos su actitud ante el deber y ante la generosidad. Recogida, va con diligencia donde el deber la llama. Cada instante de su vida es un momento de fidelidad generosa. El trabajo hecho en presencia de Dios engendra goces innerranables, abre inmensos horizontes. Trabajemos pues con ánimo, pensando en la vida eterna, último y magnífico salario de una tarea que dura poco y está aligerada por la gracia divina y por la compañía de Mater.

 

-Madre admirable, con cuyo recuerdo descansa el corazón. R/: Rogad por nosotros.

-Madre admirable, que a todos dirigís palabras de vida.

-Madre admirable, que dáis fortaleza para hacer los mayores sacrificios.

 

TERCER DÍA

¡Mater Admirabilis!

Admirable en la Obediencia

María ha sido siempre dócil a la divina Voluntad, dócil a las más secretas y delicadas inspiraciones de la gracia. El abismo de su total obediencia atrajo al Verbo divino, fuente de vida eterna, hecho Hijo suyo. _ La superioridad de la criatura está hallándose Dios en el obedecer; porque intima a la criatura, en las voluntades que cuando ésta las acata, se abre a las divinas efusiones. Entreguémonos a la acción de Dios por una total obediencia a fin de haga de nosotros, en nosotros y por nosotros su divino beneplácito.

 

-Madre admirable, que ganáis los corazones para llevarlos a Jesús. R/: Rogad por nosotros.

-Madre admirable, que reanimáis el valor abatido.

-Madre admirable, emblema de la verdadera grandeza.

 

CUARTO DÍA

¡Mater admirabilis!

Admirable en la Bondad

Nada extraordinario se revela en el exterior de la Virgen y sin embargo, sus compañeras sienten el atractivo de su corazón: es tan buena con ellas! Con perfecto agrado préstase a sus deseos, las anima con benevolencia; su conversación está en los cielos, por eso sus relaciones infunden un bienestar celestial. La bondad es una luz reflejada de Dios que lleva a las almas a lo invisible por medio de lo visible; esta luz se hace a su vez luminosa y ejerce a su alrededor un apostolado suave pero irresistible.

 

-Madre admirable, todo lo allanais. R/: Rogad por nosotros.

-Madre admirable, que rompéis las cadenas de los pecadores más obstinados.

-Madre admirable, remedio todas las heridas.

 

QUINTO DÍA

¡Mater admirabilis!

Admirable en la Fidelidad

Sigamos a la Virgen cuando atraviesa sin ruido los pórticos del Templo, fiel hasta los menores detalles del Reglamento. Donde éste la llama allí está llevando consigo la santa alegría, la amable serenidad de las almas fieles. Nada superfluo tienen sus acciones ni sus movimientos; sino plenitud de la medida justa, exactitud llena de unción. La fidelidad encamina las almas a su fin, en fuerza de la adhesión amante y firme al divino principio de acción. Aprendamos el secreto maravilloso que trueca las acciones por insignificantes y ocultas que parezcan en tesoro de méritos.

 

-Madre admirable, a quien jamás se invoca sin adelantar en la virtud. R/: Rogad por nosotros.

-Madre admirable, cuya mirada transporta a un mundo mejor.

-Madre admirable, a quien nunca se invoca en vano.

 

SEXTO DÍA

¡Mater Admirabilis!

Admirable en el Silencio

El orden, la armonía, la el silencio formaban como el temperamento espiritual de la Virgen. Sabía que el trato con las criaturas aparta con facilidad al alma de la unión divina, mientras que el silencio y la soledad la preparan a unirse más a Dios. Su presencia en el Templo fué causa de su mayor silencio por la inefable unción que esparcía a su alrededor. Procuremos descubrir este secreto tratando de conservar la tendencia interior al silencio, recibiendo lo creado con orden y concierto buscando en ello, como la Virgen, lo puro, lo divino. Las almas elevadas han tenido siempre profundo amor al silencio y a la soledad, donde encontraban a Dios con plenitud y sin obstáculo.

 

-Madre admirable, que infundís desprecio a los honores del mundo. R/: Rogad por nosotros.

-Madre admirable, consoladora por excelencia.

-Madre admirable, que hacéis gustar anticipadamente las delicias del cielo.

 

SÉPTIMO DÍA

¡Mater Admirabilis!

Admirable en la Pureza

María era pura en todo lo que hacía, en todo lo que decía, en todo lo que amaba. La azucena parece buscar su protección y ella a su vez levanta algo su vista para contemplarla aspirando perfume virginal. La Virgen pasa impunemente por entre las criaturas; las ama inmensamente, pero libremente, divinamente. Al amarlas las purifica y las eleva, siendo ellas la Puerta del Cielo, pero permaneciendo Jardín cerrado y Fuente sellada. En el mundo en el que la Virgen del Lirio introduce a sus íntimos no debe haber más atractivo que Dios, ni más temor que el de ofenderle. Ella nos inspira sus mismos gustos, sus inclinaciones, sus deseos. Es preciso ante todo defender nuestra azucena, nuestra pureza, por la enérgica vigilancia sobre nuestro corazón y nuestros sentidos. ¡Qué guardados viviremos si conservamos el recuerdo de la azucena de Mater!

 

-Madre admirable, Azucena de los Valles y Flor de los Campos. R/: Rogad por nosotros.

-Madre admirable que esparcís a vuestro alrededor un perfume de inocencia.

-Madre admirable, más pura que la azucena cuya blancura superáis.

 

OCTAVO DÍA

¡Mater Admirabilis!

Admirable en la Paz

Las hijas de Sión, compañeras de la Virgen, la veían pasar y obrar sin ruido, sin preocupación, casi sin hablar; mas al seguir sus huellas, al acercarse a su persona penetrábalas el sentimiento de la Presencia de Dios, llenándolas de Paz. Su compañía las encantaba, pero aun influía en ellas más profundamente su ausencia, ésta les advertía de cuán celosas precauciones ha de rodearse el alma que quiere conservar la paz y la unión con Dios, por la serenidad del alma que aspira a lo celestial.

 

-Madre admirable, tesoro de calma y de serenidad. R/: Rogad por nosotros.

-Madre admirable, que dáis de dulce gozo los corazones.

-Madre admirable, a cuyos pies quisiéramos hallarnos siempre.

 

NOVENO DIA

¡Mater Admirabilis!

Admirable en el Amor

La Virgen quería más que agradar Dios; descansaba en El viviendo separada de todo lo que no fuera Dios, su luz y su amor. El Señor había sellado su corazón, consumiéndose su alma en ardientes deseos de ver a Dios. Junto a Mater, el alma siente una indecible necesidad de tender a Dios buscándolo por la Fe, la Esperanza y la Caridad y anhelando la presencia de Jesús; por eso el amor a la Virgen está tan íntimamente ligado al amor de la Eucaristía. Pidámosle nos alcance un amor ardiente y generoso a Jesús Sacramentado, don preciosísimo que concede, a sus hijos predilectos.

 

-Madre admirable, a cuya vista se eleva el alma y se transporta sobre las cosas terrenas. R/: Rogad por nosotros.

-Madre admirable, verdadero modelo de los alumnos del Sagrado Corazón.

-Madre admirable, Reina muy amada del Sagrado Corazón.

 

OREMUS

O Domina mea! O Mater mea! Tibi me totum offero, atque ut me tibi probem devotum, consecro tibi hodie oculos meos, aures meas, os meum, cor meum, plane me totum. Quoniam itaque tuus sum, o bona Mater, servame, defendeme, ut rem ac possessionem tuam.- Amén.

 

Bendita sea tu pureza...

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