domingo, 11 de marzo de 2018

NOVENA AL SEÑOR DE MAZAPIL





NOVENA
A LA MILAGROSA IMAGEN DE JESÚS NAZARENO
QUE SE VENERA
EN LA IGLESIA PARROQUIAL DEL MINERAL DE SAN GREGORIO
DE MAZAPIL


Dala a luz el R. P. Fr. Luis de la Nava del Rey, Predicador General, Ex-definidor de la provincia de N. P. S. Francisco de los Zacatecas, y cura interino de dicho mineral.

Zacatecas 1842

ACTO DE CONTRICION
Amorosísimo Jesús y soberano dueño de mi alma: de todo mi corazón, me pesa de haberte ofendido, viendo que mis enormes culpas fueron la causa de tus tan excesivas penas, queriendo tu divina y soberana persona pasar por la infame nota de eslavo para libertarme del tirano yugo de Lucifer, a quien me he entregado voluntariamente ciego con mis desenfrenadas pasiones. ¡Oh dulcísimo Jesús mío! cuanto me pesa de mi ingratitud, por ser quién eres: propongo, Señor, de todo mi corazón la enmienda, y no volver jamás (ayudado de tus auxilios) a causarte otra infamia semejante: concédeme, Señor, por tu infinita bondad, gracia para cumplirlo, y el perdón que solicito de tu misericordia infinita. Amén.


ORACION
Soberano Señor, y amante Jesús mío: ante tu divina presencia humillado te suplico, que, si este favor que te pido ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma, me lo otorgues: y si no me concedas una perfecta y total resignación en tu santísima voluntad.


DIA PRIMERO
Afligidísimo Jesús, que, puesto en la presencia del inicuo Pilatos, coronado de espinas con una vestidura andrajosa por escarnio, por cetro una caña, derramando arroyos de sangre, y ablandando las piedras, él sentado, y vos en pie, como si fuerais malhechor, pronunció contra vuestra divina inocencia sentencia de afrentosa muerte, la cual admitisteis con tanto amor y gusto para alentar con esto a los hombres a parecer ante vuestra presencia contritos y humillados, y conseguir así misericordia. Vedme aquí, Dios mío, reo y merecedor de mil infiernos por mis culpas; las que confieso con dolor verdadero de mi corazón y detesto con toda mi alma consiga, pues Redentor mío, de vuestra bondad la favorable sentencia de la remisión de todas ellas, y que agradecido a vuestra fineza persevere siempre en vuestra gracia. Y si el favor que os pido en esta novena es para vuestra gloria y bien de mi alma, concedédmelo, mi Jesús, por vuestra pasión. Amén.

Aquí se rezan tres padres nuestros, y tres aves Marías gloriadas, en reverencia de las tres veces que cuyo el Señor con la Sta. Cruz, y la oración siguiente:


Soberano Jesús: que movido de la caridad ardiente con que amáis a los hombres, os ofrecéis a vuestro Eterno Padre agradable víctima para total remedio y satisfacción superabundante de nuestras culpas: pedidle Señor, que os mire á vos, para que así vuelva a nosotros sus benignos los, y se compadezca de los infieles, herejes, y demás enemigos de su santísimo nombre; haciendo que todos entren reconocidos sus errores al feliz gremio de la católica Iglesia.



ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS
Dios te salve Jesús hermoso, divino Nazareno: que el amor te hace parecer reo, y pasa tales y tantas afrentas, a las que he correspondido yo con repetidas ingratitudes. Bien conozco, Señor, que no merezco vuestros agrados; ¿más adonde iré si me desecháis? ¿a quién recurriré si no me atendéis? Bacante fuera a retardarme el favor que pretendo, mi desconocimiento, á no ser por vuestra misericordia, haciendo alarde de ella en esta sagrada Imagen, asilo seguro de los más desvalidos pecadores: esta me esfuerza para llegar con más confianza. No permitáis, dulce Jesús mío, que prosiga entre vos y mi alma la tirana división que ocasiono la culpa: acábese los seños de ofendido, pues os pido humilde, misericordia; os imploro benigno en todas mis necesidades corporales y espirituales y os tributo inmortales alabanzas por tantos beneficios, como de vuestra bondad he recibido. Mirad, Señor, con benignos y piadosos ojos a mí y a todo este mineral; pues todos os confesamos en ese vuestro doloroso retrato, por nuestra vida, consuelo, refugio, amparo; por nuestro fiel patrono y padre verdadero: para que militando bajo de tal patrocinio vivamos todos ajustados a vuestra ley Santísima, permanezcamos siempre en vuestra gracia, para poder así gozaros eternamente en la gloria. Amén.

En el lugar donde no se venera esta sagrada Imagen, cuando se haga la novena, se finalizará la precedente oración de este modo.


Miradme, Señor, con aquellos piadosos ojos con que atendéis a los moradores del Mazapil; pues no menos devoto que ellos á vuestro soberano retrato, digo que sois mi vida, mi consuelo, mi refugio, mi amparo, mi patrono y padre verdadero; para que, militando bajo de tal patrocinio, vivamos todos ajustados a vuestra ley, permanezcamos siempre en vuestra gracia, para poder así gozaros eternamente en la gloria. Amén.



SEGUNDO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que dada la sentencia de muerte por Pilatos, al instante los tiranos verdugos os llevaron al lugar donde os habían desnudado vuestras sagradas vestiduras, y quitándoos la púrpura y caña con que habían escarnecido vuestra divina majestad, dejándoos para mayor tormento la infame y dolorosa diadema con que os corono cruel madrastra la sinagoga, os volvieron a poner vuestros propios vestidos para que fueseis conocido de todo el pueblo y ciudad de Jerusalén, que os esperaba en las calles, pues los azotes, salivas y bofetadas habían borrado de tal suerte vuestra hermosura, que apenas parecías hombre. Volved, Señor, esos clementísimo ojos para el remedio de mi alma, desnudadla de los malos hábitos con que se halla; poned en mi cabeza vuestra corona, para que sacándome lagrimas de sangre sus espinas, lave con ellas las manchas de mis culpas, y  parezca a todo el mundo hijo vuestro, y concededme por tantas injurias, lo que mas os pido en esta novena si es para vuestra honra y gloria, y provecho de mi alma. Amen.


TERCER DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que después que estuvisteis vestido, trajeron los ministros de la crueldad una cruz gruesa y pesadísima de quince pies de largo, y la pusieron sobre vuestros tiernos y lastimados hombros, para que con ella aparecieres reo, como si fueseis digno de tal afrenta; suplieras, amada mis, que cuando parezca yo en el tremendo juicio, reo digno de muerte eterna por mis graves pecados, os miréis á vos mismo en esta dolorosa figura, y por vuestras amargas penas os compadezcáis de mí; y ahora si es de vuestro beneplácito y bien de mi alma, me otorguéis la gracia que solicito de vuestra liberal clemencia. Amen.



CUARTO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que estando ya con la cruz a cuestas para salir a dar en ella la vida para remedio del linaje humano, y entre dos ladrones, que os acompañaban para más afrenta, no fué la menor aparecer en tan abatido traje en la puerta de palacio a los ojos de innumerable gente, que a porfía cada uno solicitaba el vero: suplicoos, Señor mío, que cuando me vea yo cercano a la muerte, en aquellas mortales congojas que me ocasionarán mis culpas, y cercado de los demonios, que estarán esperando mi última ruina y eterna infamia, sirva esta vuestra afrenta para mi descargo, y por ella me vea libre de tan infernales enemigos: también os ruego me concedáis el favor que os pido en esta novena si es para gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.



