DEVOTO EJERCICIO PARA EL DIA 15 DE CADA MES A SANTA TERESA DE JESUS.
CORONA DE FELICITACIONES A SANTA TERESA DE JESÚS
Arrodillado ante la imagen de
Nuestra Santa Madre y persignado devotamente, se dirá el Acto de contrición y
después la siguiente:
ORACIÓN PREPARATORIA
¡Dulcísimo Jesús mío! Dignaos aceptar benignamente esta Corona de
felicitaciones que dirijo a vuestra candidísima esposa Teresa con el propósito
de agradaros, puesto que Vos deseáis que sea mu y amada y muy venerada por
todos los corazones, según así lo habéis revelado; y, en retorno de este humilde
obsequio, concededme, Jesús misericordioso, la gracia de serviros fielmente acá
en este destierro, para que luego pueda merecer la dicha de gozar de Vos
eternamente en los cielos. Amén.
FELICITACIÓN PRIMERA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh dulcísima Santa Teresa de Jesús!
porque, en premio de la tiernísima devoción que siempre profesasteis a la
Sagrada Pasión de Cristo Nuestro Señor, merecisteis que el divino Redentor se
os apareciera en los dolorosos pasos de la Columna y de la Cruz a cuestas.
Por tan insigne favor os suplico, Santa amadísima mía, me alcancéis del
Altísimo una muy ferviente y tierna devoción a los sufrimientos de su Pasión y
Muerte, ya que ellos fueron el precio de nuestro rescate de la esclavitud de
Satán.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Patri.
FELICITACIÓN SEGUNDA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh venturosísima Santa Teresa de
Jesús! por aquella gran prueba de amor y predilección que, en pago de la
fidelidad con que correspondisteis a su divina gracia, quiso daros nuestro
adorabilísimo Redentor cuando, tomando en sus sacratísima s manos la cruz de madera
de vuestro rosario, os la cambió por otra de oro purísimo y cuatro piedras
preciosísimas.
Por tan insigne favor os suplico, Santa amadísima mía, me alcancéis del
Altísimo una gran fidelidad a su gracia, a fin de que todos los pensamientos,
palabras y obras se dirijan a servirle y agradarle.
Padrenuestro. Avemaría y Gloria
Patri.
FELICITACIÓN TERCERA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh humildísima Santa Teresa de
Jesús! por la muy ardiente fe que tuvisteis en todos los misterios de nuestra
sacrosanta religión, y especialmente en el de la Santísima y Augustísima
Trinidad, ante cuya contemplación os anonadabais profundamente, llegando a
merecer que las Tres Divinas Personas se os manifestaran con luz clara y
sobrenatural en el interior de vuestra alma.
Por tan insigne favor os suplico, Santa amadísima mía, me alcancéis del
Dios Uno y Trino una afectuosísima devoción hacia tan alto misterio, base
fundamental de la fe cristiana.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Patri.
FELICITACIÓN CUARTA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh purísima Santa Teresa de Jesús!
porque, con la frecuente y amorosa contemplación de la sagrada y gloriosa
Humanidad de Cristo Nuestro Señor, os hicisteis acreedora a que el divino
Salvador se os apareciera en forma de tierno Infante, declarando llamarse
«Jesús de Teresa» cuando, al preguntaros vuestro nombre, vos dijisteis llamaros
«Teresa de Jesús.»
Por tan insigne favor os suplico, Santa amadísima mía, que me alcancéis del
Altísimo una rendida y constante adoración a su Unigénito Hijo, quien, para
llevar a cabo la gran obra de la redención, tuvo a bien unir la naturaleza
humana a la suya divina, no desdeñándose en hacerse hermano nuestro según la
carne.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Patri.
FELICITACIÓN QUINTA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh fervorosísima Santa Teresa de
Jesús! porque, en recompensa de la mu y ferviente y constante adoración que
tributasteis al adorabilísimo sacramento de la Eucaristía, el divino Salvador
se dignó otorgaros la inefable dicha de que gustaseis y saboreaseis en la
Sagrada Comunión el néctar deliciosísimo de su preciosísima Sangre.
Por tan insigne favor os suplico, Santa amadísima mía, me alcancéis del
Altísimo una cordialísima devoción hacia tan Augusto Sacramento, a fin de que,
recibiéndole con frecuencia en la Santa Comunión Io más dignamente posible, me
haga acreedor a las gracias sin cuento que a manos llenas derrama Jesucristo
sobre los fieles adoradores de esta prueba de su amor.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Patri.
FELICITACIÓN SEXTA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh afortunadísima Santa Teresa de Jesús!
porque, debido al filial amor y obsequiosísima devoción que profesasteis a la
Sacratísima Virgen María, a quien desde los primeros año s de vuestra vida
elegisteis por Madre, llegasteis a merecer el que esta celestial Emperatriz os
recibiese como a verdadera y amantísima hija suya y que os cubriese con su
manto protector en señal de que os tomaba bajo su amparo maternal.
