DEVOCIÓN DE LAS SIETE PALABRAS

MODO PRACTICO DE CONTEMPLAR LAS SIETE PALABRAS QUE HABLÓ CRISTO SEÑOR NUESTRO EN LA CRUZ, DISTRIBUIDAS PARA LOS DÍAS DE LA SEMANA

Puesto de rodillas delante de una devota imagen de Cristo crucificado y empezando con la señal de la santa cruz se pondrá en la presencia de Dios, y luego dirá el siguiente acto de contrición, que servirá para los siete días.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Misericordia, Dios mío; me pesa del íntimo de mi corazón de haberos ofendido, por ser Vos quien sois bondad infinita; pésame mi Dios de haber pecado, y propongo firmemente, con vuestra gracia, de nunca más pecar, de nunca más ofenderos.

 

Al calvario almas llegad.

Que nuestro dulce Jesús,

Desde el ara de la cruz

Hoy a todos quiere hablar.

 

DOMINGO

PRIMERA PALABRA

PADRE PERDONAD A MIS CRUCIFICARES

 

MEDITACIÓN

Pues que fui vuestro enemigo,

Mi Jesús, como confieso,

Rogad por mí, que con eso

Seguro el perdón consigo.

Cuando loco te ofendí,

No supe lo que me hacía,

Buen Jesús del alma mía,

Rogad al Padre por mí.

 

PRÁCTICA: Por el amor de Jesús crucificado, perdona a quien te hace mal: ruega por quien te disgusta y te contradice perdona como deseas ser perdonado de Dios. No te escuses con decir, que tu ofensor no merece tu perdón; porque mucho menos lo mereces tú de Dios. Dios te perdona tus grandes pecados por su sola misericordia; y tú debes perdonar a tu prójimo las injurias y agravios que te ha hecho; porque así lo quiere y manda Jesucristo: lo has de hacer por amor de tu Dios. Sino perdonas no serás perdonado.

 

CONCLUSIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Da gracias a la Santísima Trinidad de las luces que te ha comunicado. Ofrécele los buenos propósitos que has concebido, uniéndolos con los méritos de Jesucristo. Ruega a Dios, que te dé las virtudes y su divino amor, y que te asista en las tentaciones. Encomiéndate a María Santísima y a los santos. Ruega por la santa iglesia, por los pecadores, y por las benditas almas del purgatorio.

Se rezarán tres credos en memoria de las tres horas que Cristo nuestro bien estuvo pendiente en la cruz.

 

LUNES 

SEGUNDA PALABRA

HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO

 

MEDITACIÓN

Reverente el buen ladrón

Imploró vuestras piedades:

Yo también de mis maldades

Os pido Señor, perdón.

Si al ladrón arrepentido

Dais lugar allá en el cielo,

Ya yo también sin recelo

La gloria, mi dueño, os pido.

 

PRÁCTICA: La cruz es necesaria debes padecer como hombre, como cristiano, como pecador y como predestinado: esta es la noble señal de los escogidos, padecer. Abraza por amor de Cristo crucificado tu cruz: cualquiera que sea, te la envía Dios; súfrela con paciencia, con alegría y con amor. Ruega a Jesús, que te haga padecer con mérito, y te guarde de todo pecado. Advierte, que, por tus impaciencias y desórdenes, no te suceda como a aquel otro infeliz ladrón, que quiso morir desesperado.

 

 

MARTES

TERCERA PALABRA

HE AQUÍ A TU HIJO.... HE AQUÍ A TU MADRE

 

MEDITACIÓN

Jesús en su testamento

A la Virgen hoy nos da:

¡O María! ¡Quién podrá

Explicar tu sentimiento!

Hijo vuestro quiero ser,

Sed vos mi madre, Señora,

Que os prometo desde ahora

Finamente obedecer.

