NOVENA EN CULTO Y REVERENCIA
DE LA
SANTÍSIMA CRUZ DE CRISTO
Con licencia de la autoridad eclesiástica
Guatemala. 1930
MODO DE PRACTICARLA
Puestos
de rodillas delante de alguna imagen de Cristo Crucificado, te persignarás y
dirás lo siguiente:
ACTO DE CONTRICCIÓN
Misericordiosísimo
Dios y Señor mío, y la más vil de vuestras criaturas, postrado ante vuestro
divino acatamiento, y arrepentido de mi mala vida, digo con todas las veras de
mi corazón, que me pesa de haberte ofendido solo por ser quien sois y porque os
amo sobre todas las cosas, solo porque sois digno de ser amado y servido.
Propongo con vuestra gracia confesar todos mis pecados y nunca más ofenderos.
¡Oh quien siempre os hubiera amado! Pequé Dios mío, ten misericordia de mí.
DIA PRIMERO
Desde el ara de la Cruz,
Un cordero te convida,
Alma, que, a su imitación,
Si lograr quieres la vida
Le sigas por su pasión.
ORACIÓN
¡Oh
Santa Cruz, oh ara en que se celebró el sacrificio más agradable ante el divino
acatamiento, oh instrumento escogido desde ab eterno para celebrar en ti el
sacrificio del mejor cordero Jesús, para rescate de nuestras almas, y remedio
contra el mortal veneno del pecado! Yo humildemente te adoro y pido a Nuestro
Señor Jesucristo se digne de darme su gracia para que, abrazándome con la Cruz
de mi estado, le siga en esta vida con toda resignación, para que por ella
merezca irle a gozar eternamente en la gloria. Amén.
DIA SEGUNDO
Comió el árbol vedado
Adán, y nos dio la muerte,
Más en el árbol sagrado
De la Cruz, Dios nos ha dado
Vida, gracia y feliz suerte.
ORACIÓN
Salúdote,
árbol de la vida, plantado en medio del paraíso, con el que no se encontraron
nuestros primeros padres, el cual en medio de la tierra donde (como dice David)
se obró nuestra salud, dio el fruto virginal con que quitó la acedia que había
causado el fruto del otro, que los primeros hombres, engañados de la serpiente
comieron, regando con el fecundísimo riego de la preciosísima Sangre de Nuestro
Señor Jesucristo, por quien suplico a su Eterno Padre me abrace con el árbol de
la Cruz de la penitencia, para que, haciéndola verdadera de mis pecados,
merezca conseguir el fruto saludable de la divina gracia.
Se
rezan 5 padres nuestros, aves marías y glorias en reverencia de las cinco
llagas de Cristo.
DIA TERCERO
Si quieres, alma, dar fruto,
Y cual vara florecer,
Empeño propio ha de ser
Con la vara de la Cruz
Ir prontamente a Jesús.
ORACIÓN
Adorote
Santísima Cruz, adorote vara del mejor Moisés Cristo, porque si con ella se
obraron tales prodigios, que pusieron en pasmo a todo el mundo, y anegó la
soberbia de los encantadores de Egipto, fueron figura de las maravillas que la
Cruz ha obrado en el mundo, confundiendo la humana sabiduría, espantando y
atemorizando los enemigos de la religión, y sacando dulzura y suavísimo regalo
y refrigerio de la dureza de la penitencia, dándonos paso para la vida eterna,
por lo cual pido y suplico a mi Señor
Jesucristo, obre en mi alma las maravillas de su gracia, para que, viviendo en
esta vida debajo de la vara de su santa ley, logre seguro paso a la vida
eterna.
DIA CUARTO
Para esperar del diluvio
Acogida has de tener,
En la Cruz, arca sagrada,
Si quieres no perecer,
Si vida eterna te agrada.
ORACIÓN
¡Oh
arca soberana! Mejor que aquella que por mandato de Dios fabricó el gran
Patriarca Noé, para que él y los suyos se librasen de la común plaga del
diluvio, en la cual el linaje humano fue reparado de la común pérdida y la
indignación de Dios. ¡Oh Santísima Cruz! ¡Oh excelentísima arca, que en ti
fuimos todos los hijos de Adán libres de la mayor plaga, que es el cautiverio
del demonio y redimidos de la culpa! Yo postrado te adoro y reverencio, y con
profunda humildad pido Dios Nuestro Señor se digne darme su gracia para que,
siempre asido al arca de la Santa Cruz, navegue hasta llegar al seguro puerto
de la gloria.
