NOVENA
A SANTA CATALINA DE SIENA
VIRGEN. OP.
Hoy la devoción más fina
consagra, a tus pies postrada
esta Novena Sagrada,
Seráfica Catalina
ORACION
PARA TODOS LOS DIAS
¡Oh inmensa piedad! ¡Oh inmutable caridad! que, para librarme de la vil servidumbre del
pecado, obligado del inextinguible fuego de vuestro amor, entregasteis á la
muerte vuestro Unigénito Hijo, cuyas dulcísimas entrañas, no solo le inclinaron
a hacerse hombre de la Virgen María; sino que sediento de mi bien, abrazó la
muerte de Cruz, derramando el infinito tesoro de su Sangre, para que yo
viviera. Ruego a vuestra Majestad Divina, que reconocido de mi pasada
ingratitud, sepa apreciar en adelante, asistido de vos, este imponderable
beneficio, huyendo del errado camino, en que me ha puesto en desorden de mis
apetitos; para que empleando en vos (único bien mío) todas mis potencias, pase
de esclavo de mis vicios, por medio de una verdadera contrición, a merecer el
dulcísimo, y apacible título de hijo vuestro, empleando el resto de mis días, y
en especial este rato, a mayor honra, y gloria vuestra; y para que mis culpas
no impidan tan dichoso fin, digo, Señor, de lo más íntimo de mi corazón, que me
pesa de haber ofendido a una Suma Bondad tan digna de ser amada; y propongo,
ayudado de vuestra gracia, de enmendarme, con muy firme esperanza, de que me
perdonareis por los méritos de vuestro Hijo, y Redentor mío. Amen.
DIA PRIMERO
Pues del Divino amor llena
despedís ardiente llama
socorred al que á vos clama.
Astro brillante de Sena.
ORACION
¡Oh Amante Catalina! espejo del Divino amor! que
ejercitada en el primer grado de vuestro ardiente fuego, enfermasteis
provechosamente; y herida desde niña de enfermedad tan dichosa, principio de la
eterna salud, la alcanzasteis á tanto número de almas: logre yo por vuestra
intercesión esta gracia, por la que debisteis a vuestro Esposo Jesús, cuando en
forma visible de Pontífice, asistido de los Apóstoles S. Pedro, S. Pablo y S. Juan
Evangelista, se os manifestó en vuestra pueril edad, dándoos su bendición;
desde cuyo instante aborrecisteis todo gusto sensible, y aun el comer osera
tormento de muerte, pasando muchos años milagrosamente con zumo de yerbas
amargas, y los ocho últimos de vuestra vida, sin ningún material alimento.
Ruegoos Madre mía amantísima, que os imite yo de tal suerte, que los aplausos,
y placeres del mundo, causen en mí tal tedio, que sus gustos me sean disgustos,
y lo dulce amargo, hasta que negado a mí mismo, alcance, que el amor Divino me
sea desamor de mi amor propio, y rendido éste consiga tan dichosa muerte. Amen.
Con humildes oraciones
piden a tu protección
saetas de contrición
todos nuestros corazones
GOZOS
Pues al
Cielo arrebatada
fuisteis
por bondad Divina:
sed
siempre nuestra Abogada,
Virgen
Santa Catalina.
el Señor
os visitó
cuando
en trono se os mostró
visible
con gran ternura,
de su
belleza prendada
fuisteis
amante muy fina:
En
vuestra niñez mostrasteis
señas de
gran santidad;
pues
pureza y castidad
á los
siete años votasteis:
admiración
ha causado
vuestra
virtud peregrina:
.
