sábado, 10 de marzo de 2018

DEVOCIONES A SANTA EDUVIGIS




DEVOCIONES A LA BIENAVENTURADA SANTA EDUVIGIS

HUMILDE ROGATIVA Á LA GLORIOSA SANTA EDUVIGIS

ACTO DE CONTRICIÓN
Jesús Nazareno, Padre mío, crucificado por amarme; tú eres grande, poderoso, sabio y bueno; yo, pequeño, sin poder, sin sabiduría, frágil y propenso al mal; por eso llego humillado á tus pies para que, recordando solamente que soy tu hijo y que llego arrepentido y con propósito de confesar mis culpas, levantes la poderosa mano que atravesó el clavo de tu pasión y, haciendo saltar una gota de tu divina sangre, quede purificado; me confieso, con dolor de mi alma, pecador; pero ya ves mi arrepentimiento, y perdono de coruzón á mis enemigos y espero, confiado en tu misericordia, el perdón. Sí, perdón, dulcísimo Jesús mío; espiraste rogando por los pecadores; yo te lo pido con toda mi alma, por la sangre que sudaste en el Huerto, por el Sagrado Corazón de Marín, por las virtudes con que te sirvió en la vida Santa Eduvigis; mi fe es grande, mi esperanza infinita y mi caridad sin límites; confio en tu amor que te alabaré en la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

DÉCIMA

Todo el pobre que te llame
pronto será socorrido,
y no ha de verse afligido
el que de veras te amé.
Y quien lágrimas derrame
en tu bendita presencia,
obtendrá de tu clemencia
espléndida protección,
y siempre en tu corazón
hallará su providencia.


ROGATIVAS

Por la sangre de Jesús        R/: Ruega Santa Eduvigis por tus pobres
Por el amor de María,
Por las cárceles que abriste
Por las llagas que curaste
Por las carnes que cubriste
Por los pobres que salvaste
Por los trece que amparaste
lo piadosa que fuiste
Por los pleitos que arreglaste
Por la humildad que tuviste
Por la pobreza que amaste
Por los milagros que hiciste
Por la Gloria que alcanzaste
Aquí se hace la petición, y después la siguiente


ORACIÓN
Arca de misericordia, Eduvigis Purísima, a quien Dios ha hecho depositaria de su infinita caridad: ampárame en la necesidad que me aflige; si tú le ruegas al Señor por mí, al punto seré consolado; no me abandones en las necesidades de la vida, y presenta esta rogativa al Señor y ruega por mí. Amén.
Seis Padrenuestros.

Aquí se le pedirá con fervor a la Santa que ruegue al Señor por la paz del mundo.


Tú que amparas la pobreza      R/: Ruega a Jesús por mi
Pan bendito del hambriento
Arca de la caridad
Agua clara del sediento
En la presente aflicción
Porque estoy atribulado
Porque alcance tus favores
Porque imite tus virtudes
Porque escuches este ruego
Porque alcance lo que pido
Porque llore mis pecados
Por la pasión de Jesús
Por el dolor de María



Un Credo a la preciosa Sangre de Jesucristo y una Salve al Corazón de María.

ORACIÓN
Humilde y misericordiosa Eduvigis, estoy afligido y necesito tu amparo; mi corazón atribulado no puede llegar con su plegaría hasta Dios y la pone en tus manos para que se la presentes; pídele que no me deje sin socorro, por lo que tú le imitaste en la tierra, donde fuiste una constante providencia para los desgraciados; ruégale por mí, princesa de los pobres; pon tu mano en la pena que me atormenta N., y levanta tus ojos al. Señor, que seré socorrido; consuélame, Santa mía, y no permitas que el que de corazón ruegue á Santa Eduvigis deje de ser su favorecido; fortaléceme, que tú eres mi apoyo, y te entrego mi angustia confiado en que le volverás la tranquilidad á mi alma y no seré abandonado de la que fue en el mundo Duquesa de la misericordia; ruega por mí en nombre de Jesús y de María. Amén.

ANTÍFONA
El que ruegue delante de tu imagen será escuchado, porque el Señor desclavó su mano y te dijo: alcanzarás lo que pides.
Confesará y recibirá la Sagrada Comunión.