DIA QUINTO
Iris de paz es la Cruz,
Y la Cruz, es el consuelo
Del que por la Cruz camina
Y en llevar la Cruz se afina,
Y por la Cruz sube al Cielo.
ORACIÓN
Amantísimo
Padre y Señor mío, haciendo yo memoria del buen olor que os causó el sacrificio
del Patriarca Noé, que le empeñaste la palabra de no anegar más el mundo, que
en testimonio de ellos pondría un arco en las nubes de varios colores, siendo
testigo para vuestra Majestad, y consuelo de los hombres. Yo, la más vil de
vuestras criaturas, os presento en este día, el hermosísimo iris de la Santa
Cruz, para que viéndole adornado con el sacrificio de vuestro Unigénito Hijo, y
hermoseado con los colores de su santísima humanidad y sangre preciosísima, por
ella os dignéis perdonar mis pecados, y darme vuestra gracia, para con ella
saber ofreceros un agradable sacrificio, viviendo según vuestra santa ley, y
mortificando mis pasiones a la sombra del arco de la Santa Cruz, y por ella
caminar hasta veros en la celestial patria.
DIA SEXTO
Báculo fuerte y seguro
Es la Cruz, alma querida,
Para aquel resignado,
Solo atiende, solo mira
Seguir con ella a su amado.
ORACIÓN
Adorote,
Cruz santa, báculo fortísimo, en que se sustenta nuestra santa fé, figurada en
aquel báculo con que David venció al gigante soberbio. Así pues, Cristo nuestra
vida arrimado al báculo de su Cruz, con la fuerza de sus llagas venció al
príncipe de las tinieblas, dándonos ejemplo de humildad y paciencia, para que
con ella venzamos nuestra soberbia, y con la Cruz de la mortificación de
nuestras pasiones, no dejando de la mano el báculo de las buenas obras, vivamos
ajustados a sus santos mandamientos, y que sustentados con el báculo de la
Santa Cruz nos libre de caer en culpa, para que mediante su gracia le vayamos a
gozar a su eterno reino.
DIA SÉPTIMO
Del cristiano pueblo es
La Cruz señal y divisa
Y del infierno terror,
Tal es la Cruz que suaviza
De penitencia el horror.
ORACIÓN
Dulcísimo
Jesús de mi alma, infinitas alabanzas os doy, por la señal santa de la Cruz que
disteis a los cristianos por divisa de nuestra santa fé, y para señal y defensa
nuestra. ¡Oh Cruz preciosa! ¡oh Cruz peregrina! ¡oh Cruz admirable! Yo con todo
el afecto de mi corazón te adoro, te venero, reverencio y doy infinitas gracias
a mi Señor Jesucristo, porque nos dio esta santa señal o insignia, para defensa
de los enemigos, para remedio de los males, para arma fuerte contra las astucias
del demonio y consuelo de nuestras almas. ¡Oh Cruz! Enriquecida con el tesoro
de la sangre de mi Jesús y Señor, a quien humildemente pido me de gracia para
corresponder a las obligaciones de mi estado, y que, compareciendo ante su
divina Majestad con esta señal en aquel día tremendo del juicio, merezca oír
aquella dulce palabra: Venid benditos de mi Padre, poseed el reino aparejado
para vosotros desde el principio del mundo.
Se rezan 5 padres nuestros, aves marías y glorias en reverencia de las cinco llagas de Cristo.
DIA OCTAVO
Por la escala de la Cruz
Al cielo subir pretende,
Que la escala de Jacob,
Según Agustín entiende,
La Cruz santa figuró
ORACIÓN
Hermosísimo
Dios y Señor mío, infinitas alabanzas os doy, porque con tanto amor para
remedio de nuestras miserias, os dignasteis darnos a vuestro Hijo Unigénito
Jesús, para que como Maestro nos enseñara el camino para el Cielo, subiendo por
la escala de la Santa Cruz, la cual fue figurada en aquella que vió el
patriarca Jacob en aquel mismo sueño, por donde subían y bajaban los Ángeles.
