SÚPLICA
A NUESTRA SEÑORA DE GRACIA DE SAN GIOVANNI ROTONDO
Compuesta
por el Padre Pío
I.
Oh
Celestial Tesorera de todas las gracias, Madre de Dios y Madre mía María, ya
que eres la Hija Primogénita del Padre Eterno y tienes Su omnipotencia en tu
mano, muévete a compadecerse de mi alma y concédeme la gracia con la que con
fervor Te apuesto.
Ave
María
II.
Oh
Misericordiosa dispensadora de las gracias divinas, Santísima María, Tú que eres
la Madre del Verbo Eterno Encarnado, que te coronó con Su inmensa sabiduría,
considera la grandeza de mi dolor y concédeme la gracia que tanto necesito.
III.
Oh
Amantísima Dispensadora de las gracias divinas, Esposa Inmaculada del Eterno
Espíritu Santo, María Santísima, Tú que has recibido de él un corazón que se
conmueve por las desgracias humanas y no puede resistir sin consolar a los que
sufren, muévete en piedad por el alma mía y concédeme la gracia que espero con
plena confianza en Tu inmensa bondad.
Sí, sí, oh Madre mía, Tesorera de todas las gracias, Refugio de los pobres pecadores, Consoladora de los afligidos, Esperanza de los desesperados y Poderosa Auxilio de los cristianos, en Ti pongo toda mi confianza y estoy seguro de que obtendrás de Jesús la gracia que tanto deseo, si es por el bien de mi alma. Amén.
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