¡UNA LIMOSNA POR DIOS!
Santa Princesa, á las puertas del cielo toca hoy uno de tus pobres, que ya nadie lo escucha en el mundo; abra sus hojas la misericordia divina por tu milagrosa intercesión, pues mientras tú miras arrobada las doradas alas de los ángeles á las plantas del Señor; mientras escuchas los célicos cantos con que los Querubines saludan á la Reina del amor: mientras contemplas, al resplandor de una gloria inmarcesible y eterna, la presencia del Supremo Hacedor, ¡yo me muero de miseria!, ¡una espada envenenada atraviesa mi alma! (Aquí se pide lo que se desee). En las circunstancias terribles en que estoy colocado, sólo tu mano santa puede alcanzarme' socorros del cielo. ¡Alcánzamelos, santa abogada mía! ¡Socorro por la memoria do Jesús y sus doce apóstoles! ¡Socorro por las almas de tus hijos! ¡Socorro por la Inmaculada Concepción! ¡Socorro por la Sangre del Hijo de Dios! ¡Socorro al último gemido de un alma que ya no puede más!

Ruégale a la Providencia
escuche mi triste voz,
que te pide en la inclemencia
una limosna por Dios.

Este verso se repite tres veces, y después se reza un Credo á la Divina Providencia y un Padrenuestro y Ave María gloriados por el descanso de las almas del Purgatorio que hayan sido más devotas de Santa Eduvigis.

  


ROSARIO
para que los que tuvieren alguna aflicción se lo ofrezcan a Santa Eduvigis, suplicándole lo ponga en manos de la Inmaculada Concepción.

(LA SEÑAL DE LA CRUZ Y UN ACTO DE CONTRICIÓN)

ORACIÓN Á LA VIRGEN SANTÍSIMA.
Reina del cielo, Inmaculada Virgen, llave de oro que con tanta facilidad y poderío abres el sacrosanto corazón de tu Hijo para derramar en la tierra inmensos favores; tu corona es eterna porque tu cetro es la cruz; si la hermosura
de tu imagen divina brilló en la diestra de Eduvigis, hasta esconder tus gloriosos resplandores en su tumba, recibe este Rosario que en esa misma mano depositamos y que te ofrecemos en medio de nuestras aflicciones, confiados en
la dulcísima caridad que inunda tu alma purísima y en el amor que profesas á tu sierva Eduvigis.
Ahora se rezan las cinco casas del Rosario, y en cada GLORIA se repite esta estrofa:

Eduvigis milagrosa,
ruégale a la Inmaculada
que mi alma atribulada
hoy socorra poderosa.

Después de las cinco casas del Rosario se rezan las letanías, ofreciéndolo todo, con la siguiente oración, a Santa Eduvigis:

ORACIÓN
Blanco lirio de celeste resplandor, que a los pies del Nazareno brillabas perennemente y sólo se apartaban de él tus reflejos para iluminar ante sus ojos el pálido y afligido semblante de la pobreza: déjame poner este Rosario en la mano donde llevabas la Purísima e inseparable compañera de tu vida, la augusta y poderosa Reina del Paraíso, la Inmaculada Concepción; yo sé que, si eres tú la que presentas este Rosario, inmediatamente con su mirada el ángel de la misericordia descenderá a la tierra para favorecernos; tú no te negarás, Santa mía, a presentárselo, pues te lo suplicamos por la memoria de tus hijos y de la pobreza universal. Amen.
Esto se hace seis días.



REZO A SANTA EDUVIGIS QUE SE HARÁ TRECE DÍAS CONTINUOS
variando solamente el nombre del Apóstol.

Después de la señal de la cruz y acto de contrición, se hará todos los días al Sagrado Corazón de Jesús la siguiente

