TRIDUO AL SAGRADO
CORAZÓN DE JESÚS
Para
alcanzar la gracia que. se pide, procúrese hacer este triduo, comulgando los
tres días o al menos el último. Puesto de rodillas delante de la Sagrada Imagen
del Sagrado Corazón de Jesús y después de persignarse, se dirá la siguiente:
ORACIÓN PREPARATORIA
Alma
mía, suave aliento de la Omnipotencia a quien adornara con las riquezas de la
memoria, la grandeza del entendimiento y la hermosura de la voluntad; despierta
y oye el eco dulcísimo del verdadero amor que interrumpe tu pesado sueño. Alma
mía, ¿estás triste? ¿tienes pesadumbre? ¿sientes dolores? Levanta los ojos y
mira a la misma alegría de los ángeles que llama a tu puerta para consolarte:
que te busca para darte contentos; y viene cuando estás más sola y sumergida en
la aflicción. Yo soy el Corazón de Jesús te dice: «Soy la misma bondad, la
sabiduría, la gracia, la salud y cuanto tú deseas: ámame y sin que tú me pidas,
te daré cuanto quieras; ámame y te daré una porción del reino que poseo
¿permanecerás como las nenas sin movimiento, sin voluntad, después de Oír tan
amoroso convite? ¿te resistirás al llamado de un buen padre? tienes vergüenza?
deséchala y corre a sus brazos, ¿estás cargado de pecados? llégate a sus pies,
arrójate a ellos, pídele perdón y te dará la gracia; en grandioso banquete te
nutrirá con los manjares de fortaleza. Sí alma mía, Jesús ansia por tí, Jesús
te llama, Jesús te busca: quéjate y serás rica; pide y recibirás…
ORACION A LA SANTISIMA VIRGEN
Madre
amorosísima del Sagrado Corazón de Jesús, yo soy indigno de levantar la voz
para hacer una petición a tan alta Majestad; y, sin embargo, tengo necesidad y
nadie me la puede socorrer más que Aquel que nació de tus purísimas entrañas.
¡Ay dulce consuelo mío! mi corazón está marchito por la pesadumbre, y mi frente
se inclina a) peso del dolor. Yo busco de Jesús los favores, pero soy pecador y
no puedo usar de la franqueza de los bienaventurados; pero tú, que eres refugio
de pecadores, oye mis plegarias y haz que se acerquen al Sagrado C. de Jesús,
para que, movido á compasión, perdone mis faltas y oiga que le pido por tu
amarga soledad, que remedie las congojas que en este triduo le expondré, en
memoria de las tres horas que sufrió en Cruz. Óyeme Señora, y pide por quien
lleno de confianza te dice: Ave María.
Se
reza una Ave María y gloria, y en seguida el siguiente:
ACTO DE CONTRICIÓN
Corazón
adorable de Jesús; el último de vuestros hijos y el primero de los pecadores se
encuentra delante de Vos con grande necesidad y temeroso de pedir el remedio de
ella. Mucho tiempo he sufrido mis martirios, y en silencio he pasado las horas
bebiendo por ello el llanto, de atreverme a pedir consuelo. Pero yo ya estoy
cansado, ya no puedo resistir más lo amargo de mi dolor; y aunque veo la
justicia con que padezco, al fin estoy de rodillas diciéndoos como el profeta:
"Delante de tí he pecado, y todo lo malo he hecho delante de tí... Atended
Dios mío, que entre gemidos se escapa de mi alma la voz del arrepentimiento, y
juzgadme según es vuestra infinita misericordia, Es verdad Señor, que más de
una vez he quebrantado mis propósitos: que entregado a los desvaríos y excesos
del mundo, me encerré en un círculo de vicios, siendo tipo de orgullo, foco de
vanidad, modelo de perversión: es cierto que olvidé tus preceptos y
menospreciando la virtud, desoí los repetidos gritos de mi conciencia; es
verdad Dios mío que provoqué vuestros enojos, y que entre mis maldades, pude
haber rodado alguna vez a los infiernos: y vos, ¡oh pacientísimo Jesús!
diciéndome a cada paso y en donde quiera. Aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón. Todo es cierto Señor; pero también es verdad que sois
grande, generoso y compasivo; hechos que acreditan mi existencia a pesar de mi
maldad: porque ¿qué os obliga a guardar una miserable vida? ¿qué os detiene
para no pulverizar una porción de tierra? ¿qué esperáis de la misma nada, o de
una criatura que produjo el pecado? ¡Ah, Dios mío! yo veo que me amáis, y que
por toda recompensa, con mis acciones os he dicho como Luzbel ¿quién como yo?
