viernes, 6 de octubre de 2023

MES DE OCTUBRE A LOS SANTOS ÁNGELES


DÍA SÉPTIMO

VARIEDAD O ESPECIES DISTINTAS DE ÁNGELES

MEDITACIÓN

PUNTO 1º. Considera, alma mía, que, así como el mundo corpóreo no presenta a nuestra encantada vista el desagradable espectáculo de la monotonía, en el que todos los seres que lo llenan fueran iguales sin sucesivos grados de perfección; así también el mundo de los espíritus no presenta a nuestra arrobada inteligencia el espectáculo de una multitud de seres iguales los unos a los otros, de manera que para conocerlos todos baste sólo conocer uno. En el vasto cuadro de la naturaleza, en cada orden de seres vemos una variedad inmensa que nos deleita y enajena: en las aves que pueblan la atmósfera sin dejar de ser aves ¡qué variedad de figuras, de colores, de plumajes, de cantos, de instintos! en los anima es que habitan Ja tierra ¡cual grande es a diversidad desde los viviente microscópicos hasta el elefante! ¿quién es capaz de enumerar todas las clases? En el mar, ¿no se encuentran en su seno, como lo aseguran los naturalistas, tantas especies y tan vanadas como los habitantes del aire y de la tierra? ¿Y sólo los Ángeles que son en número casi infinitamente mayores que los cuerpos del universo habían de ser todos iguales sin ofrecer ninguna variedad en sus naturalezas y perfecciones?

 

PUNTO 2º. Considera cuan admirable es esa escala ascendente de las especies de los Ángeles, pues que no habiendo dos completamente iguales, hay entre ellos tantos grados de perfección, cuantos son  en su prodigioso número, y como cada grado de perfección en el Ángel, según dice  Santo Tomás, constituye una especie, la variedad de Ángeles es portentosa; así  pues, la nobleza, excelencia y perfección de los Ángeles crecen y se aumentan á proporción que se elevan de los inferiores a los superiores pues siéndolas esencias o naturalezas de los seres como los números a quienes sí se agrega o quita la unidad, se cambia su especie o naturaleza, y los mayores contienen a los menores, como el 7 contiene al 2 al 3 al 4 etc.; los Ángeles por igual manera son más excelentes y más nobles a medida que contienen más grados de perfección en su ser hasta llegar al Príncipe de la milicia celestial, el cual contiene eminentemente en sí todas las innumerables perfecciones repartidas en los millones y millones de sus inferiores. En el hombre encontramos algo semejante que pueda darnos una pálida idea de esa nobleza y excelencia ascendente de los Ángeles superiores, porque el hombre contiene en sí de un modo eminente la esencia y perfecciones de sus inferiores, como de los elementos, las plantas, los animales y un grado superior, el de la propia racionalidad. ¡Qué bello espectáculo presentarán, pues, los Ángeles agrupados en torno del Altísimo, a las miradas de los bienaventurados que recorrerán con asombro la inmensa variedad de sus perfecciones y bellezas! ¡Oh! dilátense nuestros corazones de gozo al pensar que también nosotros los desterrados en este valle de lágrimas, brillaremos en el Cielo después de la resurrección con claridades distintas, como unas estrellas resplandecen con fulgores distintos de las otras: Sicut stella diferet a stella in clarítate, sic et in resurrectione mortuorum.

 

JACULATORIA

 Espíritus celestiales, que mostráis la sabiduría de Dios en la variedad de vuestras nobles naturalezas, alcanzadme de vuestro Criador, la gracia de Practicar todas las virtudes de que soy capaz.

 

PRACTICA

Imitad las buenas obras que veáis ejecutar en vuestros hermanos, y, sobre todo, imitad las virtudes ele los santos para que seáis más perfectos en adelante. Se rezan tres Padre nuestros y tres Ave Manas con Gloria Patri, y se ofrecen con la siguiente:

 

ORACION

Soberanos espíritus, felices habitantes del Paraíso, que con la desigualdad de vuestras nobles naturalezas, desde la últimas hasta la primera, estas haciendo brillar el orden maravilloso en que plugo el Criador sacaros de la nada para mayor esplendor de su gloria, haced que nosotros, sordos a los gritos de la soberbia, nos conformemos con los males y defectos de nuestra condición y estado, sin aspirar a igualarnos a los que en bienes puramente terrenales, nos sean superiores, sino que, únicamente envidiemos la santidad de los bienaventurados del cielo. Amén.

 

EJEMPLO

Estando San Bernardo una noche velando en oración vio á los Ángeles, que anotaban los nombres de los que entonces oraban, y que con sus plumas los escribían, pero advirtió una grande diferencia : que los de aquellos que oraban con atención y fervor grande, los escribían con letras de oro; los de los meno fervorosos con letras de plata, los de los que tenían buena voluntad de orar pero sin llegar al efecto, con tinta; los de los que oraban soñolientos o sin atención, con agua y finalmente de los que oraban estando en pecado mortal o voluntariamente distraídos, nada escribían. Mira tú, cómo escribirán los Ángeles tus ordinarias oraciones.

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