ORACION
Poderoso y divino Corazón de Jesús, eterna llama de amor infinito, urna sagrada de perenne misericordia, fuente bendita de dulcísimos raudales, donde lavan los pecadores las negrísimas manchas de las culpas: hoy ante tu santa imagen llegamos de rodillas a recordarte la inolvidable noche en que, a la cabeza de tus apóstoles, celebraste la sacrosanta Cena, donde instituiste el divino Sacramento, banquete de amor eterno en que te quedaste entre los hombres hasta la consumación de los siglos, prueba de inmenso amor que diste a los pecadores hasta el sacrificio de la Cruz; dichosos los que jamás olviden tan milagrosa noche, en que brindaste con tu cuerpo y tu sangre, comprendiendo en ellos a todos los hombres. Tomad, este es mi cuerpo; bebed, esta es Mi sangre, que será derramada por todos; siempre que hiciereis esto en memoria mía, estaré con vosotros.
¡Oh soberano recuerdo de despedida; dichosa el alma que pueda comprender la grandeza de dádiva tan preciosa! ¡Bendita sea tu sierva Eduvigis, que en la tierra no pudo olvidar este recuerdo! Rodeada siempre de DOCE pobres, comiendo diariamente con ellos, renovaba constantemente la memoria de tan adorable noche. A ella es hoy a la que invocamos para que, invitando a tus doce apóstoles, se presente con ellos ante el Trono de tu poder, de tu amor, de tu misericordia, y te pida para nosotros la gracia que deseamos. Es imposible, Padre mío, que
tú dejes de escuchar TRECE CORAZONES que te amaron y te conocieron en el mundo; hoy, que están gozando contigo en la gloria, derrama en sus manos, en uno de estos trece días, la gracia que te pedimos, si es tu santísima voluntad,
poniendo por intercesora a la Inmaculada Concepción. Amén.
Aquí se reza un Credo al Santísimo Sacramento y una Salve á la Purísima Concepción.


ORACIÓN A SANTA EDUVIGIS
Gloriosa Santa Eduvigis, amantísima madre de los pobres, cuadro vivo de Jesús y sus doce Apóstoles: convida hoy á estos doce compañeros del Señor para que te ayuden á rogarle al divino Maestro que nos saque de las penas en que las miserias del mundo nos han colocado. Jesús escuchará vuestro ruego, porque por esa noche le pedirán ellos y tú, y seremos favorecidos por su misericordia. Un Padrenuestro y un Ave María gloriados a Santa Eduvigis.


ORACIÓN Á LOS APÓSTOLES
QUE SE REPETIRÁ TODOS LOS DÍAS DESPUÉS DE LA PRIMERA QUE SE DEDICA A SANTA EDUVIGIS
Apóstoles del Señor,
rogad al Eterno Padre
que por Jesús y su Madre
nos conceda este favor.





MEMORIAL A LA PRINCESA SANTA EDUVIGIS
        
ORACION
Gloriosa princesa de Polonia, Santa Eduvigis, milagrosa duquesa de la caridad: un corazón angustiado por las contrariedades del mundo, humildemente llega, ante tu dulce imagen, suplicándote le alcances de la misericordia suprema la gracia de N... ¿Cómo es posible que me la niegues? Tú, que como se desliza una estrella por el firmamento, dejando su rastro luminoso, así pasaste por el mundo derramando bálsamo santo en las heridas del cuerpo, y consuelo divino en las del alma; fuente infinita de caridad que no se agotó hasta que no dejó de latir tu corazón, bien conoces este valle de miserias donde no se coge una flor que no tenga punzadora espina, porque así lo ha determinado el Señor, no solamente para que siempre tengamos motivos para dirigirnos á ti y pedirle, sino para hacernos comprender que esta no es nuestra patria y que aquí jamás se llenará la copa del deseo, pues eso está reservado para el cielo; sin embargo, nos es permitido rogar cuando nuestras fuerzas desfallecen bajo el peso de grandes necesidades; y si la fe enciende nuestro corazón cuando pedimos, y si la súplica la ponemos en manos tan seguras como las tuyas, estamos ciertos que seremos escuchados; una terrible angustia hiere mi alma, poniendo en equilibrio mi vida y mi razón; ¿y á quién mejor que á ti podré entregar esta súplica, hoy que en el trono de Dios recoges el premio de tus virtudes? Yo espero que el decreto favorable de este memorial descenderá á tu altar, ante el cual estaré de rodillas esperando mi sentencia; no me separaré de tu imagen hasta no ver cumplido mi deseo, si es de la voluntad del Señor y me conviene para la salvación de mi alma; asido de tu regio manto espero confiado que por la memoria de tus seis hijos, que moran contigo en la gloria, vuelvas la tranquilidad á mi afligido corazón, suplicándote escuches á todo el que, angustiado, te presente este memorial, siempre que tenga verdadero arrepentimiento de sus culpas, ciega fe en la Providencia y en tu poderosa intercesión. Tus ojos, inclinados al pobre que tienes á los pies, me revelan que en medio de la gloria que disfrutas no los separas de la tierra; así mi mano, suplicante y extendida ante tu imagen, te pide una limosna para la purificación de mi alma y otra para la necesidad que me conturba; yo te ruego, por la pureza de la Madre de Dios y por la sangre divina del Redentor, no me abandones; mi frente, doblada ante tus pies, espera me digas lo que el Señor te dijo A ti cuando tan fervorosamente rogabas: «He oído tu oración, alcanzarás lo que me pides». Aquí se rezaré un Padrenuestro y un Ave María gloriada.


ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA
Purísima Reina del amor, Madre amantísima de los pecadores, divino consuelo de todos los seres, imagen de todo lo bello, astro radiante que derramas tus resplandores iluminando los ángeles en el cielo y disipando en la tierra las tempestades, risueña esperanza del mundo, escucha á la santa Princesa que boj' te ruega por mí; vuelve tus dulces ojos á esta criatura desvalida y atribulada que te aclama, y desde el eterno paraíso, donde habitas, envíame socorro por la bendita mano de tu sierva Eduvigis y no me desampares, Madre de Dios poderosa.

Una Salve a la Santísima Virgen María.

 Este memorial se hará trece días consecutivos en memoria de los trece pobres que acompañaron en vida a Santa Eduvigis.





REZO A SANTA EDUVIGIS PARA EL DÍA 17 DE CADA MES

EMPEZAR Á CON LA SEÑAL DE LA CRUZ Y EL ACTO DE CONTRICIÓN DESPUÉS REZAR Á LA SIGUIENTE

ORACIÓN
EDUVIGIS piadosa, protectora de las almas afligidas: escucha hoy, día 17, aniversario de tu feliz tránsito al cielo, las oraciones que las almas devotas elevan delante de tu altar; dígnate presentarlas al trono de las eternas misericordias, que estamos seguros que, pasadas por tus manos, volverán derramando bálsamo de santo consuelo en nuestros afligidos corazones; haz con nosotros en este día memorable lo que el Señor hizo contigo cuando desclavó su diestra de la cruz para decirte: «Alcanzarás lo que pides». Imita estas consoladoras palabras diciéndonos: «Yo os alcanzaré de mi amado Jesús las gracias que me pedís y santificaré vuestras almas para que me hagan compañía en la Gloria». ¡Y cómo no esperarlo de ti, fuente de amor al prójimo, llama inextinguible de caridad! Separa tus blandos ojos un momento de la gloria con que han sido premiadas tus virtudes, para volverlos á nuestras miserias, ya que tu imagen se nos presenta extendiendo una moneda al pobre que tienes á los pies; extiende tu mano así á los que te hacemos este rezo; toca con ella las puertas de la misericordia suprema, que estamos ciertos que serán abiertas al escucharte y socorridas veremos nuestras necesidades.

Aquí se pide por lo que deseáremos alcanzar; después: se rezará la siguiente estrofa, rezando á la conclusión trece Padrenuestros en memoria de los trece pobres que en vida la acompañaron:

Socórrenos con presteza
que es muy grande la aflicción;
tú que amparas la pobreza
presenta á Dios mi Oración.

ORACIÓN
MARÍA, por tu purísima é inmaculada concepción, extiende tu manto estrellado sobre los devotos de tu amada sierva Eduvigis; mira que tu mano es la que te presenta nuestros afligidos memoriales; recuerda que esa mano fue la que, en su último extremo de amor á tu pureza, estrechó tu imagen divina de manera que no fue posible quitársela aun después de muerta, dando á entender con esto que ni en el sepulcro quería separarse de su dulce y purísima compañera: socórrenos por ella, Madre mía; tu amante corazón, que sin este recuerdo ansia amparar los pecadores, cómo nos ha de abandonar cuando intercede por nosotros la humilde y santa Princesa de Polonia. Enjuga todas las lágrimas, ampara todos los corazones afligidos, detén el carro sangriento de la güera destructora, y una aurora de paz y de ventura ilumine el universo, hoy que es el glorioso aniversario de tu querida sierva Eduvigis.
Tres Ave Marías; confesará y recibirá la Sagrada Comunión




CARTA
que desde la tierra al Cielo dirige a Sta. Eduvigis uno de sus devotos pidiéndole socorro.

