NOVENA
A LA MILAGROSA IMAGEN DE JESÚS NAZARENO
QUE SE VENERA
EN LA IGLESIA PARROQUIAL DEL
MINERAL DE SAN GREGORIO
DE MAZAPIL
Dala a luz el R. P. Fr.
Luis de la Nava del Rey, Predicador General, Ex-definidor de la provincia de N.
P. S. Francisco de los Zacatecas, y cura interino de dicho mineral.
Zacatecas 1842
ACTO DE CONTRICION
Amorosísimo Jesús y soberano dueño de mi alma: de
todo mi corazón, me pesa de haberte ofendido, viendo que mis enormes culpas
fueron la causa de tus tan excesivas penas, queriendo tu divina y soberana
persona pasar por la infame nota de eslavo para libertarme del tirano yugo de
Lucifer, a quien me he entregado voluntariamente ciego con mis desenfrenadas
pasiones. ¡Oh dulcísimo Jesús mío! cuanto me pesa de mi ingratitud, por ser
quién eres: propongo, Señor, de todo mi corazón la enmienda, y no volver jamás (ayudado
de tus auxilios) a causarte otra infamia semejante: concédeme, Señor, por tu infinita bondad, gracia para cumplirlo, y el perdón
que solicito de tu misericordia infinita. Amén.
ORACION
Soberano Señor, y amante Jesús mío: ante tu divina
presencia humillado te suplico, que, si este favor que te pido ha de ser para
gloria tuya y bien de mi alma, me lo otorgues: y si no me concedas una perfecta
y total resignación en tu santísima voluntad.
DIA PRIMERO
Afligidísimo Jesús, que, puesto en la presencia del
inicuo Pilatos, coronado de espinas con una vestidura andrajosa por escarnio, por
cetro una caña, derramando arroyos de sangre, y ablandando las piedras, él sentado,
y vos en pie, como si fuerais malhechor, pronunció contra vuestra divina
inocencia sentencia de afrentosa muerte, la cual admitisteis con tanto amor y
gusto para alentar con esto a los hombres a parecer ante vuestra presencia
contritos y humillados, y conseguir así misericordia. Vedme aquí, Dios mío, reo
y merecedor de mil infiernos por mis culpas; las que confieso con dolor verdadero de mi corazón y detesto con toda mi alma consiga,
pues Redentor mío, de vuestra bondad la favorable sentencia de la remisión de
todas ellas, y que agradecido a vuestra fineza persevere siempre en vuestra gracia.
Y si el favor que os pido en esta novena es para vuestra gloria y bien de mi alma,
concedédmelo, mi Jesús, por vuestra pasión. Amén.
Aquí se rezan
tres padres nuestros, y tres aves Marías gloriadas, en reverencia de las tres
veces que cuyo el Señor con la Sta. Cruz, y la oración siguiente:
Soberano Jesús: que movido de la caridad ardiente
con que amáis a los hombres, os ofrecéis a vuestro Eterno Padre agradable
víctima para total remedio y satisfacción superabundante de nuestras culpas:
pedidle Señor, que os mire á vos, para que así vuelva a nosotros sus benignos los,
y se compadezca de los infieles, herejes, y demás enemigos de su santísimo
nombre; haciendo que todos entren reconocidos sus errores al feliz gremio de la
católica Iglesia.
ORACION FINAL PARA TODOS
LOS DIAS
Dios te salve Jesús hermoso, divino Nazareno: que
el amor te hace parecer reo, y pasa tales y tantas afrentas, a las que he
correspondido yo con repetidas ingratitudes. Bien conozco, Señor, que no
merezco vuestros agrados; ¿más adonde iré si me desecháis? ¿a quién recurriré
si no me atendéis? Bacante fuera a retardarme el favor que pretendo, mi
desconocimiento, á no ser por vuestra misericordia, haciendo alarde de ella en
esta sagrada Imagen, asilo seguro de los más desvalidos pecadores: esta me
esfuerza para llegar con más confianza. No permitáis, dulce Jesús mío, que
prosiga entre vos y mi alma la tirana división que ocasiono la culpa: acábese los
seños de ofendido, pues os pido humilde, misericordia; os imploro benigno en todas
mis necesidades corporales y espirituales y os tributo inmortales alabanzas por
tantos beneficios, como de vuestra bondad he recibido. Mirad, Señor, con
benignos y piadosos ojos a mí y a todo este mineral; pues todos os confesamos
en ese vuestro doloroso retrato, por nuestra vida, consuelo, refugio, amparo;
por nuestro fiel patrono y padre verdadero: para que militando bajo de tal
patrocinio vivamos todos ajustados a vuestra ley Santísima, permanezcamos
siempre en vuestra gracia, para poder así gozaros eternamente en la gloria.