Por tan insigne favor os suplico, Santa amadísima mía, me alcancéis del
Altísimo que desde hoy en adelante me porte como un verdadero y amante hijo de
María Santísima, a fin de que, como Vos, pueda yo también tener la dicha de ser
amado, y amparado por la Purísima Madre de Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Patri.
FELICITACIÓN SÉPTIMA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh pacientísima Santa Teresa de
Jesús! porque
en premio de vuestros grandes trabajos, penalidades y
sufrimientos ocasionados por la gloriosa reforma que emprendisteis de la Orden
predilecta de la Madre de Dios, y de los afectuosos obsequios que en las
Fundaciones de la misma tributasteis a su castísimo Esposo San José,
merecisteis que se os aparecieran estas dos Santísimas Personas, y que os
vistieran una capa de blancura deslumbrante y un riquísimo collar de oro y piedras
de valor inestimable, como símbolo de la hermosura con que dejaban revestida
vuestra purísima alma.
Por tan insigne favor os suplico, Santa amadísima mía, me alcancéis del
Altísimo él que esté yo siempre dispuesto a sufrir con paciencia las
adversidades de la vida, para que mi alma por medio de los sufrimientos quede
purificada por completo de todos sus pecados.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Patri.
FELICITACIÓN OCTAVA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh amorosísima Santa Teresa de
Jesús! porque en recompensa del ardentísimo amor que profesasteis a Dios
Nuestro Señor, merecisteis que vuestro purísimo corazón fuese transverberado
con un dardo de oro y fuego que os abrasó por completo en amor divino, viviendo
desde entonces, por espacio de veinte años, una vida enteramente sobrenatural y
milagrosa.
Por tan insigne favor os suplico, Santa amadísima mía, me alcancéis del
Altísimo el que yo le ame siempre con todas mis fuerzas y sobre todas las cosas
hasta el último aliento de mi vida.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Patri.
FELICITACIÓN NOVENA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh afectuosísima Santa Teresa de
Jesús! porque, habiendo profesado un tierno amor y piadosa devoción al
bondadoso Patriarca San José y a los Príncipes de los Apóstoles San Pedro y San
Pablo, a quienes elegisteis por maestros y guías de vuestro espíritu, merecisteis
recibir su poderosa ayuda y eficaz auxilio en todas vuestras necesidades espirituales
y temporales.
Por tan insigne favor os suplico, Santa amadísima mía, me alcancéis del
Altísimo el que, a vuestra imitación, me ejercite constantemente en la
provechosa devoción a estos tres grandes protectores de la Iglesia, y que permanezca
siempre sumiso y obediente a las enseñanzas y preceptos de la misma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Patri.
FELICITACIÓN DÉCIMA
Yo os felicito de lo íntimo de mi alma ¡oh dichosísima Santa Teresa de Jesús!
porque, en premio de vuestras preclarísimas virtudes, y especialmente de
vuestra angelical pureza, no tan sólo merecisteis que el divino Salvador os
elevara al alto rango de Esposa suya, dándoos en calidad de arras un clavo de
su sacratísima mano, sino que además os distinguiera de modo admirable
haciéndoos la depositaría de su honra divina como a verdadera Esposa suya,
dignándose manifestaros que tan grande era el amor que os tenía que, a no haber
criado el mundo antes, por Vos sola lo hubiera criado.
Por tan insigne y singularísimo favor os suplico, Santa amadísima mía, me
alcancéis del Altísimo la hermosa virtud de la pureza que tan necesaria es para
la salvación, puesto que nada manchado entrará en el Reino de los cielos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri.
CONSAGRACIÓN A SANTA TERESA DE JESÚS
(De San Alfonso María de Ligorio)
¡Oh Seráfica Virgen, amada Esposa del Divino Verbo, Santa Teresa de Jesús!
Yo N., aunque muy indigno de ser siervo vuestro, animado, sin embargo, de
vuestra bondad y del deseo de serviros, os elijo hoy en la presencia de la Santísima
Trinidad, de mi Ángel Custodio y de toda la Corte Celestial por mi
particular Madre, Maestra y Abogada después de María Santísima, y propongo
firmemente querer, siempre serviros y hacer cuanto me sea posible para que
seáis servida y honrada por todos. Os suplico, pues, Seráfica Madre mía, por la
sangre de vuestro divino Esposo derramada por mí, que me recibáis en el número
de vuestros hijos y para perpetuo siervo vuestro
Favorecedme en mis angustias y alcanzadme gracia para imitar desde hoy en adelante vuestras virtudes caminando por el verdadero camino de la perfección cristiana. Asistidme de un modo particular en la oración, y alcanzadme del Señor este don tan glorioso, que en Vos fue tan grande, para que, amando y contemplando al Sumo Bien, no ofenda ni aun ligeramente, con mis pensamientos, palabras y obras, vuestros ojos ni los de mi Dios. Aceptad esta pequeña ofrenda en señal de mi filial servidumbre, asistiéndome en la vida, y particularmente en la hora de mi muerte. Amén.
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