Venerada y amadísima protectora mía: abra la caridad infinita de tu corazón esta carta que pongo en manos del Ángel que te sirvió de guarda en el mondo. Tú eres, Santa mía, la estrella luminosa que veo relucir, en medio de las tinieblas de mis necesidades. Recuerda el santo placer que sentía tu alma cuando los harapos de los pobres recorrían las pulidas alfombras que tapizaban los suntuosos salones de tu palacio, en Polonia, donde tu mano delicada y blanda enjugaba las ardientes lágrimas de los enfermos desvalidos. Recuerda también las veces que el sentimiento de la misericordia le hacía arrancar a tu regio traje las valiosas joyas que lo adornaban, para socorrer a los infelices que salían á tu encuentro. ¡Trece pobres era el séquito de honor que siempre te acompañaba, sobre los cuales derramaste con plácida alegría limosnas infinitas: tus únicas distracciones estaban en los hospitales, á la cabecera de los enfermos; tus favoritos paseos eran á las ruinosas y carcomidas chozas, donde la miseria mostraba todos sus horrores; allí se te encontraba risueña, acariciando y alimentando al hambriento niño, lavando las llagas al anciano enfermo y abriendo con dulces palabras la puertas de los cielos al triste agonizante que en tus brazos espiraba! Ya no estás en este miserable mundo, no, en tu palacio de Polonia; pero sí en el eterno paraíso del Señor: mira desde allí cómo corre por mi rostro el copioso llanto de la gran necesidad que oprime mi corazón. Ya no tengo fuerzas para pedirte, pues son muchas mis penas. Óyeme, Santa milagrosa: hoy es el día en que más necesito tu socorro. Estás en la gloria; la fuente de las gracias delante de tus ojos, abierta, y la Madre de Dios, derramándola á torrentes, te mira sonriendo. El Señor, que conoce tus virtudes, goza con tu presencia en su trono. ¿Cómo ha de volver mi carta en blanco? El celeste mensajero, el ángel glorioso de tu guarda, me traerá el favor que tan angustiada te pido; recuerda al contestarme la dulce alegría, que bañó tu espíritu cuando el Crucificado, desclavando su diestra, te dijo: «Alcanzarás lo que me pides». «Así dile tú, Santa Eduvigis, para mí, al ángel mensajero». Mientras, lleno de esperanza y con la frente en el polvo, besa tus pies de rodillas el más miserable de tus devotos. Amén.
Un Padrenuestro y un Ave María y gloriado al Ángel de la Guarda de Santa Eduvigis.



PIADOSA NOVENA A LA GLORIOSA SANTA EDUVIGIS. DUQUESA
Compuesto por el P. Antonio de Paredes. SJ
Aguascalientes, México. 1869

ACTO DE CONTRICCION
Clementísimo Dios, caridad infinita que amasteis tanto al mundo, como lo prueba la dádiva graciosa de vuestro unigénito Hijo que fué el precio de nuestra redención, y cuyos infinitos méritos son montes de piedad, destinados para que los pecadores arrepentidos, que acuden a vuestra misericordia, sean libres de las espirituales deudas por las que la justicia vuestra los ejecuta. Agradezco Sr. tanta fineza y juntamente os bendigo por la providencia que tuvisteis aun de nuestras temporales deudas, enviando al mundo a vuestra amada sierva Sarita Eduviges, que llena de caridad se constituyó protectora de los adeudados insolventes, satisfaciendo por ellos a los acreedores que los oprimían. Ruegoos, Señor Dios mío Padre de las misericordias que atendiendo a los méritos y suplicas, que continuará la Santa en el cielo, como nos perdonéis nuestras deudas, así mismo libertes de las que por necesidad han contraído con los hombres tantos pobres, y oprimiéndoles el corazón los tiene en perpetuas agonías. Por éstos miserables os pido, y como a Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es el consuelo de los atribulados, os quiero para que proveyéndoles de los medios quo necesitan, busquen ya consolados el bien de sus almas, y logren con vuestra gracia, gozaros eternamente en la gloria. Amen.

DIA PRIMERO
ORACION
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que prevenida de Dios con bendiciones de dulzura entras te en el mundo, y en medio de la grandeza, que te ofrecía el Palacio de las delicias que correspondían a tu estado, y de las lisonjas en que los cortesanos te aplaudían, supiste desde tus tiernos años cultivar en tu alma heróicas virtudes. Las que con la divina gracia practicaste en el estado de tu matrimonio, estudiando humildad, paciencia y oración; educando santamente á tus hijos, y unida en verdadera caridad con tu esposo, socorriendo con limosnas liberalmente a los necesitados v desvalidos: suplícote ¡Santa mía! que te dignes matricularme entre tus pobres, alcanzándome de Dios los socorros espirituales que necesito para el cumplimiento de nuestras obligaciones; el favor que por este medio solicito a mayor gloria suya. Amen.
Tres Padre nuestros, y tres Ave Marías con gloria Patri.


