VISITA DOMICILIARIA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
PRECES PARA RECIBIR A LA VIRGEN DEL CARMEN
Por la señal, etc.
Acto de contrición....
ORACIÓN
¡Oh mi Virgen del Carmen, siempre amable, siempre misericordiosa y compasiva con tus hijos, que visten con amor tu santo Escapulario! ¿De dónde a nosotros tanta dicha, que venga a visitarnos la Madre de nuestro Dios y Señor? En tu presencia, oh Señora amabilísima, nos declaramos incapaces de poderte manifestar la alegria y el gozo que inunda nuestras almas al verte en nuestra casa, que desde ahora es tuya, y tuyos nuestros corazones y tuyo cuanto somos y tenemos. Tu eres nuestra Reina hermosa, y nosotros tus súbditos: Tú la Señora divina y omnipotente, y nosotros tus humildes esclavos: por eso te consagramos gustosamente nuestro corazón y toda nuestra vida. Reina Señora adorada, en esta casa y derrama en nuestras almas el fecundo rocío de tus gracias. Te ofrecemos los más puros afectos de nuestro corazón, y tú en cambio, Madre querida, haz que se cumplan en todos nosotros las admirables promesas de tu Santo Escapulario en la vida, y sobre todo en la angustiosa hora de nuestra muerte. Amén.
Récese ahora el «Bendita sea tu pureza», con tres Avemarias a la Virgen.
(A la hora más conveniente se procurará rezar en familia, ante la imagen de la Virgen, el santo Rosario y los siete Padrenuestros del Escapulario del Carmen)
PRECES PARA DESPEDIR A LA VIRGEN
Por la señal, etc.
Acto de contrición...
ORACIÓN
¡Oh Madre y decoro del Carmelo! ¡Oh esperanza de todos los Carmelitas! Ya se acerca el momento de tu partida. Que te volvamos pronto a ver, oh Madre siempre dulcísima y misericordiosa. Gracias, Señora y Reina nuestra, por los favores y gracias que, durante tu estancia con nosotros, nos has dispensado. No apartes un punto tu dulce mirada de nosotros, que nos perderemos para siempre. Estrechadnos fuertemente a tu corazón de madre con la riquísima brea de tu Escapulario Carmelitano. Y ahora, Madre Santisima, toma en las tuyas la manecita del Niño Jesús, que tienes en tus brazos, y con ella... Bendice especialmente a los niños de esta casa para que se conserven inocentes y puros, y caminen siempre por el sendero del bien. Y bendicenos a todos, a fin de que seamos verdaderos cristianos y fervorosos devotos tuyos y de tu singular y milagroso Escapulario del Carmen, que tantos privilegios y grandes promesas contiene, mientras que cada uno de los aquí presentes te decimos con toda el alma:
Quisiera, Virgen del Carmen.
Madre mía muy amada,
Tener el alma abrasada
En vuestro amor noche y día.
Oh, dulce Señora mía.
Quién tuviera tal fervor,
Que aventajara enamor
A los Serafines todos.
Amándoos por cuantos modos
Inventó el más fino amor.
Reina y hermosura del Carmelo.
Ruega por nosotros
Ave Maria Purísima.
Sin pecado concebida.
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