Amén.
En el lugar
donde no se venera esta sagrada Imagen, cuando se haga la novena, se finalizará
la precedente oración de este modo.
Miradme, Señor, con aquellos piadosos ojos con que atendéis
a los moradores del Mazapil; pues no menos devoto que ellos á vuestro soberano
retrato, digo que sois mi vida, mi consuelo, mi refugio, mi amparo, mi patrono y
padre verdadero; para que, militando bajo de tal patrocinio, vivamos todos
ajustados a vuestra ley, permanezcamos siempre en vuestra gracia, para poder así
gozaros eternamente en la gloria. Amén.
SEGUNDO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que dada la
sentencia de muerte por Pilatos, al instante los tiranos verdugos os llevaron
al lugar donde os habían desnudado vuestras sagradas vestiduras, y quitándoos
la púrpura y caña con que habían escarnecido vuestra divina majestad, dejándoos
para mayor tormento la infame y dolorosa diadema con que os corono cruel
madrastra la sinagoga, os volvieron a poner vuestros propios vestidos para que
fueseis conocido de todo el pueblo y ciudad de Jerusalén, que os esperaba en
las calles, pues los azotes, salivas y bofetadas habían borrado de tal suerte
vuestra hermosura, que apenas parecías hombre. Volved, Señor, esos clementísimo
ojos para el remedio de mi alma, desnudadla de los malos hábitos con que se
halla; poned en mi cabeza vuestra corona, para que sacándome lagrimas de sangre
sus espinas, lave con ellas las manchas de mis culpas, y parezca a todo el mundo hijo vuestro, y
concededme por tantas injurias, lo que mas os pido en esta novena si es para
vuestra honra y gloria, y provecho de mi alma. Amen.
TERCER DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que después que
estuvisteis vestido, trajeron los ministros de la crueldad una cruz gruesa y pesadísima
de quince pies de largo, y la pusieron sobre vuestros tiernos y lastimados hombros,
para que con ella aparecieres reo, como si fueseis digno de tal afrenta; suplieras,
amada mis, que cuando parezca yo en el tremendo juicio, reo digno de muerte
eterna por mis graves pecados, os miréis á vos mismo en esta dolorosa figura, y
por vuestras amargas penas os compadezcáis de mí; y ahora si es de vuestro beneplácito
y bien de mi alma, me otorguéis la gracia que solicito de vuestra liberal clemencia.
Amen.
CUARTO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que estando ya con
la cruz a cuestas para salir a dar en ella la vida para remedio del linaje humano,
y entre dos ladrones, que os acompañaban para más afrenta, no fué la menor
aparecer en tan abatido traje en la puerta de palacio a los ojos de innumerable
gente, que a porfía cada uno solicitaba el vero: suplicoos, Señor mío, que
cuando me vea yo cercano a la muerte, en aquellas mortales congojas que me
ocasionarán mis culpas, y cercado de los demonios, que estarán esperando mi
última ruina y eterna infamia, sirva esta vuestra afrenta para mi descargo, y
por ella me vea libre de tan infernales enemigos: también os ruego me concedáis
el favor que os pido en esta novena si es para gloria vuestra y bien de mi
alma. Amen.