ORACION PARA TODOS LOS DIAS
Bienaventurada Santa Eduviges, Princesa piadosísima, conociendo que en vida fuiste Madre amorosa de afligidos, y menesterosos: y que en el cielo se ha perfeccionado tu piedad, a ésta acude mi confianza: y pues tu no ignoras mi desconsuelo, suplícote Santa admirable, me alcances el remedio que le con viene del Señor; de quien oíste, cuando contemplando en la Cruz, le hacías tus deprecaciones, estas dulces palabras he oído tu oración e idealizarás lo que me pides; Pídete pues Santa mía para bien de mi alma eficaces auxilios de tu gracia, y la gracia que por tu intercesión solicito. Aquí se hace la petición, y después se prosigue. Esto te pido gloriosa Santa, en cuanto hiere servicio del Señor, dispuesto a padecer trabajos en esta vida, los que quisiere enviarme; para los cuales solamente te ruego me alcances conformidad y resignación en su santísima voluntad, Encomiéndote así mismo el estado de su Santa Iglesia, la extirpación de las herejías, la conversión de la gentilidad, la penitencia de los pecadores, la paz dé los reinos católicos, la libertad de las animas del purgatorio; finalmente, el remedio de loe huérfanos, viudas, encarcelados, enfermos, adeudados y todo género de pobres, esperando por tu intercesión los bienes espirituales que debemos desear, y los temporales subsidios que hemos menester, para servir a nuestro Dios a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amen.


SEGUNDO DIA
ORACION
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que enamorada de la virtud de la castidad, y deseosa de hacer este obsequio a la Madre de la pureza María Santísima, Con consentimiento de tu espero te obligaste a ella con voto, que observaste por tiempo de casi treinta años; y viviendo en la tierra como ángel, tenías más continuada tu conversación en los cielos: donde lograbas las caricias del divino esposo, que sustituiste al terreno; y teniéndolo de tu mano te valías de su dignación para el alivio de los miserables. Pues eres tan favorecida, alcánzame de su Majestad, pureza de alma y cuerpo y con ella los subsidios que necesito así para conservarla, como para no quebrantar por mis trabajos sus santos mandamientos. Todo lo espero de tú compasión y por tu medio el favor que ahora solicito, a mayor gloria de Dios. Amen.


TERCER DIA
ORACION
Gloriosa Princesa Suata Eduviges que, habiendo fundado un monasterio de religiosas, como si fueras una de ellas te agregaste a su número para servir las, fervorizarlas, y asistirlas en sus enfermedades. Ni se contenía en el claustro tu caridad, más difundiéndose por la ciudad toda, se introdujo a los Hospitales, administrándoles por su mano las medicinas a los dolientes; abría las cárceles, dando libertad a los que por las deudas estaban presos: socorría a los mendigos, dándoles el necesario sustento. Pues tienes Santa mía presentes mis cuidados, envía me él socorro que rae conviene para su alivio, y pídele a Dios me otorgo el favor que ahora le suplico por tu medio, a mayor gloria suya Amén.


CUARTO DIA
ORACION
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que, realzando tu misericordia, con lo más duro de la caridad, hallaste modo de sustentar al divino esposo, y su santa Familia señalándote trece pobres que te representasen a tu amado Jesús y a sus doce Apóstoles a los cuales diariamente reparabas, sirviéndoles a la mesa, besándoles los pies y llevándolos siempre en tu compañía, a donde quiera que te llevaba tú piedad a esta imploro Santa benignísima; y ya que por mis maldades no merezca hacer número con estos tus dichosos familiares, hazme participante siguiera de las migajas que caen de tu esplendida mesa pues con éstas me basta para mi remedio suponiendo que con esta limosna vienen loa efectos de tu poderosa intercesión, por la que esporo el favor que de presen te pido a la divina Majestad a mayor gloria suya Amen.