 

PRÁCTICA: Para corresponder a este tan grande amor y beneficio de Jesús, ama a María con todo el corazón. Tu devoción á María Santísima sea sólida, sea constante, sea verdadera, que te obligue a dejar los vicios, y a practicar las santas virtudes. Dale mil gracias cada día a Jesús, por haberte dado a María por madre.

 

 

MIÉRCOLES 

CUARTA PALABRA

DIOS MÍO DIOS MÍO, PORQUÉ ME HABÉIS DESAMPARADO

 

MEDITACIÓN

Desamparado se ve,

De su padre e hijo amado:

¡Ha! maldito mi pecado,

Que de esto la causa fue.

Quien quisiera consolar

A Jesús en su dolor,

Diga de veras: Señor,

Me pesa; no más pecar.

 

PRÁCTICA: En tus desolaciones y trabajos acuérdate de estos desamparos de Jesús, y exclama: Pasio Domini nostri Jesu Christi conforta me. Cada día a las tres de la tarde acuérdate de esta agonía, y abandono de Jesús. Nunca digas: Dios me ha abandonado; sino di: Dios me castiga: Ita Pater; quoniam sic fuit píacitum ante te.

 

 

JUEVES

QUINTA PALABRA

SED TENGO

 

MEDITACIÓN

Sed, dice Cristo, que tiene;

Mas si quieres mitigar

La sed, que le llega a ahogar,

Darle lágrimas conviene.

La hiel que brinda un ministro

Sí le gusta no la bebe:

¿Cómo quieres tú, que pruebe

La hiel de tu culpa Cristo?

 

PRÁCTICA: Para honrar a esta amarga sed de Jesús, mortifícate en el comer y beber, particularmente en los viernes y fuera de tiempo. Refrena tu lengua, que es un seminario de males. Nunca hables del mundo, ni de cosas vanas y ociosas. Habla poco, habla bajo; y tus discursos sean de virtud, de devoción, de edificación, y de provecho. Ruega al Eterno Padre que te conceda con plenitud por amor de Jesucristo, la importantísima gracia de reglar bien tu lengua; y la santifique.

 

 

 

VIERNES 

SEXTA PALABRA

QUEDA CUMPLIDA LA HUMANA REDENCIÓN

 

MEDITACIÓN

Con voz quebrada tu Dios

Habla ya muy desmayado,

Y dice, que del pecado

La redención consumó.

Ya Jesús se ve expirar

Ya Jesús se ve morir:

¿Quién pues no llega a rendir

La vida con el pesar?

 

PRÁCTICA: Por amor de este con sumo de Jesús resuélvete a combatir particularmente aquellas inclinaciones que más te trastornan, y aquellos defectos en que más frecuentemente caes. Por honor de Jesús, que consumó y perfeccionó la obra de tu redención, tira adelante, sin empezar en el curso de tu perfección y de tus santas empresas. Este concurso de Jesús te conforta y te alimenta a consumirte todo por amor de Jesús. Dichosa tú, o alma, si puedes algún día decir con el apóstol: Bónum certamen, certaci, cursum consummacil

 

 

SÁBADO

SÉPTIMA PALABRA

PADRE EN VUESTRAS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU

 

MEDITACIÓN

A su Eterno Padre ya

Su Espíritu le encomienda:

Si tu vida no se enmienda,

¿En qué manos parará?

En las tuyas desde ahora,

Mi alma entrego, Jesús mío;

No me mires con desvío

En aquella fatal hora.

 

PRÁCTICA: Ningún negocio nos debe importar tanto, como aquel punto tremendo, aquel extremo momento, de que depende nuestra eternidad. Para asegurar este grande pasar que una vez errado no tiene jamás remedio: seas verdadero devoto de la pasión; y de la agonía de Jesús. Ruega cada día a la Santísima Trinidad, que por los méritos de Jesucristo se digne concederte la perseverancia final. Ruega también lo mismo a María Santísima, abogada y madre de pobres moribundos.