Con un
fervor nunca visto
Hábito
Guzmán tomasteis,
y con
gran dicha lograsteis
ser
desposada con Cristo;
con luz
de gloria colmada
el Cielo
á vos se avecina:
Para
obligar la clemencia
de Dios
con los pecadores,
usasteis
con vos rigores
de
áspera y cruel penitencia;
cual
Domingo triplicada
tomabais
la disciplina:
De
materia corrompida
del
cáncer de una mujer,
la
caridad supo hacer
la más
gustosa bebida,
así del
asco triunfasteis,
agigantada
Heroína:
A Jesús
amor tuvisteis
de tan
alta elevación,
que os
arrancó el corazón
y el
suyo de él recibisteis;
como á
esposa muy amada
à su
costado os reclina:
En vos
con rayos violentos
sus
llagas Cristo imprimió
con que
vuestra alma sintió
de la
pasión los tormentos;
sin vida
hubierais quedado,
á no
obrar mano divina:
Vuestra
gran fé al Sacramento
con tal
devoción invoca,
que en
fin se os vino a la boca
por el
aire con portento;
Cristo
mismo, cosa rara
á
comulgaros se inclina:
Mil
efectos percibisteis
de este
pan angelical,
pues sin
manjar corporal
en
muchos años vivisteis;
era la
mesa sagrada
de
favores oficina:
A la
Iglesia en dulce unión
Los
Florentines trajisteis,
y en toda
Roma tuvisteis
una
grande estimación;
á
Florencia por Legada
el
Pontífice os destina:
Al Papa,
y los Cardenales
en
público predicasteis,
y los
más doctos pasmasteis
en
coloquios Celestiales;
por
infusa, y encumbrada
aclaman
vuestra doctrina:
Fuisteis
luz de pecadores;
pues los
que con vos trataban,
luego en
buenos se trocaban,
y los
buenos en mejores;
por esto
habéis merecido
el
renombre de Divina:
Es
premio tan excelente,
el que
en el Cielo gozáis,
que los
prodigios, que obráis,
lo
publican claramente;
del
devoto que os invoca,
sois
eficaz medicina:
sed
siempre nuestra Abogada,
Virgen
Santa Catalina
ORACION PARA TODOS LOS DIAS
Amabilísima Esposa de Jesús, escogida por la
Virgen Madre; azucena de virginal pureza, elegida del Eterno Padre para maestra
de las almas y espejo de sabiduría, mártir de amor, ejemplo de penitencia, y
rosa de caridad, encendida con el fuego del Espíritu Santo; pues priváis tanto
en la vista de la Divina Esencia, por lo que de ella fuisteis algún tiempo
privada por la salud de las almas, y sabéis la necesidad en que ahora clama y
suspira mi corazón; aplicad vuestra poderosa intercesión, para que el Señor me
conceda aquella Bula, que sabéis de perfecta contrición y plenaria Indulgencia
de mis culpas, más, y más puro amor, y la gracia, que os pido en esta Novena,
si conviene para su mayor gloria, y si no, encaminad 8 mi petición para lo que
más de mi le agrade, y que eternamente le ame. Amen.
DIA SEGUNDO
Del Altar el pan Sagrado vuela,
y a Vos se encamina,
como á morada Divina
de Jesús
Sacramentado
¡Oh Serafín del Divino trono! Que elevada en el segundo
grado de vuestra ardiente llama sin parar volabais en su presencia, hasta
transformarnos en el Verbo Humanado; y teniendo en Vos sus delicias, se os
comunicó por sus Divinas manos en varias ocasiones, para que le recibieseis
Sacramentado; volando otra9 veces de las de los Sacerdotes la Sacrosanta
Hostia, para entrar en vuestro pecho, que sediento le buscaba: alcanzad a mi
alma, que por vuestra poderosa intercesión incesante 9 mente arda en intensos
y vivos deseos,, que me hagan buscar nuevos empleos del Divino agrado; no se
rae pase, como hasta aquí, mi vida en inconstancias, y deseos generales, ni
detenga mi afecto fuera de Dios ninguna criatura; sí que elija constante el
vivir de asiento en su Divino amor, recogiéndome a una vida, en que de continuo
le ame, y siga sus santas inspiraciones, sin cesar hasta la muerte. Amen.
DIA TERCERO
Cuando Dios por altos fines;
Os regaló a su costado,
o cuanta envidia habéis dado
a todos los
serafines!
¡Oh abismo de paciencia! ¡Oh fragante, y
encendida rosa de caridad! ¡Oh penitente azucena! Pues obrando de continuo sin
deteneros 10 corríais tan amante por el tercer grado de vuestro amoroso
incendio, que cuidadosa solo de la honra Divina, despreciando la vuestra, sufristeis
constante el público castigo, que os dieron por la falsa acusación, que contra
vuestra virginal pureza produjo aquella mujer tan beneficiada de Yos en la cura
del cáncer, que tenía en al pecho, tolerando con humildad la infamia sin
desmentirla; cuyo sufrimiento os grangeó las dos coronas, que os presentó
vuestro Esposo, una de oro, y otra de espinas, para que eligieseis, y
escogisteis la de espinas para padecerlas, permitiendo por esto, que la misma
acusadora os viese después transformada en glorias, y que confesando su culpa,
quedase sana de cuerpo, y alma; y sin entibiarse vuestra caridad, proseguisteis
en servirla con más intenso fervor, de suerte que para vencer el hastío y
vómito, que os ocasionaba el demonio por medio de la hediondez de la llaga, triunfasteis
de él, bebiendo una grande porción de la misma pestilente podre; por lo cual os
recreó Jesús en la Llaga de su costado: Alcanzadme del Señor, Patrona, y Señora
mía, por este tan gran favor, una fervorosa caridad, que destierro la debilidad
de mis propósitos y ejercicios de virtudes, usando con mis prójimos por puro
amor de mi Dios. Amen.
