LETANÍAS A LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo
óyenos.
Cristo
escúchanos.
Dios
Padre celestial
Dios
Hijo, Redentor del mundo
Dios
Espíritu Santo
Santa
Trinidad, un solo Dios
Sangre
preciosa por mi amor vertida R: Purifica mi alma de toda malicia.
Sangre
redentora, vida de mi vida.
Sangre
derramada por las culpas mías.
Sangre
rubicunda, de estima infinita.
Sangre,
que llorando, mi Jesús vertía.
Sangre,
que en las lágrimas, hilo a hilo corrías.
Sangre
que te viste de hombres abatida.
Sangre
que brotó de agudas espinas.
Sangre
que arrastrada fuiste y escupida.
Sangre
que vertieron manos atrevidas.
Sangre
del costado en la cruel herida.
Sangre
dulce y suave, humana y divina.
Sangre
con que aplacas tu justísima ira.
Sangre
consagrada en hostia pacífica.
Sangre
sin doblez, sangre inocentísima.
Sangre
con que borras la escritura antigua.
Sangre
en cinco pórticos de mejor piscina.
Sangre
de mi amante, sangre amabilísima.
Sangre
que te ofreces por quien más te pisa
Sangre
que nutrió la dulce María.
Sangre
siempre pronta a curar heridas.
Sangre
en que se funda la esperanza mía.
Sangre
que recauda la oveja perdida.
Sangre
liberal, sangre agradecida.
Sangre
encendedora de las almas tibias.
Sangre
que haces fuerte al que en ti medita.
Sangre
santa, pura, amable y bendita.
Sangre
que estremece a la sierpe maldita.
Sangre
de mi alma, sangre de mi vida.
Sangre
tú me salvas, tú me lavas y me limpias.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo
Perdónanos
Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo
Escúchanos
Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo
Ten
piedad de nosotros.
Cristo
óyenos.
Cristo
escúchanos
OREMOS:
Omnipotente y sempiterno Dios, que con la sangre de tu Hijo quisiste ser
aplacado, y que nosotros fuésemos redimidos: rogámoste que nos concedas de tal
suerte hacer memoria del precio de nuestra salvación, que podamos en esta vida
conseguir el perdón, y en la eternidad el premio de la gloria: por el mismo Jesucristo
Señor Nuestro, tu Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén
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