QUINTO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que habiendo pasado
por la ignominia de salir cargado con la cruz entre dos ladrones a vista de tan
numeroso concurso como el de Jerusalén, levantó la voz el pregonero para
declarar la sentencia de muerte fulminada contra vuestra inocencia, para que
fuese notoria a toda la causa por la que la pérfida ceguedad de los judíos
juzgaba bien merecida: suplicoos, dulcísimo Redentor mío que oiga yo de
vuestros divinos labios la favorable sentencia de la remisión de mis culpas, y
que la vil turba de mis enemigos se dé por vencida de esta fineza, que por mi
ejecutasteis, para que eternamente cante vuestras misericordias; y si el favor
que deseo conseguir en esta novena es para honra vuestra y bien de mi alma,
concedédmelo Señor. Amen.
SEXTO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que, pasada la
afrenta del pregón, se levantó un rumor y vocería de toda la gente que asistía
a espectáculo tan lastimoso, unos compadeciéndose naturalmente de vos, otros
blasfemándoos ingratos, y las más formando el juicio despiadado dé que bien
merecía vuestra vida el afrentoso suplicio de la cruz: suplicoos, Criador y
dueño mío, que levantándose contra mí el errado y opinable juicio de los
hombres, lo pacifique de modo que quede libre de toda falsa impostura; por el
gran dolor que en esta ocasión mentisteis, dándome la paciencia para ser
sufrido, y llevar a imitación vuestra con igualdad de ánimo las injurias; y
último os ruego me concedáis el beneficio que pretendo en esta novena, si es
para vuestro servicio y provecho espiritual mío. Amén.
SEPTIMO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que caminando con
la cruz sentisteis aflicción y congojas mortales, por estar vuestro
delicadísimo y virgíneo cuerpo con los azotes espinas y tormentos exhausto de
fuerzas, yendo por tan amargo camino, más tropezando y cayendo, que, caminando,
señalando tus divinos pasos con la mucha sangre que derramabas: suplicoos,
Redentor de mi alma, por estas vuestras penas, fortalezcáis de modo mi
flaqueza, que jamás se rinda al peso de la culpa, despreciando el tesoro de
vuestra sangre; sino que de aquí adelante os siga como hijo fidelísimo con la
cruz de ¡a negación de mí mismo, imitándoos en vuestros dolores por la
mortificación y penitencia y juntamente me concedáis lo que os pido en esta
novena, si es de vuestra complacencia y para bien de mi alma. Amen.
OCTAVO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que, cargando mejor
Sansón, no ya las puertas de la ciudad hasta el monte, sino la cruz, puerta del
paraíso, que guía hasta el monte pacifico de la celestial Sion, os hallasteis tan
fatigado para mostrarnos las mortales ansias que os ocasionaron nuestras culpas,
flanqueando vuestros hombros aunque adornados de divino poder, para que
conociésemos la gravedad del pecado, y el trabajo que os daba destruir su
imperio, y establecer el feliz principado de la gracia: suplícoos Rey mío,
imprimáis en mi corazón tal aborrecimiento a la culpa, que primero pierda la
vida que os ofenda; sino que, viviendo vasallo fiel, una vida ajena de toda
culpa, a la sombra de vuestra cruz, suba al descanso de la vida eterna. Y si lo que os
pido en esta novena es para vuestro honor, concedédmelo por vuestra misericordia.
Amen.
NOVENO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que en este
doloroso camino nos quisisteis dejar ejemplo de que os ayudásemos a llevar la cruz.
Disponiendo que, alquilado el Cirineo, la tomase y en su persona todos los que nos
preciamos de hijos vuestros os siguiésemos conociendo que en todos estados es
la cruz la insignia verdadera que nos ennoblece y alivia nuestras penas: dadme.
Señor, luz
para saber apreciar tanta dicha, y que nunca me
aparte de vos dejando vuestra cruz, sino que, permaneciendo con ella siempre obediente
a vuestra ley hasta morir, agradecido a vuestra fineza, consiga los inmensos frutos
que están encerrados en ese sagrado Leño, cetro glorioso do vuestro reino celestial.
Y también os pido, que el favor que os he suplicado en esta novena, me lo concedáis
si conviene, y si no me deis total resignación en vuestro santísimo querer.
Amen.
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