miércoles, 14 de marzo de 2018

NOVENA AL SEÑOR DE LA COLUMNA DE VALLEDUPAR



NOVENA AL SEÑOR DE LA COLUMNA DE VALLEDUPAR
VENERADO EN LA CIUDAD DE VALLEDUPAR, COLOMBIA

ORACIÓN
¡Oh Jesús mío Nazareno, lazo fuerte y protector mío, no me abandones en tan apurado trance! Protege y ampara esta alma abatida y desesperada.  No desoigas, Jesús mío, las súplicas de este corazón triste, afligido y lleno de amor hacia ti. Tú que eres el lazo fuerte y poderoso que todo lo puedes, Jesús mío, Jesús de mi alma, Jesús sacrificado, espejo de luz, ven a mi con tu corona de espinas, con tu costado abierto, con tu soga a la garganta y cintura.  Jesús mío, Jesús de mi alma, que tus ojos vean y tus oídos oigan lo que te pido. Amén.


DÍA PRIMERO

Detén ¡Oh Dios benigno!
tu azote poderoso
y calma bondadoso
tu justa indignación.

MEDITACIÓN
La hora de la Pasión ha llegado. Jesús se dirige con sus discípulos al Huerto de los Olivos, y allí, de rodillas, ora y ofrece a su eterno Padre sus dolores. La vista de las afrentas y muerte próxima es tan horrible, que le hace desfallecer hasta sudar sangre. Sólo le anima el pensamiento de que cumple la voluntad de su Padre y que de su muerte de cruz dependía nuestra salvación.
Haced, Jesús mío, que enjugue vuestro sudor, detestando mis pecados, causa de vuestra pasión y muerte.


GOZOS
Tus tormentos, oh Santo Ecce Horno,
Hoy meditan tus hijos con fe;
Ellos fueron quienes ante Pilatos
Amarguras te hicieron beber.

De este pueblo sé protector amante,
De tus hijos guía fiel y constante,

Y de cuantos vienen a visitarte
Las promesas de eterno galardón.
En las pruebas de este destierro
Descubridnos a nuestro Jesús.
Oh María, haced que lloremos
Los pecados que claváronle en cruz.

De este pueblo sé protector amante, etc.

Por tu Madre amante y llorosa
Alcanzadnos sus huellas seguir
Y por ella, tras de sus tormentos
Ir al cielo a gozarte sin fin.

Reina siempre en la Patria querida,
Reina siempre en el pueblo piadoso,
Reina siempre como padre amoroso
Y has que triunfen la fe y el amor.


ORACIÓN FINAL
¡Oh mi buen Jesús!, que fuiste golpeado, atado a una columna y flagelado. Tú que pasaste por el suplicio de tan gran Dolor, para el bien de Los hombres y el perdón de sus pecados. Tú que fuiste despojado de tus vestiduras y fuiste vestido con un manto de Púrpura. Por las muchas burlas que recibiste, Señor, dame la gracia necesaria para no volver a pecar, a fin de que pueda gozar contigo en el Cielo, a la hora de mi muerte.  Sé siempre mi Guía y mi Salvaguardia. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

  


DÍA SEGUNDO

Perdónanos y olvida
que te hemos ofendido
y que hemos afligido
tu amante corazón.

Acuérdate que siempre
que te hemos invocado,
benigna se ha mostrado
tu soberana faz.

MEDITACIÓN

Judas llega con sus soldados a prender a Jesús. Este sale a su encuentro, y al recibir el beso del traidor discípulo, los judíos caen sobre Jesús, como lobos sobre un manso cordero. Preso, pues, con gruesos cordeles, Jesús es llevado, entre insultos y golpes, como un facineroso, a presencia del Sumo Sacerdote. Concédeme, Jesús mío, que yo sea manso y humilde como Vos, sufriendo los desprecios de mis prójimos.


DÍA TERCERO

No nos niegues
ahora tu gracia y tus favores
suspende tus rigores
concédenos la paz.
Acuérdate que un tiempo,
¡Señor Omnipotente!
nuestra Plegaria ardiente
tu compasión movió.

MEDITACIÓN

¿Quién podrá declarar lo que Jesús padeció de parte de los judíos? Un vil criado del Pontífice le abofetea, y Caifás y los príncipes del pueblo le declaran reo de muerte. Los ministros del Sanedrín pasan la noche injuriándole y maltratándole ignominiosamente, algunos le escupen en el rostro y Herodes le desprecia por loco. Hasta Pedro, su fiel discípulo, se avergonzó de conocerle. Y ¿me quejaré yo de las penas que he merecido por mis pecados? Señor, quiero sufrir algo por vuestro amor.


DÍA CUARTO

Acuérdate que entonces
tu diestra poderosa
tendiste, y la espantosa
borrasca se calmó.
Mas luego te enojaron
tus míseras ovejas:
¿y sus dolientes quejas,
no quieres ya escuchar?