Así pues, vuestro Unigénito subiendo a la escala de la Cruz, nos enseñó le
imitemos y que dejando los afectos terrenos, cual ángeles subamos al cielo por
esta escala, cumpliendo los divinos preceptos y obligaciones de nuestro estado,
ejercitándonos en obras de fé, esperanza y caridad, amando a Dios y a nuestros
prójimos, y especialmente a nuestros enemigos, y haciendo obras de penitencia,
pongamos nuestros corazones en el cielo, para que con especial deseo
solicitemos seguir por esa escala a nuestro soberano Maestro, hasta lograr
verle en su reino, donde en compañía de los nueve coros angélicos, eternamente
le cantemos: Santo, Santo, Santo.
DIA NOVENO
Jesús para librarte,
De Cruz la muerte escogió,
¡Oh que fineza! ¡Oh que amor!
Que de la vida el Autor,
La vida por ti perdió.
ORACIÓN
Señor
mío Jesucristo, infinitas gracias y alabanzas os doy, por haber querido morir
en la Cruz para libertad universal de los mortales. ¡Oh Jesús de mi vida, y lo
que os debo! Pues escogiste la mas ignominiosa muerte cual lo era la de la
Cruz, pues los romanos solo a los esclavos daban semejante castigo, y por el
Espíritu Santo estaba promulgada maldición a cualquiera que fuese puesto en
ella, más después que os dignasteis de escogerla por reclinatorio, para dormir
por nuestro amor en ella el sueño de la muerte, y de ungirla con vuestra
preciosa sangre, quedó tan autorizada, quedó tan atrás aquel riquísimo
reclinatorio que el Rey Salomón hizo, quedando hecha divisa del pueblo
cristiano. ¡Oh Cruz Santa! Tú eres arma
fuerte contra todos nuestros enemigos, destrucción de todos los vicios,
principio de nuestra santificación, medio de nuestra reconciliación y paga de
nuestra redención. Adórote árbol fecundísimo, plantado en medio del paraíso,
arca que nos libra del diluvio de las culpas, iris que puso paz entre Dios y el
hombre, leña que se abrazó en el sacrificio del obedientísimo Isaac, báculo con
que el patriarca Jacob pasó el Jordán, escala por onde se sube al cielo, cama
donde el mismo Jacob cruzados los brazos, mejoró a los nietos Efraín y Manasés,
Vara de Aarón, que hincada en la tierra floreció y dio fruto, vara de Moisés
con que se obraron tantas maravillas, madero que echado en las amargas aguas de
Marath, las convirtió en dulces, preciosa llave de Cruz, con que se nos
abrieron las puertas de la gloria. Y finalmente tu eres de donde nos vino, como
dice San Buenaventura, la filiación de los hijos de María Santísima, cuando le
dijo el Señor: Mujer, veis ahí a tu Hijo. ¡Oh Cruz Santa! Por ti me reciba, el
que en ti me redimió. ¡Oh dueño de mi alma! ¡Oh ida de mi vida! ¡Oh dulcísimo
Jesús! Humildemente te pido por el aumento de la santa Iglesia Católica, paz
entre los príncipes y gobiernos cristianos, victoria contra los infieles y
herejes, conversión de ellos al gremio de nuestra religión, descanso a las almas
del purgatorio, y que todos logremos mediante los méritos de tu santísima
pasión, los frutos que están encerrados en el madero santo de la Cruz, para que,
muriendo en tu gracia, tengamos la feliz dicha de irle a ver eternamente a tu
gloria. Amén.
ORACIÓN
¡Oh
Santísima Cruz! ¡Oh inocente y piadoso cordero! ¡Oh pena grave y cruel! ¡Oh
pobreza de Cristo mi Redentor! ¡Oh llagas muy lastimadas! ¡Oh corazón traspasado!
¡Oh sangre de Cristo derramada! ¡Oh muerte de Cristo amarga! ¡Oh dignidad de mi
Dios, digna de ser reverenciada! Ayúdame, Señor, para alcanzar la vida eterna
en la hora de mi muerte. Amén.
Adórote Santa Cruz
Puesta en el monte calvario,
En ti se puso Jesús
Para dar eterna luz,
Y librarnos del contrario.
LAVS DEVS
Con licencia de la Autoridad de Guatemala,
Palacio Arzobispal
15 de marzo 1924
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