QUINTO DIA
ORACION
Gloriosa Princesa Santa Eduviges, que habiendo quitado la muerte la dulce compañía de tu esposo, repitió golpe más doloroso quitándote después trágicamente al Hijo primogénito: a quien en la flor de su edad despojaron de la vida sus enemigos en la guerra. Admiro Heroína santa tu resignación en la divina voluntad, cuyas disposiciones adorabas, dando gracias al señor por los trabajos con que ejercitaba tu paciencia y cuidando de las almas de tan amadas prendas, les enviabas espirituales socorros a la cárcel del purgatorio para su rescate. Espero que ayudándome tus ruegos haré yo méritos de tus adversidades, y lograré la dicha de ir al purgatorio cuando muera donde también experimentaré tus piedades, que desde ahora para entonces solicito: y al presente favor que deseo, a mayor honra, y gloria de Dios. Amén.


SEXTO DIA
ORACION
Gloriosa princesa Santa Eduviges, que, considerándote por tan grande humildad deudora a la justicia de Dios, abrazaste la penitencia para pagar con ayunos, cilicios, vigilias, disciplinas y austeridades continuadas, por las culpas que no debías. Mas como no necesitabas para este fin de aquel caudal, habiendo sido tu alma hoguera del divino amor que no permitió en ella bastardo afecto, quedó para que usando de misericordia socorras con él a los que cargados de culpas en vez de satisfacer por las pasadas se adeudan y más cada día, con peligro de su condenación. Conozco, que como deudor insolvente debo tener cuando me ejecute la justicia de Dios, más teniendo en los méritos mucho con que pagar, y voluntad en tí para favorecer con ellos, quiero usar de tu misericordia; y en nombre tuyo comienzo detestando mis colpas, y deseando amar a mi Dios sobre todas las cosas, espero el cumplimiento de mi petición a mayor gloria suya. Amen.

SEPTIMO DIA
ORACION
Gloriosa princesa Santa Eduviges, que dándoles Dios licencia a tres infernales espíritus, para que te atormentaran en el cuerpo, ellos lo ejecutaron conforme a su rabia y al odio que te tenían por tu santidad, sintiendo, que tu compasión les estorbase las presas, que se aseguraban en los miserables, quienes, por remediar sus infortunios, atropellando con la ley divina, vivirían en desgracia de Dios, si tú no les socorrieras sus necesidades. Pero, aunque padezcas gustosa por tu amado, y deseabas por amor suyo padecer más; por fin los vencías con el Santo nombre de Jesús. Ruégote santa admirable, que me ayudes a vencer k estos enemigos, que, combatiéndome con tentaciones, me facilitan los alivios del cuerpo a precio de las divinas ofensas, para que compelido de la necesidad no me precipite en tanto mal; dame él remedio de ella juntamente con el cumplimiento de. mi deseo, a mayor gloria de Dios. Amen.



DIA OCTAVO
ORACION
Gloriosa princesa Santa Eduviges, que, dando libelo de repudio a las mundanas glorias, pusiste en el divino esposo todo tu amor, y teniendo en su comunicación sus delicias, gastabas largas horas en la dulce contemplación de sus soberanos misterios, especialmente en el de nuestra redención: piélago de que anegado su espíritu no hallaba afectos ni expresiones para admirar tan incomparable beneficio. Aprendiendo caridad en esta escuela, te constituiste redentora de todos los desvalidos, a quienes con tus limosnas que eran el antídoto de sus despechos los quitaban de sus peligros en que se hallaban de ofender a Dos: suplícote Santa prodigiosa, me quites los que en mi estado experimento, y quizá me impedirán el cumplimiento de la Divina Ley; y así mismo me alcances de tu amado, la gracia que le pido, a mayor gloria suya. Amen.


NOVENO DIA
ORACION
Gloriosa princesa Santa Eduviges, que llegado el termino de tu destierro, noticiosa del día de tu tránsito a la eternidad te previniste con los Santos Sacramentos de la Iglesia, y empuñando la imagen de María Santísima, que quisiste te acompañara en el sepulcro, como envida te había acompañado, por la cordial devoción que desde tu niñez profesaste a la gran señora esperaste al esposo, el que con la comitiva de sus cortesanos vino a recibir tú espíritu; y pasando por una preciosísima muerte a lograr el premio de tus virtudes comenzaste a reinar con tu esposo para siempre en el cielo. Doite el parabién de tu gloria, en la que resides complaciéndote en tu Dios y patrocinando al mundo, que fue teatro de tus piedades. No apartes de él los ojos: pues llevando miserias, están estas clamando á tí por su remedio: sientan pues los enfermos, los adeudados y todo género de pobres; los efectos de tus compasivas entrañas. A las que confiado recurro en las circunstancias presentes, esperando el consuelo que pido, a mayor gloria de Dios. Amen.


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