¡Infeliz de mí! hormiga despreciable vil y asqueroso gusano, ¿qué pretendí? ¡Ah
Señor! castigad, herid, quemad y cortad; destruidme y aniquilad a quien tanto
os ha ofendido, aunque yo quisiera la vida, para aplicar vuestros prodigios,
hacerme vuestro esclavo de gratitud. Por eso estoy aquí, como el ciego de
Jericó diciéndoos como él: Jesús hijo de David, tened misericordia de mí «Yo
soy, Longinos, el mismo que os hirió, pero ya tengo luz en mis ojos y he visto
que pequé: pequé como la Magdalena, y heme aquí regando mi llanto,
deshaciéndome en suspiros. Acordaos que sois la resurrección, la vida, y resucitadme
como a Lázaro; perdonadme como a la mujer adúltera, vivid en mi corazón como
vivisteis en el corazón de Santa Gertrudis, para vivir en vos con vos y por
vos; y si este ruego soy indigno de alcanzar, desde ahora me humillo alabando
vuestra santísima voluntad, é inclino la cabeza, suplicándoos al menos aceptéis
que desde hoy lleve el honroso título de indigno esclavo del Corazón de Jesús,
tomándoos por modelo, entregándome todo a vos en quien espero el remedio de
tantas necesidades que me afligen, y una muerte feliz y dichosa, para alabaros
eternamente en el cielo. Amén Jesús.
En seguida se reza el siguiente
DIA PRIMERO
Vuelto
a tus pies ¡oh Sagrado Corazón de Jesús! vengo a mostrarte el mío seco y
marchito por la amarga pena: vengo a quejarme ¡Jesús mío! y a pedirte el
remedio en mi aflicción como que eres mi amoroso Padre, mi refugio, mi consuelo
y mi esperanza. Mi tribulación es justa y no conforme a lo que merezco por mi
maldad; pero ya no puedo resistirla, aunque mi espíritu está conforme con tu santísima
voluntad. Templa, Señor, tus enojos y mira que, en medio de mi pequeñez,
reconozco tu grandeza; mira centro de bondad, que te pido con fé, y que puedes
darme el consuelo que te pido ¿me oyes Jesús mío? ¿me levantaré sin tus
favores? No, no mi amoroso Padre, socorre mi necesidad por aquella que
experimentó la Santísima Virgen al pie de la Cruz, por su dulcísimo nombre, por
tí mismo, y finalmente, por caridad. Amen.
Se
hace la petición, en seguida se reza lo siguiente:
Jesús
mío: muévaos á compasión mi dolorida queja. Padre nuestro y gloria.
Esperanza
y refugio mío; oíd mis lamentos y dadme lo que os pido. Padre nuestro y gloria.
Señor
vuestro siervo llora, y está a vuestros pies. Padre nuestro y gloria.
Único
amparo a quien me acojo, no cerréis las puertas de vuestro corazón en los
momentos que llama un pecador. Padre nuestro y gloria.
Socorro
Señor, socorro pide un infeliz, no se lo neguéis, Padre nuestro y gloria.
Se
concluye el día con las siguientes:
SÚPLICAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Oh
Corazón sagrado
Manantial
de protección,
En
tí Señor lie confiado
¡No
desprecies mi oración!
Mi
amarga tribulación,
Mírame
Señor postrado
En
la amarga decepción.
Estoy
de penas cercado
Tengo
duelo y confusión.
Mi
espíritu aprisionado
Ya
sé extingue de aflicción.
A
tí Jesús he buscado,
Como
paz del corazón.
Tus
manos me han prodigado
Tesoros
de salvación.
Muchas
veces te he llorado
Por
menos tribulación
A
tus pies arrodillado
Espero
hallar con pasión.