DIA
CUARTO
Sintiendo de alta oración cuerpo,
y alma los ardores,
padecisteis los dolores
de la sagrada
pasión
¡Oh fuego, y abismo de caridad! ¡Oh viva Hostia
de la pasión de vuestro Esposo! ¡Oh Catalina en el padecer Divina! Pues
reconcentrada ya en el cuarto grado del sagrado volcán de vuestro amor,
admitisteis con sufrimiento invencible las penas, y trabajos imponderables de
enfermedades, calumnias, infamias, y persecuciones de criaturas, y demonios;
padeciendo también con el más acerbo dolor de vuestro cuerpo, y alma, todas las
penas, y dolores de la Pasión del Salvador, deseando ser una con él; pues todas
las sentisteis juntas, y en particular aquella tan atroz, que sufrió cuando al
estirarle en la Cruz la mano derecha, para que llegase al barreno, haciendo
hincapié en el doloroso cuerpo, le descoyuntaron los más sensibles Divinos
huesos, que amparan el corazón; pues experimentó el vuestro este cruel estrago,
dulcísima abogada mía, y os hizo el Señor la gracia de tener por la mayor dicha
el pasar la vida infatigable en continuas penas, recreándoos en el inmenso mar
de ellas con indecible sed, y hambre de padecerlas; conseguidme de mi Dios,
sufra alegre, paciente, y humilde las que tuviere, a mayor agrado suyo. Amen.
DIA QUINTO
Fuiste al cielo arrebatada,
y eje la Divina Esencia
bebiste por experiencia
la ciencia más encumbrada
¡Oh Catalina abrasada del amor divino! Que apeteciendo
incesantemente a vuestro Dios en el quinto grado del ardor, que deshacía
vuestro pecho, padecisteis de nuevo los dolores de la pasión del Señor; y
dividiendo los ímpetus de su incendio vuestro corazón en dos parles, quedasteis
muerta cuatro horas, en que vuestra alma (cual la de otro Pablo al tercer
Cielo) fué arrebatada a la Divina Esencia, viendo, y gozando aquel gozo de la
Gloria en que se anegan los Bienaventurados, y sintiendo las indecibles penas
de los del Purgatorio, y también los eternos tormentos, que padecen sin fin en
el infierno los que en esta vida no pusieron fin a sus gustos abrazando la
penitencia; de cuyo rapto, volviendo por disposición Divina a animar nuestro
cuerpo para el alto empleo de la predicación, y conversión del mundo,
quedasteis graduada, y ordenada entre los Ángeles: Suplicoos, Serafín humano,
que pues resucitasteis volviendo a esta vida mortal para bien de las almas,
alcances á este miserable devoto vuestro una penetrante saeta de vuestro amor;
para que muriendo del todo a mis inclinaciones, aspire impaciente a ver, y amar
al Sumo Bien para siempre. Amen.
DIA
SEXTO
Con milagro nunca visto,
robando los corazones
desterrasteis sediciones
contra
el Vicario de Cristo
¡Oh portento de la gracia! ¡Oh Catalina,
milagro de vuestro sexo en el ministerio Apostólico; pues corriendo velozmente
en el servicio de Dios, y en su alcance, os remontasteis al sexto grado del
amor de vuestro Esposo, y por su Divino precepto, sedienta del Martirio,
fuisteis, ya como Embajadora de Florencia a la Corte del Papa, y ya como legada
suya á sosegar las sediciones, y rebelión de aquella Ciudad, y más de sesenta
Pueblos contra el Vicario de Cristo; alcanzando victoria contra el Infierno, y
que volviese la Silla a Roma apagando también el cisma de la Iglesia; y siendo
asombro de sabiduría, predicasteis varias veces delante del Papa, y su Sagrado
Colegio, adorándoos como nuevo Apóstol, cuyo alto empleo desempeñasteis con
tanto fervor, que fueron innumerables las conversiones debidas a la eficacia
de vuestras palabras, sin que bastasen los muchos Confesores, que os seguían, (
y tres de ellos con autoridad Pontificia para absolver de casos reservados) a
confesar los que convertía vuestra doctrina, y pues ninguno llegó a vuestra
presencia, que no volviese mejorado: alcanzadme, amada Protectora mía, que
dando yo de mano a todo lo mundano, despierte de mi flojedad, y corra veloz por
el camino de la perfección, basta gozarme en el Eterno Bien. Amen
DIA SÉPTIMO
Sin culpas tu compunción
fué asombro de penitencia:
sin estudio hallaste ciencia,
y amaste
sin corazón
¡Oh prodigio de santidad! ¡Oh mujer verdaderamente fuerte
de espíritu magnánimo! Que desviando de la parte racional toda especie de temor
pusilánime, emprendisteis con santa audacia las más arduas dificultades, y
aprehendiendo a Dios en el séptimo grado de vuestro abrasado exceso, como
liberal, amante, poderoso, y fuerte deshecha en vehementes ansias pedíais, como
David, que criase en vos un corazón limpio, y nuevo, y que renovase en vuestras
entrañas un espíritu recto, y mostrándoseos amante abrió vuestro costado, y os
sacó y llevó el corazón, viviendo sin él milagrosamente algunos días, hasta que
apareciéndoseos después con otro, que traía en la mano, todo rubicundo, y
encendido, abriéndoos segunda vez el costado os le puso, y cerró la herida,
dejando por señal aquella cicatriz, que después vieron algunas devotas mujeres
vuestras compañeras: Por este raro favor os suplico, Virgen Santa, que pues
aquel Divino corazón encendió en vuestro pecho tal hoguera, que hacía volar por
el aire a su centro vuestro virginal cuerpo, logre yo por vuestra intercesión
una centella, que consuma todas mis tibiezas, hasta que viva crucificado con
Cristo. Amen.