QUINTO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que habiendo pasado por la ignominia de salir cargado con la cruz entre dos ladrones a vista de tan numeroso concurso como el de Jerusalén, levantó la voz el pregonero para declarar la sentencia de muerte fulminada contra vuestra inocencia, para que fuese notoria a toda la causa por la que la pérfida ceguedad de los judíos juzgaba bien merecida: suplicoos, dulcísimo Redentor mío que oiga yo de vuestros divinos labios la favorable sentencia de la remisión de mis culpas, y que la vil turba de mis enemigos se dé por vencida de esta fineza, que por mi ejecutasteis, para que eternamente cante vuestras misericordias; y si el favor que deseo conseguir en esta novena es para honra vuestra y bien de mi alma, concedédmelo Señor. Amen.



SEXTO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que, pasada la afrenta del pregón, se levantó un rumor y vocería de toda la gente que asistía a espectáculo tan lastimoso, unos compadeciéndose naturalmente de vos, otros blasfemándoos ingratos, y las más formando el juicio despiadado dé que bien merecía vuestra vida el afrentoso suplicio de la cruz: suplicoos, Criador y dueño mío, que levantándose contra mí el errado y opinable juicio de los hombres, lo pacifique de modo que quede libre de toda falsa impostura; por el gran dolor que en esta ocasión mentisteis, dándome la paciencia para ser sufrido, y llevar a imitación vuestra con igualdad de ánimo las injurias; y último os ruego me concedáis el beneficio que pretendo en esta novena, si es para vuestro servicio y provecho espiritual mío. Amén.



SEPTIMO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que caminando con la cruz sentisteis aflicción y congojas mortales, por estar vuestro delicadísimo y virgíneo cuerpo con los azotes espinas y tormentos exhausto de fuerzas, yendo por tan amargo camino, más tropezando y cayendo, que, caminando, señalando tus divinos pasos con la mucha sangre que derramabas: suplicoos, Redentor de mi alma, por estas vuestras penas, fortalezcáis de modo mi flaqueza, que jamás se rinda al peso de la culpa, despreciando el tesoro de vuestra sangre; sino que de aquí adelante os siga como hijo fidelísimo con la cruz de ¡a negación de mí mismo, imitándoos en vuestros dolores por la mortificación y penitencia y juntamente me concedáis lo que os pido en esta novena, si es de vuestra complacencia y para bien de mi alma. Amen.




OCTAVO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que, cargando mejor Sansón, no ya las puertas de la ciudad hasta el monte, sino la cruz, puerta del paraíso, que guía hasta el monte pacifico de la celestial Sion, os hallasteis tan fatigado para mostrarnos las mortales ansias que os ocasionaron nuestras culpas, flanqueando vuestros hombros aunque adornados de divino poder, para que conociésemos la gravedad del pecado, y el trabajo que os daba destruir su imperio, y establecer el feliz principado de la gracia: suplícoos Rey mío, imprimáis en mi corazón tal aborrecimiento a la culpa, que primero pierda la vida que os ofenda; sino que, viviendo vasallo fiel, una vida ajena de toda culpa, a la sombra de vuestra cruz, suba al descanso de la vida eterna. Y si lo que os pido en esta novena es para vuestro honor, concedédmelo por vuestra misericordia. Amen.



NOVENO DIA
Afligidísimo y dolorosísimo Jesús: que en este doloroso camino nos quisisteis dejar ejemplo de que os ayudásemos a llevar la cruz. Disponiendo que, alquilado el Cirineo, la tomase y en su persona todos los que nos preciamos de hijos vuestros os siguiésemos conociendo que en todos estados es la cruz la insignia verdadera que nos ennoblece y alivia nuestras penas: dadme. Señor, luz
para saber apreciar tanta dicha, y que nunca me aparte de vos dejando vuestra cruz, sino que, permaneciendo con ella siempre obediente a vuestra ley hasta morir, agradecido a vuestra fineza, consiga los inmensos frutos que están encerrados en ese sagrado Leño, cetro glorioso do vuestro reino celestial. Y también os pido, que el favor que os he suplicado en esta novena, me lo concedáis si conviene, y si no me deis total resignación en vuestro santísimo querer. Amen.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...