No,
no lo desprecies Señor
Por
tu nombre, o por piedad
Atiéndeme
por favor
Y
mira que un pecador
Te
pide esta caridad.
DIA SEGUNDO
¡Oh
Corazón Sagrado de mi buen Jesús! ¡Con cuánta confianza vengo a vuestros pies!
y con qué entusiasmo os grito ¡Señor! ¡Señor! llamo a vuestras puertas como el
infeliz peregrino. Soy oveja de vuestro rebaño, Señor, Señor ¡oídme por piedad!
abridme vuestro corazón que traigo la insignia de la cruz y el sello de vuestra
sangre. Señor, Señor, soy el hambriento que os pide el pan de consuelo, y una
gota de agua del piélago de vuestras misericordias, ¿me oís? llamo una vez, y
otra más, y no abrís aquel raudal de tesoros para tomar la porción que tomara
una hormiga, un gusanillo, o el más diminuto reptil. !No! no me dejéis perecer
en mi necesidad que en humilde recompensa os daré ¿qué os daré si nada tengo?
qué queréis que os dé cuando vengo a pediros? Nada tengo, nada soy, nada valgo;
pero si algo encontráis en mí, tensadlo, yo os lo ofrezco, así como esta
miserable vida que respiro; y los mayores sufrimientos, penas, congojas,
contentos y martirios que me tengáis preparados en este valle de lágrimas. Sí,
Dios mío; á vos pertenezco, y á vos toca prodigar el consuelo que os pido.
Quitadme este dolor que amarga mi existir, destruid con sola vuestra voluntad
esta pena que me aflige, y dadme la tranquilidad que busco. Si esta petición no
es conforme con vuestros altos designios, haced en mí lo que os plazca,
atormentadme más y más, hasta extinguir mis culpas, merecer el contento de
haberme purificado, en esta vida para merecer en la otra. Amen.
DIA TERCERO Y ULTIMO
Amorosísimo
Corazón de Jesús, aquí estoy de nuevo con mis quejas y lamentos, para instaros
otra vez Señor, y pediros socorro en mi necesidad. Yo bien sé que más os
agradan las querellas del pecador que las más ricas ofrendas: yo bien sé que
quedáis más bien complacido con los suspiros de la oración que con el canto de
las aves, los preludios, de la orquesta, los olores de la flor: yo por fin,
comprendo la ternura á que os mueve el alma más afligida y la criatura
agonizante en la aflicción; por eso vengo ¡oh Corazón de Jesús! á derramar mi
lloro a vuestros pies y a pediros a gritos el dulce consuelo que busco. Corazón
de Jesús, oídme por aquella amargura que experimentasteis en el huerto de
Getsemaní; por los tormentos que os afligieron tanto en la última cena; por
aquel trance fatal que se verificó en la calle de la Amargura encontrando a
vuestra Santísima Madre Basta de aflicción Dios mío, basta de duelo; y tened misericordia
de ésta humilde criatura, por vuestro dulce corazón: por el corazón de las
vírgenes que viven consagradas á vos; por el corazón de los niños que se
aduermen en la gracia; por el virgen corazón de Santa Gertrudis que tanto
amasteis; y finalmente, por el dulcísimo corazón de María Santísima. Sí Padre
mío amorosísimo compadeceos de mis ruegos, moveos al oír mis súplicas, ved mis
llantos de dolor, y haced que mi voz ya no sea de desconsuelo ni de quebranto,
sino que continuamente se deshaga mi lengua en fervorosas exclamaciones de
gratitud, y que viva siempre amándoos, reconociéndoos y suspirando por la feliz
morada del Corazón de Jesús. Amen.
Gracias Dios mio por haberme permitido encontrar tu Triduo.
ResponderEliminarGracias por tu Amor INFINITO que yo no merezco!!
Amigo, gracias... está súper completo.
ResponderEliminarEs correcta la parte de la oración preparatoria que dice: "permanecerás como las nenas sin movimiento..." ¿Qué se refiere con "nenas"?
ResponderEliminarFue un terrible error de dedo, gracias por avisarnos. Lo corregiremos
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