MEDITACIÓN
Los judíos piden a gritos la muerte de cruz para el Salvador. Pilatos, temiendo las amenazas del pueblo, cree que podrá aplacarle si mandan castigar a Jesús. Atado, pues, a una columna el divino Maestro es azotado tan bárbaramente por los sayones que su cuerpo es del todo desgarrado y cubierto de llagas y de sangre. Oh, divino Redentor, haced que yo ame la mortificación, que necesito para borrar mis pecados.


DÍA QUINTO

Y clama el sacerdote,
la virgen y el anciano,
¿más la irritada mano
no quieres levantar?
Tan enojado te hallas
contra la grey amada
que al verla esclavizada,
llorando su orfandad,


MEDITACIÓN

Como Jesús habla afirmado que era Rey, los soldados de Pilatos quisieron burlarse de su realeza. Para eso mandan sentar a Jesús; echan sobre sus desnudas espaldas un manto viejo de púrpura, clavan en su cabeza una corona de punzantes espinas, y en sus manos ponen una caña a modo de cetro. Unos de rodillas le encarnecen vilmente, otros le llenan de saliva, y, cogiéndole la caña, le golpean con ella la cabeza, hincándole más y más las espinas. Y yo, ante esta escena tristísima, ¿no aprenderé a tener paciencia, sufriendo por quien tanto sufrió por mi?



DÍA SEXTO

¿dejas que el lobo hambriento
empiece a devorarla,
pudiendo consolarla
y darle libertad?

¿Nada esperar podremos
Señor de tu indulgencia?
¿Tu amor y tu clemencia
se han agotado ya?

MEDITACIÓN
Pilatos, al ver la figura lastimosa que presentaba Jesús después de la coronación de espinas, creyó que los judíos se conmoverían con sólo verle. Lo sacó en público y dijo: Ecce Homo: Ved aquí al hombre; yo no encuentro en El causa de muerte. Pero los judíos, al ver a Jesús y oír las palabras del Presidente, contestaron a gritos: "Crucifícale, crucifícale". ¡Oh, Jesús mío, al oír los desprecios de los judíos y las blasfemias de muchos cristianos, protestaré en mi corazón diciendo “Viva Jesús!" "Bendito sea su santo Nombre!".



DÍA SÉPTIMO

¿Si tú nos abandonas,
en quién esperaremos
a quién acudiremos
y quién nos salvará?
¡Oh Padre! Si no bastan
los males que sufrimos
y el llanto que vertimos
para alcanzar perdón.


MEDITACIÓN
Dada por Pilatos sentencia de muerte contra Jesús, los judíos se apresuraron a ponerla en ejecución. Visten de nuevo a Jesús con su túnica, cargan sobre sus hombros una pesada cruz, y le obligan a caminar así por las calles de Jerusalén. La turba corre tras de Jesús, ansiosa de llenarle de insultos. Iba el Salvador tan fatigado, que varias veces cayó en tierra, y temiendo los soldados que desfalleciese en el camino, obligaron al Cirineo a que le ayudara hasta el Calvario. Hacer, Jesús mío, que Yo sea vuestro cirineo, llevando gustoso la cruz que me queráis enviar.


DÍA OCTAVO

Al menos, Dios eterno,
nuestra plegaria escucha
y haz que venza en la lucha
tu santa religión.
Protege a tu ministro
nuestro Pastor amado,
que hoy gime atribulado,
del santo altar al pie

MEDITACIÓN
Casi sin vida llegó Jesús al Calvario, y los crueles sayones al punto lo clavaron en la cruz con gruesos clavos. Entre gritos e insultos, lo levantaron después en alto, quedando Jesús en el más horrible suplicio. Al oír las injurias de sus enemigos, levantó el Salvador la voz y pidió para ellos el perdón y para nosotros la salvación. No fueron los judíos, oh paciente Jesús mío, los que os crucificaron, sino mis pecados. Por eso diré de continuo: Jesús mío, misericordia.



DÍA NOVENO

Y haz que nosotros antes
perdamos la existencia
que nuestra santa creencia,
nuestra divina fe.

Mas tus decretos, Señor,
en todo cumplido sean:
Es todo lo que desean
mi fe, esperanza y amor.


ORACIÓN

¡Oh Jesús amantísimo! ¡oh Divino Ecce Homo, hecho rey de burlas por la redención del hombre, llagado por nuestras ingratitudes! Vedme aquí humildemente postrado ante vuestro acatamiento; si la gravedad de mis pecados me confunde, el abismo de tu inagotable bondad me da confianza para arrojarme a vuestras plantas. Yo, hijo pródigo, me arrepiento y prometo enmendarme con vuestra gracia y fortaleza.

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