domingo, 22 de diciembre de 2024

VISITA DOMICILIARIA DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

 


VISITA MENSUAL DOMICILIARIA DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA


Con Licencia Eclesiástica 


CONSIDERACIÓN 

Un modo práctico de fomentar la devoción a la milagrosa Virgen de Fátima es su Visita Domiciliaria. Se lleva a cabo por coros de treinta familias que se comprometen a recibir en su domicilio, un día al mes, la Capilla de Nuestra Señora. Los fines que persigue esta obra mariana son: reanimar la fe, avivar la piedad y el espíritu de apostolado; estrechar los lazos de unión en la familia y reparar, por medio de oraciones y sacrificios, en particular y en común, las ofensas hechas contra el Inmaculado Corazón de María.


MODO

Recibida la imagen en casa, se encenderá una lámpara ante ella, rezarán el Santo Rosario, tan recomendado de la Santisima Virgen, depositarán alguna limosna en su cepillo y confesará y comulgará en ese día alguno de los miembros de la familia. Postrados delante de la sagrada imagen, rezarán también estas preces:


ORACIÓN PARA RECIBIR LA IMAGEN

¡Oh, María, Madre de Dios y de los hombres! Bienvenida seáis a esta nuestra casa, que también quiere ser vuestra y que os recibe con singular gozo y devoción. Cuando os aparecisteis a los tres afortunados niños en las montañas de Fátima, inundasteis sus inocentes almas de gracias sobrenaturales, que los animaron a soportar con admirable fortaleza las cruces y tribulaciones de la vida. Infundid igualmente en nosotros un amor grande a vuestro Inmaculado Corazón y un deseo vivísimo de practicar las virtudes cristianas. Proscribid de nuestro hogar los males y desgracias, pero haced que nos resignemos con la divina voluntad en los mismos dolores con que le pluguiere visitarnos. Concedednos, en fin, a todos, a los presentes y a los ausentes, así como a los socios de esta Visita Domiciliaria, vivir en perfecta armonía y caridad con el prójimo logrando de esta suerte cada uno de nosotros, con una santa vida, el consuelo de recibir vuestra ayuda y asistencia en la hora de la muerte. Amén.


-Luego se reza el Santo Rosario, al finalizar las letanías, se reza lo siguiente:


ACTO DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA 

¡Oh, María, Virgen poderosa y Madre de Misericordia, Reina del Cielo y Refugio de los pecadores! Nos consagramos a vuestro Inmaculado Corazón. Os consagramos nuestro ser y toda nuestra vida, todo lo que tenemos, lo que amamos, lo que somos. Vuestros sean nuestros cuerpos, nuestros corazones, nuestras almas, nuestros hogares, nuestra familia, nuestra Patria. Queremos que todo lo que hay en nosotros y en derredor nuestro os pertenezca y participe de vuestras maternales bendiciones. Y para que esta consagración sea verdaderamente eficaz y duradera, renovamos hoy a vuestros pies, joh, María!, las promesas del bautismo y de la primera Comunión. Nos obligamos a profesar siempre con valor las la fe, a vivir como verdaderos católicos, enteramente sumisos a todas las disposiciones del Papa y de los Obispos Unidos a él, Nos obligamos a observar los mandamientos de Dios y de la lglesia y señaladamente la santificación de las fiestas. Nos obligamos a Introducir en nuestra vida, en cuanto nos sea posible, las práctlcas consoladoras de la Religión cristiana, y sobre todo, la santa Comunión. Os prometemos, finalmente, ¡oh, gloriosa Madre de Dios y tierna Madre de los hombres!, consagrar todo nuestro corazón al servicio de vuestro culto bendito, a fin de apresurar y asegurar, mediante el reinado de vuestro Inmaculado Corazón, el reinado del Corazón adorable de vuestro Hijo en nuestras almas y en la de todos los hombres, en nuestra querida Patria y en todo el mundo. Amén.


-Procurará la familia llenar el día con actos piadosos, de ser posible, y rezar el Rosario antes de anochecer o al finalizar el día.


-Al día siguiente, antes de despedir la Imagen, se dirá lo siguiente:


ORACIÓN PARA DESPEDIR LA IMAGEN

¡Virgen Santísima de Fátima! Al llegar el momento en que vuestra imagen bendita va a ausentarse de nuestro hogar, vednos aquí postrados delante de Vos para protestaros una vez más que queremos vivir y morir en el santo amor y temor de Dios, ajustándonos, en la educación de los hijos, a las normas de la moral y decencia cristianas. cumpliendo con generosa fidelidad nuestras particulares obligaciones, fomentando el amor recíproco hasta el sacrificio de los gustos y comodidades propias, las prácticas religiosas en común, en especial el rezo del Santo Rosario. y la observancia de las leyes de Dios y de la iglesia, interceded por los pecadores, por los moribundos, por las benditas almas del Purgatorlo, por el Padre Santo, por los Obispos y por nuestros gobernantes. Descienda de vuestro Corazón Inmaculado la vida sobrenatural, única que puede hacernos gustar la paz en la tierra. Dignaos bendecir nuestros propósitos y deseos, nuestras alegrías y nuestros dolores, nuestros intereses espirituales y temporales. Haced, por fin, que esta casa, en el orar, en el padecer y en el obrar, sea una copia perfecta de la casa de Nazaret, y así podamos un dia, los miembros de esta familla, reunirnos todos en el Cielo para cantar perpetuamente vuestras alabanzas. Amén.

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