DÍA
OCTAVO
Por despreciar los placeres,
con que engaña el inundo vano,
Dios de Esposo os dio la mano
¡Oh
ejemplo de las mujeres!
!Oh Esposa dulcísima de Jesús! Que enlazada ya
en el estrecho abrazo, y nudo indisoluble de vuestro dulce Esposo en el octavo
grado de vuestra sagrada hoguera, aquel Jueves de Carnestolendas, en que el
mundo ciego corre sin riendas a las disoluciones, y ofensas divinas, encerrada
en vuestro retiro contemplabais á Cristo pendiente en la Cruz de tres clavos en
los más dolorosos nervios de sus Sagrados pies y manos, y sintiendo en dulces
coloquios la ingratitud de los hombres a tan excesivo amor, se os apareció
lleno de gala, acompañado de la Virgen Madre, el gran Patriarca Domingo, San
Pablo y San Juan Evangelista con el Rey David, y convirtiendo en hermoso Cielo
aquella humilde Celdita se celebró el más solemne y Divino desposorio, y
dándoos Jesús la mano de Esposo, la juntó con la vuestra la Santísima Virgen,
dejándoos por arras de tan místico Divino matrimonio aquel misterioso anillo,
que todavía se ve en vuestro dedo con cuatro perlas y un diamante, para
mostrar, que la voluntad, el corazón, y bienes del Esposo, todo es vuestro:
Pues sois tan absoluta, y singular Esposa del Señor, haced que yo obre con tal
pureza de intención, firmeza de diamante en la que ofrezco, que merezca morir à
mi sensualidad, para unirme a mi Dios en estrecho lazo de amor. Amen.
DIA NOVENO
A las llagas del amado
Águila veloz volasteis,
y en vos impresas quedasteis
hecha un
Serafín llagado
¡Oh admirable Catalina! ¡Oh triunfante
encendida mártir de amor! Que ardiendo suave, y dulcemente en la Divina
voracidad del noveno grado, como ascua del mismo amor transformada, gozabais
lo que amabais, y amabais lo que gozabais; y enardecida en la contemplación de
las cinco fuentes de las Llagas de Jesús (en cuyos dulces sagrados manantiales bebisteis
repetidas veces) viendo entrar vuestro corazón por la del costado, se abrasó
vuestra alma tan vivamente en la consideración de vuestro Esposo llagado, y
crucificado, y en el cuchillo de dolor que traspasó la bendita alma de su
dulcísima Madre al pie de la Cruz, que fué vuestro cuerpo elevado casi hasta el
techo de la Iglesia de Pisa, en donde en esta ocasión orabais apareciéndoseos
Jesús Crucificado parase llar en lo exterior, lo que el interior padecía, os
arrojó de sus Llagas cinco arroyos de su Divina Sangre, con que quedasteis
llagada de pies, y manos, y costado, mudando el color sanguíneo en encendido
oro; para que sintiendo el dolor para quitar mil vidas, no las viese el mundo,
como así lo pedisteis, Alcanzadme Divino Fénix de aquel fuego Seráfico, en que
ardíais, un destello, que consuma mis apegos y tibiezas, y eleve mi alma a la
feliz región de la Bienaventuranza eterna. Amen.
CON TODA MI FE PUESTA EN SANTA CATALINA DE SIENA HE DEPOSITADO EN SU CORAZON GRANDISIMO TODAS MIS NECESIDADES , TENIENDO LA FE CLARA QUE RECIBIRE SU BENDICION ,.
ResponderEliminar